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miércoles, 25 de diciembre de 2019

Capítulo 7


Vanessa no volvió a ver a Zac antes de ir a la hamburguesería, pero cuando salió a las doce se encontró con que Zac había ido a buscarla para llevarla a casa. No sabía muy bien si se sentía agradecida o enfadada. Se alegraba de que Zac la quisiera lo bastante como para preocuparse por ella, pero seguía muy callado, lo que indicaba que aún estaba enfadado porque se había negado a obedecer.

Al día siguiente llegaron a un acuerdo. Ella iría al trabajo a pie, puesto que entraba de día, pero esperaría allí a que él la recogiera después de salir de la comisaría.

El domingo por la mañana se despertó al oír el teléfono que había en su mesilla de noche. Miró el despertador y comprobó que Audrey ya debía haberse marchado, de modo que descolgó el auricular.

Ness: ¿Diga? -preguntó soñolienta-.

Se despertó de golpe al oír aquella voz de mujer.

**: ¿Puedo hablar con Noelle Santa, por favor?

Nunca había recibido una llamada telefónica, al menos, en su nueva vida como Noelle Santa. Se preguntó quién la llamaría por aquel nombre, y cómo habría conseguido el número.

Ness: Soy yo -respondió nerviosa-.

La mujer se presentó como Victoria Langford, reportera de una de las principales cadenas de televisión de San Francisco.

Victoria: La policía nos ha informado sobre su caso, y me preguntaba si ya ha recuperado la memoria.

Vanessa le dijo que no, y en respuesta a las preguntas de la periodista, le contó toda la historia.

Victoria: Es fascinante -dijo entusiasmada-. Nos gustaría entrevistarla y emitir la historia en todos los informativos de mañana. Puede ser un bonito detalle navideño, y aunque no le puedo asegurar que la reconocerán inmediatamente, es muy probable que sea así. De lo contrario, pertenecemos a una red de televisiones locales, y podríamos emitir el reportaje en todo el país. ¿Qué le parece?

Noelle dudó. No sabía qué decir. Aquello era lo que Zac le había propuesto. No sabía por qué se sentía amenazada, en vez de bailar de felicidad.

Ness: Sí, claro que lo haré -dijo, intentando fingir algo de entusiasmo-. Es muy amable por su parte. ¿Tengo que ir al estudio?

Victoria: No es necesario. Preferimos rodar en el lugar donde se aloja. ¿Le parece bien esta tarde, a las cuatro?

Charlaron un poco más sobre el maquillaje y la indumentaria adecuados. Después de colgar el teléfono, Noelle se sintió aterrorizada. Tal vez aquél fuera el final de un bonito paréntesis. Probablemente, alguien la reconocería e iría a buscarla. Era posible que averiguara que había otro hombre en su vida, por lo que no podría seguir con Zac.

Empezaba a arrepentirse de haber accedido.

No se tomó la molestia de vestirse antes de ponerse el albornoz y las zapatillas de Miley para llamar a la puerta contigua. Necesitaba hablar con Zac.

Apretó fuertemente el timbre de la puerta. Eran sólo las ocho, y probablemente, Zac estaría durmiendo.

No tardó mucho en oír su voz.

Zac: ¡Ya voy! Dejen ese timbre. Estoy dormido, no estoy muerto.

La puerta se abrió. Zac se quedó mirando a Noelle con gesto ausente antes de enfocar la mirada.

Zac: ¡Noelle! ¿Qué ha pasado? ¿Mi madre…?

Ness: Tranquilo -se apresuró a decir-. Tu madre está perfectamente. Es que acabo de recibir una llamada telefónica…

Zac no esperó a que terminara. Abrió la puerta de par en par y arrastró a Noelle al interior de la casa. Sólo llevaba unos vaqueros gastados. Estaba descalzo, y tenía el pecho desnudo.

Durante un momento, Noelle fue incapaz de pensar en otra cosa que no fuera el pecho de Zac, sus anchos hombros y sus musculosos brazos. Hasta entonces, sólo lo había visto completamente vestido.

No sabía cuántos hombres desnudos había visto, pero estaba segura de que ninguno podía competir con el que tenía ante sí. Lo habría recordado.

Zac: ¿Te encuentras bien, cariño? ¿Qué ocurre?

Sus palabras devolvieron a Noelle a la realidad.

Ness: Lo siento. No quería asustarte.

Se dirigieron al sofá y se sentaron. Noelle le relató la llamada que había recibido.

Ness: Espero que no te importe que vengan aquí con las cámaras. No podía pedir permiso a Audrey porque no está en casa, pero me ha dicho muchas veces que le gustaría ayudarme en la medida de lo posible.

Zac tenía los codos apoyados en las rodillas. Su mirada estaba perdida en el espacio. Se sentía como si el cielo se hubiera derrumbado sobre su cabeza, pero aquello era una estupidez. Sabía que más tarde o más temprano tendrían que hacer algo por averiguar su identidad. Incluso había sugerido que acudieran a los medios de comunicación cuando aún pensaba como una persona sensata.

Pero había perdido la sensatez aquel día que había estado a punto de perder el control y hacer el amor con ella en el coche. Después de aquello no había vuelto a pensar sobre la búsqueda de su identidad, porque si la encontraba dejaría de ser su Noelle, y aquello le resultaba insoportable.

Cuando habló se esforzó por no delatar sus emociones.

Zac: No pasa nada. Será mejor para ti que vengan aquí a rodar.

Tenía que pensar en ella. No soportaba verla perdida, angustiada y desorientada a causa de su amnesia. Por supuesto, tenía que encontrar su pasado. Nunca podría llegar a ser feliz si no sabía qué le había ocurrido durante todos aquellos años.

Iba a perderla. Había sabido desde el principio que la perdería, y no podía hacer nada por evitarlo.

Se alisó el pelo con una mano y se enderezó para mirarla. Ella tampoco parecía radiante de alegría. También a ella debían haberla despertado. Tenía el pelo alborotado, y no estaba pintada. Vestida sólo con un albornoz, y con aquel aspecto, estaba más atractiva aún que de costumbre. Pero lo que brillaba en sus enormes ojos era el miedo, y no el deseo. No le parecía adecuado contribuir a su confusión confesándole su necesidad egoísta de mantenerla apartada de su pasado, para que dependiera sólo de él.

Fingió una sonrisa bastante convincente y se puso en pie.

Zac: Si esto va a ser una función navideña, será mejor que compremos un árbol y lo decoremos -dijo intentando adoptar un tono alegre-. Probablemente te querrán sacar a su lado. Mi madre no tardará mucho en volver. Podemos ir juntos de compras.

Tenía intención de despedirse de ella sin tocarla, pero cuando llegaron a la puerta y Noelle se volvió para mirarlo, se encontró de repente con que la tenía entre sus brazos.

Las manos de Noelle recorrían su torso desnudo, provocándole escalofríos que recorrían su columna. Apoyó la cabeza en su pecho, y Zac estuvo seguro de que podía oír los latidos acelerados de su corazón.

Si no se despedía de ella inmediatamente temía no ser capaz de hacerlo, pero no podía dejarla marchar sin darle ánimos. Cogió su rostro entre las manos y lo subió para mirarlo.

Zac: No estés asustada, cariño -dijo aterrorizado-. Parece que por fin vas a recuperar tu pasado. Con un poco de suerte, podrás pasar las fiestas con tu familia.

Su voz se entrecortó. Sentía deseos de llorar. Se agachó para besar los labios de Noelle antes de cerrar la puerta.


Zac, Noelle y Audrey encontraron un abeto bastante bonito y lo colocaron en una esquina del salón de Audrey, junto a la chimenea. Lo decoraron con los adornos de la familia, incluyendo un ángel de cera que había pertenecido a la tatarabuela de Zac.

Noelle se sentía algo mejor. A pesar del dolor que podía provocarles a Zac y a ella conocer su pasado, sabía que era necesario.

Audrey Efron había conocido personalmente a los miembros de cinco generaciones de su familia. Noelle no tenía siquiera recuerdos de su niñez. Necesitaba un legado que transmitir a sus hijos.

A las cuatro en punto la casa estaba decorada con arreglo a la época. Noelle se había duchado y lavado la cabeza, y siguiendo las instrucciones de Victoria Langford, se había maquillado en exceso. Se puso el pantalón gris y el jersey rosa que llevaba cuando la encontraron, con la esperanza de que aquello contribuyera a facilitar su identificación.

El equipo de rodaje decidió que la entrevista tendría lugar junto al árbol de navidad, tal y como había supuesto Zac. El salón estaba precioso, con la chimenea encendida y un mantel navideño alemán, otro de los tesoros antiguos de Audrey, encima de la mesita.

Victoria: Intenta olvidar la cámara y tranquilízate -dijo a Noelle mientras colocaba un asiento junto al árbol para que se sentara Noelle-. Quiero que me cuentes la historia con tus propias palabras. No importa que te pongas nerviosa si no recuerdas algo. Montaremos la entrevista antes de emitirla -se volvió hacia Zac-. También me gustaría hacerle unas cuantas preguntas a usted, agente.

Zac negó con la cabeza.

Zac: Lo siento, pero prefiero no ser nombrado ni fotografiado, y le agradecería que no dijera que está alojada en casa de mi madre. No va contra las normas, pero a la policía no le gusta que sus agentes se tomen un interés personal por las víctimas.

Victoria: Pero es parte del encanto -protestó-. El policía que encuentra a la muchacha que ha perdido la memoria y se la lleva a casa de su familia porque no tiene a dónde ir. Le aseguro que esto hará mejorar la imagen de la policía.

Ness: No estoy dispuesta a poner en peligro el trabajo de Zac. Si no están dispuestos a atenerse a sus condiciones, será mejor que olvidemos la entrevista.

Zac: Un momento -intervino-. Probablemente, la señorita Langford tiene razón. En cualquier caso, no voy a perder el trabajo por eso. Lo máximo que pueden hacer es añadir una anotación a mi expediente -se volvió hacia Victoria-. Permitiré que me entrevisten. Esperen un momento. Voy a cambiarme de camisa y a peinarme.

El rodaje transcurrió sin problemas, y lo terminaron en una toma. Victoria presentó con aspecto conmovido la historia de Noelle y Zac, y la experiencia resultó más agradable de lo que esperaban.

Victoria: La presentación irá antes de la entrevista -explicó-, y al final pediremos a cualquier persona que sepa algo sobre ti que llame a la policía o a la emisora -se volvió hacia Zac-. No tengo que decirte que probablemente recibiremos montones de llamadas. En estos casos todo el mundo quiere participar, pero la mayor parte de las pistas son falsas.

Zac: Tienes razón. Te mantendré informada, y si sale algo, te prometo que serás la primera en saberlo.

La entrevista se emitió por primera vez en el noticiario de las doce del mediodía. Noelle y Zac se sentaron frente a la televisión para verla.

Noelle tuvo una sensación muy extraña al ver su imagen en la pantalla. Era como mirar a una hermana gemela. Alguien que tenía su aspecto, pero que no era ella. Cuando Victoria la llamó Noelle, sintió deseos de protestar y decir:

Ness: No se llama así. Se llama….

Pero, por mucho que lo intentara, no conseguía recordar su nombre.

Por lo demás, estaba bastante complacida con el resultado. Mientras hablaban con ella estaba sentada, con el pelo suelto. Después, para rodar la presentación, Victoria le hizo un moño encima de la cabeza y la invitó a ponerse de pie junto a la chimenea. Aquello permitiría a la gente hacerse una idea sobre su altura y su constitución, además de verla con dos peinados distintos.

Después de la entrevista, Zac apagó el televisor y suspiró.

Zac: Si algún conocido tuyo ve el programa, estoy seguro de que te reconocerá. Eres muy fotogénica. ¿Es posible que seas modelo?

Ness: Lo dudo. No soy tan alta, y las modelos están más delgadas que yo.

La mirada de Zac bajó por su pecho hasta su cintura, recorrió sus caderas redondeadas y después volvió a su rostro.

Zac: No se te ocurra perder ni un gramo. Me encanta cada centímetro de tu cuerpo.


Aquella tarde, al principio del turno de Zac, ya se habían recibido varias llamadas relacionadas con la muchacha amnésica. La entrevista volvió a emitirse a las cinco, a las seis y a las once, y cuando Zac volvió a la comisaría poco antes de las doce para escribir sus informes, los telefonistas se quejaban amargamente.

Cogió la lista de nombres, números de teléfono y comentarios y se la llevó a casa. Había accedido a desempeñar aquel trabajo fuera de sus horas de servicio, pero no podía hacer nada hasta la mañana siguiente.

Había quedado con Noelle a las diez para mirar la lista y ponerse en contacto con las personas que habían llamado, pero el teléfono lo despertó a las ocho y media. Se trataba de un amigo suyo que trabajaba en el departamento de personas desaparecidas.

**: Siento despertarte, pero acabo de recibir una llamada de un tal William Trent que vive en Stockton. Dice que anoche vio el programa, y ha identificado a Noelle como su novia, Vanessa Hudgens. No tenía ninguna duda. Dice que la chica estudia en la universidad Pacific, y que no ha sabido nada de ella desde el sábado catorce.




¡MERRY CHRISTMAS! 🎅🎄


1 comentarios:

Caromi dijo...

OMG!!
Nooo u. U
Por más que sea su "novio", Ness está enamorada de Zac
Ya quiero ver como sigue

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