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domingo, 11 de enero de 2015

Capítulo 7


Ness: Han venido tus padres.

Acababa de empezar el telediario del mediodía. Zac utilizó el mando a distancia para apagar la televisión y luego se inclinó a la derecha para encontrarse con lo que Vanessa acababa de anunciarle: Sus padres estaban de pie en el espacio que había entre el comedor pequeño y el estudio. Vanessa estaba a su lado. Sus suaves ojos marrones desprendían simpatía.

Los días que habían pasado allí solos habían resultado inesperadamente agradables. Su intimidad solo se había visto rota por una corta visita a la consulta del médico, alguna visita esporádica de Will y la presencia discreta de la asistenta y el jardinero. La serenidad natural que Vanessa desprendía creaba una isla de paz en el maremagnum de su vida. Si no fuera por lo preocupado que estaba por Jessica y Alex, podría haber sido feliz a pesar de la molestia de las heridas y aquella creciente atracción sexual que tendía a manifestarse en los momentos más extraños.

Sin ir más lejos, la noche anterior, durante el duermevela que tiene lugar desde que se apaga la luz hasta que uno se duerme, un picor en la garganta le provocó un ataque de tos. Un instante después, Vanessa entró en su habitación. Con la luz del pasillo como única guía, caminó con los pies descalzos hasta su cama y le ofreció un vaso de agua. El cabello, largo y fuerte, le caía por los hombros. A excepción del peinado y los pies descalzos, iba como siempre. El episodio no duró más de cinco segundos, y sin embargo, Zac se pasó buena parte de la noche en vela, rígido por culpa del deseo.

Y ahora Vanessa estaba allí, ofreciéndole su simpatía sin palabras ante la visita largamente esperada de sus padres. En aquel instante sintió ganas de besarla. Aunque lo cierto era que el deseo de besar aquella boca de fresa lo acompañaba día y noche.

Zac: Gracias, Vanessa.

Katherine: Ah, sí, gracias -dijo su madre sin mucha convicción avanzando-.

Ness: ¿Quieren tomar algo?

Zac: No, gracias, Vanessa -respondió en nombre de los tres-. Ahora no.

Lo último que le apetecía sería que sus considerados padres la hicieran trabajar.

Mike: Creo que me serviré una copa en el estudio -dijo su padre apartándose rápidamente de su esposa-.

Katherine: Pero si ni siquiera has comido todavía -objetó-.

Mike Efron miró la hora en su caro reloj de pulsera y dijo:

Mike: Entonces, llámalo aperitivo.

Katherine resopló y dejó el bolso en el sofá que había frente al sillón de Zac mientras Mike se servía un poco de whisky del mueble bar del fondo.

Katherine: ¿Te apetece un trago, Zac?

Zac: No, gracias. No puedo mezclar alcohol con la medicación que estoy tomando.

Katherine: Ah, claro. En cuanto a esa chica, Zac -dijo cruzándose de brazos-, ¿no crees que es demasiado joven para que esté aquí viviendo contigo?

Zac: Vaya, madre, muchas gracias -contestó con una sonrisa-. Ya estoy mucho mejor. ¿Qué tal tú?

Katherine: No seas irónico -le espetó-. Puedes tener problemas con una chica así.

Zac: Vanessa tiene veintiocho años.

Katherine: Ya. ¿Y qué tiene a su favor además de una bonita cara de niña?

Zac: Te aseguro que Vanessa es mucho más que una cara bonita -respondió, que no fue consciente de que había alzado el tono de voz hasta que escuchó en la cocina el ruido de una sartén al caerse-.

Katherine: ¿Qué demonios ha sido eso?

Zac: Supongo que Vanessa está haciendo la comida -respondió bajando el tono de voz-. Lo cierto es que es una cocinera estupenda.

Mike: Entonces tal vez deberíamos pensar en contratarla -intervino rellenando su copa-. Nuestra chica solo sabe hacer arroz con alubias.

Por lo que Zac sabía, su “chica” tenía cincuenta años y la habían contratado en uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

Zac: Vanessa no es cocinera profesional, papá. Es licenciada en enfermería por la universidad, y yo no sé qué haría sin ella. Y ahora, tengo que pediros un favor.

Katherine: Vaya. ¿Se trata de algo que tu pequeña Teresa no puede hacer? -preguntó con sarcasmo-.

Zac: Vanessa. Se llama Vanessa. Y créeme, madre, si ella pudiera hacerlo nunca te lo pediría a ti.

Mike: ¿En qué estás pensando, Zac? -preguntó cerrando por fin el mueble bar tras servirse su tercer “aperitivo”-.

Zac: Traedme a los niños. Han pasado casi dos semanas.

Zac sabía perfectamente que sus padres veían con regularidad a sus nietos. No se atrevería a decir que se llevaban bien con Amber, cuya naturaleza inestable hacía difícil su inclusión en el círculo social en el que ellos se movían, pero aquella misma posición les aseguraba un puesto en el mundo de Amber.

Mike y Katherine parecieron sentirse incómodos, algo poco habitual en su caso. Primero se miraron el uno al otro y después fijaron la vista en puntos lejanos de la pared.

Katherine: Bueno, veamos -dijo finalmente tras aclararse la garganta-. Zac, lo cierto es que... Que Jessica no quiere verte.

Mike: Will nos sugirió hace unos días que sacáramos el tema -continuó explicando-. Por supuesto, él le echa la culpa a Amber, pero fue la propia Jessica la que dijo que no quería volver a esta casa.

Zac cerró los ojos. Una oleada de dolor y preocupación le recorrió todo el cuerpo.

Zac: Pobre niña -susurró-. Si al menos pudiera comprobar que me voy a poner bien...

Mike: Supongo que será el trauma de haberte encontrado al pie de esas escaleras -opinó-.

Katherine: Seguramente la pobre tenga miedo de caerse ella también -comentó-.

Zac: He puesto una barrera en la parte de arriba de las escaleras -informó-.

Era consciente de que sus padres lo culpaban de su caída. Una vez más, lo culpaban de todo lo que les hacía sentirse mal.

En opinión de Will, aquella era la razón por la que Zac había aceptado durante tanto tiempo los reproches de Amber. En cierto modo le parecían naturales, aunque sus quejas no fueran justas. Sus padres le habían asignado de niño el papel de chivo expiatorio y todavía seguiría representándolo si él y su capataz, Mark Coleman, no hubieran pillado a Amber con otro hombre en el sofá del salón. Zac tenía que reconocer que el problema no era que la mujer a la que ya no amaba lo hubiera engañado, sino que su capataz y amigo hubiera sido testigo de primera fila. Después de eso ya no podía seguir manteniendo la ficción que era su matrimonio.

A ojos de sus padres, sin embargo, Zac sería siempre el responsable del fracaso de su matrimonio, y puede que por una vez no anduvieran muy desencaminados. Después de todo, él había escogido a Amber y en lugar de remediar su error se había quedado a su lado demasiado tiempo, confiando en que la llegada de un bebé la tranquilizaría y la haría sentirse satisfecha. Cuando Zac llegó a la conclusión de que su relación era imposible, Amber estaba embarazada de Alex. Y ni toda la resignación ni todo el empuje posibles bastaron para sacarla adelante. Sin embargo, Zac se convenció de que podría soportar la frialdad, los numeritos y las constantes críticas por el bien de sus hijos. Si Mark no hubiera estado con él aquel día, se habría dado media vuelta y se habría marchado sin decir una palabra. Hacía mucho tiempo que no le importaba en absoluto lo que Amber hiciera siempre y cuando pudiera ver a sus hijos todos los días. Ahora ni siquiera podía hablar con su niña por teléfono.

Katherine: Tal vez si cambiaras el testamento... -tuvo el valor de sugerir-.

Zac sintió una oleada dé rabia.

Zac: ¿Para favorecer a Amber, quieres decir? Bueno, eso acortaría mi tiempo de vida.

Katherine tragó saliva.

Katherine: No creerás que...

Se detuvo bruscamente. Miró por detrás de su hijo y Zac se percató de la presencia de Vanessa. Mike se revolvió, incómodo.

Ness: Disculpen.

Zac: ¿Qué pasa, Vanessa? -preguntó girándose para mirarla-.

Nss: Me preguntaba si al señor y la señora Efron les gustaría quedarse a comer. No supondría ningún problema preparar cuatro raciones en lugar de dos.

Katherine: No, gracias -rechazó la oferta poniéndose en pie-. Tenemos una reserva hecha.

Mike dejó la copa sobre la mesita y se levantó a su vez.

Mike: Espero que lo comprendas...

Zac: Oh, claro que lo comprendo -aseguró-.

La gente de su clase solía murmurar sobre las tendencias asesinas de otros círculos sociales, pero jamás reconocerían que alguien de su familia las padeciera. Además, tal vez fuera cierto que sus padres habían reservado para comer. Qué demonios, seguro que hasta también hacían reserva para desayunar.

Katherine lo agarró de la cintura y besó el aire cercano a su mejilla.

Katherine: Procura portarte bien hasta que se te suelden esos huesos -le advirtió dirigiéndose a la salida-.

Siguiéndola, Mike colocó la mano sobre el hombro herido de su hijo y murmuró:

Mike: Buen whisky.

Ness: Les mostraré la salida -se ofreció-.

Pero Mike hizo un gesto de negación con la mano.

Mike: No hace falta, joven. Conocemos la salida.

Zac: Gracias por venir -dijo con amargura a su espalda-.

Ness: La comida estará lista dentro de diez minutos -aseguró-.

Zac: Eso es más tiempo que la visita obligada de mis padres -se quejó-.

Luego agarró el mando a distancia. Todavía tenía tiempo para ver el informe de la Bolsa y el tiempo, pero si la televisión hubiera estado apagada o el presentador hablara en latín, Zac le hubiera prestado la misma atención. Cada vez estaba más preocupado por su hija. Jessica tenía que saber que se encontraba bien, que todo saldría perfectamente. Seguramente no serviría de nada, pero tenía que intentarlo de nuevo. Estiró el brazo hacia el teléfono. Agarrándolo con una mano, comenzó a marcar los números con el dedo pulgar de la otra.

Zac: Amber, por favor, no cuelgues.

Vanessa sujetó con fuerza la bandeja que tenía en las manos y se situó detrás del sofá sin disimular su presencia. No era la primera vez que Zac llamaba a su ex mujer desde que ella estaba allí, pero siempre se excusaba educadamente o salía sin decir nada. En esta ocasión, sin embargo, no fue capaz de marcharse.

Zac: Tengo que hablar contigo por el bien de Jessica. Estoy intentando anteponer las necesidades de mi hija a las mías.

Vanessa se mordió el labio inferior. No le gustaba nada el tono desesperado de Zac.

Zac: Si Jessica no quiere venir sola, entonces ven con ella -imploró-. Pero, por el amor de Dios, ten un poco de piedad. No hacia mí, sino hacia la niña.

Vanessa ladeó suavemente la cabeza. Por mucho que quisiera pensar que se trataba solo de la niña, Zac sonaba como un hombre que haría o diría cualquier cosa con tal de ver a una mujer.

Zac: ¿No podemos olvidar el pasado y hacer lo mejor para nuestros hijos? -suplicó-. Necesitan un padre y una madre. Por su bien, te lo suplico. Por favor, ven.

Vanessa cerró los ojos. Bueno, él se lo había advertido. Daba igual lo que Amber hubiera hecho. Zac seguía amándola y le dolía que su matrimonio y su familia se hubieran roto. Seguramente le tendría cierto aprecio a ella como enfermera, pero aquello no era más que el resultado de su forzada proximidad.

Zac: Amber, por favor, no me obligues a llevarte a juicio -estaba diciendo-. No es así como quiero hacer las cosas, pero sabes que lo haré si es necesario. Ten un poco de compasión, ¿quieres? Am... -Se detuvo bruscamente. Luego tiró el teléfono con toda la fuerza que pudo. Por suerte rebotó en el sofá y fue a caer a la alfombra-. Maldición, maldición y maldición -exclamó golpeando el brazo del sillón con el puño cerrado-.

Vanessa se acercó despacio hacia él, dejó la bandeja en la mesilla auxiliar que tenía al lado, recogió el teléfono, lo colocó en su sitio y salió del estudio sin decir una palabra.




No me gustan los padres de Zac, son muy snobs (¬_¬)

Y Amber también es muy mala (¬_¬)

En el próximo capi, ¡más ternura! Comentad y el martes lo pongo.

¡Thank you por los coments!

Claudix, me hizo gracia lo que dijiste, tienes razón, si al final Zac y Ness no quedaran juntos no solo no subiría la novela, ni siquiera la leería XD ¿Qué clase de novela sería si al final los protas no acaban juntos? Y no te preocupes, no estropeas nada, todas sabemos que todo acabará bien, solo que la única que lo dices eres tú XD Pero ten por seguro de que no publicare nunca una novela en la que alguno de los protas muere, por mucho que te guste la tragedia XD Por mí se pueden morir todos los personajes, pero los protagonistas no XD

¡Un besi!


2 comentarios:

Maria jose dijo...

Otro gran capituló!!!!
Amber es mala y me molesta que vanessa
Crea que zac sigue amando a su ex-esposa
Ya quiero que todo se aclare y zac de algo de
Iniciativa por vanessa
Sube pronto que esta novela cada vez esta mejor

Unknown dijo...

Ugh, Oh Dios! Hay una novela coreana donde los protagonistas no terminaron juntos y me quedé llorando por una semana.. pero me encantó!!! *.* xD! Jijijiji..
Pero no te gusta la tragedia? Amo el drama! Jajaja.. Y como dije antes, creo que lo importante es cómo se desarrolla la historia, al final siempre terminan felices, lo mismo que pasará con esta novela, verdad?!!! Lo predije! :D

Regresando a la novela, debo decir que no soporto a Amber, es una ... bitch!! Cómo le hace eso a sus hijos!! No tiene corazón! Y sus padres qué? Qué les pasa?! Es su hijo!! T_T

Síguela pronto! :D

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