topbella

miércoles, 30 de enero de 2013

Capítulo 4


La puerta se abrió y Zac se encontró frente a una petrificada Vanessa, con los ojos como platos y la boca entreabierta.

En un primer momento no se le ocurrió otra cosa que sonreír ampliamente, al tiempo que una sensación cálida le invadía la boca del estómago, como siempre que la veía. Pero a continuación recordó la revelación que le había hecho Scott. Echó a un lado las flores que había traído para Ashley y miró con atención a Vanessa y a Scott y su gesto de disculpa: acababa de meterse en una cita a ciegas.

Scott: Mira, Vanessa, flores -dijo tomando el ramo que sostenía Zac y dándoselo precipitadamente a la mujer-. Ve y ponlas en agua.

Zac se quitó el abrigo, se sacudió del pelo los restos de agua y le puso el brazo sobre los hombros a su amigo en un gesto de amistad.

Zac: ¿Es esto lo que creo que es?

Scott: Lo siento, tío. Pero sabía que ninguno de los dos accederíais a venir de haber sabido que el otro también estaría aquí.

Zac: Y estabas en lo cierto.

Scott: Si vas a quedarte en la ciudad un tiempo es posible que os mováis en los mismos círculos así que no os vendrá mal que os conozcáis.

Zac: Parece justo, pero si eso es todo, ¿por qué actúa como una momia viviente?

Scott: A veces Vanessa me obliga a hacer cosas, y esto es un ejemplo de lo que ha conseguido: justo un momento antes de abrir la puerta le dije que... -se interrumpió un momento mientras echaba miradas furtivas a la puerta cerrada de la cocina. Zac le apretó el hombro en un gesto de confianza animándolo a continuar-. Le dije que tú sabías que estaba buscando marido y que por eso habías venido a cenar -continuó-.

Zac: ¿Que hiciste qué? -dijo retirando el brazo del hombro de su amigo y retrocedió un paso como intentando distanciarse físicamente-.

Scott: Escucha, Ashley saldrá en cualquier momento y no le conviene alterarse en su estado, y creo que emprenderla a golpes conmigo o decirle a Ashley lo que he hecho la excitaría considerablemente. Te pido que te quedes y disfrutes de la cena. Todo habrá terminado en un par de horas.

Zac: Me quedaré -dijo con los dientes apretados-, por Ashley.

Scott: Por supuesto. Una cosa más.

Zac: ¿Qué más?

Scott: Resulta que Vanessa no sabe que eres Zac Efron de Efron Holdings y eso es bueno porque no le gustó nada lo del combate de boxeo y no piensa muy bien de él. Bueno, de ti.

Zac pestañeó lentamente. Su cerebro no paraba de trabajar. Nunca había rechazado un reto...

Zac: Así es que tu Vanessa no piensa muy bien de mí pero piensa que he venido aquí por ella...

Scott: Sí. ¿Y?

Zac sabía que Scott estaba preocupado. Bien.

Zac: Bueno, no creo que tengas derecho a preguntarme en estos momentos, amigo mío. No la emprenderé a golpes contigo ni te gritaré siempre y cuando esta noche me sigas la corriente en todo lo que diga. ¿Trato hecho?

Scott miró hacia la puerta cerrada de la cocina.

Scott: Vale, trato hecho.

Zac dio una palmada a Scott en la espalda y sonrió a su amigo pero esta vez fue una sonrisa llena de buen humor.


Vanessa se tomó su tiempo en servir la comida y evitar así unos minutos de conversación. Ashley acababa de contar lo de las clases de guitarra a las que estaba asistiendo para aprender canciones para el bebé y en ese momento Zac anunció que su hermana pequeña acababa de prometerse.

Ash: Entonces, ésa es la razón de que hayas vuelto. Sabía que tenía que ser algo más que la tentación de comer mi cordero asado. ¿Conoces ya al novio?

Zac: Sí. Lo conocí el domingo. Es un buen tipo. Es su segundo matrimonio.

Ash: ¿Está divorciado?

Zac: Viudo.

Ash: Pobrecillo. ¿Y es mayor que Miley entonces?

Zac: Bastante.

Ash: No me sorprende, en realidad -dijo y empezó a frotarse las sienes-. Déjame adivinar: conociendo a Miley, apuesto a que su profesión tiene algo que ver con el cuidado a los demás. Es... ¿veterinario?

Zac: Enfermero.

Ash: Es perfecto -dijo sonriendo-.

Zac: Se necesita a alguien con ese temperamento para cuidar de nuestra Miley.

Ash: ¡Cómo lo sabes!

Scott: Sin comentarios.

Zac: De todos modos, me alegro por él. Supongo que a algunas personas les gusta lo del matrimonio.

Vanessa dejó de masticar y se quedó con el tenedor en el aire. No podía creer que aquel hombre hubiera dicho lo que acababa de oír.

Scott tosió y ella tenía la esperanza de que fuera porque se le hubiera atragantado una patata. El rostro de Ashley era pura inocencia. Tal vez Vanessa hubiera entendido mal y Zac solo estuviera hablando de su hermana y no de ella.

Zac: Vanessa, ¿podrías pasarme el brécol? -preguntó a continuación-.

Vanessa dio un respingo en su asiento al oír su nombre. Sintió los nervios tensos como las cuerdas de una guitarra. Mientras le pasaba la fuente miró al hombre que estaba frente a ella. Éste sonrió y sus perfectos hoyuelos aparecieron.

«Es el anti-marido, no lo olvides; distante e indiferente, y sus preciosos hoyuelos son... irrelevantes».

Ash: Vanessa ha preparado la verdura, Zac. Cuece la verdura como nadie.

Vanessa retiró la vista cuando el hombre se hubo servido y entonces miró a Ashley con una sonrisa agria.

Zac: De todos modos -comenzó a decir-, Miley y Will se conocen desde hace solo seis meses y llevan comprometidos una semana y ya están hablando de hijos.

Ash: Pero eso es maravilloso.

Zac: Yo estoy a favor de los compromisos cortos. Si ha encontrado a alguien afín a ella, que espera lo mismo de la vida, me parece lo más acertado.

Vanessa no podía creer que estuviera hablando en serio. Ella tenía sus razones para embarcarse en la búsqueda de marido pero entonces ¿por qué había acudido aquel hombre distante a una cita a ciegas con una mujer en busca de marido? No tenía sentido y lo que era peor, confirmaba una vez más su teoría.

¿Y quién demonios era aquel tipo? Scott se había preocupado de no decirle nada. Si Efron Holdings contaba con él sería porque le resultaría valioso por algún motivo.

Para terminar de rematar las cosas cabía la posibilidad de que la reconociera en cualquier momento y dejara caer que él había sido el hombre con quien se había chocado en la calle, el hombre por el que Ashley sabía que había comenzado aquella cruzada. Si Ashley se enteraba la volvería loca con sus historias sobre la predestinación.

Zac: Yo quiero tener hijos. Por lo menos ocho. No, once, un equipo de fútbol, así es que creo que tendría que empezar cuanto antes.

Vanessa apenas si pudo contener el gemido. Dejó caer el cubierto incapaz de dar otro bocado.

Ash: ¿Y tienes en mente a alguien para que te ayude en tus planes para ese equipo de fútbol? -dijo mirando a Vanessa antes-.

Esta le echó a su amiga una mirada feroz pero aquella rehusó mirarla.

Zac: Todavía no -dijo pinchando un trozo de brécol y observándolo con dedicación-, pero tendría que ser buena cocinera. Aunque espero que no le guste comer tanto que descuide su figura después del nacimiento de los niños.

«¿Pero qué dice este tipo?».

Zac tenía que esforzarse mucho para no reírse. Scott se cubría la cara con las manos y Ashley tenía los ojos abiertos desmesuradamente y la pobre Vanessa deseaba que se la tragara la tierra.

Zac: Scott y yo estuvimos hablando el otro día, ¿verdad, Scott? -dijo como si nada y crujió los nudillos. Tenía a Scott entre la espada y la pared-.

Scott: Siempre, tío. Apenas trabajamos, solo hablamos de los niños -sonrió apenado y asintió-.

Pero Zac no había terminado aún.

Zac: A mí me gustan las morenas. Si tuviera que casarme con una rubia le pediría que se tiñera el pelo. Y estoy seguro de que lo haría si me amara de verdad, ¿no creéis? -Zac se regocijó de placer en el silencio de ultratumba que había despertado con su último comentario. Les había dado su merecido- ¿Y qué me dices de ti, Vanessa?

Ness. ¿Cómo dices? -dijo sobresaltada-.

Zac: ¿Cuántos hijos te gustaría tener?

Vanessa miró a sus amigos en busca de apoyo moral pero no halló ninguno porque ambos estaban mirando hacia otro lado.

Ness: ¿Niños? No he pensado en ello, a decir verdad.

Zac: ¿No? Me sorprende.

Ness: ¿Qué te sorprende? -preguntó aclarándose la garganta-.

Zac: ¿Acaso no piensan en ello todas las mujeres? El número que desean y hasta el nombre.

Ness: Supongo que sí -admitió deseando desaparecer de allí-.

Zac: ¿Y tampoco tienes una idea exacta del hombre con el que te gustaría casarte?

Y tras el golpe, su sonrisa de oreja a oreja. Unos dientes brillantes, unos hoyuelos encantadores y todo aquel carisma que haría tambalear a la más determinada.

Vanessa tragó con dificultad. Fruncía el ceño con tal fuerza que le estaba dando dolor de cabeza. Sentía el calor en las mejillas y en el cuello pero no tenía ni idea de cómo salir ilesa de aquella pesadilla.

Entonces Zac también frunció el ceño y la miró con sus ojos brillantes. Parecía estar buscando en el interior de su alma y Vanessa tuvo la seguridad de que los difíciles ojos azules parecieron suavizarse y pedirle disculpas. Y por muy imposible que le pudiera parecer sintió que las rodillas le temblaban.

Zac pensó que ya había hecho suficiente. Había dejado claro su punto de vista. Después de semejante actuación, Ashley y Scott no se atreverían a engañarlo con otra cita a ciegas. Y como ya les había dado su lección decidió que ya era hora de disfrutar de la velada.

Zac: ¿Y tú qué dices, Ashley? ¿Creíste alguna vez que terminarías con el dulce y tramposo Scott?

Ashley comenzó a relatar entonces todo tipo de historias relacionadas con sus amores adolescentes y Zac se percató de que Vanessa se relajaba. El color volvía a sus mejillas y se dio cuenta de nuevo de lo guapa que era, justo el tipo de mujer que a él le gustaba: no demasiado alta pero con una grácil figura, llena de curvas y muy vivaz. Su lustrosa melena de color oscuro lo atraía enormemente. Nunca le habían gustado mucho las mujeres rubias. Sintió un deseo casi irrefrenable de quitarle las orquillas e introducir los dedos en la mata sedosa.

Ash: ¿No te acuerdas de Austin Butler, Vanessa? -preguntó despertando a Zac del ensueño en el que se encontraba-.

Vanessa se rió. Era un sonido muy agradable.

Ness: Era asqueroso, Ashley -dijo haciendo una mueca de desagrado-.

Ash: No lo era. Era encantador.

Ness: Era bajo y nunca se lavaba el pelo. Nunca comprendí qué pudiste ver en él.

Ash: Que no fuera un chico alto, moreno y guapo como todos los chicos de los que tú te enamorabas perdidamente no significa que no pudiera resultarle atractivo a otras chicas, por ejemplo a mí. Y besaba muy bien.

Vanessa miró a Zac de reojo. Una mirada que era pura atracción. Ya le había aplastado el ego suficiente al no mostrar ningún interés por su trabajo así que solo lo miraba para ver qué podía ver de positivo en él para equilibrarlo.

Scott: Eh -gruñó fingiendo que le había herido-. ¿Es que no ves que tu marido y padre de tu futuro hijo está sentado a tu lado escuchándote hablar de tus experiencias amorosas juveniles en las que él no aparece?

Ash: Sí, cariño pero tienes que recordar que entre todos ellos te elegí a ti.

Scott: Muy cierto -dijo mirando a su mujer con adoración-.

Entre las risas generales Zac le echó una alegre mirada a Vanessa y vio que ésta tenía la barbilla apoyada en la mano mientras observaba a sus amigos con una sonrisa de enorme felicidad. Tenía una expresión tan tierna y luminosa... En ese momento creyó comprenderla. No parecía tan extraño desear lo que aquella pareja tenía.

Zac sintió un súbito peso en el pecho. No era buen síntoma. Tenía que salir de allí.

Zac: Perdón. Tengo que ir a empolvarme la nariz.

Ash: ¿Qué demonios le pasa esta noche, Scott? -preguntó en cuanto Zac hubo desaparecido-. Con tanto hablar de niños y de morenas no me parecía el Zac Efron de siempre.

Ness: ¿Efron? -preguntó con un hilo de voz pero deseando gritar-. ¿Es Zac Efron? ¿Igual que tu jefe, David? ¿Igual que Efron Holdings?

Scott: Ah, sí. El mismo.

Ness. ¿Y qué demonios está haciendo aquí? Me dijiste que vivía en... Nueva Orleáns o algo así.

«Además, se suponía que tenía que ser calvo y con barriga y no exactamente lo contrario».

Scott: Y era cierto. Pero sin decir nada a nadie regresó a Melbourne hace un par de días.

Aquella mañana, solo en una esquina, lleno de equipaje, y un acento distinto. Vanessa enterró la cara entre las manos.

Ness: Eso significa que le conté lo poco que me gustaba su idea de las peleas de boxeo, sin saber en ese momento que era su idea, y después lo acusé de meterse en el cuarto de baño equivocado sin darme cuenta de que era en realidad su cuarto de baño. ¿Es de verdad Zac Efron? -repitió. Scott encogió los hombros y sonrió apenado-. ¿Y sabiéndolo has organizado esta cena y le has dicho que estoy buscando marido y que él era el número uno de la lista? -dijo mirando a Scott furiosa-.

Ash: ¿Has hecho todo eso? -preguntó mirando a su marido-.

Scott: Vale, chicas, vosotras me metisteis en este ridículo plan -contestó levantando las palmas de las manos en señal de rendición-. Entonces te invité a una «reunión» llena de hombres de verdad y tú decidiste meterte en el baño toda la noche. Después elijo al hombre más apropiado de todos los que conozco, lo invito a cenar pero tú me atacas -le dijo a Vanessa-.

Ness: Pero tú le dijiste...

Scott: La verdad, Vanessa. Pero eso suponía preguntarme si mis dos mejores amigos no se enfadarían conmigo.

Ash: Eso es muy tierno. Vanessa, tienes que perdonar a Scott. -Vanessa pareció calmarse y Ashley se rió-. Entonces el pobre Zac piensa que estás loca por él. Ahora me explico por qué se ha estado comportando de una forma tan extraña.

Scott: Bueno, en realidad, él lo sabe todo y os ha estado tomando el pelo toda la noche.

Ash: ¡Ah! -exclamó alegre-. Ése es el Zac Efron de siempre.

Pero a Vanessa aquello no le hacía gracia. Estaba pensando y planeando. Y a juzgar por el brillo en los ojos de Zac parecía que estaba disfrutando. Bien, si lo que le gustaba era jugar...




Vale, Zac se ha pasado siete pueblos. ¡Un equipo de fútbol! No jodas XD.
Si Vanessa hubiera estado bebiendo en ese momento, habría escupido todo XD.
¿A qué ha sido diver?XD Pues espérate, que ahora le toca pasárselo bien a Vanessa XD.

Ah, y Lau, respecto a lo de las noves en Facebook, te diré que ¡NO! Además de que estoy en contra de que existan tantas redes "sociales", pienso que Facbook no lo hicieron para que se utilizara como espacio para publicar novelas. Como tú bien has dicho, para eso está Blogger. Y aunque haya más lectoras en Facebook, eso no es un impedimento para que no puedan leer, si quieren, las novelas que publico. Si en Google, por ejemplo, pones "novelas zanessa" seguro que sale mi blog entre otros. O incluso si pones el título de alguna novela que haya publicado, puede que te salga mi blog. Y aparte, intenté leer una novela Zanessa en Facebook y no fui capaz. No es porque la novela fuera mala, pero que como que no me sentí cómoda leyendo ahí. No parecía que estuviera leyendo una novela. Igual pasa con Fotolog. También hay personas que publican ahí novelas y yo no he sido capaz nunca de leer ahí una novela. No es cómodo. Definitivamente me quedo con Blooger. Y menuda parrafada te he soltado XD. Bueno esa es mi opinión. Gracias por comentarme tanto siempre.

¡Gracias por los coments! ¡A ver si veo más!
Bye!
Kisses!


4 comentarios:

Lau B. dijo...

Si quiere guerra... guerra hay que darle!!!
SOY absoluta y definitivamente TEAM NESSA en este juego!! lol XD
aunque me encantaron los comentarios, con lo de los hijos lo unico que pude pensar fue auch!! pobre mujer!
claro... como a ellos no les dueles :P
MUCHISIMAS muchisimas gracias necesitaba que alguien me dijera lo que pensaba y que estuviera de acuerdo conmigo!
Bye
Lau B.

Lau B. dijo...

y siempre puedes contar con mis comentarios!
porque escoges muy buenas noves para adaptar
por cierto tu nove tambien me encanta
la verdad me estoy mueriendo por saber que sucede alli al igual que con esta!!
publica pronto...
Xx

Unknown dijo...

Uuhh.. IMPRECIONANTE DE CAPITULO.
ZAC YA JUGO... AHORA LE TOCA JUGAR A VANESSAA, YA QUIERO LEER ESTO!

SUBE PRONTO.

Anónimo dijo...

ay no mencionen a AB, por favor no dañen las nove con ese tipo, me fastidia, sale hasta en la sopa y ahora acá también, por favor NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO jajaja ya me deschabete......pasando a lo importante me encanto el capi, sigo tus noves de say ok (por cierto nunca terminaste esa) pero es la primera vez que comento, me encanto el capi, esta vanessa me recuerdo un poco a mi, igual de loca, indiscreta y exigente con los hombres

att: liseth

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