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lunes, 2 de enero de 2017

Capítulo 9


Mientras saludaba al portero, Vanessa experimentó una punzada de inquietud. Quizá no fuera tan buena idea lo de dejar entrar a Zac Efron en su vida. Sólo habían salido tres veces juntos, al fin y al cabo, y más que citas habían sido accidentes. Apenas se conocían. Probablemente era mejor dejar las cosas tal como estaban.

Y, sin embargo, él acababa de revelarle que podía cambiarlo todo entre ellos… si ella se lo permitía. Odiaba que no le hubiera contado lo de su lesión. Pero lo que más odiaba era otra cosa: un descubrimiento de lo más vergonzoso para ella. Si se lo hubiera contado, ella habría llorado. Se habría enfurecido e indignado como él por la injusticia de la situación, habría lamentado la pérdida de sus sueños en común. Pero luego se habría dejado arrastrar por el miedo.

Ese era el tipo de persona que había sido ella, en aquel entonces. Pero tenía la impresión de que ya no quería serlo.

Zac: Impresionante edificio -comentó-.

Ness: Gracias. Es una cooperativa.

Zac: Lugares así son difíciles de encontrar.

Ness: La junta de cooperativistas me conoce mejor que mi ginecóloga, mi terapeuta y que mi inspector de Hacienda juntos -apretó los dientes, arrepentida de haberle dejado saber que hacía terapia-.

Abrió la puerta del apartamento y entró primero. El contestador automático tenía un mensaje que la alegró. Miley había conseguido una sustituta para el evento de aquella noche. Algo era algo.

Su apartamento era exquisito. La decoración en diferentes tonos de blanco acentuaba su amplitud y elegancia. Y, sin embargo, Vanessa se sorprendió a sí misma deseando que hubiera sido un tanto más… alegre, quizá. Algunos cojines de colores sobre el sofá de diseño, o pinturas de un estilo más figurativo, reconocible. Se volvió para descubrir a Zac estudiando una serie de fotos en blanco y negro y marcos cromados.

Tal vez esas fotografías aportaran un toque personal, pensó Vanessa. Pero no. Porque no eran retratos cálidos y familiares, sino meros recuerdos de actos que había organizado: imágenes en las que aparecía ella con famosos, estrellas de rock, altos ejecutivos. Como percibiendo su mirada, él le sonrió.

Zac: Bonito…

Ness: Por favor, no digas que es un lugar bonito.

Zac: ¿Por qué no?

Ness: Porque no lo es.

Zac: ¿Por qué no? -recogió un pequeño cuenco de finísimo cristal y volvió a dejarlo cuidadosamente en su lugar-. ¿Entonces por qué vives aquí?

Vanessa parpadeó asombrada.

Ness: Nunca nadie me había preguntado eso antes -y tampoco nunca se había hecho a sí misma aquella pregunta-.

Vivía en aquella casa porque estaba en el Upper East Side. El sofá de estilo italiano estaba allí porque lo había escogido su diseñador de interiores, por supuesto. No por comodidad. La mesa de cristal veneciano estaba allí porque combinaba con el sofá. Todo en aquel apartamento combinaba perfectamente. Lo único que parecía fuera de lugar en aquel momento era el propio Zac. Era demasiado terrenal. Demasiado real.

Ness: Es un gran apartamento. La gente espera durante años a encontrar un apartamento como éste -señaló el alto ventanal con forma de árbol-.

La nieve había prestado al paisaje una blancura mucho más resplandeciente que la del apagado interior.

Zac: No has contestado a mi pregunta, Vanessa.

Ness: ¿Puedo ofrecerte algo de beber? -se dirigió hacia la luminosa cocina y él la siguió. Abrió la nevera-. ¿Soda? ¿Cerveza?

Zac: Gracias -se sirvió él mismo una soda-.

Intentó ponerse en el lugar de Zac aquella Nochebuena, la noche en que ella dejó de creer en la magia de la Navidad. Él también había perdido algo. ¿Cómo sería tener un sueño tan potente como el que había tenido, para que luego se lo arrebataran de golpe? Se lo imaginó contemplándola acodado en aquella barandilla, intentando pensar en lo que haría con su vida después de que se hubiera hecho pedazos.

La terrible verdad era que ella misma tenía miedo de imaginar su propia reacción si él se hubiera presentado ante ella sentado en aquella silla de ruedas. Se recordaba como una chica muy joven, egoísta y centrada en el éxito y el glamour. Se había hecho todo tipo de fantasías sobre la clase de vida que habrían debido llevar juntos: él como famoso jugador de hockey, y ella como reportera internacional. Pensó que quizá, sólo quizá, Zac había acertado en su decisión al darle la espalda aquella noche. Porque la persona a la que había dado la espalda no habría sido capaz de cuidarlo, de aceptarlo. Simplemente habría carecido de la capacidad de amar a un hombre que no encajara en su idealizada visión de lo que sería su futuro. En ese momento, años después, conocía bien el problema que suponía vivir una vida que sobre el papel parecía perfecta.

Era tan extraño tenerlo allí, en su casa. Donde dormía, se duchaba y hablaba por teléfono. Él la estaba viendo en un contexto diferente, y ella anhelaba desesperadamente que le gustara lo que estaba viendo. ¿Pero cómo podía gustarle, cuando ni siquiera a ella le gustaba?

Ness: Mira. Sobre lo de esta noche… no tienes por qué…

Zac: ¿Estás de broma? -dejó su soda sobre el mostrador de la cocina y se volvió hacia ella. Para Vanessa, ver su sonrisa fue como volver a atisbar un sueño que había creído olvidado-. ¿Crees que desaprovecharía otra oportunidad de pasar la Nochebuena contigo?




¡Qué corto!
¡Pero lo importante es que Zac irá a la fiesta de Ness!
Esperemos que vaya todo bien...

¡Gracias por los coments!
¡Comentad, please!

¡Besis!


2 comentarios:

Lu dijo...

Ay que lindo, me encantó como termino el capítulo.
Creo que están muy enamorados, espero que todo vaya bien.


Sube pronto

Maria jose dijo...

Creo q los capítulos mas cortos son los mas
Importantes y revelan mucho mas
Ya quiero saber quw pasara
Sube pronto
esta muy buena la novela



Saludos

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