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sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 10


Vanessa se volvió para encararse con él. Con el estómago encogido, levantó la barbilla y lo miró fijamente a los ojos.

Ness: No voy a salir de aquí contigo, aunque estoy segura de que tu colosal orgullo masculino espera que lo haga. Después de todo, has tenido una buena tarde, ¿verdad, Zac? Riéndote con Amber Hanson e intercambiando miraditas con Stel Harris.

Zac: ¿Crees que lo he pasado bien con Amber y con Stel? Para nada, cielo. Te lo has tomado como una... como una... -una repentina sonrisa iluminó el rostro de Zac-. ¡Como una novia celosa! Eso es lo que te pasa, Vanessa. Estás celosa porque he hablado con Amber y Stel.

Parecía tan satisfecho, que Vanessa deseó darle un puñetazo.

Ness: ¡No estoy celosa! No me importa lo que hagas ni con quién lo hagas. Y si quieres andar por ahí paseándote con tus amiguitas delante de medio pueblo, ¡pues adelante!

Con la cabeza muy alta, Vanessa se dirigió decididamente hacia la puerta.
Zac contempló su marcha, consciente de que la audiencia lo observaba con expectación. Cuadrando los hombros y con una amplia sonrisa, salió de la iglesia, como si ir tras Vanessa Hudgens hubiese sido su plan desde el principio.
La encontró de pie bajo las gruesas ramas de un árbol que casi había perdido la mitad de sus hojas amarillas. Crujieron bajo las botas de Zac, anunciando su llegada, pero Vanessa no se molestó en darse la vuelta.

Zac: Enhorabuena -dijo ceñudamente-. Todo el mundo te ha visto salir hecha una furia. Y también a mí corriendo detrás de ti.

Ness: Yo quería irme. Tú no tenías por qué.

Zac soltó una carcajada.

Zac: Sí, claro. Podía haberme quedado ahí charlando un rato más con Stel mientras esperaba a que volviese Amber con su cartera. Así seguiría entreteniendo al pueblo paseándome con mis antiguas amiguitas. Gracias, pero no, Vanessa. No tengo interés en dar gusto a Bear Creek -dio un paso hacia ella-. Prefiero darte gusto a ti, exclusivamente.

Ness: No creas que no sé lo que estás haciendo -le temblaba la voz-. Estás intentando seducirme a propósito.

Zac: ¿Y funciona? -le tocó un mechón de su cabello, colocándoselo detrás de la oreja-. ¿Te he seducido? -Vanessa se cruzó de brazos y mantuvo la vista al frente, en el aparcamiento donde Alysson y Alex corrían de coche en coche, asomándose al interior. Zac siguió su mirada-. ¿Qué demonios hacen esos niños ahora?

Ness: Esperan pillar a Nick y a Lilian Foster en una posición comprometedora dentro de uno de los coches -dijo con enfado-. Espero que no los encuentren.

Zac: Pues ya somos dos. Nick es demasiado joven para salir con chicas.

Ness: Tal vez sea genético -dijo irónicamente-. Estoy segura de que tú también empezaste pronto. Y sigues dándole fuerte.

Zac se acercó más a ella, y le pasó la mano por el hombro, descendiendo luego por el brazo. Vanessa se estremeció y trató de ignorarlo.

Zac: Te equivocas si piensas que Amber o Stel significan algo para mí, Vanessa.

Ness: Te habrías casado con una o con otra si hubiesen aceptado a los niños. ¡Yo diría que eso sí significa algo!

Zac: Ya no. Stel y Amber estaban bien para un tipo soltero irresponsable, pero no para un hombre de familia. Se acabó -le sujetó la barbilla con la mano, inclinándole la cabeza para que lo mirase-. Y no me importa, Vanessa. Me da igual.

Ness: No tienes que explicarme nada -dijo fríamente-.

Zac: Aparentemente sí. Así que lo voy a hacer. -La agarró por las muñecas y tiró un poco de ella. Vanessa se resistió, tratando de guardar las distancias. Zac suspiró profundamente-. Mira, cielo. Amber se invitó ella sola a sentarse con nosotros en la pizzería, y cuando oyó que veníamos aquí, decidió seguirnos en el coche. No sé por qué, pues los chicos estuvieron muy desagradables con ella durante toda la cena y...

Ness: Os he visto juntos, Zac -lo interrumpió con la voz quebrada-. Ella estaba flirteando contigo y tú le sonreías como si estuvieses encantado.

Zac: No, tenía puesto el piloto automático, Vanessa. Cuando una mujer habla y se ríe como hacía Amber, sonrío y me transporto a otra parte. Estaba pensando en el ganado cuando Alex y Alysson llegaron a confesar triunfalmente sus diabluras.

Ness: Creen que Amber los odia y que dejó de salir contigo por ellos -dijo más calmada-. Pienso que estaban mostrándote su lealtad.

Zac: Tal vez sí, al estilo de la Familia Adams. Pero yo creo que a quien estaban mostrando su lealtad era a ti, Vanessa -tiró de ella un poco más hacia sí-. Ahora ven aquí y bésame, después nos iremos a casa y...

Ness: No. -Retrocedió todo lo que le permitían sus brazos. De mala gana, Zac le soltó las muñecas-. Lo siento, Zac -dijo jadeantemente-. Creía que podría sobrellevarlo pero... necesito tiempo para pensar. Los dos lo necesitamos.

Zac: No estoy de acuerdo, pero puedes pensar en el rancho si insistes.

Ness: No, necesito estar sola. No puedo pensar con claridad cuando tú...

Zac: ¿Tú y yo hacemos el amor? -arqueó las cejas-. Estupendo. No quiero que pienses con claridad cuando estás en la cama conmigo.

Vanessa trató de no sucumbir a las seductoras imágenes de los dos en la cama, derretidos de inconsciente deseo, y después saciados y repletos.

Ness: No puedo quedarme en el rancho. Quiero volver a Washington mañana. -Tragó saliva. La mirada de Zac, intensa y posesiva, le produjo escalofríos-. Le pediré a mi tío que me lleve al rancho a recoger mis cosas esta noche y me quedaré con los Carter -recordó la alergia de Jessica-. Recogeremos a Foxi mañana de camino al aeropuerto si... si no te importa que se quede en tu casa esta noche.

Zac: Claro, el gato puede quedarse -dijo fríamente-. De hecho, no va a salir del rancho.

Ness: ¿Qué quieres decir? -preguntó con los ojos como platos-.

Zac: Exactamente lo que has oído, cielo. Me quedo con el gato como rehén.

Vanessa reprimió una necesidad irracional de reír y llorar al mismo tiempo.

Ness: ¡No puedes quedarte a Foxi de rehén!

Zac: ¿No? -sonrió desafiante-. ¿Quién va a impedírmelo?

Ness: Yo. Tú... tú no me apartarías de Foxi, ¿verdad? -Zac inclinó la cabeza y pareció considerarlo-.

Zac: Estoy dispuesto a negociar -dijo por fin-.

Ness: ¡Qué amable de tu parte!

Vanessa deseaba sacudirlo, quitarle esa expresión arrogante de la cara.

Zac: Hazlo, Vanessa -la provocó con la voz baja y profunda-. Adelante, pégame. Lo estás deseando. Prefiero que pelees en vez de retraerte. No voy a permitir que lo hagas. Voy a provocarte hasta que estés tan furiosa que me ataques en lugar de alejarte.

Ness: No vas a incitarme a un acto de violencia física, Zac Efron -dijo conteniéndose-.

Zac: Entonces te incitaré a otro tipo de acto físico.

Y tirando de ella, la estrechó entre sus brazos, y la besó profundamente.
Fue un beso tempestuoso y sensual, que instantáneamente los arrastró a la agonía del deseo. Vanessa sintió el calor y la dureza de Zac y se aferró a él, gimiendo de la necesidad de sentirlo en su interior. Lo deseaba, y eso era lo único que le importaba. Sólo ellos dos existían en ese torbellino de pasión.

Alysson: ¡Guau! -su voz rompió el sensual hechizo-. ¡Así es como se besan en las telenovelas!

Zac gimió y levantó la cabeza, pero siguió abrazándola con fuerza.

Alysson: ¿Nick y Lilian se estarán besando así?

Zac: Por Dios, espero que no -acertó a decir con la voz ronca-.

Vanessa se soltó de sus brazos, y él cerró los ojos y apretó los dientes con frustración.

Alex: Miley y Tom se besan así -dijo como si tal cosa-.

Vanessa tomó aire y miró a Zac, que parecía petrificado.

Zac: ¿Qué has dicho Alex?

Alex: ¡Lo he olvidado! Es un secreto.

Alysson: ¿Tenias un secreto? -le preguntó indignada-. ¿Cómo no me lo contaste?

Alex: No se lo he contado a nadie -dijo orgullosamente-. Vi a Miley y a Tom besándose en las cuadras y Miley me compró una Gameboy para que no se lo dijese a nadie. ¡Ahora Miley se enfadará!

Zac: ¿Tom Beckett? -preguntó pálido incluso a la luz de la luna-. ¿Y Miley? -se puso más pálido todavía-. ¡Dios mío, le pedí que se quedase con ella esta noche! ¡Tenemos que irnos a casa inmediatamente!

Alysson: ¿Es que Tom va a matar a Miley? -preguntó alarmada, agarrándose a Vanessa-.

Ness: No -respondió acariciándole la cabeza-.

Zac se estaba dirigiendo al Jeep en el aparca miento, y Vanessa lo llamó.

Ness: Zac espera. No puedes irte sin Nick.

Zac se detuvo y volvió sobre sus pasos.

Zac: Me había olvidado completamente de él -se agarró la cabeza con las manos-. Dios, Miley y Beckett. ¿Cuánto tiempo llevarán con esto? Juro que...

Ness: ... tendrás una seria conversación con ellos -le cortó indicándole con la cabeza la presencia de Alysson-.

Zac entendió la indirecta automáticamente.

Zac: Sí, eso es -dijo tomándole la mano a Vanessa y apretándosela-.

Gregory: ¡Eh, Zac! Stel y yo estábamos hablando de ti -dijo un hombre alto y delgado, acercándose a ellos con Stel Harris agarrada por la cintura.

Zac: Ya nos íbamos, Gregory -dijo bruscamente-.

Gregory: Nosotros también -dijo sin ofenderse-. Estoy buscando a mi hija, Lilian. Tengo que llevarla con su madre. ¿La habéis visto?

Vanessa intercambió miradas con Alysson y Alex, compartiendo con ellos otro momento de comunicación sin palabras.

Alysson: Nosotros la encontraremos, señor Foster. Vamos, Alex.

Los dos salieron corriendo, llamando a Lilian a pleno pulmón.
Zac empezó a pasearse de un lado a otro inquietamente, y fue Vanessa la que tuvo que hablar del tiempo con Tom y Stel hasta que apareció Lilian con Alex y Alysson.

Lilian: Hola, papá.

Lilian sonrió a su padre, y miró a Stel con desagrado. Colocándose en medio de la pareja, le dio la mano a su padre, y los tres se marcharon.

Nick se unió a ellos enseguida y Zac, agarrando a Vanessa de la mano, se dirigió con paso firme hacia el Jeep, con sus tres sobrinos detrás.
Viajando casi a la velocidad de la luz, llegaron al rancho en menos de media hora. Zac se detuvo de un frenazo delante de la casa y abrió su puerta violentamente. Vanessa lo agarró del brazo.

Zac: ¿Qué? -preguntó en tono brusco, volviéndose hacia ella-.

Ness: Quiero hablar contigo un momento -dijo con la voz firme, y se dirigió a los niños- ¿Chicos, por qué no entráis? El tío Zac y yo iremos a guardar el coche al garaje y entraremos enseguida.

Nick le hizo una señal de acuerdo con el pulgar levantado, y se llevó dentro a Alysson y a Alex.

Zac: Mira, sé que has enviado a los chicos para que avisen a Miley y a esa víbora de Beckett de que estoy aquí. Y ahora tú vas a tratar de hacerme entrar en razón -la miró ferozmente-. Ahórrate el esfuerzo, Vanessa. Beckett se merece que le pegue un tiro por liarse con una colegiala inocente y voy a...

Ness: Zac, por si no te has dado cuenta, Miley no es ninguna colegiala inocente -dijo con suavidad-. Es más, no voy a permitir que entres ahí y te líes a puñetazos con Tom Beckett, delante de los niños.

Zac: ¿Qué quieres que haga, Vanessa? ¿Que dé mi bendición a la feliz pareja?

Ness: Por ahora, me gustaría que metieses el coche en el garaje -murmuró temiendo que Tom saliese en cualquier momento por la puerta. Zac adivinó sus pensamientos-.

Zac: No te preocupes, esa rata se escabullirá por la puerta de atrás.

Su voz era tan dura y fría, que Vanessa temió que entrase. Pero Zac cerró su puerta y llevó el Jeep al garaje, abriéndolo por control remoto. La pesada puerta se cerró tras ellos. Estaba oscuro, iluminado tan sólo por la luz de la luna que se filtraba por una ventana.
Vanessa no se había dado cuenta de que seguía agarrándole el brazo, y cuando Zac quiso soltarse, ella entrelazó los dedos con los de él.

Ness: Zac, probablemente éste no sea el mejor momento para decirte esto, pero... pero tengo que decírtelo.

Zac se volvió hacia ella, ceñudo.

Zac: ¡No! -gritó-. No lo digas. No escucharé una palabra más de que mañana te vas. ¡Eres mía, maldita sea! Haré lo que sea para hacerte feliz. Pero no dejaré que te vayas, Vanessa.

Ness: Porque me necesitas para que cuide a los chicos -repitió las palabras del Reverendo-.

Zac: Porque te deseo, Vanessa. No finjas que no lo sabes -dijo en un tono bajo, pero explosivo-. Cuando estoy cerca de ti, no puedo dejar de mirarte. Veo cómo te mueves, cómo sonríes, todo lo que haces y dices, y eso hace que te desee todavía más.

Ness: Me utilizas sexualmente porque has estado privado de sexo desde que llegaron los chicos -dijo con los ojos empañados de lágrimas-. Y no será algo duradero, porque no está basado en el amor y el respeto.

Zac se quedó boquiabierto.

Zac: ¿Esa basura es lo que has tenido que escuchar en casa de los Carter? Maldita sea, sabía que no debería haberte dejado ir.

Ness: Yo quería ir -replicó-. Y tomo mis propias decisiones. No sigo tus normas.

Zac sacudió la cabeza, perdido en sus pensamientos

Zac: Me sorprende que el Reverendo tenga tan mala opinión de mí y me indigna que tenga el valor de decir que no te aprecio como la persona dulce, encantadora, inteligente y divertida que eres. -Se aclaró la garganta y, acercándose a ella, la sentó en su regazo-. Sé que no nos conocemos desde hace mucho, pero ya no puedo imaginar estar sin ti, Vanessa. Es como si siempre hubieses estado en mi vida, por lo bien que has encajado en ella. Y admito que la forma de conocernos ha sido ridícula. Pero lo que importa no es cómo hayamos llegado a conocernos, sino que estamos juntos. -Vanessa se sintió invadida de alegría, y profundamente conmovida por sus palabras-. Permanezcamos juntos, Vanessa -le dijo dulcemente-.

Ness: Sí -susurró con los ojos húmedos-. Te quiero, Zac. Y no me importa si es demasiado pronto para decirlo. Sé que te quiero y quiero que lo sepas. Eso era lo que iba a decirte antes. No puedo dejaros a ti y a los chicos, Zac.

Zac: No lo harás -le aseguró. Esa vez su arrogancia hizo sonreír a Vanessa-. Quiero hacer el amor contigo, Vanessa.

Ness: ¿Aquí? ¿Ahora? -preguntó con los ojos dilatados de pasión-.

Zac: Sí, aquí y ahora.

Con una sonrisa, Zac saltó con ella al asiento de atrás, y allí la besó ferozmente. Un leve gemido escapó de los labios de Vanessa, cuando él deslizó sus manos grandes y cálidas hasta cubrir sus senos.
Invadida por el deseo, Vanessa respondió con todo su amor, con las manos y los labios tan ardientes como los de él.
Entonces sintió los largos y duros dedos de Zac bajo su falda, deslizándose por sus medias hasta alcanzar la piel desnuda de sus muslos bajo el liguero. La acarició hasta que Vanessa se retorció entre sus manos, reclamando sus labios mientras le desabrochaba torpemente los botones de la camisa y el cinturón.

Zac: Me deseas -se rió, triunfante-. Me amas.

Ness: Sí, sí -jadeó-.

Volvieron a besarse mientras se quitaban impacientemente la ropa el uno al otro. Presa de necesidad, Vanessa intentó echarse en el asiento, tirando de él para que se pusiese sobre ella.
Pero Zac la miró con los ojos brillantes.

Zac: Vamos a intentar algo nuevo esta noche -dijo acariciándola íntimamente y haciendo que se estremeciese de placer y necesidad-. ¿Quieres?

Ella asintió con la cabeza, pero lo miró sorprendida cuando él la colocó a horcajadas sobre él. Entonces la sujetó por las caderas y se acopló dentro de ella, sin dejar de mirarla a los ojos.
Vanessa lo sintió entrar, sintió que lo envolvía con su cuerpo, y se agarró a sus hombros, con la respiración jadeante.

Zac: Relájate -dijo en tono tranquilizador-. Vamos a tomárnoslo con calma. Muévete conmigo.

Empezó a balancearla erótica e imperiosamente, y ella gimió acomodándose a su ritmo. El placer fue haciéndose más intenso, hasta que finalmente Vanessa gritó al alcanzar el éxtasis. Zac se unió a ella segundos después.
Se quedaron abrazados con los ojos cerrados, respirando agitadamente, hasta que empezaron a reaccionar.

Zac: Me dejas asombrado -le dijo con la voz ronca, acariciándole el cabello-.

Ness: ¿Porque aprendo deprisa? Eso es porque eres un maestro fantástico -lo besó contenta-.

Así, en sus brazos y con sus cuerpos todavía unidos, se sentía femenina, segura de sí misma, y amada.

Zac: No puedo creer esto... ¡en un coche! -le sonrió-. ¡Me has hecho entrar al garaje y me has seducido!

Ness: ¿Algo que objetar?

Zac: En absoluto, nena. Me gustaría que se convirtiese en un hábito.

Lentamente se separaron, poniéndose las prendas que se habían quitado y arreglándose la ropa. Cuando estuvieron listos, Zac la ayudó a bajar del coche caballerosamente, y se dirigieron abrazados hacia la casa, deteniéndose a cada paso para besarse.
Hasta que no llegaron al porche, Vanessa no abordó el tema.

Ness: Zac, en cuanto a Miley y Tom -empezó a decir indecisamente-.

Zac: No te preocupes, no voy a ponerme violento -dijo con una sexy sonrisa-. No tengo fuerzas, te lo aseguro.

Ness: Creo que sería mejor para todos que discutamos esto mañana.

Zac: De acuerdo -admitió-. Pero voy a tener que despedir a Beckett, Vanessa. Y lo siento, porque es un buen capataz.

La casa estaba en silencio, ni siquiera la televisión estaba encendida. Vanessa y Zac se miraron.

Zac: Aquí pasa algo -dijo en tono siniestro-. Parece que todos se han retirado de la línea de fuego.

Ness: Lo que pensaban que sería la línea de fuego -lo corrigió-. Esta noche no habrá fuegos artificiales. Nos vamos a la cama.

Vanessa ahogó un grito de sorpresa cuando Tom salió del salón y se plantó delante de Zac en el vestíbulo. Zac se tensó y se abalanzó contra Beckett como un león.

Ness: ¡Zac, no! -gritó sujetándolo-.

Miley: ¡Tío Zac, detente!

Miley intentó sujetarlo por el otro lado, y Nick se unió a ella en el esfuerzo de controlar a su tío.

Tom: Adelante, pulverízame, Zac -dijo sin ofrecer resistencia-. Me lo merezco.

Zac lo empujó.

Zac: Sal de aquí, Beckett. Quiero que te hayas largado del rancho por la mañana. ¡Qué digo, quiero que te largues del estado! Voy a...

Miley: ¡No, tío Zac! -lo interrumpió corriendo al lado de Tom-.

Vanessa vio que Zac se había puesto rojo de rabia y le agarró de la mano. Entonces miró a Nick, cuyos ojos brillaban con expectación.

Ness: Nick, vete a la cama -le ordenó-. Esto no es asunto tuyo.

Nick: El tío Zac podría necesitarme para pulverizar a Beckett -replicó con entusiasmo-.

Zac suspiró profundamente.

Zac: No voy a pulverizar a nadie, Nick. Vete a la cama.

Miley: Tom va a decirle al tío Zac cuánto nos queremos -dijo abrazando al capataz por la cintura y sonriéndole-. ¿Verdad, Tom?

Nick: ¡Puaj! -exclamó con desagrado-. Me voy a la cama.

Las dos parejas se quedaron mirándose.

Ness: ¿Por qué no vamos a la cocina y preparo un café? -sugirió con inquietud-.

Zac seguía agarrándole la mano, y se dejó llevar a la cocina. Tom y Miley los siguieron.

Zac: ¿Por qué demonios sigues aquí, Beckett? -gruñó-. Si tuvieses un poco de sentido común, ya estarías lejos.

Miley: Me quiere demasiado para apartarse de mí, tío Zac -intervino-.

Tom: Es cierto, Zac. Dios sabe que intentado evitarlo. ¡Pero no he podido, maldita sea! La quiero de verdad.

Zac: Sólo es una niña, Tom -exclamó exasperado-.

Miley: Dejé de ser una niña hace mucho, tío Zac -dijo con suavidad-. He tenido que crecer muy deprisa, y soy una mujer en todos los sentidos.

Zac se quedó sin habla y se dejó caer en una silla. Vanessa cruzó la habitación y le puso las manos sobre los hombros para darle apoyo.

Miley: Me sentí atraída por Tom desde el momento que vine aquí este verano -persistió-. Él ha intentado apartarse de mí, y no ha dejado de decirme que es muy mayor para mí. ¡Pero no lo es! Yo necesito un hombre, no un chico, tío Zac.

Zac: ¿Y Tom Beckett es el hombre que necesitas? -preguntó sarcásticamente-.

Miley: Sí -respondió ignorando su sarcasmo-. Me pasé todo el verano seduciéndolo, y él ni siquiera me besó. Hasta septiembre. Y se sintió profundamente culpable. Pero no dejé que se apartase de mí.

Zac: Eres implacable -dijo sobriamente-.

Ness: Parece ser algo de familia -replicó irónicamente, aliviando la tensión de los hombros de Zac con las manos-.

Lo besó tiernamente en la cabeza y Zac le tomó la mano.
Miley contempló la escena y sonrió a Vanessa con agradecimiento.

Tom: Zac, sé que es una locura -dijo pesarosamente-. Pero voy a casarme con Miley.

Zac: ¡Casarte! ¿Con Miley? -explotó-. ¡Es lo más estúpido que he oído nunca!

Miley: Pues yo sé de algo más estúpido, tío Zac -dijo ásperamente-. Tu manera de conseguir una novia, enamorándote y proponiéndole matrimonio en menos de una semana.

Zac: Eso es diferente -replicó-.

Miley: Somos diferentes, tío Zac. Es la forma que tienen los Efron de hacer las cosas, diferente del resto de la gente.

Zac apoyó la cabeza en los pechos de Vanessa y cerró los ojos.

Zac: Creo que no me queda otra elección que desearles suerte -dijo más para sí mismo que para Vanessa-. No quiero obligar a huir a mi sobrina.

Miley: Que es lo que haría si intentases apartarme de Tom -le aseguró-.

Vanessa se quedó impresionada de la determinación de Miley. Zac abrazó a su sobrina y le dio la mano a Tom, con el rostro inexpresivo. Pero el fuego brilló en sus ojos cuando Miley trató de irse con Tom a pasar la noche.

Zac: No pasarás la noche con él hasta que no estéis casados -dijo con firmeza-.

Miley: No seas retrogrado, tío Zac -puso mala cara-. Me voy con Tom.

Tom: Zac tiene razón, Miley. No dormiremos juntos hasta que seamos marido y mujer.

Miley: Yo hago lo que quiero y si quiero pasar la noche contigo, lo haré, Tom Beckett.

Tom: No hasta que seas la señora Beckett -dijo inflexible-.

Vanessa y Zac se miraron, pero Miley los dejó pasmados.

Miley: Está bien -dijo malhumorada-. Me quedo. ¡Buenas noches!

Y con la cabeza muy alta, se dispuso a marcharse. Pero Tom la detuvo y la rodeo posesivamente con el brazo.

Tom: Antes acompáñame a la puerta y dame un beso de buenas noches -le ordenó sonriendo-.

Ella lo agarró también y, recostándose en él, se dirigieron al vestíbulo.

Zac: Bueno, parece que puede con ella -comentó de camino a su dormitorio, con Vanessa de la mano-. Pero siento como si le hubiese fallado. Es tan joven para casarse...

Ness: Eso no tiene nada que ver contigo, Zac -lo interrumpió-. Creo que Miley necesita pertenecer a alguien. Y esa necesidad es demasiado profunda para verse limitada por normas convencionales sobre la edad y...

Zac: ... y el tiempo necesario para enamorarse.

Zac la miró con complicidad, cerrando la puerta de su dormitorio. A Vanessa le dio un vuelco el corazón, y se echó en sus brazos anhelante. Él empezó a besarla, encendiendo de nuevo la llama de la pasión. La levantó en brazos y la llevó hasta la cama, tendiéndola allí con infinita ternura.

Ness: Te quiero, Zac -dijo en un suspiro-.

Zac: Lo sé, nena. Yo también te quiero.

Se echó a su lado, abrazándola.

Ness: No tienes que decirme lo que crees que necesito oír, Zac -le dijo mirándolo con sinceridad en los ojos-. Sé que me deseas y...

Zac: También te quiero. ¡De verdad! -insistió-. Eres única e irremplazable, Vanessa. Eres la mujer que amo, y voy a pasar el resto de mi vida demostrándotelo.

Ness: Empezando ahora, espero -susurró rodeándolo con los brazos-.

Zac: Empezando ahora mismo.


FIN

8 comentarios:

TriiTrii dijo...

Aaawwwww
Me encantoo esta nove!!!
:D espero q publikes mass novelas adaptadas
Byee
Kiss
PD publika la otra nove tuya ;) lo mas prontito

caromix27 dijo...

awww me encanto!!!
sobre todo cuando lo hacen en la camioneta! (perve) y me recordo a right here right now xD
excelente nove!!! comenten mas para q pongan la proxima !!
tkm mi ali!!

Natalia dijo...

Wauuuuu!
Pero tan pronto acaba?
aunque sea tiene un final feliz.. aunque podria continuar.. jajaja
Publica la proxima pronto.
Muack

Natasha dijo...

NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
SE ACABO ='( VOY A LLORARRRR
es demasiado linda esta nove...
solo 10 capis? no vale =(
bueno, pero me encanto, estuvo presiosa
ME ENCANTO ESTE ZAC...!!! <3
publica otra!! tus noves me dejan atrapada xD
JAJA BYEEE

LaLii AleXaNDra dijo...

QUEEEEEEEEE????????????
COmo que se acabo??
PEro???...
hahaha
me quede O_o
esta super..
que linda las parejas :$
siguela o continua con otra ;)

Noelia Lopez dijo...

La leo en 2013 AJAJ
Pero me encantó! Es una novela hermosa & más asi adaptada.
Ahora leeré otra jaja :D

Unknown dijo...

que bonitaaaaa! deberían ser mas largas si <3

Anónimo dijo...

muuuuyyyyy buena no dejes de escribir porfavor

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