topbella

miércoles, 16 de enero de 2013

Capítulo 16


Hacía cuatro días que no tenían electricidad. Vanessa suspiró y limpió el polvo de los estantes de la tienda. Por simple costumbre, miró hacia la ventana para ver la calle, pero se topó con el frío gris de la reja metálica. Suspiró de nuevo y se dio la vuelta. Había dejado la puerta abierta para que entrara un poco de luz y las campanillas que colgaban en la esquina superior tintineaban con la brisa. Era un sonido suave y agradable que contrastaba tanto con el estado mental de Vanessa como con el deprimente día de lluvia.

Aly salió del taller y dejó una taza en el mostrador.

Aly: Ten, es chocolate caliente.

Vanessa sonrió y tomó la taza.

Ness: Obviamente, Ashley y tú habéis conseguido mantener el fuego encendido a pesar de la lluvia.

Ash: Soy muy hábil para esas cosas -afirmó entrando con una taza en la mano-. Salí algún tiempo con un montañista y, entre otras cosas, me enseñó a encender el fuego en cualquier circunstancia.

La menor de los Efron le guiñó un ojo a Aly y la chica hizo una mueca cómplice. Se notaba que se llevaban muy bien.

Vanessa suspiró y bebió un sorbo de chocolate. No había visto a Zac ni sabía nada de él desde el día anterior. Por el tamaño de la isla, eso solo podía significar que estaba ocultándose en alguna parte para evitar encontrarse con alguien, incluida ella. Y Aly.

Observó a la joven y a Ashley por un momento y se le llenaron los ojos de lágrimas. Dejó la taza en el mostrador y levantó las cajas con velas que había preparado más temprano.

Ness: Voy a ir a llevarle estas cosas a Maddie.

Ash: Te ayudaremos.

Ness: No tiene sentido que nos mojemos todas -argumentó-. Regresaré enseguida. -Había rechazado la oferta porque no quería llorar delante de ellas, pero dudó al ver la cara de Aly-. A menos -continuó-, que de verdad queráis venir.

La chica relajó el gesto y asintió.

Aly: Iré a buscar un paraguas -dijo y se marchó al taller-.

A Vanessa se le escapó un sollozo y Ashley la agarró del brazo.

Ash. Estoy aquí, corazón -susurró-. Apóyate en mí.

De repente, Vanessa pasó de la angustia a la furia. Estaba furiosa con Zac por negarle la posibilidad de contarle a Ashley toda la verdad y molesta con el remitente del mensaje que Sam le había dado para Zac. La nota decía dos días y ya había pasado uno. No había que ser un genio para imaginar que eso significaba que se marcharía pronto, y una cosa era imaginar que Zac abandonaría la isla y otra bien distinta era tener la certeza de que lo haría.

Aly regresó con el paraguas y las tres salieron de la tienda. En pocos minutos llegaron al hotel de Maddie y la chica aprovechó para ir a ver a Mike mientras su madre y Ashley llevaban las velas al despacho.

Ver a Zac sentado junto al escritorio de Maddie, fue una sorpresa. Pero ver a Howard Efron inclinado sobre su hijo con una aguja de sutura en la mano, fue todavía más impresionante.

Vanessa se quedó paralizada en el pasillo. Ashley corrió hacia allí para mirar la herida.

Ash: ¡Por Dios, Zac! ¿Tratabas de matarte o qué? Por poco no te has rebanado el cuello.

Vanessa dio un grito ahogado y Zac volvió la cabeza para mirarla.

Howard: Maldición, hijo, quédate quieto o te harás otra cicatriz como ésta.

Vanessa sintió que se le nublaba la vista.

Ash: ¿Cómo te has hecho semejante corte?

Howard: Haciendo algo estúpido, sin duda -comentó-.

Zac: Maddie, te pedí que no llamaras a mi padre.

Howard: ¿Preferías desangrarte con tal de que no te tocara? -exclamó sin dejar de trabajar-. Deberías haber ido a mi consultorio, pero no. Eres más terco que una mula.

Maddie: Igual que alguien a quien conocemos y querernos -intervino señalando a Howard con la mirada-. Deja de gruñir y cura a tu hijo.

Zac: Lo único que quería era una venda -protestó-.

Howard: Te he dicho que no te movieras. Eso incluye no hablar -lo reprendió-. ¿O acaso quieres seguir perdiendo sangre?

Ash: Sigo sin saber cómo te has hecho eso -insistió-. Parece como si te hubieran clavado un puñal.

De repente, Vanessa se desvaneció. Zac se puso de pie de un salto, apartó a su padre del camino y la sujetó antes de que se golpeara la cabeza contra el suelo.

Maddie: ¡Por Dios, Zac! -exclamó tratando de apartarlo-. Deja que tu padre termine.

Zac: Pero...

Ella lo miró con enfado y le indicó que regresara a la silla. Después se sentó junto a Vanessa y le frotó las manos.

Ashley también se agachó. Tenía los ojos abiertos como platos y los movía sin parar.

Ash: La estás manchando de sangre -le dijo a su hermano y le alcanzó una gasa-.

Zac se la apretó contra la mandíbula y, con cuidado, apoyó la cabeza de Vanessa sobre un cojín.

Zac: Está agotada.

Ash: ¿Y tú no? -preguntó arqueando las cejas-. Deja que papá termine, Zac.

Vanessa abrió los ojos lentamente y lo miró aturdida.

Ness: ¿Qué ha...? -balbuceó-. Oh, lo siento.

Zac: Sshh. Quédate recostada -le ordenó acariciándole el pelo-.

Ness: ¿Qué te ha pasado en la cara?

Zac: Un alambre de púa que se soltó.

Howard: Tendrás que tomar antibióticos, hijo -informó-. Ahora, vuelve aquí.

Ness: Deja que tu padre termine -le suplicó-. Por favor.

Zac suspiró con fastidio, volvió a la silla del despacho de Maddie y aceptó seguir con las curas.

Howard: Si utilizara el mismo tono para pedirte que te quedes en la isla, ¿también aceptarías?

Zac: Cierra la boca -gruñó-.

Howard: Eres un canalla frío e insensible.

Zac: En algo teníamos que parecemos, papá.

Zac sintió una mano firme sobre su hombro. Levantó la vista y vio que se trataba de Maddie. Estaba irritada y le brillaban los ojos de rabia.

Maddie: Debería encerraros aquí hasta que aprendierais a comportaros civilizadamente el uno con el otro -manifestó-.

Howard: Alguien encontraría nuestros cadáveres -declaró sarcástico-.

Maddie levantó las manos. Esa vez, no hizo ningún intento por mantener la calma.

Maddie: Idiotas. Los dos. Tú, Howard, porque nunca les contaste a tus hijos que su madre padecía una depresión y que cuando no tomaba la medicación, convertía tu vida en un infierno. Y tú -dijo señalando a Zac-, porque fuiste incapaz de ver que tu padre sufría más que vosotros. Tu madre no se suicidó por su culpa, lo hizo a pesar de él.

Zac: Él le dio motivos para estar deprimida -afirmó-.

Maddie: Basta, ya no lo soporto -exclamó pateando el suelo-.

Howard la miró como si se tratase de una absoluta desconocida.

Howard: Mujer, no tienes derecho a hablarles sobre Marina.

Ella frunció el ceño.

Maddie: ¿Que no tengo derecho? Tu hija creció prácticamente sin madre. ¿Crees que no tiene derecho a saber por qué? -Hizo una pausa para mirar a Zac y a Ashley, que desde el suelo la miraba atónita, y continuó-. Marina estaba enferma desde mucho antes de que vosotros nacierais -aseguró-. Era demasiado orgullosa para admitirlo en público, aunque eso no significaba que la gente no lo supiera. Si nadie dijo nada fue porque este pueblo acostumbra a respetar las decisiones de sus habitantes. ¿Pero qué sentido tiene mantener el secreto después de todos estos años si solo sirve para herir a sus seres queridos?

Howard terminó de suturar la herida de Zac y después le puso una inyección con antibióticos en el brazo. Guardó el instrumental en su maletín, encendió un puro y se volvió hacia Maddie.

Howard: Eres una vieja fastidiosa.

Maddie: Y tú, un viejo cascarrabias.

Howard refunfuñó, se dio media vuelta y se marchó. Ashley se puso de pie y corrió a abrazar a Maddie.

Ash: No te preocupes. A papá no le duran mucho los enfados.

Maddie: Lo sé -afirmó mientras se acomodaba el vestido-. Ashley, véndale la herida a tu hermano. Y tú, Vanessa, ve a la cocina y dile a George que te dé alguno de los bizcochos que hizo ayer en el centro social. Necesitas comer algo.

Y sin decir una palabra más, Maddie abandonó el despacho a toda velocidad.

Ash: No me atrevo a desobedecer las órdenes de la comandante Maddie -murmuró-.

Tomó las gasas que Howard había dejado en el escritorio y cubrió la herida de Zac. Después, se limpió las manos, miró a Vanessa y a su hermano y se apresuró a salir de allí.

Vanessa se puso de pie y él saltó de la silla para ayudarla. En cuanto la tocó, Vanessa empezó a temblar.

Ness: ¿Te duele? -preguntó rozándole la venda-.

Zac: No tanto como la aguja que Howard me ha clavado en el brazo.

Ness. ¿Qué estabas haciendo para cortarte con un alambre?

Zac: No importa.

Ness: En otras palabras: no es asunto mío.

Zac la miró con gesto desesperado.

Zac: ¿Dónde está Aly? -quiso saber-.

Ness: Con Mike.

Zac: En ese caso, vamos a buscarla.

Ness: ¿Zac? -dudó impresionada-. Se lo diremos juntos.


Al final, Aly se tomó la noticia mejor de lo que suponían. Observó a Zac durante un rato y comentó:

Aly: Ahora comprendo de quién he heredado los ojos azules. -Vanessa relajó las manos y Zac asintió-. Creí que habías dicho que no era tu novio -le dijo a su madre-. Ni ahora ni antes.

Ness: No lo era. Nosotros...

Zac: Nunca tuvimos tiempo de ser novios -interrumpió mirando a Vanessa-. Pero éramos amigos.

Aly: ¿Y entonces cómo no sabías que tía Vanessa estaba embarazada de mí?

Zac: Porque la abandoné -admitió-. Y lo lamento muchísimo.

Le estaba hablando a Aly pero Vanessa sabía que las palabras eran para ella.

Aly: Sabes que no necesito otro padre -afirmó a la defensiva-. Ni otra madre...

Vanessa sintió que le quemaban los ojos. No por lo que Aly acababa de decir sino porque entendía hacia dónde se dirigía con ese comentario.

Zac asintió después de un momento.

Zac: Lo sé, ya tienes padres.

Aly: Eso lo hace más fácil para ti, ¿verdad?

Nes: Aly... -murmuró-.

Aly: ¿Qué? -replicó-. Él nunca se hizo cargo de nada. Solo hizo el amor contigo y se marchó. Ni siquiera vino a Turnabout por su propia cuenta. Vino porque mi padre lo contrató para que me llevara de vuelta a casa. Apostaría a que papá no sabe nada de todo esto. De lo contrario, habría contratado a otro.

**: Puede que tengas razón -afirmó una voz ronca desde el fondo del salón-.

Vanessa se volvió para mirar. Aly pegó un salto y tiró la silla al suelo. Zac se puso de pie lentamente y miró al hombre a los ojos mientras trataba de reprimir las ganas de estrangularlo.

Zac: Hola, Will.

Ness: Aly -susurró-, puedes ir a buscar a Mike. Estoy segura de que aún te está esperando.

Aly: Pero...

Ness: Por favor.

Finalmente, Aly accedió; se metió las manos en los bolsillos y caminó hacia su padre.

Aly: Sigo enfadada contigo -declaró-.

Will: Lo suponía.

Aly: ¿Dónde está mamá?

Will: En casa, esperándonos.

La chica siguió avanzando y cuando llegó a la puerta, se volvió y exclamó:

Aly: Te lo advierto, papá: sé amable o me enfadaré mucho más.

Los adultos esperaron hasta estar seguros de que Aly se había marchado. Entonces, Vanessa se volvió hacia la mesa, apoyó los codos y hundió la cabeza entre las manos.

Ness: ¿Cuánto has oído?

Zac observó cómo el otro hombre se aflojaba la corbata mientras se acercaba a la mesa.

Will: Lo suficiente -respondió, y miró a su viejo amigo con recelo-.

Después de un largo rato, Zac también se sentó.

Finalmente, Will rompió el silencio.

Will: Quién habría imaginado todas estas casualidades...

Zac: Yo no -aseguró-. ¿Por qué recurriste a Cory?

Will: ¿Te reclutaron mientras estabas en la universidad?

Zac: Ésa no es una respuesta.

Will hizo una mueca con los labios.

Will: No. Siempre me molestó que hubieras desaparecido de esa forma; sin embargo, no estaba dispuesto a hacer nada por buscarte. Miley había sido tu pareja, pero se había casado conmigo.

Vanessa levantó la cabeza y los miró sorprendida.

Ness: ¿Qué? -exclamó-. No sabía nada.

Zac: Sí, salimos durante un tiempo -admitió-. Después conoció al guapo de tu hermano y ya no tuvo ojos para nadie más. Ni me molestó entonces, ni me molesta ahora. -No obstante, seguía teniendo la horrible sensación de que todos ellos habían sido manipulados-. ¿Cómo conociste a Cory? -insistió-.

Will: No eres la única persona con la que habló cuando estábamos en la universidad.

Zac arqueó las cejas, se acomodó en la silla y se rió

Zac: No me lo creo, Will. Eres un personaje público, jamás te utilizarían.

Will: No lo hicieron, pero quedó el contacto y nos intercambiábamos favores de tanto en tanto. El tipo tiene un par de años más que yo, pero... -se contuvo y movió la cabeza en sentido negativo-. Eso no importa. Lo cierto es que cuando Aly se escapó, automáticamente pensé en él.

Zac: ¿Le contaste que era adoptada?

Will asintió.

Will: Creí que él mismo se ocuparía de venir aquí y quería que estuviera preparado -explicó-. No sabía qué le había dicho mi madre a Aly, lo único que sabía era que estaba recibiendo cartas con amenazas y que quería a mi hija sana y salva.

Zac: Pero Cory no vino, me envió a mí.

Will: Parece que su estilo es delegar -ironizó-.

Zac: Todos los que trabajan con Cory son investigados al detalle. Más, durante los primeros años de servicio.

Will: ¿Y?

Zac: Esto estaba en mi expediente desde el principio -afirmó furioso-. Debilidades de Zac Efron: traicionar a su mejor amigo, acostándose con su hermana menor.

Ness: Basta. Esto no conduce a ninguna parte. No has traicionado a nadie, Zac. Díselo, Will; dile que no te ha traicionado.

Will: Solo si me promete que no te sedujo para vengarse de mí por haberme casado con Miley.

Vanessa se estremeció y miró a Zac con los ojos vidriosos.

Ness: ¡Genial! Siempre todos quieren más a Miley. Mi hermano, mi hija y tú.

Acto seguido, la mujer se puso de pie y se fue furiosa de la sala sin mirar atrás, ni siquiera cuando Zac gritó su nombre.

Will: ¿Vas a reclamarla?

Zac: ¿El qué?

Will: La custodia de Aly. Puedes hacerlo, ¿sabes? Es justo decirte que tienes derecho, aunque te advierto que pelearé por ella.

Zac: ¿Vanessa es invisible para ti? ¿No has visto lo que ha pasado?

Will: Se ha marchado. Siempre hace lo mismo. Cuando las cosas se ponen duras para ella, las deja.

Zac cerró los puños.

Zac: ¿Sabes qué, Will? Vanessa ha insistido todo el tiempo en que Aly tenía que estar con Miley y contigo porque erais los mejores padres que podía tener y yo nunca lo puse en duda. Hasta ahora.

Cuando Zac salió a buscar a Vanessa, se topó con Aly en las escaleras del hotel de Maddie. La chica le echó un vistazo y comentó:

Aly: Mi padre y tú ya no sois tan amigos, ¿verdad?

Zac: De momento, no -admitió-, pero no tiene por qué ser así eternamente.

A Aly se le llenaron los ojos de lágrimas.

Aly: No tendría que haber venido a Turnabout. Así, nadie se habría enfadado con nadie. Salvo la abuela Lily, aunque creo que ella está peleada con el mundo.

Zac: Quizá tengas razón en lo que atañe a Lily, pero no es culpa tuya que todos estén molestos. Nosotros somos los adultos, tú solo eres una criatura pidiendo respuestas.

Aly: La tía Vanessa dice que lo mejor para mí es quererlos a todos. Supongo que eso te incluye.

A Zac se le hizo un nudo en la garganta.

Zac: No estás obligada a quererme, Aly. Ni siquiera me conoces.

Aly: Ella te quiere. Me lo ha dicho. -Él no supo qué decir-. Papá no va a marcharse de Turnabout sin mí -afirmó-. Para él, la tía Vanessa es un bicho raro.

Zac: Se equivoca.

Aly: Lo sé. Pero no quiero dejarla sola.

Aly se quedó mirando a Zac, esperando que le asegurara que Vanessa no estaría sola.

Zac: Vanessa no querría preocuparte -dijo finalmente-.

Había sido una respuesta tonta, un torpe intento de reprimir la necesidad de llevarse a Vanessa y a su hija a un sitio donde nada ni nadie pudiera herirlos. Pero era imposible. Su vida estaba gobernada por un mundo que requería organizaciones como Hollins-Winword y personas como Coleman Black. Y ese mundo no congeniaba con el mundo de Vanessa.

Aly: Será mejor que vaya a ver a mi padre antes de que le dé un infarto -señaló-.

Sin embargo, no se movió ni un centímetro.

Zac: No te pongas un arete en el labio como Mike -suplicó-. Y no dejes de criticar a Will por dedicarle demasiado tiempo a su campaña electoral. Y no vayas a Bendlemaier si no quieres. -Una lágrima rodó por la mejilla de Aly y él se la secó con mano temblorosa-. Y jamás olvides que eres tan guapa como tus dos madres -agregó-.

Aly se mordió el labio inferior, asintió y se dirigió hacia la puerta. Pero cuando estaba a punto de llegar, retrocedió y corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas. Zac sintió que se le paraba el corazón.

Cuando ella entró en el hotel, suspiró y se sentó en la escalera. No tenía fuerzas para moverse. Apoyó los codos en las rodillas y se observó las manos mientras pensaba que Vanessa no era un bicho raro sino alguien mucho más fuerte y noble que todos ellos juntos.

Justo en ese momento, oyó el inconfundible sonido del motor del coche de Howard y levantó la vista justo cuando estaba aparcando junto a él.

Howard: Maddie cree que tal vez quieras que te lleve a casa de Vanessa -dijo con resignación-. Ya sabes cómo es cuando se le mete una idea en la cabeza. ¿Y bien? ¿Subes o no?

Zac subió al vehículo y Howard arrancó dando un bandazo.

Zac: Eres abuelo.

Howard no parecía sorprendido.

Howard: Ashley me lo ha contado todo. Ya no eres un niño, Zac...

Zac: Eres insoportable.

Howard: Lo mismo digo -replicó con una sonrisa irónica-. Es de familia.

En cuanto Howard aparcó el coche, Zac se bajó de un salto y entró corriendo a la casa de Vanessa. Estaba sentada en el sofá, llorando y con un álbum de fotos a un lado.

Ness: Vete, Zac -dijo sin siquiera mirarlo-.

Él no le hizo caso y se sentó frente a ella.

Zac: No me importó cuando Miley se fue con tu hermano -declaró-.

Ella se encogió de hombros.

Ness: Eso pasó hace mucho tiempo, ya no importa.

Zac le tomó las manos; estaban frías.

Zac: Sí que importa. No debes creer que Aly la quiera más que a ti.

Ness: Lo sé. Ellos son los únicos padres que conoce. Y yo no soy capaz de...

Zac: No digas eso.

Ness: Es la verdad -exclamó-. He defraudado a mi propia hija de la peor manera.

Zac: Entonces eras una criatura, Vanessa. Ahora no lo eres.

Ness: Ahora es demasiado tarde.

Zac: ¿Lo es? -Ella lo miró con asombro-. Si quieres tenerla contigo, Vanessa, te ayudaré a enfrentarte a ellos.

Ness: ¿Y qué pasaría si ganamos el juicio por la custodia?

Zac: Bueno...

Ness: Te marcharías de todas maneras -afirmó con voz ronca-. Dime que estoy equivocada.

Zac no pudo hacerlo. En lugar de eso, inclinó la cabeza y dijo:

Zac: Me aseguraré de conseguir comida y todo lo que haga falta en la isla. Haré que traigan un barco nuevo para Dave y la isla no correrá el riesgo de volver a quedar aislada.

Aunque Zac nunca había recurrido a los contactos que había conseguido gracias a su trabajo, esa vez estaba dispuesto a hacerlo.

Ness: Los concejales del ayuntamiento se están ocupando de eso -aseguró-.

Zac: Los concejales han permitido que Turnabout se quede aislada. Si fuera por ellos, la declararían una nación independiente -replicó enfadado-. Ha sido así durante cincuenta años y seguirá así durante otros cincuenta más. Si esperas que hagan algo productivo, será mejor que empieces a plantar algo más que caléndula y lavanda en tus campos o te morirás de hambre.

Ness: Me parece que estás exagerando.

Zac: ¿Exagerando? Vamos, Vanessa...

Ness: De acuerdo, puede que tengas razón -concedió y cambió de tema-. Lamento lo que dijo Maddie sobre tu madre.

Zac: Yo también. Nada es lo que parecía. Ni en mi familia, ni en la tuya -manifestó y la miró con inquietud-. ¿Y si estás embarazada de nuevo?

Vanessa se puso pálida.

Ness: Pero si hemos tenido cuidado.

La primera vez lo habían hecho; la última, no. Se habían despertado al amanecer y ella se había deslizado sobre él sin darle tiempo a nada, igual que hacía dieciséis años, cuando lo sorprendió en la habitación de invitados de la casa de George y Lily Hudgens, desnuda, besándolo en la boca y acariciándole el sexo con sus dedos torpes e inocentes.

Zac: ¿Qué harías si estuvieras embarazada, Vanessa? -insistió-.

Ness: No me interesa ser madre soltera y no te imagino viniendo a cenar o cambiando pañales.

Zac: Vanessa...

Ness: ¡Lo haría mejor que la primera vez! -gritó-. ¿Estás satisfecho?

Zac: Te equivocas si crees que lo hiciste todo mal. Querías a Aly lo suficiente como para saber qué era lo mejor para ella. Deja de torturarte por eso.

Ness: En cualquier caso, no estoy embarazada, así que no te preocupes.

Él se preguntaba si realmente estaba preocupado o solo buscaba una excusa para no separarse de ella. De pronto oyó el sonido de un motor sobre la casa y vio el gesto de Vanessa al reconocer de qué se trataba.

Ness: ¿Eso es un helicóptero? -preguntó angustiada-. Se la está llevando ahora mismo, ¿verdad? Sin siquiera dejar que se despidiera. -Acto seguido, se puso de pie y corrió hacia afuera. Miró hacia el cielo y dijo-: ¿Se ha ido? ¿Aly se ha ido sin que pudiera decirle adiós?

Zac sabía que el piloto daría otra vuelta.

Zac: Will no ha venido en helicóptero, Vanessa.

Ness: Pero... -balbuceó antes de comprender lo que sucedía-. Es para ti, ¿no es cierto?

Zac: Sí.

El helicóptero volvió a sobrevolar la casa buscando un claro donde aterrizar. Zac sabía que el único lugar posible era la vieja mansión. Sus días en Turnabout terminarían en pocos minutos. A pesar de lo enfadado que estaba con Cory por haberlo manipulado de esa manera, forzándolo a encontrarse con Vanessa y con su hija, tenía un trabajo urgente que cumplir. Se volvió para mirar la pequeña casa de playa de Vanessa y pensó que en menos de una semana, aquel lugar se había convertido en su primer hogar en muchos años. Entró a buscar la chaqueta y aprovechó para echar un vistazo al álbum que se encontraba sobre el sofá. Estaba lleno de fotos de Aly, de cuando era pequeña. Suspiró y se puso el álbum bajo el brazo.

Vanessa lo miró salir de la casa. Sin duda había visto lo que se llevaba, pero no dijo nada.

Zac: Hasta que la central eléctrica vuelva a funcionar, Dave se ocupará de traerte el combustible que necesites para el generador -la informó-. Y Ashley te va a traer otro hornillo eléctrico. Maddie ha dicho que Leo estaba instalando uno de sus hornos en el centro social... El generador de allí es más grande, así que podrías usarlo cuando necesites secar tus hierbas.

Ness: Siempre supe que te irías, sé que aquí no hay nada que te importe, pero no esperaba que fuera tan pronto.

Él se acercó, le tomó la cara y la besó durante un largo y doloroso rato.

Zac: Tú me importas, Vanessa Hudgens.

Ness: ¿Por qué? ¿Porque ahora sabes que tenemos una hija?

Zac: No. Por ti. Me importas tú.

Ness: Pero no lo suficiente como para quedarte...

El helicóptero volvió a pasar sobre ellos. Zac alzó la vista y maldijo a Cory por obligarlo a marcharse.

Zac: Lo suficiente como para saber que la vida que llevo no es buena para ti -declaró-.

Después, se apartó de Vanessa y corrió a la vida que había elegido tiempo antes y que hacía que se odiara a sí mismo. Atrás dejaba a una mujer a la que no debía haber amado, pero también a un amor del que nunca se arrepentiría.




Osea, ¿what? ¡Zac se ha pirado! ¡Hijo de...! ¡Este tio es tonto! ¡Qué fuerte! ¡Vanessa no se merece esto!
Haced click en "enfado" si pensáis que Zac es idiota XD

Gracias por los coments del capi anterior. Espero que en este también comentéis mucho, ¡que solo queda un capi!

Por cierto, adelanto que la próxima nove va a ser la pera limonera XD. ¿Qué quiere decir esto? ¡Pues que os vais a reír un montón! XD.

Y otra cosa más: Lau B. si quieres hacer click 10 o 20 veces en "interesante" XD, tienes que clicar una vez y cerrar la página, entrar, clicar y volverla a cerrar y así sucesivamente. Así las contará todas XD.

¡Comentad!
Bye!
Kisses!


3 comentarios:

Unknown dijo...

QUE CAAAAAAAAAPITULO!
Y ESTAMOS EL PROXIMO ES EL FINAL VERDAD?

COOOOOOOOOOMO VA A HACER ESO ZAC? ACASO ESTA LOCO? DEJAR A VANESSA Y A ALY? EEEEEEEEEESTA DESQUISIADO JAJAJAJA.
ESPERO QUE SUBAS PRONTO

Unknown dijo...

NO UN CAPITULO Y CHAO! me encanta esta nove, me encanta zac <3

Unknown dijo...

sube prontooo porfaaaa

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