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sábado, 12 de enero de 2013

Capítulo 14


Vanessa sintió que se le aflojaban las piernas al enterarse de que Aly sabía la verdad. Estaba tan aturdida que apenas notó que Zac la había soltado; estiró una mano para tratar de alcanzar a su sobrina, a la hija que no había podido reclamar en todos esos años, pero la joven retrocedió para impedir que la tocara.

Ness: Oh, Aly... -murmuró-.

Aly: ¿Lo ves? Has mentido -dijo llorosa-. Ellos han mentido. Todos mienten. Todos.

Vanessa pensó que Aly tenía razón. Todos le habían mentido, o al menos, no le habían dicho la verdad.

Ness: ¿Cómo te has enterado?

Aly: Por la abuela Hudgens. Vino a buscarme al instituto el día que cumplí quince años y me lo contó -explicó-. ¿No te parece encantador de su parte?

Lily Hudgens no había tenido un solo gesto de generosidad en su vida. Si esa vez había recurrido a la verdad había sido por simple crueldad: sabía que hiriendo a Aly lastimaría a Vanessa.

Ness: ¿Qué te ha contado? -dijo con voz trémula-.

Aly: Todo. -Hizo una pausa para mirar a Mike, que observaba la situación con recelo y fascinación, y continuó-: ¿Querías saber quién demonios era el tal Drake? -Vanessa sintió que iba a vomitar y rogó en silencio para que Aly no siguiera adelante con sus revelaciones-. Es mi padre. La abuela creyó que tenía derecho a saber que mi verdadero padre está en prisión por tráfico de drogas.

El joven la abrazó y se la llevó del lugar. Vanessa se llevó una mano a la boca y trató de seguirlos, pero Zac se interpuso en su camino.

Zac: Deja que se vaya, Vanessa.

Ness: Pero él es...

Zac: Él no es Drake -afirmó mirándola a los ojos-. A mí tampoco me gusta Mike, pero de momento, es la única persona con la que Aly no está molesta.

Ness: ¿Cómo pudo mi madre hacer algo semejante? ¿Herir a Aly? Ella jamás les ha hecho nada malo a mis padres, nunca los avergonzó ni les faltó al respeto. No es más que una chiquilla inocente -sollozó y se dejó caer de rodillas en la arena-. ¿Cómo ha podido, Zac? ¿Por qué?

Zac se sentó a su lado pero no trató de tocarla; parecía solo querer rodearla, protegerla. Vanessa agradeció la delicadeza de su gesto, pero en aquel momento sentía que ya nada podía protegerla.

Ness: Aly no puede seguir castigando a Will y a Miley. A pesar de lo que Aly crea, Zac, la quieren como si fuera su propia hija -afirmó-. A veces, confiar en ese amor es lo único que me mantiene viva.

Zac: Aly es inteligente, Vanessa. Está sufriendo, pero en cuanto descubrió la verdad vino a buscarte.

Ness: Y le he vuelto a fallar.

Zac: ¿Cómo? ¿Por no leer su mente? Vamos, preciosa, no podías saber...

Ness: Sabía que había algo más, lo presentía. No era solo que no quisiera ir a Bendlemaier, había otro motivo.

Zac: Probablemente, quería juzgarte con sus propios ojos. Si hubiera creído en todas las barbaridades que le dijo Lily, no habría venido aquí.

Ness: Y en lugar de desmentir las palabras de mi madre, Aly comprobó que estaba en lo cierto...

Zac: Lo que descubrió fueron los hechos -dijo mientras se ponía de pie-, pero no sabe la verdad porque desconoce las circunstancias que rodearon a esos hechos.

Vanessa se pasó una mano temblorosa por el pelo y se enderezó, aunque teniendo cuidado de no mirarlo a los ojos. No podía, no tenía fuerzas. Se preguntaba cuál era la verdad. Los pocos días que Zac había pasado con ella habían bastado para que se metiera bajo su piel. Sin embargo, se iría y la dejaría en medio de una soledad insoportable. Había aceptado convertirse en la tía de Aly porque sabía que era lo mejor para su hija pero, en aquel momento, sentía que la muralla que había construido para reprimir la pena se desmoronaba ante los sensibles ojos de su amante.

Ness: La verdad es que Will y Miley adoptaron a Aly cuando tenía dos años -explicó-. Y siempre la quisieron como si fuese su hija.

Zac: ¿Pero por qué no le dijeron la verdad? ¿Qué tenía de malo que supiera que eras su madre biológica? Estoy seguro de que habría entendido que eras prácticamente una niña cuando nació -afirmó tomándola de la barbilla para forzarla a mirarlo-. ¿Cuántos años tenías? ¿Dieciocho?

Ness: Sí y veinte cuando reconocí la verdad -contestó con crudeza-. La verdad era que era incapaz de brindarle a Aly la clase de cuidados que se merecía. Enfermó, Zac, tuvo una infección respiratoria que podría haberla matado y yo era demasiado pobre para pagar un buen médico y demasiado orgullosa como para pedir ayuda a la seguridad social. De no haber sido por Will y Miley...

A Vanessa se le hizo un nudo en la garganta al recordar aquella dura y dolorosa época.

Zac: ¿Y tus padres no te ayudaron?

Ness: ¿Bromeas? Cuando descubrieron que estaba embarazada, trataron de obligarme a abortar. No querían que la sangre de los Hudgens se mezclara con la de Drake. Cuando me negué a hacerlo, me echaron de casa. Estoy segura de que creyeron que como no tenía dinero ni trabajo haría lo que querían.

Zac: Pero no lo hiciste.

Ella se apoyó contra el muro de piedra que bordeaba la playa; le temblaban las piernas y no estaba segura de poder mantenerse en pie mucho más tiempo. Bajó la vista y se concentró en sus manos.

Ness: Siempre hice lo que querían, Zac, pero por primera vez había algo que importaba más que satisfacer los deseos de mis padres. Estaba embarazada, iba a tener un hijo, un bebé inocente -relató, con voz trémula-. Sé que era demasiado joven para ser madre, pero era mi cuerpo y tenía derecho a decidir qué hacer con él. ¿Sabes qué fue lo último que me dijo mi madre? Que era tan inútil que sería incapaz de hacerme cargo de una criatura.

Zac: ¿Y qué hiciste?

Aunque Vanessa llevaba años sin hablar sobre aquella época, el recuerdo era tan vivido que parecía haber ocurrido el día anterior.

Ness: Will y Miley me ayudaron a encontrar un pequeño piso y se ocuparon de pagar el alquiler los primeros meses. Después, me negué a que siguieran haciéndolo porque no quería vivir de su caridad eternamente. Iba a ser madre y tenía que asumir mis responsabilidades -rememoró-. Traté de conseguir un buen trabajo pero me fue imposible; me habían echado del instituto porque no querían estudiantes embarazadas y no tenía referencias laborales, así que mentí acerca de mi edad y conseguí un trabajo como camarera en un bar cercano a la universidad, aprovechando que al dueño le importaba más cómo rellenaba el uniforme que lo bien o mal que sirviera las copas. Tuve que renunciar cuando el embarazo se empezó a notar, pero para entonces había conseguido juntar algunos ahorros y podía pagar el alquiler por mi cuenta. Además, a los pocos días conseguí otro trabajo en el que no importaba tanto la figura.

Zac: ¿Ashley estaba al tanto de lo que ocurría?

Ness: Ashley fue mi ángel de la guarda -dijo emocionada-. Aly nació el día en que se suponía que ella debía presentarse a su examen final. Había prometido estar conmigo y no se apartó de mi lado hasta que nació la niña.

Zac: Ashley, siempre tan leal...

Ness: Aly era un bebé maravilloso, Zac. Todo lo hacía antes de tiempo. Andar, hablar -contó con la voz quebrada-. Sabía que se merecía más de lo que podía darle, pero no podía. Era demasiado egoísta.

Zac: No hay ni un gramo de egoísmo en ti.

Vanessa movió la cabeza en sentido negativo.

Ness: Lo había, créeme. Después, ella enfermó y, como siempre, Will y Miley estuvieron allí para ayudarme. Y pensar que estaba tan celosa de Miley cuando se casó con mi hermano... -Zac asintió con un gesto-. Creía que iba a robarme a mi familia, pero estaba equivocada -continuó-. Ella fue maravillosa y mucho más amable de lo que me merecía. A veces se quedaba cuidando a Aly cuando yo tenía que trabajar. Estaba preparando su tesis doctoral y no sabes lo duro que es eso; sin embargo, siempre estuvo ahí para ayudarme con la niña.

Zac: Sí, son todos unos santos... -Había cierto sarcasmo en su tono. Se moría de ganas de estrangular a George y Lily Hudgens y, ciertamente, no le faltaban ganas de hacer algo parecido con Will y Miley-. Lo que no acabo de comprender es por qué no se limitaron a ayudarte con Aly -declaró-. O por qué, al menos, no le contaron que eras su madre antes de que lo averiguara por su cuenta. Tenía derecho a saber la verdad.

Ness: ¡Porque fui yo quien les suplicó que se la llevaran! -gritó cubriéndose la cara por vergüenza-. Casi se muere porque yo no me daba cuenta de lo enferma que estaba. ¡No estaba a salvo conmigo! Todo lo que mis padres me habían advertido era cierto. Lo mejor que podía hacer era dejar a Aly con gente que fuera capaz de ocuparse de ella. A Miley le bastó echarle un vistazo para llevarnos directamente al hospital. Ella sabía cómo ser madre. Yo, no.

Zac: ¿Y Drake?

Vanessa puso cara de asco, como si oír ese nombre le provocara náuseas.

Ness: Estaba en prisión. Nunca se lo conté. No he vuelto a hablar con él desde aquel día, después de la boda de Will. Ni siquiera le dirigí la palabra cuando nos arrestaron al día siguiente.

Zac se estremeció al oírla.

Zac: ¿No has vuelto a ver a Drake Peterson? ¿Jamás?

Ness: Cuando salió de la cárcel quiso ir a la casa, pero mi padre había contratado a un guardia de seguridad para impedir que se acercara y para garantizar que yo no saliera de allí. Creo que siempre creyeron que estaba involucrada en el asunto del tráfico de drogas. -Se detuvo un momento y lo miró a los ojos-. ¿Comprendes por qué no queríamos que Aly supiera que soy su madre, Zac? Habría preguntado quién era su padre biológico y no queríamos que se enterara de que era hija de un delincuente.

Él desvió la vista hacia el mar, pero en su mente tenía la imagen de Vanessa casi dieciséis años atrás. No podía dejar de pensar en lo que había sentido al entrar en ella. Estaba seguro de que entonces era virgen; por eso no comprendía por qué Vanessa insistía en que Drake era el padre de Aly si aseguraba que no lo había vuelto a ver después de la boda.

Nadie había hecho el amor con ella antes que Zac, pero Vanessa parecía haberlo olvidado.

Ness: Tengo que ir a buscarla. Hablar con ella, contarle...

Zac: ¿Contarle qué?

Ness: No lo sé, pero no puedo permitir que siga creyendo que no es importante para sus padres -afirmó, antes de marcharse-.

Zac la observó mientras se alejaba y después se sentó con la mirada perdida en el océano. Estaba aturdido; Aly creía saberlo todo, pero ni siquiera la propia Vanessa conocía completamente la verdad. Él, sí: Aly era su hija. Y si Vanessa consideraba que Drake era un padre inapropiado para la pequeña, temía lo que podría llegar a pensar si se enteraba de quién era él con exactitud.

En aquel momento apareció Ashley y se sentó a su lado.

Ash: ¿Qué sucede? Tienes cara de haber perdido a tu mejor amigo.

Zac: No tengo amigos -contestó sarcástico-.

Ashley sonrió, lo agarró del brazo y recostó la cabeza sobre el hombro de su hermano.

Ash: Recuerdo que solíamos sentarnos aquí antes de que te marcharas de la isla.

Zac: Pero si solo eras una niña...

Ash: Sí, pero me acuerdo -insistió-. Nos sentábamos aquí y les echábamos pan a los pájaros. Eran buenos tiempos.

Zac: ¿Buenos tiempos? -Casi no recordaba nada salvo el sufrimiento de su madre y lo horribles que eran sus panecillos, más apropiados para darle de comer a los pájaros que para desayunar-. ¿Por qué regresaste, Ashley? Te has licenciado en la universidad con diploma de honor, podrías haber ido a cualquier otra parte.

Ella suspiró y Zac vio cómo recorría con sus ojos marrones el océano azul. El mismo azul de los ojos de Aly. Sus mismos ojos azules.

Se preguntó cómo no lo había notado. Desde que sabía la verdad, comenzaba a ver el parecido. Aly tenía el pelo ondulado y el color de la piel de Vanessa, pero las cejas, la barbilla afilada y los ojos eran una clara herencia de los Efron.

Ash: Turnabout es un lugar interesante -contestó finalmente-. Parece algo detenido en el tiempo, pero hasta en eso tiene su encanto. Hay mucho por hacer, sin duda. Necesitamos encontrar alternativas para resolver el problema de la electricidad. Más generadores, una planta de energía solar o algún sistema de energía eólica que nos permita aprovechar el viento permanente de la isla.

Zac: Deberías trabajar en el ayuntamiento. Nadie como tú para sacar a este lugar de la prehistoria.

Ash: No todo es malo, Zac. No sé, yo siento que Turnabout tiene una mística muy especial, algo irresistible. Además, ésta es mi casa.

Para él, aquella isla solo tenía malos recuerdos.

Zac: A estas alturas, deberías estar casada y con hijos -opinó-.

Ashley no salía de su asombro.

Ash: ¿Casada y con hijos? Hablas como papá.

Zac: ¡Qué horror!

Ash: Podría decir lo mismo de ti -señaló-, pero supongo que estás demasiado ocupado con tu vida de intrigas y misterios como para tener esposa e hijos. A menos que los estés ocultando en alguna parte por temor a que se enamoren de una isla a la que odias. -Zac cerró los ojos y tragó saliva-. Papá te echa de menos... -comentó después de un largo silencio-.

Pero Zac hizo caso omiso del comentario. No podía pensar ni en Howard ni en Turnabout ni en su hermana pequeña.

Zac: Aly sabe que Vanessa es su madre biológica -dijo ásperamente-.

Ashley se llevó una mano a la boca y lo miró angustiada.

Ash: Dios mío -murmuró-. Mentiría si dijese que me sorprende; tarde o temprano Aly lo iba a descubrir. -Entonces, Zac le contó lo que había hecho Lily-. Esa mujer es una arpía -afirmó-. ¿Y tú cómo te has enterado? ¿Te lo ha contado Vanessa?

Zac: Sí, pero porque no tuvo más alternativa. Estaba presente cuando Aly le ha dicho que sabía la verdad. -Tras decir eso, miró a su hermana con ternura y agregó-: Has sido una buena amiga para ella.

Ashley pareció entristecerse ante el comentario.

Ash: Ella también lo ha sido para mí -aseguró-, aunque yo no haya tenido que atravesar una situación como la suya.

Zac: Mejor así.

Ash: ¿Puedo preguntar qué intenciones tienes con Vanessa? -preguntó divertida-.

Zac: Sabes que odio que se metan en mis asuntos.

Ash: Zac...

Zac: Ashley... -replicó entre risas y la besó en la cabeza-. Anda, ve a buscar a Vanessa, que necesita un amigo.

Ash: ¿Y qué hay de ti? ¿Qué es lo que tú necesitas?

Mientras se ponía de pie, Zac se dijo que llevaba dieciséis años necesitando lo mismo: redención. Creía que la obtendría al volver a Turnabout pero, bien al contrario, el regreso a la isla solo había servido para empeorar su condena.

Zac: Desayunar -respondió finalmente-. Necesito desayunar.

Ashley sonrió, aunque con los ojos llenos de tristeza. Habían pasado años sin verse, pero les bastaba una mirada para decirse todo.

Ash: Está allí, hermanito, esperando. Solo tienes que extender la mano y pedir.

Acto seguido, la mujer se incorporó y se marchó por la playa.

Zac metió las manos en los bolsillos y miró hacia el mar.

«Extender la mano y pedir», repitió mentalmente.

Era fácil de decir pero imposible de hacer.




¿Zac el padre de Aly? ¿Podría ser posible?
Esperemos que sí, porque la otra opción es Drake :S
En el siguiente capítulo sabremos la verdad...

¡Comentadme mucho, mucho!
Bye!
Kisses!


5 comentarios:

Caro Alfaro dijo...

Eso de que Zac es el padre de Aly me desconcertó jajaja
Siento que me perdí algo :o la nove se pone cada vez mejor!!

Saludos -Caro-

Unknown dijo...

HOOO! me encanto<3 solo quiero leer el otro capitulo!!!

Anónimo dijo...

buenisimo!! me encanto el capi! zac el padre de aly? :O
siguela porfis
-val-

Lau B. dijo...

Hmm lo de Zac no me lo esperaba!! PERO ESO LO HACE MUCHISIMO MEJOR!!
POR FAVOR PUBLICA!!!
NECESITO SABER QUE VA A PASAR CON ZAC Y VANESSA Y QUE PIENSA ALY!
una pregunta
Vanessa no se le ocurre que Zac es el padre de su hija o es que se lo esta escondiendo? a Ashley Tampoco??
PLEASE PUBLICA
Bye
Lau B.

Unknown dijo...

POOOOOOOOOOOR DIOS!
QUE CAPITULO!!
ALY HIJA DE ZACCC? ES GENIAL!
PERO COMO VANESSA NO VA A SABER? O SI SABE.. PERO NO QUIERE DECIR.
ME ENCANTO.
PULBICA PRONTOO!

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