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lunes, 29 de junio de 2020

Capítulo 20


Nevó, y cayó una nieve preciosa y esponjada. A mediodía Vanessa ya tenía despejados el aparcamiento y los caminos de acceso, y la novia estaba echada arriba, disfrutando del masaje de piedras calientes que sus amigas le habían regalado para el día de su boda.

La entrada y la escalera resplandecían gracias al trabajo realizado por Ashley y su equipo. Unos cirios inmensos agrupados de tres en tres flanqueaban la amplia entrada al salón principal, con multitud de flores en ricas tonalidades a sus pies, de blanco marfil.

Al anochecer, parpadearon y se encendieron miles de luces en el exterior de la casa y en el bosquecillo de pinos diminutos, alineado en macetas plateadas a lo largo del sendero. Las velas iluminaban las ventanas, de las que colgaban guirnaldas de flores rematadas en largas cintas blancas.

Esta casa, pensó Vanessa mientras daba una vuelta para comprobar todos y cada uno de los detalles, era una celebración que brillaría y centellearía durante toda la noche.

Ashley se había superado y, con el factor añadido de la nieve, los invitados pasearían por ese país de las maravillas invernal y entrarían por el porche ornamentado con guirnaldas donde unas poinsettias blanco nupcial se arracimaban en unos elegantes árboles flanqueando la escalera.

Vanessa fue poniendo en práctica el programa matinal como un general avezado que se preparara para la campaña más importante de su carrera militar, recorriendo en zapatillas de deporte estancia por estancia, piso por piso, alabando, levantando la moral y dando órdenes.

Drew: Cuando empiece la fiesta estarás agotada -la detuvo en plena marcha poniéndole las manos en los hombros-. Tómate un respiro. Pensé que Mónica, la chica de la tienda de vestidos de novia, te sustituía hoy.

Ness: Llegará con Susan dentro de media hora. ¿Cuál es la situación de Liam?

Drew: Firme y en su puesto, capitana.

Ness: Hablo en serio, Drew. ¿Necesita algo? Si habéis estado despiertos hasta la madrugada bebiendo y jugando al póquer...

Drew: A las doce y media ya lo habíamos metido en la cama, como nos ordenaste. Los demás nos quedamos hasta las tantas bebiendo y jugando al póquer.

Vanessa entrecerró los ojos y se fijó en que su hermano tenía la mirada despierta y descansada.

Ness: Ve a comprobar qué tal está. No quiero que se acerque por aquí hasta las tres y media.

Drew: Su padrino lo tiene controlado. Bob es peor que tú con las listas y los horarios. Irá al estudio y recogerá al novio a las tres y cuarto.

Ness: Entonces ven a ayudarnos. El equipo de Ashley está trabajando en el solárium con la segunda unidad, que está montando la cena.

Drew: Chris está a las órdenes de Ashley.

Ness: ¿Chris está aquí? ¿Y Zac?

Drew: Acompañando a Liam. Hemos pensado que alguien debía hacerle compañía, por si se le ocurre salir corriendo.

Ness: Muy gracioso, pero está bien que alguien acompañe a Liam. Ahora iba a acercarme para comprobar qué tal estaba, pero si Zac está con él, iré a ver a Miley. Ve a decirle a Brittany que tiene una hora y veinte minutos, y que luego se presente en la suite de la novia.

Drew: Si la pillo en plena faena se abalanzará sobre mí con el cortador de la pasta en la mano.

Ness: Quien no arriesga no gana.


Zachary estaba tumbado en una butaca con una Coca-Cola y una bolsa de patatas fritas y seguía una carrera de motocross que daban por la cadena de televisión ESPN.

Liam andaba arriba y abajo.

Se habían acostumbrado a ese ritmo. Liam andaba arriba y abajo, se sentaba, miraba la televisión fijamente y comprobaba la hora. Luego se levantaba y volvía a andar arriba y abajo.

Zac: ¿Te lo estás replanteando, profesor? Tengo órdenes de atarte con una cuerda si intentas salir corriendo.

Liam: ¿Qué? No. Ja, ja. No. ¿De verdad solo es la una y media? A lo mejor me he quedado sin batería -frunció el ceño al mirar el reloj y dio unos golpecitos a la esfera-. ¿Qué hora tienes?

Zachary le mostró la muñeca desnuda.

Zac: Hora de relajarte. ¿Te apetece un trago?

Liam: No, no, no. Quizá. No. Es que... siento como si hubiera entrado en otra dimensión donde cinco minutos equivalen a una hora y media. Deberíamos haber elegido casarnos por la tarde. Si hubiéramos elegido casarnos por la tarde, ahora ya estaríamos en el altar.

Zac: ¿Tienes prisa?

Liam: Creo que sí -fijó la mirada sin ver nada-. Hay días en que no entiendo lo que ha pasado, y otros en que siento como si esto fuera lo más natural del mundo. Estoy... es... somos...

Zac: Habla ya.

Liam: Cuando descubres que amas completamente a alguien y esta persona te ama a ti... aun con tus debilidades y tus defectos, todo empieza a encajar. Y si puedes hablar con ella, y ella te escucha, si te hace reír, y te hace pensar, te hace querer, te hace ver quién eres en realidad, y esa persona que eres es mejor, mucho mejor cuando está con ella, estarías loco si no quisieras pasar el resto de tu vida a su lado -se interrumpió y esbozó una sonrisa tímida-. Estoy desvariando.

Zac: No -al notar que esas palabras le habían revuelto por dentro, sacudió la cabeza-. Me alegro por ti, Liam. Eres un cabrón con suerte.

Liam: Hoy soy el cabrón con más suerte del planeta.

Zachary apagó la televisión.

Zac: Ve a buscar las cartas. Jugaremos a la canasta, a ver si se traduce esa suerte.

Liam: Vale -volvió a mirarse el reloj-. ¿De verdad solo es la una treinta y cinco?


Miley entró en la suite de la novia, se detuvo y, alegre, dio unos pasos de baile.

Miley: Mira, mira, es mía. Hoy es mía. Champán, frutas deliciosas, flores y velas. Oh, Ash, las flores.

Ash: Para nuestras novias lo mejor. Esto es Votos, a fin de cuentas.

Britt: Primero el champán -se acercó a ella para servirle una copa-.

Ness: A mí ponme media copa. Todavía me quedan unas cosas por…

Miley: Vanessa, no -la agarró de las manos-. A partir de ahora y hasta el último baile, eres mi amiga, una de mis maravillosas, hermosas y súper necesarias damas de honor. Mónica se encargará de lo demás. Te necesito conmigo... y la novia es quien manda en Votos.

Ness: De acuerdo. Lléname la copa, Brittany.

Miley: Karen, quizá podrías hacer una toma general de...

Ness: Ni hablar -movió un dedo en señal de advertencia-. Si voy a ser una de tus DDH, tú serás estrictamente la novia, no la fotógrafa.

Karen: Te tenemos cubierta, Miley -le guiñó el ojo y cambió la lente-.

Miley: Ya lo sé, lo siento -respiró hondo y tomó la copa de champán-. Vale. Por el «día de boda». Esta vez de verdad. -Tras el primer sorbo, levantó la mano-. Y otra cosa, porque si no, igual me olvido luego. Ashley, gracias por hacer que todo sea tan bonito, y Brittany, gracias por el pastel, absolutamente espectacular. Y Ness, por todos los detalles, pequeños y grandes, muchas gracias. Pero sobre todo, gracias por ser mías.

Britt: Vale, basta ya. Bebe -parpadeó-. Hoy, de llorar ni hablar.

Ash: Un poquito sí. Todavía no nos han maquillado.

Ashley pasó su brazo por la cintura de Miley y Vanessa repartió unos pañuelos.

En ese momento la puerta se abrió y apareció la señora Grady sonriendo.

Grady: Han llegado los de la peluquería y el maquillaje.

Ness: Vale, fuera lágrimas. Pongámonos a trabajar.

Siempre le había gustado esta parte, a pesar de que solo entraba y salía cuando se la necesitaba.

Ahora, en cambio, estaba sentada y atendida por la peluquera, con una copa de champán en la mano y contemplando cómo trabajaba la maquilladora con Miley.

Una nueva perspectiva, pensó disfrutando de la entrada apresurada de la madre de Liam para ponerse a charlar y a reír o a llorar un poco, satisfecha de la eficacia con que Mónica o Susan iban comprobando todos los pasos. Se propuso permanecer sentada cuando Mónica informó de que el novio y su cortejo estaban en la casa, convencida de que todo saldría conforme al plan trazado.

Y así fue.

Siguiendo el programa, Ashley, Brittany y Vanessa se pusieron sus vestidos de ceremonia. Miley había acertado con los colores, con los tonos, pensó. El calabaza intenso daba luz a la piel de Brittany, mientras que el rojizo hacía resaltar la belleza de Ashley. Y el dorado viejo le favorecía a ella, decidió.

Las tres juntas parecían unas radiantes flores otoñales.

Britt: Estamos de bandera.

Miley: Chicas, estáis asombrosas. -Vestida solo con el corsé y el liguero, hizo un gesto con el dedo para que sus amigas se dieran la vuelta-. Oh, sí, asombrosas. Y, oh, señora G., mírese...

Grady: No está mal para un vejestorio como yo.

La señora Grady giró sobre sí misma luciendo un vestido azul medianoche.

Ness: Tu turno.

Miley: Ay, ay, ay...

La ayudaron a ponerse el vestido de boda, a alisar y esponjar la capa de organza que lo recubría, a abrochar la coqueta espalda con su cola de volantes. Vanessa observó la transformación de Miley mientras esta seguía delante del espejo de cuerpo entero.

Miley: Soy una novia -murmuró con los ojos nublados por el asombro-. Y estoy preciosa.

Grady: Toma -se acercó a ella para ponerle en la mano los pendientes de diamantes que Liam le había regalado-. La pequeña Miley... la rubit flacucha que no tiene culo... la novia más bonita de todas las que han estado en esta habitación.

Miley: Señora G.... -bajó la cabeza y apoyó la frente en la del ama de llaves-. ¿Me ayuda con la cinta del pelo?

Coronar a la novia, pensó Vanessa, era el privilegio reservado a las madres. Y resultaba conmovedor ver a la señora Grady poner la flamante cinta en el reluciente pelo de Miley.

Grady: Te queda bien. Tenías razón, Ashley, le queda bien. -Dando un paso atrás, se enjugó unas lágrimas-. Estás perfecta.

Ness: Todavía no -abrió un cajón del pequeño escritorio y sacó un estuche-. Sé que contabas con llevar otra cosa prestada, pero me gustaría que aceptaras esto a cambio.

Abrió el estuche y sacó un delicado collar de diamantes, de tres finas y llamativas vueltas.

Miley: Vanessa -apenas logró articular la palabra-. Es el collar de tu madre.

Ness: Mi padre se lo regaló por su aniversario. Sé que a ellos les habría gustado que lo llevaras hoy, y para mí será como si estuvieran presentes. En parte. Te querían.

Miley: Oh, Dios mío...

Ness: De llorar, ni hablar.

Miley: Pues... lo estás haciendo imposible. Me encantará llevarlo. Me encantará... -La voz se le quebró, y sacudió la cabeza-. No puedo decir nada más, porque si no, no podré. . .

Ness: Toma -le puso el collar de vueltas y se lo abrochó-. Es perfecto.

Miley levantó la mano y tocó el collar.

Miley: Me gusta que hoy estén conmigo, con todas nosotras.

Mónica entró.

Mónica: Oh, Miley, estás espectacular. Liam va a necesitar oxígeno cuando te vea. Aunque a lo mejor tú también. Está guapísimo. Quería decirte, Karen, que deberías empezar con las fotos oficiales. ¿Puedo hacer algo por todas vosotras, por alguna de vosotras?

Miley: ¿Ha llegado mi madre?

Mónica: Todavía no.

Miley: Igual es mejor así. Bien, Karen, soy toda tuya.

Karen: Quiero hacerte unas cuantas aquí dentro, otras en la terraza y luego unas con el ramo antes de que nos pongamos con tus damas.

Ash: Las flores estarán aquí cuando estés lista.

Ness: Voy a ver qué tal andan los chicos -dijo a Brittany-. Y no te metas conmigo.

Britt: Me asombra que hayas aguantado tanto. Anda, ve.

Vanessa se escabulló de la habitación, se recogió las faldas y salió disparada hacia la suite del novio. Llamó a la puerta con los nudillos y la abrió.

Ness: Alarma. Fémina a la vista.

Drew: Todo despejado -anunció en voz alta-.

Vanessa entró.

Ness: Monica tenía razón. Liam, estás guapísimo. -Y adorable cuando se le pusieron rojas las puntas de las orejas-. Todos estáis estupendos. Solo quería... -Cuando Chris fue al espejo a arreglarse la corbata, vio a Zac, con tejanos y una camiseta, bebiendo una cerveza-. No sabía que estabas aquí. ¿Pasando el rato con los chicos?

Zac: ¿Qué? Ah... oh, sí.

Tenía los ojos un poco vidriosos, pensó, pero cuando iba a sugerirle que aflojara con la cerveza, vio que él la dejaba.

Ness: Karen ha empezado con las fotos oficiales de la novia, o sea que estará lista para sacar las vuestras dentro de unos quince minutos. Liam, necesitarás a tu padre. Enviaré a tu madre cuando sea el momento. Oh, y...

Drew: Fuera -se la llevó a la puerta-. Hoy eres una DDH, no una organizadora de bodas.

Ness: Llevo escuchando eso todo el día. Supongo que os veré cuando sea la hora. Zac, espero que hayas traído un traje.

Zac: ¿Crees que soy imbécil? Me queda mucho tiempo.

Chris: Le meteremos prisa -dijo a Vanessa-. Estás muy guapa, Vanessa. Guapísima.

Vanessa se rió, y se volvió como si estuviera desfilando por una alfombra roja.

Ness: Eso es verdad.

Bob: Y no te preocupes. -Bob, padrino y compañero de Liam, le mostró su miniportátil-. Lo controlo todo desde aquí y he memorizado los votos por si necesita que le haga de apuntador.

Ness: Eres un cielo, Bob.

Vanessa esperó a quedar fuera del alcance de sus oídos para estallar en carcajadas.

Ash: Justo a tiempo.

Ness: No ha pasado tanto tiempo como para...

Ash: El ramo. Quería que todas estuvierais aquí. Miley -lo sacó de la caja-. El toque final.

Miley: Oh, Ashley, oh, uau... lo vi mientras lo hacías, pero... es que... uau.

Miley cogió la cascada de rosas y lirios, colores intensos, colores atrevidos a los que unas cuentas de cristal y unas perlas diminutas añadían un sutil centelleo. El ramo en cascada le caía desde la cintura hasta la rodilla.

Miley: Es... -se quedó mirando fijamente la composición y luego levantó los ojos y miró a Ashley-. La mariposa azul. Hay una mariposa azul en el ramo.

Ash: Para que te dé suerte y amor.

Britt: No nos dijiste que ibas a hacer eso -se acercó para fijarse-. Ashley, eres una tonta sentimental. Es magnífico.

Ash: Liam también lleva una... una pequeñita, en la flor de ojal.

Britt: Yo también te diré que he puesto una en el pastel... como en el juego de buscando a Wally.

Miley: Brittany -dijo riendo entre lágrimas-. Eres una tonta sentimental.

Ash: Y si sumas la mariposa que Vanessa ha puesto en la liga azul de Miley, ya somos tres.

Ashley sacó los otros ramos de la caja.

Miley: Justo cuando pensaba que el día de hoy no podría ser más perfecto...

Miley se calló cuando la puerta se abrió de golpe y su madre hizo una entrada teatral con un vestido corto de un rojo matador.

Linda: Vaya, estáis todas... tan dulces... Unos colores muy interesantes. He dejado a Ari abajo. Quería subir un momento y...

Su sonrisa irónica se desdibujó cuando sus ojos buscaron y encontraron a Miley. Vanessa tuvo el inmenso placer de ver la estupefacción y el asombró en su rostro.

Eso es, zorra egoísta e interesada. Está espectacular. Y nada de lo que puedas decir o hacer va a estropear ni un solo momento del día.

Linda: Miley, estás preciosa. Lo digo de verdad. ¡Oh, mi niña va a casarse! -levantó las manos al aire y atravesó corriendo la suite para abrazar a Miley-. Nunca pensé que llegaría este día.

Por encima de la cabeza de Linda, Miley alzó los ojos al cielo y sonrió.

No, nada va a estropear ni un solo momento del día, pensó Vanessa, y sonrió a su vez.


Zachary caminaba arriba y abajo frente a la suite de la novia.

¿Cómo había sucedido? En fin, no lo sabía, pero había sucedido y... así estaban las cosas. En cualquier caso, se aseguraría de que así siguieran. Si es que Vanessa salía de una vez de esa condenada habitación.

Si llevara reloj, ahora estaría dando golpecitos a la esfera para ver si la batería funcionaba.

¿Por qué diablos tardaban tanto? ¿Qué estaba ocurriendo exactamente detrás de esa maldita puerta?

Al final se abrió y salieron las mujeres, todo color, fragancia y brillos. Se apartó de en medio, listo para intervenir en el momento en que viera a Vanessa.

Cuando la vio, como era de esperar, estaba junto a la mujer que ese día dirigía el acto.

Zac: Eh.

Vanessa se volvió, inclinó la cabeza sorprendida, se concedió un minuto para volver a comprobar lo que seguramente ya había comprobado cinco veces con su sustituía y se acercó a él con un vestido fino y vaporoso del color de la luz de las velas.

Ness: ¿Por qué no estás abajo? Tendrías que estar sentado. Vamos a...

Zac: Necesito hablar contigo un momento. Un par de minutos.

Ness: Zac, la boda. Ahora no puedo... Ay, Dios mío... ¿hay algún problema? Sabía que tendría que haber bajado a comprobar que...

Zac: No hay ningún problema. Todo va bien. Ya veo que esto es la boda del siglo. Lo mío puede esperar. Seguro, no te preocupes.

Ness: Ve abajo -se acercó a él y le besó en la mejilla-.

Y se volvió cuando Miley apareció en el umbral de la puerta.

Miley: Bien, ya estoy lista. ¿Zachary? ¿Por qué no estás abajo?

Zac: Ahora mismo voy. Pero deja que diga uau, un uau en mayúsculas. Buen trabajo. Liam se va a atragantar de la impresión.

La sonrisa de Miley refulgió con mayor luminosidad que sus diamantes.

Miley: Voy a casarme.

Zac: Eso me han dicho. Te veo luego, señora Hemsworth.

Miley: Señora Hemsworth. ¡Qué bien suena, tío! -Con sus refulgentes zapatos de boda y tacón alto, dio unos pasos de baile-. Vamos, Vanessa.

Vanessa dedicó a Zachary una última sonrisa y precedió a la novia por el pasillo.

Ness: Recuerda, la cabeza alta, sonríe. Tómate tu tiempo, es tu momento. Bajaremos en orden alfabético, como hemos decidido, después de la sobrina y el sobrino de Liam.

Miley: ¿Verdad que están monos?

Ness: Mucho. Cuando suene la música de tu entrada, recuerda que tienes que esperar, contar hasta cinco para que todos se levanten y te contemplen. Y entonces...

Miley: Vanessa, no te preocupes. Mi padre está al pie de la escalera, y me acompañará por el pasillo central -sus ojos estaban serenos, además de secos, aunque resplandecientes por la alegría-. Seguramente nunca me contarás lo que tuviste que hacer para conseguir que mi padre viniera, pero me parece bien. Ha venido, y para mí es más importante de lo que creía... o estaba dispuesta a admitir. Pero como dijiste ayer, lo más importante de todo es que Liam está abajo. Me tiemblan las rodillas, pero no son los nervios, es la excitación, es... jo, esto es la repera. No olvidaré mis frases.

En lo alto de la escalera, Ashley, Brittany y Vanessa le arreglaron la cola, entregaron a Miley el ramo y, por unos instantes, se quedaron como cuando eran niñas, sonriendo y mirando la mariposa azul.

Ness: La MDNO entra acompañada -murmuró-.

Britt: ¿Llevas un auricular en el oído?

Ness: No, pero lo sé. Liam y Bob están delante de la chimenea, y la MDNO y el PDNO ocupan sus asientos. Ahora Linda entra acompañada. Sé que te encuentras bien, Miley, pero ahora haz unas cuantas respiraciones de yoga. La MDNA entra acompañada -dijo refiriéndose a la señora Grady, y Miley le apretó la mano-. Y la música cambia, entra el niño de los anillos, y luego la niña de las flores, adorables los dos -echó un vistazo para ver cómo empezaban a bajar los escalones a la señal de Mónica-. Adorables, de verdad.

Miley: Karen está haciendo fotos, ¿verdad?

Ness: Chiton. Cállate ya. Vale. Ashley.

Miley: Allá vamos.

Ness: Cinco, cuatro, tres, dos. Y Brittany.

Miley: Allá voy.

Vanessa volvió a estrechar por última vez la mano de Miley.

Ness: Hoy es el día de tu boda -dijo, y bajó la escalera-.

Dejó de preocuparse cuando vio la sala llena de invitados, de flores, de velas y la luz del fuego. Cuando vio a Liam, parecía el hombre más feliz del mundo. Miró a Zachary y se quedó atónita ante la intensa mirada de sus ojos, y entonces ocupó su lugar, al lado de sus amigas.

La música ha cambiado, pensó, y todos se pusieron en pie.

Ahí estaba Miley, radiante del brazo de su padre, avanzando como si flotara. Y los diamantes de la madre de Vanessa atrapando la luz, chispeando.

Miley besó a su padre en la mejilla. Liam tendía ya las manos para recibirla. Miley dio un paso hacia él y las tomó.

Miley: Hola, cariñito. -Tiró de él y lo besó con glotonería-. No he podido resistirme -dijo en voz alta para que todos la oyeran-.

Y se casaron al son de las carcajadas.


No había manera de estar con ella a solas, al menos como él quería. Tuvieron que hacerse las fotos, y luego vino la cena y había gente por todas partes. Todos querían hablar con todos.

Kay: ¿Qué te pasa? -Su madre le dio una patada por debajo de la mesa-. No paras de moverte.

Zac: No me pasa nada. Solo quiero quitarme este traje agobiante.

Kay: Cena -le ordenó, pero por suerte se volvió para hablar con el padre de Ashley y dejó de atormentarlo-.

Intentó acercarse a Vanessa al terminar la cena, pero se lleva¬ron a todo el cortejo nupcial en una dirección y a los invitados en otra.

En el salón de baile Miley y Liam salieron a la pista. Observándolos se dio cuenta de que el momento oportuno había pasado para él. Hacía rato. Ese día estaba dedicado a ellos, el resto podía esperar.

Fue a buscar una cerveza y se obligó a relajarse.

Chris: Una fiesta cojonuda, ¿eh? -se dejó caer en una butaca que había a su lado-.

Zac: Estas mujeres lo hacen bien, y por lo que se ve se superan cuando se trata de una de ellas. -Brindó con Chris-. Tú eres el próximo, chaval.

Chris: Me muero de ganas.

Zachary ladeó la cabeza y estudió la expresión de Chris.

Zac: ¿Lo dices en serio?

Chris: Más en serio cada día. ¿Quién iba a decirlo? ¿La fiesta? Será la hostia, pero de lo que me muero de ganas es de pasar el resto de mi vida con ella. Ashley es... Ashley. No necesita nada más. Ahora iré a buscarla para bailar. Tendrías que agenciarte a Vanessa.

Zac: Sí, eso tendría que hacer.

Se quedó sentado un momento, luego se levantó y empezó a sortear mesas y personas. La música, con su ritmo caliente, atraía a los invitados a la pista de baile.

Se detuvo para observar la escena y Drew se puso a su lado.

Drew: Voy a buscar un poco de champán para mi futura novia. ¿Te has fijado en Bob? Es un salvaje en la pista.

Zac: Es imposible no fijarse.

Drew: Es un día fantástico -puso la mano en el hombro de Zac y ambos sonrieron a Bob-. Ya sé que estaban viviendo juntos, Miley y Liam, pero esto cambia las cosas.

Zac: ¿Qué cambia?

Drew: Las vuelve más sólidas, más reales, más importantes. He estado en innumerables bodas, pero no comprendí eso hasta lo de Brittany, hasta que quise convertir nuestra relación en algo más sólido y real, algo importante. En fin, si estás buscando a Vanessa, anda por allí.

Zac: Gracias.

Que le den al momento oportuno, decidió, y salió a encontrarse con Vanessa.

La distinguió, a ella y a Brittany. Estaban bailando juntas. Cuando cambió la música se acercaron a él cogidas del brazo.

Zac: ¿Por qué las mujeres pueden bailar juntas y cuando bailan los hombres parecen estúpidos?

Britt: No parecéis estúpidos, solo creéis que lo parecéis.

Zac: Drew ha ido a por tu...

Y Zachary hizo como si bebiera.

Britt: Iré a buscarlo, se le hará más corta la espera. ¿Te apetece? -preguntó a Vanessa-.

Ness: Sí, gracias.

Cuando estuvieron a solas, por decirlo de algún modo, Zachary la cogió por el brazo.

Zac: Escucha, ¿podemos salir un momento? Quiero...

Linda: Vanessa -con una copa de champán en la mano, se deslizó hacia ellos-. Has organizado un acto precioso. Debes de haber trabajado día y noche, semana tras semana para conseguirlo. No me extraña que se te vea tan cansada.

Ness: ¿Ah, sí? -exclamó con gélida dulzura-. Deben de ser las luces del salón. Precisamente estaba pensando que este tono de rojo, con esta luz, te sienta mal, muy mal. Zac, conoces a la madre de Miley, ¿verdad?

Zac: Sí. ¿Qué tal va?

Linda se echó hacia atrás la exuberante melena rubia y clavó en él sus ojos azul celeste con lujuria.

Linda: Muy bien, gracias. ¿Nos conocemos? Créeme que nunca olvido a un hombre guapo. -Le dio la mano y acercó su cuerpo a él-. ¿Cuándo nos conocimos?

Zac: Cuando me propusiste una mamada a cambio de mi trabajo.

A su lado, Vanessa ahogó unas risas. Linda se echó hacia atrás y lanzó una mirada asesina a Vanessa.

Linda: Tendrías que pensar mejor a quién invitas a tu casa.

Ness: Eso ya lo he hecho. Hoy tienes entrada libre. Disfrútalo. Vamos a bailar, Zac. Me hace mucha ilusión bailar contigo en la boda de mi amiga -se lo llevó a la pista, y dejó caer la cabeza sobre su hombro partiéndose de risa-. Oh. Oh. Te voy a recompensar muy bien en cuanto pueda. Ha sido... -levantó la cabeza, le cogió por las mejillas y lo besó hasta que a Zachary empezó a darle vueltas la cabeza-.

Zac: Vámonos.

Zachary la arrastró para alejarla de la música.

Ness: Pero quiero...

Zac: Cinco minutos, maldita sea.

Había gente en cada maldito rincón, observó Zachary. La sacó del salón de baile y la obligó a bajar la escalera ignorando sus protestas. Valoró la situación, se encaminó hacia las dependencias de Vanessa y, de un tirón, la hizo entrar en el gimnasio.

Nadie entraría ahí durante la boda.

Ness: ¿De qué va todo esto, si puede saberse?

Zac: Escúchame.

Ness: Te estoy escuchando.

Zachary respiró hondo.

Zac: Sí, tú me escuchas, y por eso termino diciéndote cosas que nunca había dicho a nadie, que nunca había tenido la intención de decir a nadie. Entras muy adentro, eso es lo que haces, entras muy adentro, ves lo que hay ahí y te parece bien.

Ness: ¿Por qué no tendría que parecerme bien? Zac, ¿has bebido mucho?

Zac: Probablemente no lo bastante. Nunca había llegado hasta aquí con nadie. Creía que no sabría hacerlo lo bastante bien y... en fin, joder, para mí es importante hacer bien las cosas -se volvió y caminó unos pasos intentando recuperar el aliento y el equilibrio-. Pasé mis primeros diez años yendo de un sitio a otro y estuvo bien, así estaban las cosas. Los diez siguientes los pasé en guerra con el mundo viviendo en el infierno. Luego intenté mejorar, a mi manera -se pasó la mano por el pelo-. Mejoré, y luego me jodieron de verdad. El destino, la mala suerte, lo que sea. Aproveché una segunda oportunidad, y cambié varias cosas. Y mientras duró todo eso, solo una persona siguió a mi lado.

Ness: Tu madre es una mujer increíble.

Zac: Tienes toda la razón. Tengo un buen negocio. Sé llevarlo, sé organizarlo, me gusta dedicarme a lo que me dedico. No, me encanta.

Ness: Por eso eres bueno en tu trabajo. Ojalá te decidas a contarme qué es lo que hay de malo en todo esto.

Zac: No he dicho que haya nada malo. Es que... -se quedó inmóvil, mirándola-. No tenías que ser tú, eso seguro.

Ness: ¿De qué estás hablando?

Zac: Me dijiste que me querías.

Ness: O sea, que sí me oíste.

Vanessa se volvió y fue al minifrigorífico en busca de agua.

Zac: Claro que te oí. A mi oído no le pasa nada.

Ness: Elegiste ignorarme.

Zac: No. Me cogiste por sorpresa, Vanessa, me dejaste fuera de combate. Nunca imaginé que sentirías por mí lo que yo siento por ti.

Vanessa bajó el botellín y su mirada se posó en la de él.

Ness: ¿Qué sientes por mí?

Zac: Es como si... ¿cómo diablos lo dijo Liam? Él conoce las palabras.

Ness: No quiero las palabras de Liam. No estoy enamorada de Liam.

Zac: Siento como si tú fueras la razón por la que estuve yendo de un sitio a otro, viviendo en el infierno. La razón por la que no morí, por la que estoy aquí. Siento como... -Se le quebró la voz y maldijo al quedarse sin aliento mientras ella seguía frente a él, hermosa, perfecta y resplandeciente-. Escucha, tendré que usar las palabras de Liam. Es como... Cuando amas a alguien y ese alguien te ama a ti, aunque estés jodido, todo encaja. Todo ha encajado, Vanessa. Eso es.

Vanessa dejó el botellín encima de una banca para levantar pesas.

Ness: Siempre imaginé que cuando a mí me llegara el momento, sería muy diferente.

La irritación se plasmó en el rostro de Zachary.

Zac: Ya ves, no hay poesía ni luz de luna. Y además llevo puesto un maldito traje.

Vanessa estalló en carcajadas.

Ness: Estoy tan contenta de que me haya llegado el momento exactamente así, contigo, aquí y ahora...

Vanessa se acercó a él.

Zac: No he terminado.

Ella se detuvo.

Ness: Ah, lo siento.

Zac: Bien. Tenemos que hacerlo.

Vanessa puso unos ojos como platos.

Ness: ¿Perdón?

Todos sus músculos se relajaron. Le encantó cómo había pronunciado esa palabra.

Zac: Oye, Piernas, a ver si dejas de pensar en el sexo. Me refiero a que tenemos que...

Zachary trazó un círculo en el aire señalando al techo.

Ness: Me temo que no sé descifrar tu ingenioso código.

Zac: Tenemos que casarnos.

Ness: Tenemos que... -dio un paso atrás y fue a sentarse junto al botellín que había dejado encima de la banqueta-. Ya. Ah…

Zac: Mira, si me conoces y aun así me quieres, ya sabrás que no voy a arrodillarme y a recitarte algo que un tío que la palmó escribió hace doscientos años. Maldita sea -se acercó a ella y la puso en pie-. Seguramente lo haré mejor que él. Ahora ya sé cómo funcionas. Sé que no solo cuentan los detalles, sino lo que hacen esos detalles. Lo que está pasando ahí arriba... es una fiesta magnífica, pero lo que cuenta es lo que viene después. Y tú quieres lo que viene después.

Ness: Tienes razón -dijo con voz queda-. Así funciono yo. Pero no solo se trata de lo que yo quiera.

Zac: Si buscas el lote completo, aquello de hasta que la muerte os separe, piensa en mí. Nadie te querrá jamás, te apoyará jamás y entenderá mejor que yo cómo funcionas. Nadie, Vanessa.

Vanessa notó que las manos estaban a punto de empezarle a temblar, las puso sobre las mejillas de Zachary durante unos instantes y le miró a los ojos.

Ness: Dime qué es lo que quieres.

Zachary la cogió por la muñeca y entrelazó los dedos con ella.

Zac: Quiero pasar la vida contigo y ahora estoy copiando a Chris y a Drew... más o menos. Quiero empezar una nueva vida porque se trata de ti, Vanessa. Eres tú, tú lo eres todo. Quiero que lo nuestro sea sólido. Quiero, y ahora esto es de mi cosecha, hacerte promesas y mantenerlas. Te amo y prometo amarte durante toda mi vida -soltó el aire-. ¿Qué dices a eso?

Ness: ¿Qué digo a eso? Digo que sí. -Mareada de felicidad, Vanessa rió a carcajadas y le apretó las manos-. Sí, Zac, tenemos que hacerlo -exclamó lanzándole los brazos al cuello-. Oh, eres perfecto. No sé por qué, pero eres perfecto.

Zac: Creía que Liam era hoy el hombre con más suerte del mundo. Pero acaba de bajar al segundo puesto. -La apartó un poco, la besó en los labios y, recreándose en el beso, se balanceó con ella-. No he traído un anillo ni nada parecido.

Ness: Vale más que consigas uno muy deprisa.

Zac: Hecho -la tomó de las manos, se las llevó a los labios y los ojos de Vanessa brillaron cuando empezó a cubrirlas de besos-. Te debo un baile.

Ness: Sí, es cierto y tengo muchas ganas de bailar contigo. Hay que volver. Es la noche de Miley.

Zac: A los demás se lo contaremos mañana, para no empañar el brillo de esta noche.

Sí, pensó Vanessa, Zachary sabía cómo funcionaba ella. Volvió a acercar su cara y besó al hombre que amaba. El hombre con el que se casaría.

Ness: Mañana me parece perfecto.

Con él de la mano, se incorporó de nuevo a la música, las flores y el destello de las luces. Esta noche, pensó, es la noche de Miley. Y el comienzo de su propio felices para siempre.


2 comentarios:

Lu dijo...

ME ENCANTO!!!!
Al fin Zac habla y dice lo que siente, y le pidio matrimonio a Ness!! Ame este capitulo


Sube pronto :)

Anónimo dijo...

Bello bello me encanta q zac lo haga a su manera q salga de su corazon ya quiero q llegue la boda!!!!

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