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viernes, 27 de marzo de 2015

Capítulo 4


Zac juró entre dientes y se obligó a clavar la vista en la pantalla del ordenador y no mirar a Vanessa, que estaba tomando el sol con un minúsculo biquini dorado y verde. El trato con los japoneses estaba casi cerrado, solo tenía que ultimar los detalles, pero, por desgracia, no lograba concentrarse.

Por el rabillo del ojo podía ver la piscina, que lo invitaba a salir al exterior. Normalmente aquellas vistas lo relajaban, pero en esos momentos estaba muy tenso y no podía concentrarse. Leyó la página que tenía delante y se dio cuenta de que no había retenido nada de información.

En el exterior, Vanessa se sentó y se pasó los dedos por el pelo. Zac decidió dejar de trabajar y observó cómo se ponía en pie y se acercaba al borde de la piscina. Era menuda, pero de proporciones perfectas.

Tenía los muslos esbeltos, la cintura estrecha y los pechos sorprendentemente generosos.

Sintió que el deseo crecía en su interior y se asombró de su ferocidad. ¿Qué tenía Vanessa Hudgens que lo excitaba tanto? Era bella, pero no más que muchas otras mujeres. No entendía por qué se sentía tan atraído por ella, pero la química sexual desafiaba a la razón. Zac se levantó del sillón y salió de su despacho.


El calor del sol en su espalda era soporífero. Vanessa movió los hombros y suspiró contenta. Estaba en el paraíso. Al llegar a la piscina se había sentido culpable, porque había ido allí a trabajar, pero después se había dicho que no podría empezar hasta que no llegase Miley, y que no tenía sentido quedarse el resto del día encerrada en la habitación.

Por suerte, no se había encontrado con Zac en ningún momento y esperaba que pasase lo que quedaba de tarde encerrado en su despacho. Notó calor entre los muslos solo de pensar en él. Si hubiese sabido que el hermano de Miley era tan sexy, tal vez se lo hubiese pensado mejor antes de ir a Aura.

Se relajó y dejó que el sueño la fuese invadiendo poco a poco.

**: ¿Es que no tienes sentido común? -le preguntó con impaciencia una voz profunda-.

Ella abrió los ojos, sobresaltada, y vio a Zac a su lado, con el ceño fruncido.

Zac: Te vas a quemar como sigas ahí mucho rato más -añadió-. Tendrías que haberte puesto crema antes de dormirte.

Ness: Lo he hecho -se defendió casi sin aliento-.

Zac le estaba poniendo crema en los hombros con movimientos bruscos y ella se preguntó por qué le estaba gustando tanto.

Zac: Sí, pero luego te has metido en la piscina. Tendrías que haberte puesto más crema al salir -le dijo, cada vez más excitado-.

Vanessa pensó que era un mandón y estuvo a punto de decirle que no se metiese donde no lo llamaban y que no necesitaba su ayuda, pero estaba tan relajada allí tumbada, sintiendo sus manos en la espalda… Notó que le ponía más crema y deseó que continuase bajando las manos por su cuerpo. Por suerte, estaba tumbada boca abajo y Zac no podía darse cuenta de lo duros que tenía los pezones.

«¿Qué me está pasando?», se dijo, con el rostro colorado por la vergüenza.

Una mezcla de alivió y decepción la invadió al ver que Zac se ponía de pie.

Zac: Así deberías estar bien -rugió, apartándose de ella-.

Vanessa levantó la vista para mirarlo y vio que la estaba devorando con sus ojos azules. No pudo respirar hasta que Zac no se giró y se metió en la piscina.

Ella se sentó, tomó el pareo que hacía juego con su biquini y se lo puso. Su anfitrión estaba nadando con rapidez. Vanessa sintió ganas de meterse corriendo en la casa y desaparecer antes de hacer una locura, pero tal vez se habría notado demasiado que quería huir de él.

Mientras decidía en silencio lo que debía hacer, Zac salió de la piscina, con el agua corriendo por todo su cuerpo, e hizo que se quedase clavada allí.

Vestido era muy guapo, pero con un bañador negro ajustado, era impresionante. La piel le brillaba como si fuese de bronce pulido y las gotas de agua relucían en el bello negro que le cubría el pecho y bajaba en forma de flecha hacia su abdomen. Vanessa descendió la vista todavía más y el bulto que había entre sus piernas hizo que volviese a levantarla, y que se ruborizase.

Tenía el corazón acelerado cuando Zac tomó una hamaca y se sentó a su lado, mirándola de frente.

Zac: Bueno, Vanessa, háblame de ti -le pidió, aunque sonó más a orden que a petición-. Miley me ha contado que trabajas sobre todo en un estudio que tienes en la parte oeste de Londres.

Ness: Sí, Wedding Vanessa está en Putney. Mi estudio es un viejo almacén situado al lado del Támesis. Está cerca de donde vivo.

Zac: ¿Tienes una casa en el río?

Ness: ¡Ojalá! Las casas que bordean el río son muy caras. Dan y yo tenemos alquilada una vieja casa flotante.

Zac: Dan Anderson, tu hermano, el fotógrafo, ¿no? ¿Vivís los dos solos?

Vanessa asintió.

Ness: No hay espacio ni para un gato.

Zac no supo por qué, pero le alegró oír que Vanessa no vivía con su novio. En realidad, no le debía importar dónde ni con quién viviese, pero no pudo evitar mirarla y preguntarse cómo se sentiría si le daba un beso. Era evidente que diez largos en la piscina no habían sido suficientes para calmar su libido.

Zac: ¿Por qué decidiste ser diseñadora de moda? -le preguntó, por seguir con la conversación-.

Ness: El arte era lo único que se me daba bien en el colegio -admitió-. Me pasaba el día soñando despierta, pero me encantaba dibujar, y desde pequeña empecé a hacer vestidos a mis muñecas. Solo podía tener éxito como diseñadora.

Se mordió el labio al recordar cómo había luchado por aprobar Matemáticas. Y cómo la había regañado John por sus notas, mientras su madre la animaba a seguir y a estudiar Arte.

Ness: Cuando terminé de estudiar, estuve trabajando un tiempo para una importante empresa de vestidos de novia, me di cuenta de que el trabajo me encantaba, pero muchas de mis ideas parecían ser demasiado originales para la empresa, así que decidí establecerme por mi cuenta.

Guardó silencio, miró a Zac y se le encogió el corazón al darse cuenta de que la estaba observando con intensidad. Tenía los ojos clavados en su boca. Si la besaba, no lo haría con ternura. La idea hizo que Vanessa se estremeciese. Inconscientemente, se inclinó hacia él y se humedeció el labio inferior con la punta de la lengua.

Zac: Muy inoportuna, ¿no? -comentó en voz baja-.

Al oírlo, Vanessa entró en razón y se echó hacia atrás.

Ness: ¿El qué?

Zac: La atracción sexual que hay entre nosotros -le explicó con toda tranquilidad-.

Ness: No… no hay nada entre nosotros -balbuceó-. Yo no…

Él la interrumpió apoyando un dedo en sus labios y mirándola a los ojos.

Zac: La hay, y tú la sientes igual que yo. Desde que nos hemos visto.

Zac no podía seguir negando el deseo que sentía por Vanessa. Ya no intentaba racionalizarlo. Había cosas imposibles de explicar o de razonar. Algunas cosas eran instintivas. Y su instinto le estaba pidiendo en esos momentos que probase sus labios suaves, húmedos.

Vanessa supo que, en esa ocasión, iba a besarla. Lo leyó en sus ojos y dejó de latirle el corazón mientras lo veía inclinarse hacia ella y bajar lentamente la cabeza.

Aquello era una locura. Solo hacía un par de horas que lo conocía. Había ido a trabajar para su hermana y Zac se había opuesto a que lo hiciera. Tal vez estuviese jugando con ella, o intentando distraerla para después poder acusarla de no estar centrada en el trabajo que la había llevado a Aura.

La parte más sensata de Vanessa le dijo que se apartase, pero podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, el olor de su colonia, y no pudo evitar desear que la besase. Lo vio acercarse más y notó su aliento en los labios.

El ruido de un helicóptero sobre sus cabezas rompió el silencio e hizo entrar a Zac en razón.

Zac: Debe de ser Miley -dijo con voz tensa-.

«Justo a tiempo», pensó. Vanessa estaba en Aura para diseñar el vestido de novia de su hermana, no para que él la sedujese.

Zac: Ha llamado hace un rato para decirme que volvía esta tarde -añadió-.

Vanessa respiró hondo, horrorizada por lo mucho que había deseado que aquel hombre la besase.

Ness: Espero que no haya adelantado su vuelta por mí -murmuró, poniéndose en pie a la vez que él y sobresaltándose cuando sus cuerpos se rozaron-.

Se apartó de su lado como si se hubiese quemado. El ambiente estaba cargado de tensión. Aquello era una locura. ¿Cómo podía sentirse tan atraída por un hombre al que casi no conocía? ¿Cómo podía desear que la tumbase en la hamaca y le quitase el biquini? Ella no hacía ese tipo de cosas. El único encuentro sexual que había tenido había sido con un compañero de universidad con el que había salido una temporada. La experiencia había sido poco satisfactoria, un día en el que ambos habían bebido demasiado, y Vanessa no había vuelto a desear repetirla con nadie… hasta ese momento.

Se aclaró la garganta y se obligó a hablar.

Ness: ¿Sabes cómo está el padre de su prometido?

Zac: Tengo entendido que Henry está estable. Miley se habría quedado en el hospital con Will si no hubiese sido así.

Zac necesitaba alejarse de Vanessa y aclararse las ideas. Perdía el control cuando estaba cerca de ella y odiaba la sensación. Era evidente que estar todo un mes sin sexo era demasiado. Pensó en las mujeres a las que podía llamar, pero ninguna lo excitaba tanto como aquella morena menuda que lo miraba con expresión de deseo.

Zac: Ve a vestirte -le sugirió mientras echaba a andar hacia la casa-. Estoy seguro de que Miley estará deseando escuchar tus ideas acerca de su vestido.


Cinco minutos después de que Vanessa hubiese vuelto a su habitación llamaron a la puerta y Miley Efron irrumpió en ella.

Miley: ¡Vanessa! Siento mucho no haber estado aquí para recibirte. He tenido un día horrible, con el ingreso del padre de Will en el hospital. Por suerte, Zac se ofreció a ir a recogerte a Kea. Espero que te haya tratado bien.

Por suerte, Vanessa no tuvo que responder a aquello, ya que Miley vio la maleta llena de retales encima de la cama.

Ness: Como ves, ya estoy lista para empezar a diseñar tu vestido -murmuró-.

Miley: Lo estoy deseando -dijo sin poder ocultar su emoción-.

Era alta y delgada, tenía la piel ligeramente morena y una melena castaña con mechas californianas ondulada, así que estaría guapa con cualquier vestido blanco.

Miley: Pero Zac me ha dicho que estarías cansada y que es mejor que no empecemos a trabajar hasta mañana -añadió-.

Pero no era Zac quién tenía que hacer tres vestidos en cinco semanas.

Ness: ¿Siempre hay que hacer lo que dice Zac? -le preguntó molesta-.

Miley: Sí -respondió tan contenta-. Zac se ocupa de todo. No sé qué haría sin él. Ha sido genial organizando la boda. Y es la mejor persona del mundo, además de Will, por supuesto. Nuestros padres fallecieron cuando yo era niña y Zac me crió. Tuvo que hacer muchos sacrificios para poder ocuparse de mí. Y yo me alegro de que, hace un par de años, cuando me necesitó, pudiese ayudarlo yo a él.

Ness: ¿Por qué? ¿Qué ocurrió? -preguntó con curiosidad-. ¿Estuvo enfermo?

No podía imaginar a Zac necesitando que nadie lo cuidase.

Miley la miró incómoda, como si se arrepintiese de lo que había dicho.

Miley: Una mujer le rompió el corazón. Tardó mucho tiempo en recuperarse y, durante una época, bebió para ahogar el dolor que le había causado.

Aquello sorprendió mucho a Vanessa. No era posible que le hubiesen roto el corazón a un hombre tan arrogante y seguro de sí mismo.

Ness: ¿La amaba? -preguntó, incapaz de disimular su curiosidad-.

Miley asintió muy seria.

Miley: Sí, quería casarse con ella, pero de eso hace mucho tiempo. La cena es a las ocho -añadió, cambiando de tema-. El padre de Will está estable, así que tanto este como sus hermanas, Alice y Chelsea, que son mis damas de honor, han venido a Aura a conocerte.

Ness: Estupendo -contestó obligándose a concentrarse en su trabajo-. Estoy deseando contarte mis ideas y enseñarte los tejidos.

Miley: Bueno, si estás segura de que quieres empezar ahora, hay una habitación vacía en el piso de arriba que Zac me ha dicho que podemos utilizar.


Ness: Qué vistas tan fantásticas -comentó diez minutos después, mirando por la ventana con vistas al mar de la habitación a la que la había llevado Miles-.

Miley: Es precioso desde aquí arriba, ¿verdad? Pues las vistas desde la terraza son todavía mejores -le contó-. Se llega por la escalera de caracol por la que hemos pasado. Zac dice que, por la noche, es como si pudieses tocar las estrellas. -Abrió la maleta con las telas y sacó un tul de seda color marfil-. Oh, qué bonito. Tengo que ir a buscar a Alice y a Chelsea, que están casi tan emocionadas como yo.

Durante las siguientes horas, Vanessa habló con la novia y sus damas de honor acerca del material de los vestidos, y empezó a dibujar algunas de sus ideas.

Miley: Socorro. La cena es dentro de veinte minutos -anunció de repente, mirándose el reloj-. Será mejor que vaya a cambiarme. Zac odia que nos presentemos en vaqueros.

Vanessa había estado tan absorta en los vestidos que casi se había olvidado de él, pero en esos momentos pudo ver la imagen de su guapo rostro, recordó que habían estado a punto de besarse junto a la piscina, y le molestó ver que se le aceleraba el corazón solo con la idea de volver a verlo.

Una vez en su habitación, se puso un vestido de seda plateado con cuello halter, que era uno de sus diseños y se aseguró a sí misma que solo se lo ponía para demostrarle a Zac que era una diseñadora con talento, y no porque supiese que le sentaba muy bien.

Estaba orgullosa de su trabajo, y de aquel vestido en particular.

Como no le daba tiempo a hacerse nada en el pelo, se lo dejó suelto, se puso unos pequeños pendientes de diamantes y una cadena de plata alrededor del cuello, se perfumó y respiró hondo antes de salir de la habitación.




¡Thank you por los coments y las visitas!

María José, qué detalle que te preocupara que me hubiera pasado algo. Gracias, pero no me pasó nada y todo está bien. Lo que pasa es que a veces se me pasa. Ahora más, porque en Navidad me compré un portátil y lo estoy usando más que el de mesa. Y a veces sé que tengo que poner capi pero se hace tarde y me da pereza encender el otro ordenador XD. A ver si paso todas las novelas al portátil, que es mi intención. Pero si no publico día sí día no como siempre, lo pongo al día siguiente, no os preocupéis.

¡Comentad, please!

¡Un besi!


2 comentarios:

Unknown dijo...

No puedo creer que casi se besan, que casualidad que llego Miley justo en ese momento :( es muy notable la quimica que tienen Zac y Ness.
Me ha gustado mucho este capitulo!!


Sube pronto :)

Maria jose dijo...

Huuuuyy!!!! Esta novela me esta matando
Estuvieron a nada de poder besarse
Y la hermana que llega noooooo!!!
Sube pronto que espero y las siguientes
Ocasiones de beso nadie las interrumpa

Que bueno que se te olvido subir capi y
No fue algo peor
Saludos y sube pronto

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