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viernes, 10 de abril de 2015

Capítulo 10


Vanessa terminó de hablar por el teléfono móvil y cerró los ojos un momento, tenía ganas de llorar.

Cuando los abrió de nuevo vio a Zac en la puerta de la habitación.

Zac: He venido a ver si estás preparada. La fiesta empieza a las siete y deberíamos salir ya -le dijo, frunciendo el ceño al ver que tenía los ojos brillantes-. ¡Dios mío! ¿Qué te pasa?

Ness: Era Jenny, la gerente. Han vendido el almacén en el que está el estudio y tenemos un mes para marcharnos -le dijo con voz entrecortada-. He estado buscando otro posible local para Wedding Vanessa por Internet, pero todavía no ha encontrado nada que sea adecuado y asequible. Y hay que tener en cuenta tantas cosas… Tendré que volver a hacer tarjetas y sobres con la dirección nueva, además de los costes de la mudanza. Tendré que volver a Londres justo después de la boda.

Zac se puso tenso.

Zac: Entonces, ¿sigues empeñada en seguir al frente de la empresa?

Ness: Sí, por supuesto. Nada me haría dejar Wedding Vanessa. No tienes ni idea de lo importante que es para mí -le explicó, al ver que Zac fruncía el ceño-. Levantar mi negocio es la única cosa de la que estoy orgullosa de mí misma. John estaba convencido de que fracasaría, pero mi madre confiaba en mí. Mamá falleció cuando todavía estaba montando Wedding Vanessa, pero sé que se habría sentido orgullosa de mí. -Se pasó una mano por las pestañas húmedas y no vio que Zac la miraba con curiosidad, ni que su disgusto también le afectaba a él-. Supongo que es una tontería, pero tener mi propio negocio me hace sentirme como si fuese alguien -le confesó-. No sé quién es mi padre, pero Wedding Vanessa me da una identidad.

Zac: Por supuesto que eres alguien -le aseguró poniéndole la mano debajo de la barbilla para que lo mirase-. Eres una joven bella y con talento, que pronto será madre. Mañana estaré orgulloso de ser tu esposo. No me había dado cuenta de lo mucho que significaba Wedding Vanessa para ti -continuó-. Y estoy seguro de que tu madre se sentiría muy orgullosa. -Dudó antes de continuar-. ¿Has pensando en la posibilidad de establecer la empresa en Grecia? Yo podría ayudarte a encontrar un estudio en Atenas.

Ness: Es una idea -respondió despacio-. Me preguntaba cómo haría para trabajar en Londres cuando naciesen los bebés. Pero todavía no hablo griego, y me intimida la idea de montar el negocio en un país extranjero.

Zac: Grecia será tu hogar -le recordó-. Supongo que sí. Sé que tienes dudas de que pueda compaginar la maternidad con mi negocio, pero yo estoy segura de que lo lograré. Te prometo que consideraré la idea de buscar un estudio en Atenas.


La fiesta era para recoger fondos para una organización benéfica y tenía lugar en los elegantes jardines de uno de los hoteles de cinco estrellas más prestigiosos de Atenas. Entre la lista de invitados había ministros del gobierno y muchos personajes famosos.

Zac: Creo que deberías sentarte un rato -murmuró sacando a Vanessa de la pista de baile-. Llevas de pie toda la noche y no quiero que te canses demasiado.

Ness: No estoy cansada -protestó deseando seguir entre sus brazos, con sus cuerpos pegados, balanceándose al ritmo de la música. Durante un rato, incluso había sido capaz de fingir que eran como una pareja normal que estaba enamorada y deseando casarse-. No puedo creerme que se me note tanto el embarazo -comentó al ver su reflejo en uno de los espejos del salón de baile-.

Zac siguió la dirección de su mirada.

Zac: Estás preciosa esta noche -le aseguró, notando cómo su cuerpo cobraba vida-.

Pero tuvo que mantener la libido a raya al ver que la anfitriona de la fiesta se acercaba a ellos.

**: Espero que estéis divirtiéndoos -les dijo Grace Carey amablemente-. Zac, creo que Mich quiere hablar contigo de un proyecto en la biblioteca.

Él miró a Vanessa.

Zac: ¿Te importa si te dejo sola unos minutos? Siéntate, ¿eh? No deberías estar de pie mucho tiempo.

Grace: Es muy protector, ¿verdad? -comentó cuando Zac se hubo alejado-. Y mañana es vuestra boda. ¿Estás nerviosa, Vanessa?

Estaba más bien preocupada. No dudaba que casarse con Zac fuese lo mejor para sus bebés, pero sabía que era un matrimonio de conveniencia… para Zac, que quería a sus hijos. Ese era el único motivo por el que iba a casarse con ella.

Vanessa se obligó a sonreír.

Ness: Sí, estoy deseando que llegue el momento.

Grace: Me alegra ver a Zac tan contento. Jamás pensamos que se establecería, después de que terminase su relación con Amber tan de repente.

Vanessa se puso tensa y preguntó con naturalidad.

Ness: ¿Era Amber la mujer con la que iba a casarse?

Grace: Sí, Amber Blaine, supongo que habrás oído hablar de ella. Es una gran estrella de Broadway, y ahora está teniendo también mucho éxito en Hollywood.

A Vanessa le sorprendió la noticia. Amber Blaine era una actriz, bailarina y cantante estadounidense, una estrella internacional que, además de tener mucho talento, era muy guapa.

Grace: Zac se quedó destrozado con la ruptura, pero se negó a hablar del tema -le explicó-. Aunque ahora va a casarse contigo, y yo estoy segura de que vais a ser muy felices juntos.


Vanessa se preguntó si serían felices mientras sobrevolaban Atenas en el helicóptero que los llevaba a Aura. ¿Sería Zac feliz con ella, o desearía siempre haberse casado con aquella actriz que, según Miley, había sido el amor de su vida?

Ambos fueron en silencio durante todo el viaje.

Zac parecía perdido en sus pensamientos y Vanessa se sentía enferma de celos al imaginárselo con la increíble Amber Blaine. Cuando el helicóptero hubo aterrizado e iban andando hacia la casa, no pudo evitar hacerle la pregunta que llevaba rondándola desde que había hablado con Grace Carey.

Ness: ¿Por qué no me has contado que estuviste prometido a Amber Blaine?

Zac: Supongo que te lo ha cotilleado Grace. No te lo he contado porque no es importante.

Ness: Pero ¿estuviste enamorado de ella?

Zac tardó tanto en responder que Vanessa pensó que no iba a hacerlo.

Zac: Sí -admitió por fin, intentando zanjar el tema con su tono de voz-.

Vanessa se mordió el labio y continuó:

Ness: Yo no me parezco en nada a Amber. Quiero decir, que es increíblemente bella y una estrella famosa en el mundo entero. La vi en un programa de televisión el año pasado y es impresionante. Es la mujer con la que soñaría cualquier hombre.

Mientras que ella pronto estaría gorda y torpe,  pensó con tristeza.

Zac: Estoy de acuerdo en que no te pareces en nada a Amber, pero ella forma parte del pasado. Me voy a casar contigo.

Solo porque estaba embarazada. Vanessa estaba segura de que, de no haber sido por eso, habría terminado casándose con alguna mujer bellísima y de clase alta.

Lo siguió hasta la casa con la misma sensación de incompetencia que a menudo había tenido con John durante la niñez. Este le había hecho sentir como si no valiese lo suficiente como para merecer su amor, y en esos momentos estaba segura de que Zac la veía como una segunda opción en comparación con la estrella con la que había querido casarse. ¿Era ese el motivo por el que no le había hecho el amor la noche anterior? ¿Seguiría deseando a su ex?

Zac: ¿Subimos un rato a la terraza? -sugirió-.

Era una costumbre que habían adquirido desde su vuelta a Aura y de la que Vanessa había disfrutado hasta entonces, pero esa noche no tenía ganas de estar a solas con él.

Ness: Me voy a la cama. Mañana va a ser un día muy movido.

Subió las escaleras rápidamente, pero Zac la alcanzó en la puerta de su dormitorio.

Zac: ¿Qué te pasa, amor?

Ness: Nada -murmuró-. Que no sé qué va a ser de Wedding Vanessa ahora que he perdido el estudio. Y me asusta la posibilidad de no ser una buena madre, no sé nada de bebés. Además, esta noche he descubierto que, probablemente, tú desees casarte con otra.

Zac: Eso no es cierto -le aseguró-. Quiero casarme contigo, Vanessa.

Zac vio una lágrima en su mejilla y la abrazó con fuerza, no pudo seguir controlándose. Sabía que tenían que hablar, pero en esos momentos solo quería perderse en la dulzura de su cuerpo y olvidarse de todo menos de hacerle el amor.

Bajó la cabeza y la besó, y notó que le temblaban los labios, pero después de un momento de inseguridad, Vanessa le devolvió el beso. Jamás podría cansarse de ella.

La tomó en brazos, empujó la puerta del dormitorio y la llevó hasta la cama.

Vanessa contuvo la respiración mientras Zac recorría su garganta a besos y bajaba después hacia el escote. Su pasión despejó toda duda acerca de si la encontraba atractiva. Notó cómo le bajaba la cremallera del vestido con torpeza y lo oyó gemir al dejar sus pechos en libertad. Después terminó de bajarle el vestido con prisas. Vanessa se sintió incómoda e intentó taparse el estómago.

Ness: Mi cuerpo está cambiando -susurró, mordiéndose el labio inferior-.

Zac: Por supuesto, y embarazada estás más bella que nunca -le aseguró acariciándole los pechos y besándole el vientre-.

Después le quitó las braguitas y pasó la boca por el triángulo de rizos negros que tenía entre las piernas, acariciándola con la lengua y haciendo que se estremeciese de placer. Luego se apartó un momento para desnudarse apresuradamente y volver a tumbarse a su lado.

Zac: Vanessa mía -le susurró antes de pasar la lengua por sus pechos-.

No podía desearla más, pero tenía que ir despacio.

La acarició entre las piernas hasta hacerla gemir y solo entonces la penetró con cuidado, controlándose hasta ver que a Vanessa se le oscurecían los ojos y estaba a punto de llegar al clímax, en ese momento se dejó llevar y notó cómo los músculos internos de Vanessa se contraían al tiempo que él se vaciaba en su interior.

Después la abrazó con fuerza hasta que sus respiraciones se tranquilizaron.

A través de la ventana abierta se oía el suave sonido de las olas, tan rítmico y reconfortante como el latido de las olas, tan rítmico y reconfortante como el latido del corazón de Zac, y Vanessa se quedó dormida sintiéndose segura entre sus brazos.


Lo primero que vio Vanessa nada más abrir los ojos fue una rosa roja sobre la almohada. Sonrió y se sintió feliz.

Todo iba a salir bien.

En realidad, no había cambiado nada. Zac iba a casarse con ella porque estaba embarazada, pero la noche anterior le había demostrado que la deseaba, ya que le había hecho el amor con tanta ternura y tanta pasión, que estaba segura de que podían conseguir que su matrimonio funcionase. Tal vez no la amase, pero la amistad y el respeto eran una base para su relación y, tal vez, con el tiempo, llegase a tenerle cariño.

La boda iba a ser íntima. Solo estarían Miley y Will, y el personal de la casa, porque Dan tenía una sesión de fotos en Nueva Zelanda. No obstante, les había prometido que iría a verlos a Aura en cuanto pudiese.

Maria: Estás preciosa, muy bella -declaró después de ayudar a Vanessa a ponerse el vestido de novia-.

Ness: Espero que Zac piense igual -murmuró-.

Llevaba un vestido de seda color marfil. Jamás había imaginado que se haría su propio vestido de novia, ya que no había planeado casarse, y unos minutos antes de la boda, no podía evitar estar nerviosa.

En ese momento sonó su teléfono móvil. Era Jenny, que quería desearle buena suerte.

Jenny: ¿Adónde vais de luna de miel?

Ness: A ninguna parte. Quiero volver a Londres lo antes posible para encontrar otro local para Wedding Vanessa. Porque supongo que los nuevos dueños no te habrán dado un plazo más amplio para hacer la mudanza.

Jenny: Me temo que no. La persona con la que he hablado de Poseidon Developments me ha dicho que van a convertir el almacén en un edificio de pisos de lujo.

Ness: Poseidon Developments… ¿Estás segura de que ese es el nombre de la empresa que ha comprado el almacén?

Jenny: Sí. ¿No era Poseidón un dios griego?

Ness: Sí.

Vanessa se despidió de Jenny con una sensación extraña en el estómago. Zac tenía una filial que también se llamaba así. De hecho, un día charlando con Mike, le había contado que Efron Holdings tenía varias filiales con nombre de dioses griegos. Pero si Zac fuese el nuevo dueño del almacén, no le importaría que su estudio siguiese allí, a no ser que quisiese que Wedding Vanessa cerrase.

Mike: Estás increíble, Vanessa -la saludó sonriendo y tendiéndole un ramo de rosas rojas-. El jefe me manda traerte esto. No sé si sabes que le das luz a su vida.

Aquellas palabras le llegaron a Vanessa al corazón.

Había creído conocer a Zac, pero en esos momentos se daba cuenta de que no era así.

Mike: ¿Todo listo? -le preguntó ofreciéndole el brazo-. Será mejor que salgamos hacia la iglesia.

Ella dudó un instante, se mordió el labio inferior.

Ness: Mike, ¿tiene Zac una empresa llamada Poseidon Developments?

Mike: Sí. ¿Por qué?

Ness: Por nada.

Vanessa entró en la iglesia agarrando las rosas con fuerza. Su vista tardó unos segundos en acostumbrarse a la oscuridad y, cuando lo hizo, vio a Zac esperándola en el altar y sintió pánico. ¿Confiaba en él?

El hecho de que tuviese una empresa que se llamase igual que la que acababa de comprar el almacén tenía que ser una coincidencia, pero ¿y si no lo era? ¿Y si había intentado deshacerse de Wedding Vanessa?

No pudo seguir andando. Mike la miró extrañado, pero ella no pudo continuar. No podía casarse con Zac teniendo tantas preguntas en su mente.

Este se giró a ver por qué tardaba tanto en llegar al altar y Vanessa lo miró a los ojos y le rogó:

Ness: Dime que Poseidon Developments, la empresa que ha comprado el almacén de Londres y me ha obligado a que lo deje no es tuya. -Él se puso tenso y se quedó inmóvil-. ¡Oh, no! -susurró con incredulidad-. ¿Por qué lo has hecho?

Zac: Vanessa… -empezó acercándose-.

Ella retrocedió y utilizó el ramo de rosas como escudo.

Ness: Querías que cerrase Wedding Vanessa, ¿verdad? -le preguntó, desesperada-. Te dije que los niños serían lo primero. Pensé que eras diferente a John. Pensé que podía confiar en ti, pero eres igual que él. Quieres salirte con la tuya y te da igual a quién haces daño siempre y cuando lo controles todo.

Zac: No, eso no es verdad -le dijo dando un paso hacia ella-.

Ness: ¡Aléjate de mí! -le gritó-. Y quédate con tus malditas rosas.

Le tiró el ramo con tanta fuerza que los pétalos de rosa cayeron sobre el suelo de la iglesia, como gotas de sangre de su corazón roto. Se hizo un horrible silencio, pero Vanessa no se quedó a escucharlo, se dio la media vuelta y salió por la puerta corriendo y con los ojos llenos de lágrimas.

Tomó el camino que llevaba a la playa, donde Zac la alcanzó.

Zac: Vanessa, por favor, tienes que escucharme -le pidió-.

De repente, estaba pálido y demacrado, pero a Vanessa no le dio pena, estaba demasiado dolida.

Ness: ¿Por qué iba a hacerlo? Eres un falso y un mentiroso y no pienso casarme contigo.

Zac: Tienes que hacerlo. Tienes que casarte conmigo.

Ella levantó la barbilla, decidida a no demostrarle lo mucho que estaba sufriendo con su traición.

Ness: ¿Por qué? ¿Por el bien de los bebés? ¿Para que puedas ser su padre? Tal vez estén mejor sin padre que con un padre que quiere controlar a todo el mundo.

Zac: No quiero controlarte -le aseguró con los ojos llenos de lágrimas y la voz temblorosa-. Solo quiero cuidar de ti. Y tienes que casarte conmigo, no por los bebés, ni por ningún otro motivo, solo porque… te quiero.

Vanessa palideció al oír aquello y cerró los ojos como para hacerlo desaparecer.

Ness: ¿Cómo puedes decir eso después de lo que has hecho?

Zac: Porque es la verdad. Te quiero y te lo diré una y otra vez hasta que me creas.

Ness: ¿Cómo voy a creerte? -le preguntó limpiándose las lágrimas-. Sabías que, si perdía el estudio, sería difícil encontrar un local nuevo para Wedding Vanessa.

Zac: Sí, lo sabía. Por eso lo hice -admitió-. Porque quería tenerte en Aura, donde estarías segura. Si pudiese, te envolvería entre algodones. No quería que te fueses a Londres. No quería que te alejases de mí. Quería que estuvieses siempre a mi lado para poder protegerte. Jamás olvidaré cómo murió mi padre. He visto lo peligroso que puede ser el mundo y no soporto la idea de que pueda pasarte algo. Perdí a mis padres y perdí a mi hijo. Sé que no he hecho bien, pero no podía soportar la idea de perderte a ti también. -Se pasó la mano por el pelo antes de continuar-. Cuando me di cuenta de lo mucho que te importaba Wedding Vanessa, di instrucciones a mis abogados para que pusiesen el almacén a tu nombre. Podrás ampliar el estudio y, si decides montar una filial en Atenas, ya tengo un local disponible. Serás tú quien decida dónde basar la empresa, y yo apoyaré tu decisión, sea cual sea.

Vanessa intentó asimilar todo lo que acababa de oír.

Ness: ¿Perdiste a un hijo? -preguntó en voz baja-. ¿Qué ocurrió? ¿Quién…?

Zac: Hace tres años, Amber se quedó embarazada -le contó-, pero no quería el bebé y abortó. -Alargó la mano y Vanessa le dejó que entrelazase los dedos con los suyos y que la llevase hasta la orilla-. Me enteré de que estaba embarazada porque se desmayó en un escenario y tuvieron que llevarla al hospital. Nada más saberlo, me emocioné con la idea de ser padre. Estaba deseando crear mi propia familia y querer a mi hijo como mis padres me habían querido a mí, pero, sin decirme nada, Amber fue a una clínica y se deshizo del bebé.

Vanessa suspiró, no sabía qué decir.

Ness: Lo siento mucho. ¿Por qué lo hizo?

Zac: Por su carrera. No quería ponerla en peligro teniendo un hijo. Tampoco quería venir a vivir a una pequeña isla de Grecia conmigo -respondió en tono amargo-.

Vanessa empezó a encontrar sentido a muchas cosas e instintivamente, llevó la mano de Zac a su estómago.

Ness: Yo pensaba que Wedding Vanessa era lo único que me importaba, hasta que me quedé embarazada. No tenía ni idea de que me sentiría así.

No era capaz de expresar con palabras el amor y la necesidad de proteger a sus bebés que sentía.

Zac: Amber me destrozó el corazón, y juré que jamás volvería a enamorarme -le contó-, pero entonces te conocí. Vi una chica morena y menuda esperando en el muelle de Kea y el corazón me dio un vuelco.

Ness: ¡Pero si intentaste mandarme de vuelta a Inglaterra!

Zac: Por supuesto. Supe que tendría problemas contigo nada más verte, y que sin ti, mi vida en Aura ya no volvería a ser la misma.

Vanessa tenía el corazón acelerado y tuvo que tomar aire para poder hablar.

Ness: Yo también lo sentí -admitió-. Cuando me subí al barco tuve la extraña sensación de que mi vida había cambiado para siempre. Y así fue. Tuvimos una experiencia sexual increíble, y todo se habría terminado ahí si no me hubiese quedado embarazada.

Zac: ¿De verdad piensas eso?

Ness: Te despediste de mí en el aeropuerto y te alejaste sin mirar atrás.

Zac: Tuve que hacer un esfuerzo enorme para no darme la vuelta y volver a abrazarte. Y tardé tres semanas en entrar en razón… y volver a por ti. Cuando fui a Londres a buscarte todavía no sabía que estabas embarazada.

Vanessa se dio cuenta de que eso era verdad, se le había olvidado.

Ness: Me dijiste que estabas en Londres por trabajo.

Zac: Te mentí. Fui a Londres porque me había dado cuenta de que estaba enamorado de ti. -Ella no respondió, solo lo miró con los ojos muy abiertos y siguió escuchando-. Iba a pedirte que tuviésemos una relación, para conocernos mejor. Tenía pensado llevarte a cenar y regalarte flores, lo típico. Aunque te parezca cursi, quería hacerte feliz y tenía la esperanza de conseguir que te enamorases de mí.

Vanessa no podía creer lo que estaba oyendo.

Ness: ¿De verdad me quieres? -le preguntó en un susurro-.

Él le acarició el pelo con mano temblorosa antes de contestar:

Zac: Con todo mi alma y mi corazón. ¿Tanto te cuesta creerlo, dulce mía?

Ness: Es que he deseado tanto que me quisieras -admitió entre lágrimas-. Las semanas que pasamos juntos fueron las más felices de mi vida. Te quiero, Zac.

Zac: Vanessa… -dijo antes de abrazarla-. Te necesito en mi vida, mi preciosa Vanessa.

La besó con tanto cuidado y tanto respeto que Vanessa lloró todavía más.

Ness: Pensé que siempre estaría sola -susurró-. Te quiero tanto.

Zac la miró a los ojos y sintió cómo todo el cuerpo se le llenaba de amor. Luego se arrodilló delante de ella y se metió la mano en el bolsillo.

Zac: Quería haberte dado esto hace tiempo -le dijo, poniéndole un anillo en el dedo-. ¿Vas a volver a la iglesia conmigo para convertirte en mi esposa, en mi amante y en el amor de mi vida?

El zafiro del anillo reflejaba el color del mar y los diamantes que lo rodeaban brillaban tanto como las lágrimas de Vanessa, que en esa ocasión eran lágrimas de felicidad. Ella se arrodilló también y lo abrazó.

Ness: Claro que sí.




¡Qué bonito! Pero aún queda el epílogo.

¡Thank you por los coments y las visitas!

Seguro que os ha gustado el capi y el epílogo también os gustará.

Sed buenas y comentad más personas, al menos solo en este capi que hoy es mi cumple ^_^

Muchas gracias, Lucia por comentarme en mi otra novela, me puso muy contenta. No sabía que leías esa novela o por lo menos no lo recordaba. Quizá no comentes muy a menudo. ¡A ver si puedo ver comentarios tuyos en otros capis! ^_^

¡Comentad, please!

¡Un besi!


2 comentarios:

Unknown dijo...

Primero que nada, MUY FELIZ CUMPLE!! ESPERO QUE PASES MUY LINDO :)
Segundo, este capitulo casi me mata!! Pensé que no se iban a casar nada y ya me iba a largar a llorar jajaj. Pero por suerte se arreglo todo entre ellos y lo importante es que se quieren y al fin se lo dijeron!! No se porque esperaron hasta lo ultimo. Pero viva el amorrrrr.
Y por último, creo. Siempre comento la otra nove, la había leído desde un principio pero antes no comentaba y ahora siii y esta muuuuy buena :)

Sos muy buena escritora. Espero que termines muy lindo tu día de hoy :)

Sube pronto :)

Maria jose dijo...

Muchas felicidades!!!!!!
Pasarela lindo en tu cumpleaños
Esta novela esta muy buena
Ame el final del capítulo
Ya quiero leer el epílogo
FELIZ DÍA!!!!!

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