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jueves, 31 de enero de 2013

Capítulo 5


Cuando Zac regresó Vanessa estaba de pie junto a su silla, con los ojos cerrados, y moviendo la cabeza de un lado a otro. No tenía que preocuparse. Aún estaba en posición ventajosa. Ella no sabía nada.

Zac la observaba mientras ella se masajeaba el hombro, los ojos aún cerrados, la boca entreabierta al tiempo que dejaba escapar un ligero gemido.

Zac se puso rígido en el asiento repentinamente incómodo. Apretó los dientes y retiró la vista para no verse obligado a salir de nuevo del comedor para sofocar los pensamientos.

Zac: ¿Qué me he perdido? -preguntó excluyendo a Vanessa de la pregunta a propósito-.

Pero Vanessa había dejado ya de masajearse y Zac seguía tentado de mirar. Se había percatado de todas y cada una de las sinuosas curvas que habían recorrido las manos femeninas en su lento viaje desde la cadera hasta el hombro.

«Detente. Estás imaginando cosas pero es por el cansancio. ¿Tal vez sea el jet lag?».

Ash: Hora del postre -dijo con voz alegre-.

Zac miró entonces a los otros acompañantes de la cena. Por un momento se había olvidado de los dos.

Zac tuvo que concentrarse mucho para prestar atención a Ashley mientras hablaba de sus planes para el bebé y no mirar a Vanessa mientras se movía por la mesa retirando los platos sucios. Pero su determinación flojeó cuando notó que se acercaba a su silla por detrás y se rompió definitivamente cuando se inclinó para retirar su plato no sin antes exhalar un cálido suspiro junto a su oreja. Le costó mucho mantener el gesto mientras una violenta sacudida invadía su rígido cuerpo.

Y entonces, justo antes de desaparecer en la cocina, Vanessa se volvió hacia él y le regaló una ardiente mirada y un guiño de ojos.

En cinco minutos había pasado de ser una mujer a ser una ardiente sirena. Y, a pesar suyo, lo había hechizado. Tras la tímida fachada se ocultaba una tigresa dispuesta a saltar. Y prometía ser muy divertido sacarla de su jaula. Zac parpadeó varias veces y se encontró con Scott que estaba rojo de tanto reír y con Ashley que se enjugaba las lágrimas de los ojos. Y de pronto se dio cuenta de lo que estaba pasando.

Scott: Lo sabe -admitió-. Pero pelearme contigo no es nada comparado con los gritos furiosos de estas dos juntas.

Ash: Entonces, ¿crees que vas a pedirle matrimonio ahora o después del postre?

Desde la cocina, Vanessa escuchaba las risas del comedor. Ya se dirigía hacia allí para terminar de quitar la mesa cuando la puerta de la cocina se abrió y tras ella apareció Zac con los cubiertos en la mano.

Ness: Ah -exclamó retrocediendo un paso inquieta ante la presencia abrumadora del hombre en la pequeña cocina. Éste se inclinó hacia donde estaba ella para dejar los cubiertos en el fregadero y rozó con la manga el brazo de Vanessa. La sensación fue eléctrica-. No me importa recoger. Vuelve a la mesa -le dijo haciendo una señal con la mano y retrocedió dos pasos más. Deseaba quedarse sola-.

Zac: De hecho, he venido a hablar contigo. Los cubiertos solo son la excusa.

Ness: Ah -exclamó de nuevo-.

Zac: Una gran actuación la de antes.

Ness: La tuya tampoco estuvo mal -contestó ruborizándose-.

Zac: Aunque no creo que pudiera superar lo que has hecho antes, al menos no con público -añadió en voz baja pero asegurándose que sus palabras inundaban el cuerpo de Vanessa-. Entonces ¿quedamos empatados? -preguntó ofreciéndole la mano en gesto amistoso. Vanessa se quedó mirando unos segundos antes de estrechar la mano. Cuando por fin el contacto cesó se pasó la mano por el cuello-. Y también quería pedirte disculpas por lo del otro día en la calle. -Vanessa se detuvo en seco-. No suelo comportarme así -continuó-. Y aunque estaba bajo los efectos del jet lag no es excusa para haberte hablado como lo hice.

Se detuvo y Vanessa se dio cuenta de que estaba esperando a que ella dijera algo.

Ness: No le habrás dicho eso a Scott, ¿verdad? -consiguió decir-. Quiero decir que no le habrás dicho que nos conocimos así.

Zac: No recuerdo haberlo hecho.

Ness: Entonces no lo hagas, por favor. Por razones que no son relevantes aquí y ahora preferiría que nuestro primer encuentro permaneciera como nuestro secreto.

Zac: Claro. -Vanessa parpadeó. Creía que le iba a costar más. Según su teoría se suponía que aquel hombre debía ser inflexible y obstinado-. Y otra cosa más, un consejo -añadió-, haz las cosas tú misma. ¿Te importaría decirme por qué crees que necesitas a Scott para que te encuentre marido? -preguntó desde su metro setenta y ocho de estatura haciendo que Vanessa tuviera que levantar la vista para mirarlo-.

Ness: Ah -dijo por tercera vez en varios minutos, ruborizada de pies a cabeza-. ¿No crees que eso es algo personal?

Zac: ¿Personal? -rió-. Antes de las siete de esta tarde habrías estado dispuesta a casarte conmigo.

Ness: No me lo recuerdes, por favor -contestó apresurándose a cubrirse las ardientes mejillas con las manos-.

Y de pronto, Zac levantó una mano y tomó con sus dedos un mechón de pelo de Vanessa que se había escapado de su peinado y lo colocó tras la oreja y a continuación posó un dedo en la mejilla de Vanessa.

El sonido de una silla del comedor sacó a Vanessa del sueño y se giró rápidamente sobre la encimera donde había colocado antes los platos de postre. Zac se aclaró la garganta y salió de la cocina sin decir más.

Vanessa notó que le temblaban las manos y tuvo que dejar los platos sobre la encimera de nuevo para tomar aire.

Ness: Es el enemigo, recuérdalo -dijo en voz alta-. El anti-marido. Lo pusieron sobre la tierra para probarte. Si consigues resistir podrás conseguir lo que quieras.


Horas más tarde Vanessa ayudó a Ashley a subir a la habitación y dejó a los dos amigos despidiéndose.

Ash: Es encantador, Vanessa.

Ness: Pues claro. Si no tú no te hubieras casado con él.

Ash: Me refería a Zac, y lo sabes.

Ness: Bueno, el jurado aún está deliberando -no pensaba que encantador fuera la palabra más adecuada para describirlo-.

Ash: Prométeme que le darás una oportunidad.

Ness: Claro, cielo, por ti, cualquier cosa.

«Ni lo sueñes».

Ash: Buenas noches.

Vanessa besó a su amiga en la mejilla y bajó. Escuchó a los dos hombres hablando al pie de la escalera. Se detuvo a medio camino, el corazón acelerado, temerosa de que pudieran oír los latidos.

Scott: Dale una oportunidad.

Oyó que decía Scott. El comentario la hizo sonreír al recordarle lo parecidos que eran Ashley y Scott pero la sonrisa se esfumó al oír la respuesta de Zac.

Zac: Dame un respiro, Scott, solo hace dos días que he vuelto y aún no tengo ni siquiera asistenta. Además, no tengo ni idea del tiempo que voy a quedarme esta vez y ya sabes lo que opino del matrimonio. ¿En qué estabas pensando?

¡Allí estaba la prueba! En el mismo instante en que chocaron en la calle Vanessa lo había visto. Había sentido que aquel hombre era el ejemplo del hombre inaccesible, la antítesis del compromiso que representaba Scott. Su teoría seguía cumpliéndose.

Zac: A menos claro que se le dé bien limpiar el polvo...

Scott: Me parece que eso no será posible. Nuestra Vanessa es como una princesa.

Scott siempre bromeaba con que ella no diferenciaba entre una fregona y un cepillo de barrer, pero no era necesario que se lo fuera contando a un extraño. Estaba claro que su idea había sido un fracaso. Bueno, ya le diría después lo que tenía que decir de ella a los posibles candidatos. Y con la idea en la cabeza continuó bajando la escalera haciendo ruido para asegurarse de que se percataran de su presencia.

Ness: Gracias por esta fantástica velada, Scott -dijo al llegar a ellos-.

Zac la ayudó a ponerse el abrigo y después ella se puso la bufanda y sacó los guantes mirando a Scott con cara de pocos amigos. Había dejado de llover pero el suelo estaba muy húmedo y Vanessa no tuvo más remedio que aceptar el brazo de Zac para no resbalar.

Ness: Gracias -le dijo al llegar a su coche-.

Zac: Un placer -dijo metiendo las manos en los bolsillos-.

Zac y Vanessa: Oye -dijeron a la vez y Zac hizo un gesto para que Vanessa hablara primero-.

Ness: No es muy probable que vayamos a encontrarnos muy a menudo, así que creo que es mejor fingir que no nos conocemos.

Zac: Sí, no hay problema.

Vanessa había esperado un poco más de lucha, un «si tú lo dices» o al menos «si insistes», pero solo dijo que no había problema. Se preguntó si era una mujer tan fácil de olvidar.

Ness: No importa lo que te haya dicho Scott, y no es que me importe tu opinión, pero no soy una princesa -se sentía muy molesta por la actitud del hombre-.

Zac se rió con ganas del comentario y Vanessa se quedó muy sorprendida y silenciosa.

Zac: ¿Así que has estado escuchando? -consiguió preguntar finalmente con los ojos brillantes de alegría-.

Ness: Alto y claro. Y creo que Scott se equivoca tremendamente por no hablar de lo grosero que me ha parecido bromear con mi persona.

Zac: ¿Has terminado?

Ness: Bueno, sí, solo pensé que sería mejor... -contestó más sorprendida aún-.

Zac se inclinó hacia ella y le dio un beso en los labios abiertos para hacerla callar.

El inesperado ataque de ternura la invadió inmediatamente. Obedeciendo un impulso Vanessa cerró los ojos y ladeó ligeramente la cabeza pero fue suficiente. Zac se percató del movimiento y se acercó más a ella para explorar en detalle la tibieza despertada entre ambos y lo que había comenzado como una amistosa manera de cerrar una velada se convirtió en algo diferente. Era delicado. Profundo. Amoroso.

Tras unos segundos del dulce intercambio se separaron. Vanessa tuvo que esforzarse para guardar el equilibrio. Se balanceó ligeramente hacia delante y se mordió el labio inconscientemente.

Zac: Creo que es hora de tomar caminos separados. Tú y yo ya hemos creado demasiadas situaciones contradictorias por una noche.

Ness: Buenas noches, Zac -susurró con voz algo temblorosa-.

Zac: Buenas noches, Vanessa -sus ojos decían algo más-.

Dejó escapar un suspiro entrecortado y girando sobre sus talones se marchó.

Vanessa tomó aire y disfrutó del olor a hierba mojada tras la lluvia. Abrió la puerta del coche pero antes de entrar giró la cabeza y vio que se acercaba a ella de nuevo. Se apoyó en el coche preguntándose con qué la sorprendería.

Zac: Tengo que decir que eres una mujer intrigante, vivaz y muy guapa. Seguro que ya lo sabes.

Y diciendo esto se giró y desapareció en la niebla de la noche.




¡Beso! Por fin el primero y espero que no sea el último.
Bueno, al final la cena ha terminado más o menos bien XD. A pesar de eso, me da que alguien terminará mal parado v.v ¿Adivináis quien? XD

Gracias por comentarme. Y perdón por poner al Butler XD. No lo veréis mucho. Pero si tengo ocasión de dejarlo mal, sí que lo pongo XD. Es un pringado. No sé cuando abrirá Vanessa los ojos. Esperemos que pronto XD.

Por cierto Liseth, que te has debido de confundir porque no tengo ninguna novela que se llame "Say Ok". Así que es lógico que no la haya terminado, porque no es mía XD.

¡Comentad!
Bye!
Kisses!


P.D.: Hoy a no sé que hora nuevo capi en mi otra nove.


4 comentarios:

Unknown dijo...

ME ENCANTO ME ENCANTO!
LA CENA FUE TODO UN SHOW, MUY GRACIOSA LA VERDAD, ME ENCANTO.
Y EL BESO.. ESE BESO, ME MATOOOO!


ESPEERO QUE SUBAS PRONTO.

Lau B. dijo...

SPEECHLESS!
no puedo creerlo, por favor publica lo mas pronto posible, si puedes hoy mismo!
porque quiero saber como sigue!!!
te lo suplicoo!

Lau B. dijo...

PD: Me muero muerta se besaron
(LOVE,LOVE,LOVE,LOVE,LOVE,LOVE)
Bye
Lau B.

Anónimo dijo...

si, perdon te confundi con natasha la web miss de mundo zanessa, pero ya me acorde que tu eres alice de españa si no estoy mal, igual me encanta tus noves adaptadas y la tuya y sí tienes razón AB es un idiota ;)

att: liceth

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