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miércoles, 9 de enero de 2013

Capítulo 12


La cena en el centro social ya había terminado. Los vecinos de Turnabout se habían recuperado del susto del huracán y poco a poco iban recobrando su humor habitual. La gente charlaba animadamente junto al fuego e incluso algunos se habían atrevido a bailar al son de una banda local que resultaba tan entusiasta como poco profesional.

Aly: Es una especie de fiesta -dijo con una sonrisa-. ¿Dejarás que me quede aquí esta noche, tía? En casa no tengo nada que hacer.

Ness: No hay problema siempre y cuando te quedes aquí de verdad. No quiero encontrarte con Mike en la misma situación en la que te encontré hace un rato, cuando llegué. ¿De acuerdo?

Vanessa los había descubierto cuando estaban a punto de besarse y le había sentado bastante mal.

Aly: Mike se va a quedar con sus padres. Ya te lo he dicho antes -le recordó-.

Era cierto.

Vanessa se dijo que debía recordar que Aly no era la buscapleitos que ella había sido a su edad. No atraía los problemas, no se parecían en nada y no era justo que la tratase como si fuera de otro modo.

Ness: Está bien. Si tienes algún sitio donde puedas dormir esta noche, quédate.

Aly y Vanessa cruzaron la sala y se encontraron con el director del instituto, quien, según había anunciado Sam después de la cena, iba a encargarse de mantener el orden en el centro social. El hombre le aseguro que la presencia de Aly era bienvenida, porque podía echar una mano con los más pequeños, y Vanessa se quedó bastante más tranquila.

Cuando su sobrina desapareció entre la multitud, sintió cierta angustia. Todavía no había averiguado por qué razón había huido de sus padres; seguía tan ignorante a ese respecto como cuando Aly se presentó en la puerta de su casa.

En ese momento, apareció Zac.

Ness: Ah, hola -dijo algo sobresaltada-. ¿Sabes que Ashley está en la isla?

Su amiga la había sometido a un intenso interrogatorio después de contemplar el beso que Zac le había dado. La quería muchísimo, pero nunca le había contado que había estado enamorada de él. Y tener que explicarle lo que él estaba haciendo en la isla y lo que ella sentía, la había dejado completamente agotada. Además, el descubrimiento de la pequeña aventura de Aly y Mike añadió más incomodidad a la tarde.

Zac: Sí, me han dicho que consiguió cruzar el canal. Debió quedarse en el continente.

Ness: Bueno, Ashley sabía lo que había pasado y lógicamente quiso venir a echar una mano. Hay gente a quien le gusta estar en su hogar.

Zac: Sí, y hay gente tan afortunada que tiene un hogar -puntualizó. Vanessa lo miró de forma extraña-. ¿Qué sucede?

Ness: Nada. Pero ya que está en la isla, ¿no crees que deberías ir a verla? Se quedó encantada cuando supo que te habías dignado a venir de visita... ¿O es que piensas evitarla, tal y como haces con tu padre?

Zac: Si eso es lo que te molesta, puedes estar tranquila. Ya he visto a mi hermana. Y a mi padre, por cierto.

Ness: No estoy molesta.

Zac no la creyó. Sus ojos estaban vidriosos y sus mejillas algo ruborizadas. O estaba enfadada o borracha, pero dudaba que la última opción fuera posible; según le habían contado, no probaba el alcohol.

Zac: Entonces, ¿es por Aly? Yo diría que se está divirtiendo...

Ness: Sí, es verdad. Se va a quedar aquí a pasar la noche.

Zac la miró y Vanessa se estremeció. Excluido el alcohol, ya solo quedaban dos posibilidades: o le preocupaba su sobrina o reaccionaba de ese modo por su presencia.

La agarró del brazo y dijo:

Zac: Ven conmigo.

Ness: No pienso acompañarte a ningún sitio. Me voy a casa.

Zac: Como quieras. En ese caso iré por el cochecito de golf y te llevaré.

Ness: No necesito que me lleves. Llevo cinco años haciendo este camino a pie y seguiré haciéndolo cuando te hayas ido.

Zac: Todavía sigo aquí.

Ness: Es una lástima, porque si te hubieras llevado ya a Aly...

Zac: Se habría escapado otra vez -la interrumpió-. Lo sabes perfectamente, así que deja de comportarte de ese modo y dime qué diablos es lo que te inquieta tanto.

Ness: Dijiste que estarías aquí a la hora de cenar -le espetó, sin darse cuenta de lo que decía-.

Zac: Tenía cosas que hacer.

Ness: Bueno, de todas formas no es asunto mío. Ashley...

Zac: Ashley ya me ha dado su opinión.

La hermana que recordaba Zac como una jovencita rubia y tranquila, se había convertido en una mujer preciosa, de largas piernas y cabello rizado, que resultaba tan poco callada y tranquila como Howard. Y esa hermana, precisamente, le había dicho que no le parecía buena idea que besara a su mejor amiga si no pretendía llegar a nada con ella.

Zac había estado a punto de decirle que no tenía intención de hacer nada que pudiera causarle el menor dolor, pero naturalmente no lo hizo. Sin embargo, deseaba a Vanessa. La deseaba con locura y de hecho estaba sorprendido consigo mismo por haber sido capaz de controlar sus emociones hasta entonces.

Zac: Te llevaré a casa.

Ness: Ya te he dicho que no lo necesito.

Zac: Pero puede que yo sí.

Vanessa se quedó perpleja. Lo miró, contempló sus ojeras y por primera vez pensó que realmente no conocía a aquel hombre, que él tampoco era quien ha¬bía sido. Pero a pesar de que pretendía mantener las distancias, no fue capaz de resistirse a la tentación.

Tragó saliva y asintió.

La tensión pareció desaparecer automáticamente del rostro de Zac, que la acompañó al vehículo de Leo.

En esa ocasión, Vanessa no se empeñó en conducir. La luna iluminaba el camino y ella procuró mantenerse alejada de él para no rozarlo siquiera. Había pasado varios años construyendo la vida que tenía, haciendo amigos, levantando el negocio, organizándolo todo y avanzando por el camino de la responsabilidad. Se había concentrado completamente en ello, como si quisiera borrar a la joven rebelde y extrovertida que había sido, y durante todo ese tiempo se había logrado convencer de que lo había conseguido.

Sin embargo, en el corto espacio de tres días, su vida había sufrido un vuelco y no sabía si era por Zac, por la tormenta, por Aly o por las tres cosas a la vez.

Se preguntó por qué seguía empeñado en dormir en su casa. Comprendía que no quisiera hacerlo en casa de Howard porque se llevaba mal con él, pero ya que Ashley había regresado, podía alojarse con ella.

En cualquier caso, sabía que habría sido capaz de rogarle que se quedara a su lado. Aquel hombre le gustaba demasiado por mucho que intentara negarlo.

Cuando llegaron a la casa, Vanessa se bajó del vehículo. Zac no la siguió. Se alejó antes de que ella pudiera entrar en la casa, como si no tuviera razón alguna para quedarse.

Vanessa entró, se dirigió al dormitorio y se agachó para sacar de debajo de la cama la bolsa donde guardaba el hilo y las agujas de coser; se le había soltado un botón. Pero en lugar de eso, cambió de opinión y sacó las cajas con las fotografías.

Después, decidió salir al muelle y se sentó en la tumbona a contemplar su vida entera en imágenes.

Ni siquiera había terminado el primer álbum, cuando sus ojos ya se habían llenado de lágrimas.

**: ¿Vanessa? -Era Zac-. Siento aparecer así, pero he llamado a la puerta y no contestabas...

Vanessa cerró los ojos para disimular su emoción.

Ness: Pensaba que te habías marchado...

Zac: Sí, pero he vuelto. ¿Podemos entrar un momento?

Ness: No, no quiero hacerlo. La casa está demasiado vacía.

Zac suspiró y se sentó. Después, la alzó como si fuera una niña y la sentó sobre sus rodillas para intentar animarla.

Zac: Vanessa... No llores. Todo se arreglará, ya lo verás.

Ness: No, no lo hará...

Había perdido el control de la situación y estaba llorando sin poder evitarlo. Y sorprendentemente, sin saber cómo ni por qué, se inclinó sobre él y lo besó en los labios.

La boca de Zac estaba fría como la noche.

Zac: Vanessa...

Ness: Bésame. -Zac gimió y ella deseó volver a saborearlo, volver a tocarlo, sentir aquellas manos en su cuerpo-. Bésame -repitió-.

Zac: Quiero mucho más que un beso, Vanessa. Tú no eres...

Vanessa lo interrumpió tomando la iniciativa y besándolo otra vez.

Ness: Yo también quiero más -dijo en un susurro-. Lo quiero todo.

Zac tomó la cara de Vanessa entre sus manos y la obligó a mirarlo. Los ojos del hombre parecían tan oscuros como el cielo nocturno, pero no resultaban menos intensos por ello.

Zac: ¿Estás segura?

Ella asintió.

Ness: Sí.

Esperaba que Zac devorara su boca, pero la besó suave y dulcemente, como probando.

Vanessa no quería eso. No quería que la tratara con delicadeza.

Ness: Zac...

Zac: No digas nada.

Zac alzó una mano y le secó las lágrimas con un dedo. Después, se inclinó sobre ella y la besó en la comisura de los labios con una infinita dulzura de la que ella nunca le habría creído capaz.

Zac: No te haré daño.

De haber tenido fuerzas para ello, Vanessa se habría reído. Pero se limitó a quedarse en silencio, dejando que la acariciara y que explorara los rasgos de su cara y la curva de su cuello, bajando poco a poco hacia la parte superior de sus senos.

Aquello era una verdadera tortura.

Zac: Eres tan guapa... Más guapa que nunca.

En ese momento, Vanessa recordó la noche de la fiesta de la boda de Will. Entonces también le había dicho que era muy guapa, pero para añadir después que también era una niña mimada y egoísta.

Ness: No pensemos en el pasado. El pasado ya no existe.

Zac: Es cierto. Ya no existe. Se ha ido.

Ness: Hazme el amor, Zac. Hazme el amor ahora...

Vanessa no perdió el tiempo. Se quitó el vestido por encima de la cabeza y dejó que cayera al suelo. Pero debajo llevaba una camiseta.

Zac se inclinó y comenzó a besarla en el vientre y en los senos mientras se esforzaba por quitarse la camisa. Sin embargo, aquello no era suficiente para ella. Quería sentirlo desnuda, sin barrera alguna.

Ella le ayudó con la camisa y él hizo lo propio con la camiseta de Vanessa, que sintió frío. Supuso que debía tener un aspecto muy extraño; ya solo llevaba el sujetador, las braguitas y los zapatos con calcetines blancos.

Acto seguido, Zac la tomó en brazos y la llevó al interior de la casa. Se dirigió directamente a su dormitorio, sin tropezar con nada a pesar de la oscuridad, y Vanessa casi agradeció que la falta de electricidad los ocultara. De ese modo se sentía menos cohibida.

La dejó sobre la cama. Después, le quitó los zapatos y los calcetines y la besó en las piernas.

Ness: Zac, no sé si puedo...

Zac: Tranquila. Nos lo tomaremos con tanta calma como quieras. Haremos lo que necesites.

Vanessa necesitaba superar el pasado, sacarse de dentro todo lo que había acumulado durante años. Y eso se podía expresar de una forma tan directa como sencilla:

Ness: Te necesito a ti.

Se arqueó contra él, tentándolo, y él la besó de forma apasionada. Era una sensación maravillosa, única, inmensamente seductora. Y cuando al cabo de unos minutos se apartó un poco, solo pudo oír sus aceleradas respiraciones; un sonido que la acompañaría el resto de su vida.

Zac: Todavía podemos detenernos si quieres...

La voz de Zac sonaba ronca.

Ness: ¿Todavía? -preguntó, aunque no quería detenerse-.

Zac: Por supuesto que sí. Si no estás preparada, podemos dejarlo.

Ness: Se nota que eres más fuerte que yo -dijo, arqueándose otra vez-. Porque yo no podría detenerme aunque quisiera.

Él comenzó a besarla y a acariciarla; esa vez, sin contenerse.

Cubrió de besos sus hombros, sus muslos y sus senos. Después, introdujo una mano entre sus piernas y acarició suavemente el sexo de Vanessa. Estaba tan excitada que creyó que él podría oír los latidos de su corazón. No era precisamente virgen, pero a todos los efectos aquello era nuevo para ella. Nunca había experimentado nada tan intenso.

Zac: ¿Seguro que quieres que sigamos?

Ness: Sí.

Zac: En tal caso... -Se tumbó a su lado y estuvieron besándose y acariciándose un buen rato, apretados el uno contra el otro, hasta que él se apartó repentinamente y dijo-: Espera un momento.

Vanessa no tardó en comprobar por qué se había alejado. Había sacado un preservativo y se lo había puesto.

Ness: Piensas en todo -dijo divertida-.

Zac: Por supuesto. Siempre hay que estar preparado.

A partir de ese momento no hubo más palabras. No hubo nada salvo gemidos, jadeos y la sensación del contacto de sus cuerpos.

Vanessa pensó que probablemente Zac podía protegerla de sí misma. Pero mientras se amaban, mientras la noche transcurría entre besos y caricias, también pensó que ella también podía protegerlo a él.

Vanessa abrió los ojos, sobresaltada. Se incorporó levemente, apoyándose en los codos, y Zac le acarició el cabello.

Zac: ¿Te encuentras bien?

Ella se quedó callada un momento. No sabía qué la había despertado, pero la casa estaba en silencio y no se oía ninguna tormenta en el exterior. Por la luz de la habitación, supuso que estaba a punto de amanecer.

Ness: Sí, estoy bien.

Vanessa lo miró y olvidó el sobresalto de inmediato. Su visión bastó para excitarla otra vez, para hacer que la sangre volviera a recorrer sus venas.

Su cabello parecía más claro que nunca contra la almohada negra, y su cuerpo resultaba de un moreno cobrizo contra las sábanas. Pero por muy atractivo que fuera, lo que la volvía completamente loca no era su cuerpo sino aquella mirada intensamente íntima, como un rayo de sol que abriera sus pétalos.

Se dejó llevar por el deseo y se inclinó sobre él hasta que sus labios estuvieron a escasos milímetros de la boca de su amante. Después, dobló una pierna sobre su cuerpo y apretó los senos contra su pecho. Él llevó las manos a sus caderas y la penetró suavemente.

Zac gimió. Apretó los dedos sobre el cuerpo de Vanessa, que gritó sin poder evitarlo, y los dos empezaron a moverse al unísono, como si fueran una única persona.

Al parecer, la realidad era mejor que los sueños.




¡Por fin!
Parecía que no iba a pasar na cuando Zac la dejó y se fue, ¡pero volvió y pasó lo que tenía que pasar! XD
Ya era hora. Veremos a ver como siguen las cosas a partir de ahora. Esperemos que bien.
La nove tiene 17 capis, así que todavía pueden pasar cosas.

Aprovecho y saludo a mis dos nuevas lectoras, Isidora y Noe. Que he visto que me habéis puesto un comentario en "Se necesita esposa". La cuarta novela que publiqué. Más vale tarde que nunca XD. Espero que las otras os gusten también y que me comentéis mucho mucho.

¡Gracias por los coments!
Un besito a todas. ¡Ay no! ¡Que os contagio! XD

¡Comentad!
Bye!
Kisses!


3 comentarios:

Unknown dijo...

uuuy me encanta! tambn ley seduceme y me gusto mucho, gracias por los saludos (: sigue subiendo!

Anónimo dijo...

Siguela porfaaa!!! Porfin paso algo entre ellos

Unknown dijo...

ME ENCANTO!
PASO ALGO ENTRE ELLOS! QUE GENIAAAAAAAAAL!
SOLO FALTAN 5 CAPIS Y LA NOVE TERMINA :(
PERO ESTOY CON DUDAS IGUAL.. ALY SERA HIJA DE VANESSA? EN FIN. ME ENCANTO EL CAPITULO, AHORA NO DEBERIAN SEPARARSE MAS.. YA QUE SON EL UNO PARA EL OTRO.

SUBE PRONTOO :)

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