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domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo 8


El insistente zumbido del despertador sacó a Vanessa de un profundo sueño. A su lado, Zac gimió, buscando a tientas con la mano el despertador hasta que lo apagó. Vanessa abrió los ojos de golpe al comprender... ¡Estaba desnuda en la cama de Zac!

Zac: Vuélvete a dormir -le dijo con la voz ronca-. Tengo que despertar a los chicos para ir al colegio, pero tú puedes...

Ness: Me levantaré.

Vanessa saltó rápidamente de la cama y corrió al cuarto de baño, cerrando la puerta con pestillo.
Zac sonrió. Le hacía gracia la timidez de Vanessa, que contrastaba con su inhibida pasión de la noche anterior. El sensual recuerdo de las escenas se reprodujo en su mente, y sintió una gran ternura. Por Vanessa. Tan dulce e inocente, y sin embargo tan entregada y apasionada.
Él había sido su primer amor. Y sería el único. Su marido.
Zac se acercó a la ventana, desnudo, y abrió las gruesas cortinas. El día estaba gris y nublado, y la lluvia golpeaba los cristales. Pero el tiempo no nubló su optimismo. Silbando alegremente, recogió su albornoz del suelo, y se dispuso a empezar el día.


Vanessa sirvió otro montón de tortitas en el plato de Nick, maravillada de su capacidad para comer. Era la tercera vez que le servía. Alysson las había cubierto completamente con jarabe de arce. Miley daba sorbos de té y mordisqueaba una tostada. Como Alex no estaba bien del todo para ir al colegio, estaba durmiendo.
Foxi entró en la cocina, anunciando su llegada con un potente maullido.

Alysson: Foxi ha dormido en mi cama esta noche. Casi no me dejaba sitio, pero no me importó -añadió graciosamente-.

Zac: ¿No es estupendo? ¡Un verdadero desayuno casero! -exclamó con entusiasmo, acabando con su tercer plato de tortitas-. El Reverendo tenía razón. Eres una buena cocinera, Vanessa.

Miley: A juzgar por el brillo de tus ojos y tu buen humor de esta mañana, parece que no sólo es buena en la cocina -comentó-.

Vanessa se puso completamente roja y casi se le cae la sartén de las manos.

Zac: ¡Miley! -la reprendió en un tono más bien divertido-.

Alysson: ¿Qué quiere decir Miley? -preguntó disponiéndose a echarse más jarabe-.

Zac: Significa que todos nos alegramos de que Vanessa esté aquí para prepararnos el desayuno -dijo poniendo el jarabe fuera de su alcance. Se levantó, atravesó la cocina y tomó a Vanessa por la cintura. La atrajo hacia sí y le frotó la nariz con la suya, sonriéndole-. Eres maravillosa.

Zac la acarició a través de la camisola de rayas rosas y blancas que se había puesto Vanessa para bajar a la cocina. Ella empezó a temblar, pero la presencia de los chicos le permitió mantener el equilibrio. Cuando Zac intentó deslizar las manos bajo la camisola, Vanessa se apartó de él. No podía soportar esas intimidades a esas horas de la mañana.

Nick: Voy por mis libros -dijo saliendo de la habitación-.

Alysson: Yo recogeré los míos también -gritó corriendo detrás de él-.

Cuando Nick y Alysson volvieron a la cocina con sus carteras, los seguía Tom Beckett, con sus vaqueros, botas y camisa de franela.

Tom: Me han abierto los chicos -explicó-. Como está lloviendo, no iremos a los pastos. He pensado que los chicos pueden trabajar hoy en las cuadras -Zac asintió con la cabeza, y Tom continuó-: Tengo que ir a recoger unas cosas al pueblo, así que podría llevar a esta cuadrilla al colegio.

Nick: ¡Bien! -exclamó-. ¡No tenemos que ir en ese viejo autobús!

Alysson: Ni esperar sentados en ese viejo Jeep, esperando a que venga -añadió-.

Zac: El Jeep no es viejo -protestó acercándose a Vanessa por detrás y abrazándola por la cintura-. La parada del autobús está al final del camino, en la carretera. Cuando llueve, llevo a los chicos en el Jeep y esperamos a que venga el autobús.

Miley: Ese trabajo tan divertido será tuyo cuando te cases con el tío Zac, Vanessa -dijo irónicamente-. Es sólo uno de los muchos beneficios que vienen con la posición de señora Efron.

Zac: Yo podría nombrar otros beneficios que le gustarán mucho más -murmuró sugestivamente, besuqueándole la nuca-.

Vanessa se ruborizó e intentó soltarse disimuladamente. Cuando vio que sus esfuerzos eran inútiles, se giró y le impidió el acceso a su cuello. Él levantó los labios pero no la soltó.

Tom: Ve por tus libros, colegiala -le ordenó a Miley-. No querrás llegar tarde al colegio, ¿verdad?

Vanessa volvió la cabeza de golpe. Había algo provocativo en el tono del capataz que llamó su atención... Llevó la mirada hasta Miley, que atravesaba la cocina, moviendo las caderas provocativamente mientras se miraba con Tom.

Zac: Un millón de gracias por llevarlos, Tom. Te lo agradezco de verdad.

Miley: Oh, yo también -lo secundó-.

Estaba al lado de Tom, sonriéndole de una manera seductora y desafiante al mismo tiempo.
Vanessa miró a la pareja boquiabierta, y después miró ansiosamente a Zac. Pero Zac la estudiaba a ella detenidamente, y en ningún momento miró hacia Tom y Miley.

Zac: Alex todavía duerme -murmuró en su oído-. ¿Por qué no ahorramos tiempo y agua caliente y nos duchamos juntos?

A Vanessa se le puso el corazón en la garganta. Estaba tan desconcertada por la maliciosa sonrisa de Zac y su excitante sugerencia, que casi no se dio cuenta de que los demás salían de la cocina.
Entonces Zac la levantó en brazos y la llevó hasta su dormitorio.
Cerró la puerta y echó el pestillo antes de tomar su boca en un profundo y voraz beso. Vanessa le echó los brazos al cuello, sintiendo que el deseo se apoderaba de ella con la fuerza de un tornado.
Ambos jadeaban cuando Zac levantó finalmente la cabeza.

Zac: He estado esperando esto desde que nos hemos levantado esta mañana -dijo mordisqueándole los labios-. Pero desapareciste como una gacela, y después nos vimos rodeados por un montón de carabinas.

Ness: Esas carabinas son la razón de que esté aquí -le recordó-.

Zac: No empecemos con eso otra vez -refunfuñó-. Hemos hecho el amor y eres mía, Vanessa. Y tú lo sabes. Me perteneces.

Zac se sorprendió de sí mismo. Hasta ese momento, jamás se había mostrado tan posesivo con una mujer. Ni siquiera con Amy, su anterior esposa. Pero con Vanessa era diferente. El imaginársela con otro le resultaba intolerable.
La depositó lentamente en el suelo, deslizándola a lo largo de la palpitante dureza de su cuerpo, convirtiendo el descenso en una provocativa caricia.

Zac: Vamos. -Con apremiante necesidad, la agarró por la muñeca y se dirigió al cuarto de baño, tirando de ella. En pocos segundos abrió el agua de la ducha y se desprendió del albornoz. Se volvió hacia Vanessa, con la mirada ardiente-. Quítate eso y nos metemos en la ducha.

Vanessa lo miró con los ojos como platos. Lo había visto la noche anterior en la cama, pero verlo desnudo y totalmente excitado a plena luz del día era diferente. ¡Y le pedía que se desnudase y se duchase con él!

Ness: Yo... creo que mejor iré a ver a Alex -dijo dominada por la timidez-. Si se despierta...

Zac: Se preparará un tazón de leche con cereales y se pondrá a ver dibujos animados en la tele -le desabrochó la camisola y se la deslizó por los hombros.

Ness: ¡Zac!

Vanessa se ruborizó, escandalizada, mientras observaba cómo Zac le bajaba las braguitas, y cómo sus dedos rozaban su feminidad.
La metió en la ducha, y Vanessa balbuceó mientras el agua le caía por la cabeza.

Zac: ¿Temes que un poco de agua te derrita, nena? -le preguntó riéndose perversamente-.

Ness: No recuerdo que te rieses ayer cuando te empaparon. De hecho, te pusiste como un loco. Pregúntaselo a Alysson.

Zac se enjabonó las manos, y sonrió con chulería.

Zac: Ven aquí.

Ness: Estás rompiendo las reglas -le temblaban las piernas-. Ayer prohibiste los juegos con agua, ¿recuerdas?

Zac: Pues levanto la prohibición -la tomó entre sus manos enjabonadas-. Haciendo una excepción. Porque tú eres excepcional, nena.

Zac posó su boca cálida y húmeda en los labios de Vanessa mientras deslizaba las manos por su cuerpo, lavándola y acariciándola. La besó profundamente y le enjabonó los pechos con ternura, apretándoselos delicadamente, utilizando la palma de la mano y después los dedos hasta que ella gimió de placer.
Hizo lo mismo con el resto de su cuerpo, enjabonándole la cintura, las curvas de sus caderas, la ternura de su vientre. Cuando deslizó las manos entre sus piernas, Vanessa se aferró a él, estremeciéndose y pronunciando su nombre en un grito ahogado. Casi no podía soportarlo, y se retorció contra su mano buscando el alivio que le había proporcionado la noche anterior.

Zac: Todavía no, nena -dijo con la voz ronca en su oído-.

Vanessa gimió de frustración, pero el continuó con su juego, llevándola una y otra vez al borde, pero sin dejar que lo sobrepasase. Enloquecida, Vanessa tomó ciegamente su virilidad entre sus manos.

Zac: Eso es, cielo -suspiró-. Eso te dará más placer que mis dedos.

La levantó, apretándola contra la pared, y se sumergió en ella, hundiéndose profundamente en su aterciopelada ternura.
Vanessa dejó escapar un grito. Tenía el cuerpo tan excitado que ardía de necesidad. Y ese ardor se intensificó hasta que no fue consciente nada más que de sus cuerpos unidos, húmedos, palpitantes y rebosantes de deseo.
Y entonces la tensión y el calor explotaron, elevándolos a la cumbre del éxtasis.
Después Vanessa, cansada y aturdida, enjabonó a Zac. Se lavaron la cabeza, y se echaron burbujas y agua el uno al otro.

Zac: ¿Apendicitis? -adivinó pasándole el dedo por una cicatriz de su vientre-. ¿Hace mucho?

Vanessa asintió con la cabeza.

Ness: Tenía seis años. Me puse mala en el colegio y me llevaron al hospital. Me operaron ese mismo día. Mi madre estaba muy ocupada con su trabajo, así que fue mi padre quien estuvo allí conmigo -se le humedecieron los ojos al recordar-. Incluso durmió en una silla por la noche.

Zac: ¿Tu padre? ¿Era el Reverendo Will?

Ness: Sí. Siempre lo he visto como mi padre.

Zac: Debe haber sido extraño para ti -dijo pensativamente-. Era tu padre, y de pronto se convirtió en una especie de tío falso al que casi no veías.

Ness: Fue extraño.

Esa palabra no describía en absoluto su dolor y su sentimiento de abandono, pero Vanessa lo dejó estar.

Zac: No me extraña que no hayas podido confiar en un hombre después de eso. Y explica que hayas permanecido virgen todos estos años.

Ness: ¡Por favor! No me psicoanalices.

Y abrió la puerta de la ducha. No quería que Zac se compadeciese de ella ni de la niña que había sido.
Zac la siguió.

Zac: Estás aquí conmigo para quedarte, Vanessa -la agarró por el brazo-. Lo has demostrado cuando has confiado en mí lo suficiente como para dormir conmigo.

Ness: Tal vez estaba harta de ser la virgen más vieja del planeta.

Zac se rió.

Zac: Bueno, ya no lo eres. Ahora eres mi dulce y sexy novia.

Envolviéndola en una gruesa toalla azul, empezó a secarla.
Ella cerró los ojos, disfrutando de sus atenciones.

Ness: Zac, tienes que considerar seriamente lo que significa para los niños que te cases conmigo. Si dentro de unos años decides... decidimos que las cosas no funcionan entre nosotros, les haremos daño, sobre todo a Alex y a Alysson.

Zac: Eso no va a suceder -dijo con firmeza-. Funcionará, Vanessa.

Vanessa pensó que ése era el momento ideal para que Zac le dijese que estaba enamorado de ella. Deseaba tanto oírlo que casi no le importaba que fuese mentira.
Pero Zac era sincero, y no le mentiría. Así que no dijo nada.
Casi media hora después, los dos bajaron al vestíbulo, secos y vestidos. Zac rodeaba la cintura de Vanessa con el brazo posesivamente.

Zac: Todavía está lloviendo -indicó echando un vistazo por la ventana-. Creo que hoy trabajaré en mi despacho. Necesitaba poner al día mis papeles, pero es algo que detesto.

Ness: ¿Detestas los papeles o estar dentro de casa?

Zac: Las dos cosas. Soy ranchero porque me gusta estar al aire libre. No sé cómo lo soportan esos oficinistas encerrados en esos rascacielos, día tras día.

Ness: Esa soy yo -murmuró-. Una oficinista del Ministerio de Comercio en el centro de la ciudad.

Zac: Eras es la palabra correcta. Ya no vas a volver allí, Vanessa.

Ness: Tengo que volver, Zac. Yo...

Zac: No -dijo en un tono que no permitía discusión-. Contrataremos a una empresa para que recoja tus cosas y las traiga. Puedes enviar tu dimisión al ministerio y arreglar todas las cosas por fax o por teléfono. No voy a dejar que te vayas, Ness.

Ness: La verdad es que no tengo que dimitir. Mi trabajo ha sido eliminado en el último recorte de presupuestos -le resultaba difícil admitirlo, pero sentía que tenía que ser honesta con él-. Esta es mi semana de vacaciones, y después tengo que volver a cumplir mis dos últimas semanas.

Zac: No vas a volver. Si fueron tan estúpidos como para despedirte, no se merecen tu presencia allí, nosotros sí -la besó, larga y profundamente-. Tus días de oficinista urbana han terminado, cielo. Acostúmbrate.

Aturdida, Vanessa pensó que ya lo estaba, y que le encantaba.
El sonido de la televisión los llevó hasta el cuarto de estar. Alex estaba sentado sobre uno de los cojines del suelo, con un tazón de cereales y con los ojos pegados a la gran pantalla.

Zac: ¿Ves? Dibujos -le dijo a Vanessa, dándole un beso en la frente-. Me voy al despacho. Hasta luego.

Zac la vio sentarse junto al pequeño y entablar conversación con él. ¡Gracias a Dios que estaba allí! Silbando, se dirigió a su despacho a arreglar sus papeles.
El teléfono sonó media hora después.

***: Llamo del Instituto de Bear Creek, para verificar si Miley Efron sigue enferma -dijo una enérgica voz al otro lado de la línea-.

Ness: Sigue enferma -repitió sin comprender-.

Pero la otra persona se lo tomó como una afirmación.

***: Gracias. Esperamos que se mejore pronto -dijo la mujer, y colgó-.

Vanessa se quedó mirando el auricular, y un escalofrío de temor la hizo estremecerse. Recordó la escena de la mañana entre Miley y Tom. ¿Seria Tom su misterioso amante?


Todavía llovía cuando Miley llegó a casa con Nick y Alysson esa tarde.

Alysson: No hemos tenido que venir en autobús -dijo felizmente-. Tom nos fue a recoger al colegio y nos ha traído hasta aquí.

Vanessa asintió con la cabeza, pero tenía la atención puesta en Miley. La joven, con cara de estar en las nubes, se fue enseguida a su habitación, alegando que le dolía la cabeza. Vanessa no se lo creyó, pero su deseo de hablar con Miley se vio frustrado por Zac y los otros tres niños.
Estaban rondando por la cocina, masticando barritas de mantequilla de cacahuete que habían hecho Alex y ella, hablando, bromeando y llamando su atención.
Zac sonrió de satisfacción al ver a Vanessa con los niños, y lo invadió el deseo.
Llevaba una falda gris de pliegues, corta pero no escandalosa, y un jersey beige con un chaleco estampado. Zac admiraba sus piernas al andar y se comía sus pechos con los ojos cuando ella se estiraba o se inclinaba.
Sus pensamientos derivaron al apasionado intermedio de la ducha, y después al íntimo ardor de la noche anterior. Zac se sentía cada vez más excitado, y deseó enviar lejos a los chicos y llevar a Vanessa de nuevo a su dormitorio...

Nick: Estoy saliendo con Lilian Foster -anunció con orgullo-. Es la chica más guapa de octavo. Tal vez de todo el colegio.

Zac: ¿La hija de Gregory Foster? -preguntó atento a la conversación-.

Nick: Lilian le dijo a su amiga Julie que yo le gustaba y que si quería ir a la fiesta del viernes con ella. Yo dije que sí, y ella me escribió una nota.

Ness: ¿Y ya salís juntos? Dios mío, qué romance más rápido.

Sus ojos se clavaron en Zac, que la miraba fijamente.

Zac: Nick es tan impulsivo como yo -murmuró sin que le oyese Nick-. Esperemos que no tan rápido, ¿mm?

Zac sonrió y extendió el brazo para agarrarle la mano. Se la llevó a la boca, y presionó los labios en su palma. Vanessa se estremeció.
La llegada del Reverendo Carter minutos después interrumpió la relación. Zac invitó al pastor a entrar, aunque no le agradaba su visita, y fue cortés con él, pero frío.
El Reverendo lo ignoró, prestando atención exclusivamente a Vanessa.

Will: Sólo debes venir a cenar esta noche, Vanessa querida -insistió tomándole la mano-. Sophie está preparando una cena estupenda, y esperamos que nos acompañes después a la iglesia. Hoy hay un mercadillo allí para reunir fondos. Así tendrás la oportunidad de conocer a nuestros amigos y...

Alex: ¿Un mercadillo? -preguntó con curiosidad.-

Zac: La gente lleva cosas que ya no quiere y se las vende a otras personas -explicó pacientemente-.

Alysson: Yo tengo muchas cosas que no quiero -exclamó-. ¿Puedo venderlas para ganar dinero?

Will: No -dijo el Reverendo con un sonido de impaciencia-. El dinero que se saca es para la iglesia. Pero nos estamos alejando del tema, que es que Vanessa se viene al pueblo conmigo.

Alex: Yo quiero que la tía Vanessa se quede a cenar con nosotros -lo interrumpió-. Dile que no puede ir, tío Zac.

Vanessa se puso tensa. Vio a Alysson y a Nick pasar la mirada del Reverendo a su tío, moviendo las cabezas como espectadores de un partido de tenis.

Will: Por supuesto que puede ir -dijo el Reverendo con firmeza-. Vanessa no está prisionera aquí, y ya es hora de que visite a sus amigos del pueblo.

Alysson: ¿Y si ella quiere quedarse con sus amigos aquí en el rancho? -preguntó en tono inocente, pero con ojos maliciosos-.

Nick: Sí -pactó-. Es la novia de mi tío, y usted no puede decirle lo que tiene que hacer. ¡Él es el único que puede!

Zac sonrió al chico con aprobación masculina, lo que estremeció a Vanessa. No podía dejar pasar así ese descarado machismo. Por ella, por la joven Lilian Foster y por todas las demás mujeres de los hombres Efron, tenía que decir algo.

Ness: No soy exactamente la novia de tu tío, Nick -dijo con las mejillas encendidas-. Y además, los hombres no dan órdenes a sus novias, las mujeres toman sus propias decisiones. Nadie me dice lo que tengo que hacer -añadió resueltamente-.

Alysson: ¿Quieres decir que puedes hacer todo lo que quieras? -quiso saber-.

Ness: Sí. Bueno, todo dentro de lo razonable -aclaró-. Todo lo que no esté reñido con las normas, responsabilidades y leyes que deben respetarse.

Nick: A mí no me parece que eso sea hacer lo que quieres -dijo con una sonrisa afectada-. El tío Zac dicta las normas y tú las respetas. Ves, él sí te dice lo que tienes que hacer.

Alex: El tío Zac es el jefe aquí -declaró-.

Zac asintió con aprobación.

Will: ¿Podríamos volver al asunto en el que estábamos? -preguntó el Reverendo con impaciencia-. Vanessa, espero que te reúnas con nosotros esta noche. Esperaba poder pasar algún tiempo contigo.

Ness: Me gustaría. Voy a ir -añadió, más por Zac que por el Reverendo-.

Zac: De acuerdo, puedes cenar con los Carter, Vanessa -dijo aunque no particularmente contento-.

Ness: Qué generoso el jefe otorgándome el permiso -dijo con los dientes apretados, y se volvió a su padrastro- Sí, voy. Gracias, Reverendo.

Una sombra cruzó el rostro del pastor.

Will: ¿Ya no soy el tío Will

Zac: Eso sólo era un título de cortesía para una niña -dijo con frialdad-. Pero Vanessa ya ha crecido, Reverendo, y el título de señora de Zachary Efron será duradero y real. -Vanessa vio la determinación y el desafío en los ojos de Zac-. ¿He mencionado que los chicos y yo vamos a cenar a la ciudad esta noche? -dijo a los niños en un tono más afectuoso-. ¿Qué os parece? ¿Burger o Pizza? -Eso provocó una discusión entre los tres jóvenes Efron. Zac acompañó a Vanessa y al pastor a la puerta-. Después de comer, nos pasaremos por la iglesia a recogerte, Vanessa. No merece la pena que el Reverendo tenga que hacer otro viaje hasta aquí.

Will: Iba a sugerir que Vanessa pasase la noche en nuestra casa -dijo el Reverendo tensamente-.

Zac sacudió la cabeza.

Zac: La traeré aquí -la apretó contra su pecho de la manera más posesiva y apoyó la mandíbula en su sien-. Hasta luego, cielo.

Will: ¿Le estás haciendo una promesa o es una amenaza? -demandó el Reverendo.

Zac: Eso que lo decida ella -dijo soltándola-.


4 comentarios:

AnGy dijo...

holaaaa XD
sabes yo nunca dejo un comentario en tu nove y siempre la leo me encanta. es de las mejores que yo he leido byee cdte mucho amix y porfa siguela
^.^!

caromix27 dijo...

eres un pervertido efron!!
pero tienes q decirle q stas enamorado de ella!
tonto ¬¬!!
y ni se te ocurra star mandando asi!!
es tu novia, no tu empleada jum!!
x honor a todas las mujeres del mundo xD!!
bye mi ali!!
tkm !!! comenten!!!!

LaLii AleXaNDra dijo...

Waooooo
Esta super el capi..
Zac deberia ser menos idiota, se pasa de machiste..
VAnessa puede sacra la cara por las mujeres... hahaha
y Miley si que es misteriosa con su "hombre" haha
siguela pronto

Natasha dijo...

jajaja no entiendo que le pasa a zac con el reverendo, pero bueee..
me encanto el capi! y no se pero adoro a este zac posesivo xD

y porfinnnn puedo comentar, es que siempre ando rapido, pero ya me actualice, SIGUELA!!

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