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martes, 12 de julio de 2011

Capítulo 5


Vanessa se quedó sentada en la silla, con el auricular en la mano y mirando al vacío. En lugar de sentirse ofendida porque la hubiese llamado nena, se sentía sexy y deseable, muy diferente de la mujer que había sido siempre.
Un terrible alarido la sacudió. Vanessa dejó el teléfono y se lanzó hacia el cuarto de estar. Foxi estaba encaramado sobre la cabeza del alce, con el lomo arqueado y el pelo erizado. Abajo, en el suelo, también en posición de ataque, había un gato atigrado que Vanessa había visto antes en las cuadras.

Alysson: Creo que no se gustan -murmuró-.

Ella y Alex estaban de pie sobre el sofá negro de piel, observando a los gatos.

Ness: Tenemos que sacar a ese gato de aquí.

Alex: Yo lo echaré -se ofreció, saltando desde el sofá en dirección al gato de las cuadras. El gato salió corriendo con un fuerte maullido, perseguido por Alex. Vanessa corrió a abrir la puerta de la casa, y el animal salió sin mirar atrás-. ¡Lo conseguimos! -exclamó dándole a Vanessa una palmada en la mano en gesto victorioso-.

Cuando volvieron al cuarto de estar, Foxi seguía encima de la cabeza del alce, gruñendo a Alysson, que intentaba hacerle bajar con dulces palabras.

Alysson: Me parece que no debería haber traído a Tigre -admitió-. Pero quería que Foxi tuviese un amigo. Es duro ser nuevo y no tener amigos.

Vanessa rodeó a Alysson con el brazo.

Ness. No te preocupes -le dijo con ternura-. A Foxi le gusta ser el único gato, es más, lo prefiere. Él no es como las personas.

Alysson: Yo tenía mis amigos cuando vivía en California con papá y mamá -recordó-. Pero no en Ohio, cuando vivía con el tío Jesse y la tía Sarah. ¡No quería que nadie supiese que vivía con ellos!

Ness: ¿Sientes lo mismo viviendo aquí con tu tío Zac? -le preguntó con curiosidad-.

Alysson: Quiero mucho al tío Zac -dijo masticando un mechón largo de su cabello-. Pero siempre está trabajando. Si trajese a alguna amiga, tendríamos que estar con Alex molestándonos todo el rato. No sería divertido para ella.

Alex: Sí -admitió-. No hay nadie que me diga que no moleste a las niñas, como hacía mamá.

Alysson: Y cuando Nick o Miley están aquí, sólo nos mandan callar cuando nos quejamos -añadió-. ¿Para eso iba a traer una amiga a casa?

Vanessa sintió pena por Alysson, y por Zac, ajeno al dilema de una niña de diez años que sentía que su familia era diferente de la de los demás.
Alex se dirigió al televisor y lo encendió. Alysson lo siguió, y Foxi, viendo que todo estaba en calma, se atrevió a bajar de la cabeza del alce.
A Vanessa le rugió el estómago, y recordó que no había desayunado. Miró a los niños sentados ante la pantalla, con los ojos vidriosos y la mandíbula caída, y sintió la tentación de dejarlos ahí, calladitos y quietecitos, sin causar ningún problema. Pero sin saber por qué, se sintió culpable.

Ness: Tengo que hacer algunas llamadas, pero después, me gustaría que me enseñaseis el rancho -se oyó decir a sí misma-. Después haremos galletas.

Se tomó un rápido desayuno mientras buscaba en la guía telefónica un lugar llamado Paraíso. Pero esa palabra no aparecía ni como bar, ni como motel, ni como ninguna otra cosa.
Casi eran las cinco cuando Miley por fin volvió a casa. Se detuvo en la puerta de la habitación de Alysson, donde Vanessa y ella estaban rodeadas de cajas de juguetes y ropa.

Alysson: ¡Hola, Miley! -la saludó, agitando la mano-. Vanessa me está ayudando a arreglar mi habitación.

Alex: Hemos hecho galletas -dijo sentado en el suelo con un tebeo mientras mordía una galleta-. También vamos a tener un perrito.

Miley: Fenomenal -dijo sonriendo benévolamente y marchándose-.

Vanessa la siguió hasta su habitación, que era más pequeña que las de Alysson y Alex y estaba pintada de un morado chillón. Un enorme pez decoraba la pared.

Ness: Miley, sé que hoy no has ido al colegio -dijo sin rodeos-.

Miley se echó en la cama, con una mano debajo de la cabeza.

Miley: He aprendido mucho más donde he estado que lo que hubiera aprendido en el colegio.

Vanessa la estudió. La joven tenía la boca hinchada y las mejillas y el cuello enrojecidos. Su larga cabellera castaña clara estaba alborotada, y el maquillaje completamente corrido. Vanessa tragó saliva. Aunque ella no tenía mucha experiencia, Miley tenía el aspecto de una mujer saciada sexualmente.

Ness: Alysson me dijo que habías ido a un lugar llamado Paraíso. Lo busqué en la guía pero no encontré nada con ese nombre -dijo intentando que su tono no fuera acusador-.

Miley se sentó en la cama, con el rostro iluminado por una sonrisa de deleite.

Miley: ¿Pensabas que estaba en un lugar llamado Paraíso e intentaste llamar allí? ¡Oh, qué mona!

Vanessa se sintió desconcertada, sin saber cómo reaccionar ante el hecho de que alguien nueve años más joven que ella la llamase mona.

Ness: Yo... estaba preocupada por ti, Miley. No le dije a tu tío Zac que no habías ido al colegio porque estaba muy furioso por lo de Nick, pero sé que no hice lo correcto.

Miley: Gracias, Vanessa -se levantó y le dio a Vanessa un rápido abrazo-. No tienes que preocuparte por mí, sé lo que hago y lo que quiero. E hiciste bien en no decirle nada al tío Zac. El no puede hacer nada, y ya está muy ocupado con el rancho y los niños. ¿Para qué volverlo loco? Bueno, ¿qué es lo que ha pasado con Nick?

Vanessa le explicó la aventura del viaje a Yellowstone, y Miley se mostró divertida y admirada.

Miley: Nick es un espíritu libre, igual que David Dickson. Es estupendo que se hayan conocido.

Ness: No vas a decirme dónde has estado hoy, ¿verdad?

Miley: He estado en el paraíso, con minúscula. Y no es exactamente un lugar, es más un estado de... felicidad -arqueó las cejas provocativamente-. Es todo lo que puedo decirte por ahora. Tal vez cuando duermas con el tío Zac, podamos intercambiar confidencias de cómo volver a un hombre loco en la cama.

Vanessa sabía que Miley estaba intentando impresionarla. Y lo había conseguido. Era descorazonador que a su edad se sintiese tan intimidada por una adolescente precoz como cuando era una colegiala.

Miley: Voy a echarme una siesta -bostezando-. He tenido un día increíble, pero absolutamente agotador. Gracias por ocuparte hoy de los niños, Vanessa. Eres un ángel.

Le puso a Vanessa un brazo sobre los hombros y la empujó suavemente fuera de la habitación, cerrando la puerta.
Vanessa empezó a andar lentamente por el pasillo, intentando aclarar sus pensamientos. Entonces oyó el ruido de un coche que se detenía, y unos pasos sobre el porche de madera.
La puerta de la casa se abrió de golpe y entró Zac con paso firme. A Vanessa se le aceleró el corazón al verlo, fuerte, alto y vibrante de masculinidad. Llevaba vaqueros y botas, una camisa marrón oscura y una chaqueta de gamuza, y a pesar de la distancia podía sentir el efecto de su poderoso carisma recorriéndole la espalda y haciendo que se acalorara y se ruborizara.
Zac se dirigió hacia ella y la rodeó con sus brazos.

Zac: Cuánto me alegro de verte -dijo con la voz áspera-.

Y posó su boca caliente en sus labios.
Vanessa cerró los ojos al sentir el intenso placer que recorría su cuerpo, eliminando cualquier resistencia por su parte. Cuando él movió los labios el deseo estalló en ella como una bola de fuego, ardiente y brillante, y se apretó contra él, rodeándole el cuello con los brazos.
Zac la besó mas profundamente, con necesidad, y Vanessa arqueó el cuerpo vibrante de excitación y placer, con una creciente necesidad de él. Cuando Zac levantó finalmente la cabeza, sus ojos azules estaban entornados y la miraban intensamente. Antes de que ninguno de los dos pudiera hablar o moverse, una alegre voz juvenil sonó detrás de ellos.

Nick: Siento mucho interrumpiros, pero tenemos visita. Y no vais a creer quiénes son.

Zac: ¿Visita? -repitió frunciendo el ceño-. Vaya horas...

Vanessa se apartó de él, temblándole las piernas, y con todo su cuerpo ardiendo con una mezcla de deseo y vergüenza.

Nick: Tú debes de ser Vanessa -se aproximó a ella para presentarse-. Yo soy Nick. El tío Zac me ha dicho que fuiste tú quien le dijiste que David y yo nos íbamos a Yellowstone.

Vanessa no sabía muy bien qué responder. Nick la miraba sin hostilidad, sólo con curiosidad. Tenía el cabello rizado y castaño y los ojos marrones. Era bajo y delgado, pero fuerte, y tenía pecas en la nariz. Un niño a pesar de sus proezas.

Ness: Me alegro de conocerte, Nick -le tendió la mano-. Espero que entiendas que no tenía elección.

Nick: Si, lo sé -le dio la mano y rápidamente volvió a meterse los puños en los bolsillos de sus vaqueros-. Pero a Alysson me gustaría mandarla a otra dimensión. De no ser por ella, David y yo estaríamos ahora en Yellowstone -se volvió hacia su tío-. Me voy a mi habitación. No voy a quedarme aquí a aguantar a esa pesada de Jennifer Carter.

Zac: ¿Los Carter están aquí? -preguntó con una mueca de desagrado-.

Nick: Vienen por el camino. ¡Que no se acerquen a mí, y menos Jennifer! -salió corriendo por el pasillo-.

A través de la puerta medio abierta, Zac y Vanessa vieron al Reverendo Will, a su esposa Sophie y a sus dos hijas aproximándose al porche.
Vanessa se tensó al verlos y miró a Zac. Inmediatamente, él se puso a su lado y le rodeó la cintura con el brazo.

Will: ¡Vanessa, cariño! -exclamó al verla-.

El Reverendo empujó la puerta, y entró. Su esposa y sus hijas, que llevaban platos en las manos, lo siguieron.
La primera reacción de Vanessa fue arrojarse a los brazos de su padrastro, como hacía cuando era pequeña y él era su padre. Pero se contuvo. Ella ya no era una niña y el Reverendo ya no era su padre, ni siquiera su tío.

Ness: Hola, Reverendo Carter -dijo cortésmente-. Hola, señora Carter, Jessica y Jennifer. Me alegro de verlos.

Zac miró la sonriente máscara de Vanessa, y después al Reverendo Will, cuyos ojos mostraban dolor ante el saludo artificial de Vanessa.

Sophie: Por Dios, no seas tan formal -intervino alegremente-. Somos Will y Sophie, por supuesto. Vanessa, Zac, estáis estupendos.

Jennifer: Hemos traído algo de cena para darte la bienvenida a Montana -dijo, regordeta y con el cabello rubio, corto y rizado-. Yo he hecho gelatina de lima, con peras y crema de queso.

Sophie: Y tenemos pollo frito y ensalada de patatas, rollitos de col y pastel de calabaza de postre -añadió-. ¿Podemos ponerlo en la cocina?

Se dirigió a Vanessa, como si ya fuese la mujer que estaba a cargo de la casa. Vanessa miró a Zac, y al ver que la miraba intensamente, se sonrojó.

Ness: Yo... supongo que sí -murmuró sintiendo la presión del brazo de Zac en su cintura-.

Sophie y sus hijas, aparentemente familiarizadas con la distribución de la casa, se encaminaron a la cocina.

Will: He llamado antes, pero no contestaba nadie -dijo el Reverendo rompiendo el violento silencio-.

Ness: Ha debido de ser cuando Alysson y Alex me han llevado a dar una vuelta por el rancho -replicó-. Hemos visto los caballos y los gatos en las cuadras, y el gallinero.

Zac: Así que los chicos te han enseñado esto -dijo mostrándose satisfecho-. Mañana te llevaré con el Jeep a ver los edificios donde seleccionamos y marcamos a los becerros. También te gustará ver los pastos y el río.

Will: Esperaba que mañana pasases el día con nosotros, Vanessa -dijo el Reverendo-. Me gustaría enseñarte el pueblo, que comiésemos en casa y convencerte de que te quedases con nosotros. Tenemos una habitación de sobra que...

Jessica: ¡Papá, hay un gato en la cocina! -llegó corriendo al vestíbulo-. Un antipático siamés que está sentado encima de la cabeza del alce. Me han empezado a llorar los ojos y he estornudado dos veces. Mamá ha dicho que tenemos que irnos inmediatamente.

Zac: ¿Que el gato está encima de la cabeza del alce? -repitió con incredulidad-.

Ness: A los gatos siameses les gustan las alturas -explicó-.

Jessica: Será mejor que entre aire fresco para contrarrestar los contaminantes de aquí dentro -abrió la puerta y una ráfaga de aire helado entró en la casa-. No puedo estar expuesta al pelo de los gatos, me llevaron al hospital...

Zac: No hay duda de dónde se va a quedar Vanessa, Reverendo -interrumpió ignorando a Jessica-. Aquí.

Will: Eso podemos discutirlo más tarde -dijo el pastor, dirigiéndose exclusivamente a Vanessa-. Hagamos ahora nuestros planes para mañana, Vanessa. Puedo venir a recogerte por la mañana... o mejor aún, puedes venirte con nosotros esta tarde y...

Zac: No, eso no va a ser posible -dijo tajantemente-. Vanessa va a tener que aplazar su amable invitación.

Ness apretó los labios. Estaba contestando por ella, sin darle la oportunidad de expresar su opinión.

Ness: Me encantaría ver Bear Creek y... -empezó a decir-.

Zac: Alex todavía tiene varicela y no puede ir al colegio. Vanessa no puede dejarlo solo y salir corriendo a Bear Creek -la interrumpió bruscamente-. Habrá tiempo de sobra para que vea el pueblo más adelante.

Su arrogancia irritó a Vanessa. No estaba allí prisionera y podía hablar por sí misma. Pero antes de que pudiera indicárselo a Zac, Sophie y Jennifer se unieron a ellos, transportando las fuentes y los platos vacíos.

Sophie: Hemos pasado la comida a vuestros platos -explicó-. Está todo preparado para vuestra cena. Esperamos que os guste.

Jennifer: ¿Está Nick? Quiero decirle que hemos traído pollo frito. Sé que le encanta.

Zac: Nick está en su habitación castigado sin salir y... ehh... no se le permiten las visitas -replicó rápidamente, aunque barajó la idea de enviarle a Jennifer como castigo-. Nos aseguraremos de que esta noche Nick se cene ese delicioso pollo.

Jessica: ¿Dónde está Miley? Espero que no esté enferma. Hoy no ha ido a clase de cocina.

Zac: ¿Que Miley no ha ido a clase? -se puso en guardia instantáneamente-.

Ness: A clase de cocina no. No se encontraba bien -se apresuró a explicar, cruzando los dedos-. Miley se acostó en cuanto llegó a casa. Ahora está durmiendo.

Vanessa se sintió dominada por un inexplicable sentimiento de lealtad hacia Miley, y hacia Zac. Miró a Jessica, que parecía decepcionada porque sus intentos de meter a Miley en un lío hubiesen sido saboteados.

Will: Vanessa, en cuanto a mañana -insistió el Reverendo-. Me gustaría...

Ness: Creo que mañana mejor me quedaré aquí con Alex, Reverendo Carter -lo interrumpió convencida de que hablaba por sí misma-.

Zac sonrió, satisfecho. Vanessa sintió su mano deslizándose por la curva de su cadera, con los dedos extendidos posesivamente. Sofocada, intentó apartarse disimuladamente de él, pero no la dejó.

Alysson: Foxi ha robado un trozo de pollo -anunció saliendo apresuradamente de la cocina-. ¿Puedo darle también un poco de ensalada de patatas?

Jessica: ¡Ese gato! -exclamó-. ¡Oh, me pica la garganta! Creo que voy a estornudar otra vez. ¿Tengo los ojos hinchados?

Zac: Alysson, ve a la cocina y vigila que el gato no se coma más pollo -ordenó-.

La nueva mención del gato, puso a los Carter en movimiento.

Sophie: Debemos irnos -dijo apresuradamente-. Tendréis hambre y, por supuesto, no podemos tener a nuestra Jessica expuesta al peligro del gato.

Tras un montón de gracias y adioses, Sophie arrastró a sus hijas fuera de la casa, y Alysson apartó a Vanessa de Zac, insistiendo en que fuese con ella a la cocina.
Zac y el Reverendo Carter se quedaron solos en la entrada.

Will: ¿Vas a intentar evitar que vea a Vanessa, Zac? -demandó el pastor-. ¿Por qué?

Zac se encogió de hombros.

Zac: Creo que es mejor para ella que se quede aquí con nosotros.

Will: ¿Mejor para ella? -bufó el Reverendo con desdén-. La conociste ayer, Zac. Es imposible que puedas juzgar lo que...

Zac: Voy a casarme con ella, Reverendo. Fue idea suya y muy buena. Pero su parte del plan ha terminado, hasta que celebre la ceremonia. Y será pronto, se lo prometo.

Will: Zac, no es así como yo había previsto las cosas -dijo el pastor, claramente afligido-. Mi idea era que Vanessa estuviese en mi casa mientras os conocíais, y así ella tuviese la oportunidad de decidir si quería o no este... este matrimonio.

Zac: Lo quiere.

El Reverendo tragó saliva al ver la sonrisa varonil de confianza y satisfacción de Zac.

Will: Zac, me doy perfecta cuenta de tu encanto y... y de tu habilidad con las mujeres. Una joven sensible como Vanessa podría sentirse fácilmente abrumada por tus... atenciones.

Jennifer: ¡Papá, mamá dice que nos tenemos que ir! -llegó corriendo hasta la puerta abierta-. Dice que tenemos que dejar cenar a los Efron.

Will: Iré enseguida, cariño -dijo el pastor-. Vete al coche y espérame allí con Jessica y con tu madre.

Jennifer se fue obedientemente, y el Reverendo Will se volvió a Zac.

Will: Zac, has conseguido que tu rancho sea uno de los más prósperos del estado, y para ello has utilizado tu inteligencia, tu energía y tu determinación. Pero utilizar esas cualidades para empujar a una joven inocente a tomar una decisión sobre su futuro bajo tus...

Zac: Será mejor que se vaya, Reverendo -le interrumpió secamente-. Hace tiempo que dejó claro que hará lo que diga Sophie, a pesar de los sentimientos de Vanessa.

El Reverendo palideció.

Will: Sé que le fallé a Vanessa cuando era niña -murmuró con ojos alicaídos-. Por eso no permitiré que vuelva a ocurrir. Esta vez voy a estar a su lado cuando me necesite.

Zac: Pero no lo necesita, Reverendo -dijo terminantemente-. Ya no es una niña. Yo puedo darle lo que necesita, y viceversa. A usted esto ya no le concierne.

Will: Claro que me concierne. Yo fui quien sugirió que la invitases, con la esperanza de que al conocerla apreciarías sus buenas cualidades y...

Zac: Le he dicho que voy a casarme con ella -le interrumpió-. No entiendo por qué de pronto está en contra de su propia idea.

Will: Quería que llegases a conocerla, que te enamorases de ella, no que la precipitases a un matrimonio de conveniencia para solucionar tus problemas con los chicos. No conoces a Vanessa, ni es posible que sientas algo por ella tan pronto.

Zac: No tengo tiempo, Reverendo. Los chicos y yo necesitamos a alguien ahora, y va a ser Vanessa.

Will: No es justo para ella, Zac -el pastor alzó las manos con consternación-. No soporto la idea de que no la valores por lo que es.

Zac: Va a tener un marido y una familia, todas esas cosas que aseguró que Vanessa necesitaba. -El Reverendo Carter dejó caer los hombros-.

Will: Está claro que te habrías casado con cualquier mujer que hubiese bajado de ese avión. Es degradante para un ser humano que se le utilice de esa manera.

Zac: Reverendo, está exagerando -empezó a decir. pero lo interrumpió un agudo bocinazo-. Y está siendo requerido por su adorable esposa. No se preocupe por Vanessa. Yo cuidaré de ella.

La bocina volvió a sonar, y el pastor salió corriendo de la casa con el ceño fruncido.
En el salón, Vanessa se había quedado paralizada. Había salido de la cocina para hablar un poco con su tío Will, pero se había detenido al oír las voces de Zac y el Reverendo en el vestíbulo.
Había oído a su tío expresando su preocupación por ella y la insensibilidad de Zac Efron, que la veía como una conveniencia, intercambiable con cualquier otra mujer. Al oír que el Reverendo abandonaba la casa quiso irse con él, alejarse de allí, de Zac Efron.
Impulsivamente, corrió hacia la puerta y se dio de cara con Zac en el vestíbulo.

Zac: ¡Guau! -exclamó, riéndose y sujetándola por los hombros-. ¿Estás intentando superar el récord de Alex de atravesar la casa en dos segundos? -Vanessa no se rió, ni sonrió, ni siquiera lo miró. Salió rápidamente al porche, y vio que el coche se alejaba-. El Reverendo tenía que irse -dijo, rodeándole la cintura por atrás-. Ha sido muy amable por su parte traernos la cena, pero a decir verdad, me alegro de que se hayan ido.

Zac le apartó el cabello con los labios y le besó la nuca.

Ness: ¡Oh, no! -exclamó soltándose y entrando en la casa hecha una furia-.

Zac la siguió.

Zac: ¿Qué ocurre?

Ella se encaró con él.

Ness: Estaba en el salón mientras hablabais el tío Will y tú. Lo he oído todo.

Zac: ¿Y? -preguntó desconcertado-. No has oído nada que no supieses. ¿A qué viene entonces esa rabieta?

Ness: ¡No es una rabieta! -gritó atragantándose con las palabras-. Es que no puedo creer que puedas ser tan... tan insensible como para describirme como una... una conveniencia, intercambiable con cualquier otra mujer que hubiese descendido de ese avión. No me valoras como persona, sólo quieres utilizarme para...

Zac: ¡Espera un momento, señorita!

Zac la agarró por la cintura y la hizo entrar en la pequeña habitación de la puerta cerrada. Vanessa pudo ver que era un despacho, con una mesa, un ordenador y otras máquinas, antes de que Zac la pusiese contra la pared, y le hiciese levantar la cabeza, sujetándole la barbilla.

Zac: Si hubieses escuchado atentamente, te habrías dado cuenta de que yo no he dicho esas cosas -gruñó-. Así es como te ha descrito tu querido tío Will, cielo, no yo.

Ness: ¡Suéltame! -demandó, forcejeando con él-. He decidido quedarme con los Carter esta noche y volver a Washington mañana. Foxi puede pasar la noche en su garaje. ¡Así que suéltame! Voy a hacer las maletas.

Zac: Tú no vas a ninguna parte -gruñó. Apretó el cuerpo contra ella, y Vanessa pudo sentir la dura evidencia de su deseo. Automáticamente, intentó retroceder, pero era imposible, estaba atrapada entre él y la pared-. Me ha gustado que estuvieses aquí para recibirme esta tarde -dijo con la voz ronca, frotando los labios sobre los de ella-. Volvamos a ese momento...

Le mordisqueaba los labios mientras hablaba.

Ness: ¡No! -trató de apartar la cabeza, pero él le sujetó con fuerza la barbilla-. Suéltame, Zac. No quiero ser parte de tu estúpido plan. Sólo quiero...

Vanessa ahogó un grito cuando Zac le introdujo la rodilla entre los muslos y frotó su dura excitación contra la parte más tierna y vulnerable de ella.

Zac: Tú quieres lo que yo quiero -susurró-.


6 comentarios:

ҳ̸Ҳ̸ҳĸaʀყҳ̸Ҳ̸ҳ dijo...

OMG!!!como la dejas asi,no me di cuenta hasta que termine de leer,pobre nessa todo lo que tiene que pasar,los carter me cayeron mal pff!! esos dos cada vez se ponen mas calienturientos deveras,pero esta vez se podra?(XD)jajaja siguela pronto amiga me gusta mucho tu novela
baii baii xoxo

LaLii AleXaNDra dijo...

Waoooo
Zac se esta portando mas mal, que los sobrinos....
ahora nessa aporya a miley?? hahah
siguela..
esta super tu nove
:D

Anónimo dijo...

caromix27:
Zac eres un idota ¬¬
No la mandonees! a nadie le gusta...
Bueno pero tb como la acaricias 222!
no puedo negarlo! stas muy bueno ;)
siguela pronto ali!!
tkm!!

Natasha dijo...

Holaaa ando leyendo tu nove desde el principio y me encantaaa

pero no entiendo porque zac es asi con el reverendo y me dio risa lo de antipatico siames jajajaja

tu nove es genial, me muero por leer el prox cap byeee

Natalia dijo...

Guauuu, esta hermosa tu nove..
siguela lo antes posible!
Muackk

이지준 dijo...

hay loquisimo!!
grr ness mas linda
y lo sobrinos traviesos
hay odio a los carter
que familia mas tonta
y ficty pff y ese
reverendo todo metido
jajaja
siguelaaa
bye
xoxo

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