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domingo, 24 de febrero de 2019

Capítulo 21


Los premios no son importantes. Un trabajo de calidad y la satisfacción de una tarea bien hecha son en sí mismos suficiente recompensa. Las estatuillas y los discursos no son más que promoción comercial.

Vanessa no creía ninguna de esas cosas.

Para una muchacha de Kansas, cuyo primer trabajo frente a una cámara había sido informar sobre una muestra canina, el hecho de bajarse de una limusina en Los Ángeles como nominada a un Emmy representó una emoción muy grande. Y no tenía inconveniente en reconocerlo.

El día era perfecto. Seguramente había polución, pero ella no la veía. El cielo era de un celeste precioso, como el de una acuarela, iluminado por un sol brillante. Una suave brisa jugueteaba con los vestidos elegantes y los peinados de la concurrencia, y extendía los aromas de los perfumes y las flores sobre la multitud entusiasta.

Ness: No puedo creer que sea yo.

Zac: Te lo has ganado -le besó la mano-.

Ness: Eso lo sé, aquí -se tocó la sien-. Pero aquí -se llevó la mano al corazón- tengo miedo de que alguien me pellizque y despierte y me dé cuenta de que solo se trata de un sueño. ¡Ay!

Zac: Ya ves, estás despierta -agregó con una sonrisa- y sigues estando aquí.

Aunque se sentía un poco mareada, igual se apeó con gracia de la limusina, levantó la cabeza y se enderezó para pasear la vista por el gentío. El sol brillaba sobre su corto vestido.

Zac pensó que Vanessa había elegido bien su vestimenta: ese vestido recto y sin breteles, color escarlata, la hacía parecer joven y fresca y una verdadera estrella. Varias personas la reconocieron y gritaron su nombre.

Esa reacción la sorprendió. Al principio pareció confundida, después, desconcertada y finalmente encantada. Devolvió los saludos, no con la descuidada indiferencia de una veterana sino con placer y entusiasmo genuinos.

Ness: Tengo la sensación de estar entrando en una película -rió por lo bajo mientras entrelazaba su mano con la de Zac-. Me parece estar llevándome al héroe.

Él la complació a ella y al público al darle un beso. No un beso de circunstancia sino un beso fogoso y que dio material en abundancia a los paparazzi.

Zac: Eso ha sido porque eres preciosa -la besó de nuevo entre vítores-. Y esto para desearte buena suerte.

Ness: Gracias. Por las dos cosas.

Echaron a andar hacia el edificio, donde los curiosos y los admiradores habían sido divididos como el mar Rojo por las vallas de la policía. Las celebridades y los reporteros se entremezclaban y filmaban flashes sabrosos que serían emitidos en las noticias de la noche.

Vanessa conocía a algunas de esas personas. Varias habían asistido a su programa, se habían sentado junto a ella y conversado como viejos amigos. A otras las había conocido en las fiestas de beneficencia y acontecimientos que eran parte de su trabajo. Intercambió saludos y buenos deseos, dio besos y estrechó manos mientras se dirigían a la recepción.

Le pusieron micrófonos delante y la enfocaron con las cámaras.

*: Vanessa, ¿cómo se siente al estar aquí esta noche?

**: ¿Quién diseñó su vestido?

***: Zac, ¿qué siente al conducir un programa de éxito cuando tantos otros programas de noticias han fracasado?

*: ¿Tienen planes de matrimonio?

Zac: Por Dios, esto se parece a una carrera de obstáculos -murmuró cuando consiguieron abrirse paso entre la maraña de periodistas-.

Ness: Yo estoy disfrutando cada minuto -reconoció-. ¿No sabes que cuando le preguntan a uno quién le ha diseñado la ropa es porque uno ha causado sensación?

Zac: Pues a mí no me lo preguntaron.

Ella se dio la vuelta y jugueteó con la corbata de Zac.

Ness: Y eso que estás de muy buen ver.

Zac: Bebamos algo antes de entrar.

Ness: Tendrá que ser champán. Solo una copa.

Zac: Espérame aquí. Yo lucharé contra la horda.

Ness: Eres mi héroe.

Ella se volvió, y se habría dirigido a un rincón, donde pudiera permanecer de pie y observarlo todo, pero se topó con Kate Lowell.

Kate: Hola, Ness.

Ness: Hola, Kate -le tendió la mano y las dos se saludaron como dos extrañas-. Me alegra verte.

Kate: ¿De veras? Estás espléndida, lista para ganar. 

Ness: Eso espero.

Kate: Me gustaría desearte suerte, sobre todo al tener en cuenta quién es tu rival.

Ness: Gracias.

Kate: No me lo agradezcas. Es un deseo egoísta de mi parte. A propósito, Rob Winters me dijo que te mandaba recuerdos.

La sonrisa tensa de Vanessa se distendió.

Ness: ¿Cómo está Rob?

Kate: Se está muriendo. Lo siento. Hace mucho que somos amigos y es muy penoso para mí verlo así.

Ness: No tienes que disculparte. Entiendo bastante acerca de amistades y lealtades.

Kate: Un golpe directo, Ness.

Ness: Un golpe bajo -la corrigió y de forma instintiva tomó la mano de Kate. Pero esta vez no fue por mera cortesía sino como muestra de apoyo-. No puedo imaginar siquiera lo que será para ti.

Kate miró las manos unidas de las dos y recordó lo bien que se llevaban antes.

Kate: Ness, ¿por qué no anunciaste la enfermedad de Rob cuando él te dijo lo que le pasaba?

Ness: Porque me pidió que no lo hiciera. Kate sacudió la cabeza.

Kate: Eso fue siempre suficiente para ti. Me preguntaba si habrías cambiado.

Ness: He cambiado, pero no en eso.

Kate: De veras espero que ganes esta noche. Espero que la hagas trizas -afirmó, y se alejó-.

Al verla caminar entre la multitud, Vanessa creyó entender las lágrimas que había visto en los ojos de Kate, pero no el veneno de su voz.

Britt: Bueno, parece que hemos ascendido en el mundo -dijo al aparecer delante de Vanessa-. Sonríe para la cámara, querida -murmuró mientras se inclinaba para dar un beso al aire a las dos mejillas de Vanessa-. Quiero creer que no has olvidado todo lo que te enseñé.

Ness: No he olvidado nada. Ha pasado mucho tiempo, Brittany.

Britt: Ya lo creo que sí. Supongo que no conoces a mi marido. Dan, esta es Vanessa Hudgens.

Dan: Es un placer -le tomó la mano-. Es usted tan encantadora como Brittany me había comentado.

Ness: Estoy segura de que no le dijo nada semejante, pero gracias de todos modos. Anoche vi tu especial, Brittany. Me gustó mucho.

Britt: ¿Lo viste? Pues yo no. Tengo tan poco tiempo para ver televisión...

Ness: Cualquiera diría que eso te aislaría de tu público. A mí me encanta ver televisión. Supongo que soy la telespectadora media.

Britt: Yo no quisiera ser medio de nada -miró más allá de Vanessa-. Hola, Zac. ¿No es increíble que todos hayamos terminado reuniéndonos en Los Ángeles?

Zac: Brittany -saludó, le dio a Vanessa una copa de champán y le pasó un brazo por la cintura-. Se te ve muy bien.

Britt: Zac solía ser más original en sus cumplidos -dijo a Dan. Después se ocupó de hacer las presentaciones y, al ver una cámara con el rabillo del ojo, se colocó en una posición más adecuada e importante-. Tengo que empolvarme la nariz antes de entrar. Vanessa, ven conmigo. Ninguna mujer va sola al tocador.

Aunque Zac trató de retenerla, Vanessa se soltó.

Ness: Sí, por supuesto. -Decidió que era mejor afrontar en ese momento las cosas desagradables que Brittany tenía para decirle, que dejar que las expresara después en público-. Zac, me reuniré contigo dentro en un minuto.

Para ofrecerle a la cámara una imagen cordial, Brittany le dio el brazo a Vanessa.

Britt: Hace mucho que no tenemos una conversación privada, ¿verdad?

Ness: Bueno, hace dos años que no nos vemos.

Britt: Tú siempre tan literal -se echó a reír y entró en el tocador. Tal como había esperado, estaba casi vacío. Más tarde se encontraría lleno, pero ahora la gente estaba impaciente por sentarse. Se acercó a la repisa con espejos, se sentó e hizo exactamente lo que había dicho que haría: se empolvó la nariz-. Te has comido casi todo el rouge. ¿Estás muy nerviosa?

Ness: Excitada, más bien -permaneció de pie, pero colocó su copa en la repisa para buscar un lápiz de labios en su bolso-. Supongo que es una reacción natural al ser nominada.

Britt: Con el tiempo se convierte en rutina. Como sabes, yo tengo varios premios. Qué interesante que te hayan nominado por ese programa sobre la violación, que a mí me pareció más una autoconfesión. Supongo que Zac ganará una estatuilla por su programa de horario central. En la industria todos lo quieren y ha sido capaz de crear un programa que gusta tanto a los fanáticos de las noticias como al espectador en busca de entretenimiento.

Ness: ¿No dijiste que no veías televisión?

Britt: Cada tanto miro algún programa que creo puede interesarme. Desde luego, Zac siempre me ha interesado. Dime, ¿sus ojos siguen poniéndose color cobalto cuando está excitado? Porque supongo que algunas veces logras excitarlo, ¿no es así?

Ness: ¿Por qué no se lo preguntas a él?

Britt: Tal vez lo haga... si consigo tenerlo a solas. Pero también es posible que si lo tengo a solas él se olvide de ti. De modo que, ¿qué sentido tendría?

Vanessa ya no estaba nerviosa, sino furiosa.

Ness: Ocurre que tú estás casada, y que Zac dejó hace mucho de estar interesado en ti.

Britt: ¿De veras lo crees? Querida, si yo decidiera tener una aventura con Zac (y Dan es un hombre muy comprensivo, así que mi matrimonio no es ningún obstáculo), él no solo se mostraría dispuesto sino también agradecido.

Ness: Brittany, tratar de hacerme sentir celos es una pérdida de tiempo. Te acostaste con Zac. Ya lo sé. No soy tan ingenua como para suponer que no te encontraba tremendamente atractiva y seductora. Pero lo que yo tengo con él ahora es a un nivel completamente diferente. Haces el ridículo al tratar de convencerme de que es un perrito faldero que corre hacia ti cuando chasqueas los dedos.

Britt: Eres muy fría, ¿no?

Ness: Solo me siento feliz. Brittany, solíamos ser amigas o, al menos, tener una relación cordial. Yo te agradezco la oportunidad que me diste de observar y aprender. Tal vez ya no podamos tener una relación cordial, pero no veo por qué tenemos que agredimos. Somos rivales, pero hay lugar de sobra para las dos.

Britt: ¿Crees que puedes competir conmigo? -comenzó a temblar-. ¿De veras piensas que puedes acercarte a lo que yo he conseguido, lo que tengo, lo que tendré?

Ness: Sí, estoy segura de ello. Y no tengo que recurrir a que se publiquen mentiras en la prensa amarilla o a un espionaje chapucero para conseguirlo.

Britt: Maldita presumida. Te aplastaré.

Ness: No, no lo harás. Te aseguro que te costará mucho mantenerte a la par conmigo.

Con un alarido, Brittany arrojó el contenido de la copa de champán a la cara de Vanessa. Dos mujeres, que acababan de entrar, se quedaron de piedra cuando Brittany abofeteó a Vanessa.

Britt: Tú no eres nadie. Menos que nadie. Yo soy la mejor.

Y se abalanzó con los dedos en forma de garras. Mientras la furia le nublaba la vista, Vanessa se defendió y con su mano abierta abofeteó la mejilla de Brittany. Instantáneamente la acción se detuvo. Al menos por una vez, estaban las dos a la par. Las dos mujeres que estaban junto a la puerta se quedaron mirándolas.

Kate: Perdón, señoras -dijo al salir de pronto de uno de los compartimientos y dirigirse a las dos mujeres, que huyeron enseguida-. Pero bueno, y yo que creía que la competencia tendría lugar fuera.

Atontada, Vanessa se miró la mano que todavía le dolía por el golpe que había propinado. Parpadeó por el escozor del champán en los ojos.

Ness: Demonios.

Kate señaló con la cabeza la puerta, que todavía oscilaba por la precipitada salida de las dos mujeres.

Kate: Será un comentario muy sabroso en la cobertura de mañana de la entrega de los Emmy -sonrió-. ¿Os gustaría que haga de árbitro?

Britt: No te metas en esto -admitió y, con los dientes apretados, dio un paso hacia Vanessa. Había sido humillada en público y eso le resultaba intolerable-. Y tú, apártate de mi camino. Ya has cruzado la línea.

Ness: Yo no te ofrecí la otra mejilla -afirmó- y no pienso hacerlo. Así que, ¿por qué no tratamos de mantenernos a distancia?

Britt: No ganarás esta noche -con una mano que seguía temblando, cogió su bolso-. Ni nunca.

Kate: Un discurso de salida muy desagradable -comentó cuando la puerta se cerró detrás de Brittany-.

Ness: ¿Y ahora, qué? -cerró los ojos-.

Kate: Límpiate -Abrió un grifo y empapó una toalla-. Recupera la compostura y sal.

Ness: Perdí el control -se miró en el espejo-. Dios mío.

Tenía las mejillas encendidas y mojadas. Sus ojos estaban irritados y se le había corrido el maquillaje.

Kate: Vamos, recupera tu imagen anterior -le entregó la toalla húmeda-. Y cuando salgas, hazlo con una sonrisa.

Ness: Creo que debería...

Preparada para lo peor, se volvió hacia la puerta al sentir que se abría. Las mejillas le ardieron todavía más al ver entrar a Zac.

Zac: Perdón, señoras, pero como periodista es mi deber preguntar qué demonios pasa aquí. Alguien me dijo que... Por Dios, Kansas, no puedo dejarte sola ni un minuto. Me pareció que el rubor que noté en la mejilla de Brittany no era maquillaje ni timidez. ¿Cuál de vosotras la ha golpeado?

Kate: Vanessa ha tenido ese placer.

Él se inclinó para besarle la mejilla húmeda.

Zac: Buen trabajo, cariño. -Le rozó los labios con la lengua-. Por cierto, se supone que el champán es para beberlo, no para tirarlo.

Vanessa se miró en el espejo y se prometió que no permitiría que nada la intimidara.

Ness: Por favor, espérame fuera cinco minutos.

Zac: Tu categoría está por salir -advirtió al enfilar hacia la puerta-.

Ness: Allí estaré.


Peinada, con el maquillaje retocado y los nervios a flor de piel, Vanessa estaba sentada junto a Zac.

Observó a los maestros de ceremonia nombrar a candidatos y hacer las bromas habituales. Ella aplaudió con cortesía, de vez en cuando con entusiasmo, a medida que se anunciaban los ganadores y estos subían al escenario.

Registró cada instante, cada gesto, cada palabra en su memoria. Porque ahora le importaba, y muchísimo. Había perdido gran parte del dulce entusiasmo que sintió cuando venía en la limusina. No, pensó, ya no soy aquella muchacha de Kansas deslumbrada por las luces y focos. Era Vanessa Hudgens y pertenecía a ese mundo. Ya no era solo un premio, un palmeo en la espalda por un trabajo bien hecho. Ahora era un símbolo. La culminación de algo que había comenzado hacía mucho tiempo. Era el triunfo sobre los engaños, las manipulaciones, la sórdida intriga que había terminado en una pelea patética en un tocador de damas.

Una cámara la enfocaba. Vanessa sentía ese ojo frío y objetivo sobre ella. Solamente podía esperar que, por una vez, sus emociones no se reflejaran con tanta claridad en su cara. Oyó anunciar el nombre de Brittany, y después el suyo.

Le faltaba el aliento. Zac se llevó las manos entrelazadas de ambos a los labios y casi toda la tensión desapareció.

**: Y el Emmy es para...

Dios, ¿cómo se podía tardar tanto en abrir un sobre?

**: Vanessa Hudgens, por el capítulo «Cuando uno lo conoce» de La hora de Vanessa.

Ness: Oh... 

Todo el aire retenido en sus pulmones salió en un largo suspiro. Antes de que pudiera hacer otra inspiración, Zac la besó.

Zac: En ningún momento he tenido dudas de que ganarías.

Ness: Yo tampoco -mintió, y sonreía cuando se puso de pie. Avanzó entre aplausos hacia el escenario-. Quiero dar las gracias a cada uno de los miembros de mi equipo. Son los mejores. Quiero también enviar mi agradecimiento a las mujeres que aparecieron en el programa, que lucharon con sus miedos para sacar a la luz un tema tan penoso. No creo que ningún programa que haya hecho ni que haga en el futuro sea tan difícil o gratificante como ese. Gracias por darme algo que me lo recuerde.


Después de los discursos, los aplausos, las entrevistas y las fiestas, Vanessa estaba en la cama, apoyada en el hombro de Zac.

Ness: Creo que mi estatuilla es más bonita que tu Premio Nacional de la Prensa -comentó-.

Zac: El mío es más profesional.

Ness: La mía es más brillante.

Zac: Vanessa -murmuró y le besó la sien-, no presumas tanto.

Ness: Pienso seguir haciéndolo. Tú has ganado infinidad de premios. Puedes darte el lujo de estar cansado.

Zac: ¿Quién dijo que estoy cansado? Cuando gane mi Emmy será tan brillante como el tuyo.

Ness: He triunfado. No quería reconocer lo mucho que deseaba tener esa estatuilla. Pero después de la escena con Brittany en los lavabos, supe que deseaba ganar. Por mí, claro, pero también por todos mis colaboradores. Cuando pronunciaron mi nombre, fue como si volara. Ha sido maravilloso.

Zac: Una velada muy interesante en todos los sentidos. Cuéntame de nuevo cómo la tumbaste.

Ness: No la tumbé. Fue solo una bofetada femenina particularmente eficaz.

Zac: ¡Vaya si fue eficaz!

Ness: No debería sentirme orgullosa por eso. Sin embargo, por un instante, antes de quedar horrorizada, la sensación fue maravillosa. Después me quedé confundida, y enseguida me sentí furiosa de nuevo. Además, ella fue la que empezó.

Zac: Y tú lo terminaste. Puedes estar segura de que ahora ella te atacará más que nunca.

Ness: Que lo haga. Me siento invulnerable. Es increíble. Tengo la sensación de que no puedo sentirme mejor.

Zac: Sí que puedes.

Para demostrárselo, él comenzó a besarla.

Ness: Tal vez tengas razón.

El cielo empezaba a aclararse con el amanecer y a perseguir las sombras del cuarto. El cuerpo de Vanessa se arqueó, listo para recibir a Zac. Se habían amado un momento antes con excitante velocidad, y ahora empezaron a moverse juntos con lentitud, perezosamente.


En el otro extremo de la ciudad había una cama de habitación de hotel en la que no se había dormido ni amado. Brittany estaba sentada en el borde, con la bata echada sobre los pechos. El vestido que había usado para la ceremonia estaba destrozado y hecho un guiñapo en el suelo, víctima de su ataque de rabia.

Dan: No significa nada, querida -le dio una copa de champán-. Todo el mundo sabe que esos premios están amañados.

Britt: Pero la gente lo ve. Miles de personas ven esa entrega de premios, Dan. La vieron subir al escenario, cuando debería haber subido yo. La vieron recoger mi premio. El mío, maldita sea.

Dan: Mañana lo habrán olvidado -reprimió su impaciencia y hastío. La única manera de manejar a Brittany era con lisonjas, halagos y mentiras-. Nadie recuerda nada cuando las luces se apagan.

Britt: Pues yo lo recuerdo. -Levantó la cabeza y su expresión fue de nuevo fría y controlada-. No se saldrá con la suya. Haré todo lo que sea necesario para hacerla pagar por esto. Por la bofetada, por el premio. Por todo.

Dan: Hablaremos más tarde de ello -ya se había enterado del incidente ocurrido en el tocador. Varias personas habían visto a Brittany pegar primero-. Ahora tienes que descansar. Tienes que estar recuperada para cuando volvamos a casa.

Britt: ¿Descansar? -saltó-. ¿Descansar? Vanessa Hudgens está arrebatándome mi prensa, mi audiencia, y ahora mis premios. -Y también estaba Zac. No, ella no olvidaría a Zac-. ¿Cómo demonios puedes decirme que tengo que descansar?

Dan: Porque no podrás derrotarla si ofreces un aspecto de perdedora resentida.

Britt: ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¡Precisamente esta noche!

Dan: Te lo digo por tu propio bien. Necesitas proyectar dignidad, madurez y confianza.

Britt: Me está arruinando la vida. Igual que cuando era niña. Siempre alguien se llevaba lo que yo anhelaba.

Dan: Ya no eres una niña, Brittany. Habrá más premios.

Ella quería ese premio. Pero no lo dijo para que Dan no se disgustara y no se alejara de ella. Lo necesitaba a su lado, necesitaba su apoyo.

Britt: Está bien, tienes razón. Mañana, en público, me mostraré serena y digna. Y, créeme, Vanessa Hudgens no ganará ningún otro premio que me corresponda. -Forzó una sonrisa, extendió un brazo y lo hizo sentarse junto a ella-. Me siento tan frustrada, Dan. Por los dos. Tú trabajaste tanto como yo por este Emmy.

Dan: Trabajaremos con más ahínco para el próximo.

Britt: A veces hace falta más que trabajo. Dios sabe que tengo suficiente experiencia en ese campo. -Suspiró y bebió de nuevo. Se prometió que esa noche bebería todo lo que quisiera. Se lo merecía-. Cuando era pequeña hacía todas las tareas de la casa. De lo contrario, habríamos vivido en un vertedero. Siempre me gustaba que las cosas parecieran bonitas y pulcras. Después comencé a hacer tareas de limpieza para otras personas. ¿Te lo había contado?

Dan: No. -Sorprendido de que se lo dijera ahora, se puso de pie para coger la botella y le llenó la copa-. Sé que no te gusta hablar sobre tu infancia, y lo entiendo.

Britt: Pero ahora me apetece hacerlo. -Volvió a beber e hizo un gesto hacia los cigarrillos. Dan le encendió uno-. De esa manera ganaba dinero extra para poder comprarme cosas. Mis propias cosas. Pero gane más que dinero. ¿Sabes? Es sorprendente todo lo que la gente deja tirado en sus casas, metido en los cajones o en cajas. Siempre sentí curiosidad hacia la gente. Supongo que por eso terminé en esto. Descubrí muchas cosas sobre la gente para la que trabajaba, cosas que ellos preferían mantener en secreto. Yo podía mencionarle a cierta mujer el nombre de un hombre que no era su marido. Después podía expresar mi admiración por algunos pendientes, una pulsera o un vestido. -Por entre el humo del cigarrillo, sonrió ante ese recuerdo-. Parecía obra de magia la rapidez con que lo que yo admiraba se convertía en mío. Solo por el favor de no revelar cierta información que yo poseía.

Dan: Empezaste de muy joven -comentó y volvió a llenarle la copa-.

Britt: Tuve que hacerlo. Nadie pelearía por mí. Nadie que no fuera yo iba a sacarme de ese infierno. Mamá era una borracha; papá jugaba o se iba con prostitutas.

Dan: Debe de haber sido muy duro para ti.

Britt: Me convirtió en una mujer dura -corrigió-. Yo observaba cómo vivía la gente y veía lo que yo deseaba. Encontré maneras de conseguir lo que quería. Me dejé la piel para ser la mejor. Y ahora nadie va a sacarme de la cima. Y desde luego no Vanessa Hudgens.

Dan: Esta es la Brittany que quiero -la besó-.

Ella sonrió. Tenía la cabeza embotada, y sentía el cuerpo ligero. Se preguntó por qué había tenido tanto miedo de distenderse bebiendo.

Britt: Demuéstramelo -lo desafió, y dejó caer la bata de sus hombros-.


3 comentarios:

Caromi dijo...

Brittany esta cada vez más loca, a quien se le ocurre golpear a tu competencia en los emmy??!!
Pero bien hecho por Nessa XD, se lo merecia
Me encanta esta nove, publica como sigue pronto porfis

Maria jose dijo...

Que loca!!!
Vanessa ganó y eso estuvo muy bien
El capitulo estuvo muy bueno
Ya quiero saber que mas pasara
Espero y brittany le baje a su odio
Siguela pronto
Saludos!!!

Anónimo dijo...

Síguela me encanta espero no tardes tanto en subir cap!

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