Aquella era la celebración del bautizo.
Ness: Mirad, el invitado de honor está limpio, seco, y bien alimentado -comentó llevando a Sarah, su bebé de tres meses, junto al grupo de personas reunidas a la sombra de los árboles-.
Scott: Así me gusta -dijo poniéndose en pie-. Será mejor que vaya a ayudar a Zac y a Will con las lecciones de montar a caballo. Creo que están demasiado ocupados -añadió haciendo un gesto hacia el establo, donde los dos hombres enseñaban a un grupo de niños a montar a dos caballos-.
Ashley: Toma -intervino levantándose y dejando a su hija Brittany en sus brazos-. Sujétala y ve a ver qué hace Erica mientras yo limpio las mesas.
Miley levantó la vista. Le estaba dando el biberón a su tercer hijo, David, de seis meses:
Miley: Espera a que termine este, y te ayudaré.
Ashley: Eh, eso suena bien -comentó riendo y volviendo a sentarse-. ¿Cómo nos las arreglábamos antes, sin niños?
Las tres mujeres se echaron a reír.
Ness: Yo no recuerdo cómo era la vida sin ellos -comentó mirando hacia el pasto en que Jessica, a sus ocho años y más encantadora que nunca, llevaba de la mano a la hija mediana de Miley, Ella-.
Era fácil distinguir a los hijos de Will y Miley: todos eran rubios de ojos azules.
Ashley: En realidad, Zac y tú jamás habéis tenido tiempo de estar juntos, solos, sin ningún niño -señaló-. No vais a saber qué hacer cuando crezcan y se os vayan los cinco.
Ness: Bueno, ya encontraremos algo que hacer -contestó sonriendo-.
Miley echó a reír y despertó a David, que sacó una manita.
Miley: ¡Vosotros dos sois unos indecentes! -exclamó-. ¿Es que nadie os ha dicho que los mayores no deben hacerlo en el coche, a plena luz del día?
Ashley: Hmm… mira quién fue a hablar -comentó echándose a reír, sin poder parar-. ¿No eres tú la que tiene tres hijos menores de tres años? Creo que quitaré los platos antes de que me meta en más problemas.
Ness: Te ayudaré. Espera un momento a que lleve a Sarah con Zac -dijo levantándose y echando a caminar hacia el establo-.
En el establo, Zac y Will sostenían cada uno a una dócil yegua. Erica montaba la de su padre Will junto a su hermano, Derek, de solo nueve meses menos. Zac sujetaba la de Charlie que, con cuatro años y medio, era un verdadero torbellino. Detrás de él, los gemelos Alex y Matthew. Vanessa no habría apostado a que alguno de sus revoltosos hijos no echara a galopar, escapando del establo sin avisar. Todos eran morenos como ella, aunque los gemelos habían heredado el impresionante tamaño de su padre y eran casi tan grandes como Charlie. La gente, por lo general, creían que eran trillizos.
Vanessa entró en el corral y cerró la puerta. Se acercó a Zac y este le pasó las riendas del caballo a Scott.
Ness: Hola, vaquero. ¿Quieres una cita para esta noche?
Zac deslizó sus poderosos brazos alrededor de su cuerpo y ella se relajó en aquel abrazo, ladeando a la pequeña hacia un costado.
Zac: Eso suena bien -contestó deslizando la mirada por su cuerpo y deteniéndola unos instantes en el escote-. ¿Y qué tal si me dieras algo de adelanto?
Vanessa inclinó la cabeza hacia él, deslizó una mano por su nuca y acarició su cabello.
Ness: Muy bien, pero no quisiera que agotaras todas tus energías.
Mientras los labios de Zac descendían sobre los suyos, Vanessa cerró los ojos y se dejó embargar por la emoción del beso. De pronto recordó el día en que escribió la primera carta contestando a su anuncio. Zac la soltó, y entonces ella dijo:
Ness: ¿Sabes? Cuando contesté a tu anuncio la primera vez estuve a punto de meter la mano en el buzón para rescatar la carta. Pensaba que había cometido un grave error.
Zac: Ese sí que habría sido un grave error. No puedo imaginar la vida sin ti, mi ángel -contestó sacudiendo la cabeza. Vanessa sonrió, se puso de puntillas y acarició su nuca. Zac ladeó la cabeza y buscó de nuevo sus labios para susurrar-: Te quiero.
**: ¡Vaya! -dijo una voz infantil desde el caballo-. ¡Ya está papá besando otra vez a mamá!
El aire zumbó con los silbidos y los ruidos exagerados de los niños. Zac alzó la cabeza y miró a sus hijos mientras Vanessa trataba de reprimir la risa.
Zac: Espero el día en que os enamoréis como locos de cualquier chica.
Charlie: Yo no pienso hacerlo -soltó serio-. ¡Jamás me casaré!
Alex: Ni yo -pactó-.
Matthew: Ni yo tampoco.
Sus padres, sin embargo, no respondieron. Seguían besándose.
FIN
Y el epílogo es mi favorito porque es de chiste que ya todas tengan como cuatro o cinco hijos en cuatro años XD
Ya sabemos como aprovechan el tiempo XD
Que os sirva de lección si se os ocurre casaros con un ranchero. Familia numerosa seguro XD
¡Gracias por los coments!
¡Comentad mucho para que ponga pronto la próxima nove!
¡Un besi!
2 comentarios:
Jjajajaja cuantos hijos tuvieron? Por dios! No tenian otra cosa que hacer? jajajaaj que bueno estuvo el epilogo.
Sube pronto :)
Me encato la novela jjaja
se nota que se saben entretener, con solo tener hijos hahaha
sigue publicando :D
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