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miércoles, 13 de agosto de 2014

Capítulo 11


**: Realmente eres algo especial, Zac -estaba diciendo ella-. ¿Qué te pasa? Es casi enfermiza la forma como te comportas.

Zac: Oh, déjame tranquilo -gruñó-.

**: ¿Que te deje tranquilo? ¿Qué quieres que piense cuando llego aquí y encuentro ropas de mujer dispersas por toda la sala? ¿Crees que debo respetar a un hombre que lleva una vida como la tuya? ¿Crees que debo confiar en ti?

Zac: Si hubieras tenido la cortesía de llamar por teléfono antes de venir, habría tenido tiempo de limpiar la sala.

**: Oh, por favor, no te vayas a molestar por mí -dijo la mujer con sarcasmo-.

Zac: Dios sabe que ya me he molestado bastante por ti -masculló y Michael subrayó la declaración de su tío con un grito agudo-. Ten cuidado, ¿quieres?

**: ¿Que tenga cuidado? ¿El tenorio de la comarca me pide que tenga cuidado?

El estómago de Vanessa se contrajo dolorosamente. ¿Quién era esa mujer? ¿Una conquista de Zac? ¿Una ex-amante? Quienquiera que fuese, Vanessa no quería conocerla. Ni siquiera quería estar bajo el mismo techo de aquella mujer.

Pero no podía salir de la casa sin su ropa y no podía recuperarla sin bajar a la sala y no podría bajar las escaleras sin pasar por delante de la cocina, donde estaban Zac y la mujer. Tampoco le pareció apetecible la alternativa de encerrarse en el cuarto de Zac a esperar a que se fuera la desconocida. Quizá ella pensara permanecer mucho tiempo allí. Quizá incluso irrumpiera en el cuarto y la encontrara escondida allí como una cobarde.

Zac: La forma en que le tienes cogido no es la más adecuada -estaba explicando con enorme paciencia-. Le gusta tener la cara contra tu hombro. Es por eso por lo que se mueve tanto.

**: Es mi hijo -exclamó la mujer-. Yo sé cómo cogerle.

Era Miley, la hermana de Zac.

La tensión de Vanessa disminuyó, pero solo ligeramente. Era mejor que la mujer fuera la hermana de Zac y no una amiguita. Pero de cualquier manera, no le gustaba la idea de conocerla vestida solo con la enorme bata de su hermano. Por lo tanto, no le quedaba otra alternativa que volver a la habitación y esperar a que Miley se fuera. Suspirando, dio la vuelta.

Zac: Creo que he oído pasos -su voz sonó más cerca-. Buenos días, Vanessa.

Ness: ¿Cómo has podido oírme? -murmuró con asombro-. He hecho todo lo posible por no hacer ruido.

Zac: Te he oído moverte por mi habitación -también hablaba con voz suave. Cuando llegó arriba, extendió los brazos hacia ella y la hizo volverse a mirarle-. Buenos días -murmuró antes de cubrir con sus labios los de ella-.

A Vanessa le sorprendió la oleada de calor que la invadió. Escondiendo la cara en el pecho de su amante, dijo:

Ness: Te agradecería enormemente que me trajeras mi ropa. Quiero vestirme.

Zac deslizó una mano por debajo del escote de la bata y le acaricio la sedosa piel de un hombro.

Zac: Preferiría que te quedaras desnuda -susurró-.

Ness: Por favor, Zac -imploró-. Tu hermana esta aquí y…

Zac: Y me está sacando de quicio -añadió-. Incluso Michael se está irritando con ella. Ven abajo a tomar una taza de café. Estoy seguro de calmar a Michael mejor que ella.

Ness: No quiero inmiscuirme en una disputa familiar -declaró-.

Miley: No es una disputa -intervino-. Solo las habituales muestras de afecto de los Efron. Hola, me llamo Miley. Tú debes ser la dueña de esta ropa, supongo.

Vanessa bajó la mirada hacia la mujer que estaba al pie de las escaleras. Era alta y delgada como su hermano y su pelo tenía el mismo tono. Con un brazo sujetaba a su inquieto hijo y con el otro las ropas de Vanessa.

Zac: Deja sus cosas donde estaban -ordenó mientras bajaba junto a Vanessa el resto de las escaleras-. Vanessa no se intimida fácilmente, ni se abochorna. Por otra parte, es una de esas personas que lo primero que necesita al levantarse es una buena taza de café -apretó amorosamente los hombros de la joven-. Lo he preparado especialmente para ti.

Ness: ¿Si? ¿Café de verdad? -exclamó conmovida-.

Zac: Solo para ti.

La besó en la mejilla y luego la acompañó hasta la cocina, sin detenerse al pasar ante Miley.

Sin saber qué hacer, Vanessa se sentó en una silla de la cocina mientras Zac le servía una taza.

Zac: La leche y el azúcar están en la mesa -dijo, mientras le ofrecía la taza-.

Ness: Gracias.

Vanessa aceptó el café. Dio un sorbo al humeante líquido y casi se atraganta. Llamarlo el peor brebaje que había probado en su vida era apenas hacerle justicia. ¿Cómo podía un hombre de la inteligencia de Zac preparar tan abominable café?

Miley: Nauseabundo, ¿verdad? -comentó al entrar en la cocina y observar el gesto de la otra mujer-. También ha intentado hacerme beber esa porquería a mí. Algo que debes aprender desde ahora, antes de enredarte más con mi hermanito, es que el pobre es una nulidad en la cocina.

Ness: Ya lo sé -declaró, pero inmediatamente se arrepintió de sus palabras. No quería ser desleal-. Es decir, sé que no prepara muy buen café -se corrigió, esquivando la mirada de Zac-. Pe... pero... tiene un verdadero talento cuando se trata de descongelar pizzas.

Miley: ¿Pizzas? -preguntó con incredulidad-. ¿Preparas pizzas?

Zac: Solo para Vanessa -respondió dedicando una sonrisa agradecida a la joven. Se acercó a ella y le acarició el pelo-. ¿Qué te parece si te preparo una esta noche? -preguntó, haciéndole un pícaro guiño-.

Ella no pudo evitar sonreír.

Ness: Es demasiado trabajo para ti, Zac. Acabas de preparar una el... ¿cuándo fue? ¿El jueves por la noche? No quiero que te molestes tanto por mí.

Zac: Bien, entonces será la semana que viene -ofreció disfrutando evidentemente del juego-.

Ness: Ya veremos.

Miley: Tú y yo ya hemos hablado una vez, ¿verdad? -intervino señalando a Vanessa con el dedo. Cogió una silla y colocó a Michael sobre sus piernas, luego dirigió a Vanessa una atenta mirada-. Reconozco tu voz. Fuiste la que contestó el teléfono, ¿verdad?

Vanessa hizo acopio de valor y lealtad, tomó otro trago de abominable café y luego se enfrentó a Miley con una sonrisa amable.

Ness: Sí -confirmó, ofreciendo su mano con cortesía-. Yo contesté. Me llamo Vanessa Hudgens.

Miley estrechó su mano.

Miley: Zac me dijo que una amiga le estaba ayudando con Michael. Supongo que tú eres la amiga -escudriñó a Vanessa, luego asintió-. Supongo que debo darte las gracias. Sin ti solo Dios sabe qué habría hecho Zac con mi pobre criatura mientras yo estaba fuera.

Ness: En realidad, no ha necesitado demasiada ayuda mía -aseguró pensando que no mentía-.

Zac había hecho una labor excelente con el bebé. Y la ayuda que ella le había prestado no había sido tan esencial.

El hombre empezaba a hartarse de oír a las dos mujeres hablar de él en tercera persona.

Zac: Escucha, Miley, ¿quieres que guarde las cosas de Michael en su maleta? Estoy seguro de que tienes muchas cosas que hacer, no quiero retenerte aquí todo el día.

Miley: Claro, claro. Quieres que te deje el campo libre, ¿no? -interpretó su poco sutil indirecta y luego sonrió a Vanessa-. Igual que cuando tenía doce años y entraba en la sala donde estabas besuqueándote con alguna amiga, siempre me mandabas desaparecer inmediatamente.

Zac: Yo solo te mando desaparecer cuando te comportas de forma abominable, Miley -afirmó irritado-. Como en este momento, por ejemplo. Recogeré las cosas de Michael y las llevaré a tu coche -salió de la cocina y añadió desde el pasillo-: Y recuerda, Miley, no trates de fastidiar a Vanessa. Perderás el tiempo -volvió a guiñar el ojo a Vanessa y comenzó a subir las escaleras-.

Miley apretó a su hijo contra el pecho y suspiró.

Miley: Debe ser un alivio para él que me lleve a Michael -murmuró-.

Ness: No lo creo -observó-. A pesar de todo, hemos... quiero decir, ha disfrutado mucho cuidando al bebé.

Miley miró a la otra mujer con ojos entornados.

Miley: Has pasado aquí todo el tiempo, ¿eh?

Zac había dicho que ella era inmune al bochorno y la joven decidió hacer todo lo posible por no dejarle mal. Encogiéndose de hombros, dijo:

Ness: No, solo me he quedado aquí esta noche.

Miley: Escucha, siento haberme comportado así al ver tu ropa en la sala -se disculpó-. Lo que pasa es que... ya sabes, le dejo a mi bebé unos días y cuando vuelvo me encuentro la casa llena de ropa de mujer, como si hubiera estado celebrando una orgía. ¿Qué podía pensar?

Vanessa movió la cabeza.

Ness: No te preocupes.

Miley se apoyó contra el respaldo de la silla y volvió a examinar a su interlocutora.

Miley: Espero que no te moleste que diga esto, pero eres diferente a sus conquistas habituales. ¿Va... en serio lo vuestro?

Vanessa se dio cuenta de que Miley no estaba tratando de abochornarla, sino que era por naturaleza franca y sin tacto.

Ness: Quizá debas preguntárselo a él -dijo con voz apacible-.

Miley: Si se lo pregunto me mandará a freír espárragos -se lamentó. Vanessa sonrió y no replicó nada-. Está bien, no es asunto mío -concedió-. Pero si no te molesta que lo diga, me parece que eres lo mejorcito que le ha tratado. Y creo que él también lo piensa. La forma en que te trata, abrazándote delante de mi y todo eso... no es habitual en él. Jamás le ha importado tanto una mujer como para prepararle café o hacerle una pizza.

Vanessa no solo estaba sorprendida por la revelación de Miley, sino complacida. Tanto, que tuvo que batallar por controlar la enorme sonrisa que afloraba a sus labios. Comentó:

Ness: Quizá haya hecho el café también para ti. Te quiere mucho.

Miley suspiró.

Miley: Los dos nos sacamos de quicio -exclamó, resumiendo con esas palabras su relación fraternal-. Él me considera frívola e inconsciente, pero a fin de cuentas piensa que todas las mujeres son así. Es un machista de la cabeza a los pies.

El machista apareció en ese momento en el umbral, con la maleta del bebé en una mano y el enorme oso de peluche en la otra.

Zac: A menos que tengas alguna objeción, me gustaría quedarme con la cuna -le dijo a su hermana-, por si se tiene que volver a quedar aquí.

Los ojos de Miley se abrieron desmesuradamente al ver el oso.

Miley: ¿No crees que tener una cuna en la casa sería perjudicial para tu imagen?

Zac parecía a punto de replicar algo con ira, pero se controló y en cambio dirigió a su hermana una sonrisa.

Zac: En realidad, creo que seria beneficioso para mi imagen. A ciertas mujeres les conmueve un hombre que sabe cambiar pañales.

Miró a Vanessa por un momento que pareció interminable, luego, salió de la cocina con la maleta y el oso.

Miley se volvió hacia Vanessa.

Miley: ¿Estoy alucinando o era un oso panda lo que llevaba en un brazo?

Ness: Era un oso -certificó con una sonrisa-. Lo compró para Michael el jueves.

Miley: Caramba. Espero que no le haya provocado pesadillas al bebé -bromeó, aunque estaba obviamente encantada por el detalle sentimental de su hermano. Posó su mirada sobre Vanessa por un momento-. Quédate con él, Vanessa -dijo con sinceridad-. Creo que le haces mucho bien.

Antes de que Vanessa tuviera tiempo de reaccionar, Zac entró de nuevo en la cocina.

Zac: Todo está en el coche -dijo, pasando una mano bajo el brazo de Miley, para ayudarla a ponerse de pie-. Se te hace tarde.

Miley: Ya, ya, no tienes que empujarme -protestó-. Me alegro mucho de haberte conocido, Vanessa -dijo antes de salir de la cocina-.

Vanessa permaneció inmóvil. Oyó las voces de Zac y su hermana al despedirse y luego el sonido de la puerta al cerrarse y los pasos del hombre al volver.

Zac: Lo siento.

Vanessa miró la taza de café y frunció los labios.

Ness: Deberías sentirlo. Este café es asqueroso.

Se puso de pie y vertió el contenido de la taza en el fregadero, convencida de que si quería tomar café debía preparárselo ella misma.

Nada más poner la cafetera al fuego, Zac la tomó en sus brazos y la besó con pasión.

Zac: Lo que he querido decir es que lamento que hayas despertado para encontrarte con Miley. Es difícil de soportar, incluso para quienes no necesitan una taza de café al levantarse.

Ness: A mí me ha parecido muy simpática -declaró con sinceridad-.

Zac: Debió llamar por teléfono antes de venir -observó no muy convencido-. Estaba dándole el biberón a Michael cuando llegó inesperadamente -soltó a Vanessa para que pudiera llenar las tazas de café ya listo-. ¿Quieres desayunar? ¿O comer? Es casi mediodía.

Vanessa movió la cabeza.

Ness: Mi pobre estómago tardará una semana en recuperarse de ese veneno que has tratado de hacer pasar por café -bromeó-.

Se sentaron a la mesa, Zac movió el azúcar en su café mientras observaba a Vanessa dar un sorbo al suyo. Parecía estar esperando que ella dijera algo, pero ella se limitó a sonreír y a dar otro trago a su café.

Zac: No vas a preguntar, ¿verdad?

Ness: ¿Preguntar qué?

Zac sacudió la cabeza con asombro mientras la observaba con detenimiento.

Zac: Nunca he conocido una mujer como tú, Vanessa.

Ness: ¿Es eso un elogio?

Zac: Oh, Vanessa... -extendió una mano sobre la mesa para coger la de ella-. Cualquier otra mujer me estaría ametrallando a preguntas sobre Miley, lo que había dicho, qué le había sucedido. Pero tú... te has limitado a sentarte delante de mí con una sonrisa de esfinge.

Ness: Si quieres hablarme de Miley, lo harás sin que yo te pregunte nada -declaró con un leve encogimiento de hombros-. Si no quieres contarme nada, ¿qué sentido tiene preguntar?

Zac: Vanessa -volvió a mover la cabeza con asombro-. Creía que todas las mujeres eran curiosas.

Ness: ¿En qué basas tu opinión? -inquirió divertida, más que irritada-. ¿En tu experiencia con Miley? Ella es bastante curiosa.

Zac: En ella y en mis otras hermanas. El crecer rodeado de tres chismosas incorregibles es suficiente para que un hombre haga generalizaciones sobre las mujeres.

Ness: Tres hermanas -murmuró con cierto sobresalto-.

Zac: Mis otras dos hermanas son mayores que yo -informó, mientras añadía otra cucharada de azúcar a su café y lo movía-. Las dos son unas atolondradas, como Miley...

Vanessa no pudo menos que sonreír ante la expresión de contenida exasperación de Zac.

Ness: Ahora comprendo por qué has adoptado esa actitud respecto a las mujeres.

Zac movió la cabeza pensativo y miró a Vanessa con los ojos entornados.

Zac: Will dijo que va a volver a Bridgeport, pero no está seguro de que se quiera casar con ella -informó, de repente-.

Vanessa le miró con extrañeza.

Ness: ¿Will?

Zac: El padre de Michael. Parece que el viaje de Miley a Florida no ha dado los resultados que ella esperaba.

Ness: Estoy segura de que será mejor para Michael que su padre este cerca de él, esté o no casado con Miley -opinó-. ¿Viven en Bridgeport? -ante el asentimiento de Zac, sonrió-. No está lejos de aquí. Se debe tardar menos de una hora en coche.

Los ojos de Zac encontraron los de ella y también sonrió. Fue una sonrisa de entendimiento mutuo.

Zac: Es cierto -confesó-. Ya echo de menos a Michael. Casi quisiera que Miley no hubiera vuelto todavía.

Ness: Supongo que te has acostumbrado a tenerle aquí.

Zac: Nunca me acostumbraré a que no me dejen dormir por las noches -admitió-. Pero aparte de eso, ha sido divertido. En especial porque tú estabas aquí, compartiéndole conmigo.

Ness: Sigo aquí -murmuró-.

Un suspiro ronco escapó de los labios de Zac.

Zac: ¡No sabes cuánto me alegro de ello!

Se puso de pie, se acercó a ella y la ayudó a levantarse.

Cuando su boca encontró la de ella, sus manos buscaron el cinturón de la bata, lo desataron y luego se deslizaron debajo de la tela para acariciar la desnuda piel femenina.

Zac: ¿Puedes imaginar lo difícil que es discutir con gente como mi hermana menor cuando en tu habitación tienes a una hermosa mujer desnuda?

Ness: No -respondió con una sonrisa traviesa-. En realidad no; nunca he estado en semejante situación.

Zac: Créeme -dijo con seriedad-. Es angustioso -se quitó el jersey, besó a Vanessa en la base del cuello y volvió a lanzar un ronco gemido-. Vamos a la cama -rogó con voz enronquecida-.

Vanessa no necesitó demasiada persuasión. Entrelazó sus dedos con los de él y subió a su lado a la habitación.




Awwwwww!
Ya se han deshecho del mocoso XD
Ahora ya podrán hablar de su relación. Aunque no se han quedado hablando precisamente XD

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¡Un besi!


3 comentarios:

Unknown dijo...

Jajajaja como que mocoso???? Michael era un ternurita!!! Jajaja.. Ojalá regrese!!! Yo también ya lo extraño!!!! Jejeje
Me encantó el capítulo!!! Zac se está enamorando, yo lo sé!!!!!!!!!!!
Muy lindos los dos, ya se quieren!!!! :D <3

Síguela pronto!
Cuídate!

Unknown dijo...

Aaay no tengo nada que decir de este capi!! ♡
Es pura ternura y amooorrrr. Son tan tiernos juntos! Solo quiero que Zac le diga a Ness que la ama.. y Ness podria decirle que lo ama, aunque ya se lo confeso a ella misma, solo tiene que decirle!!!
Ame este capi, una lastima que se fue el bebe... pero podrian Zanessa tener uno, no? Jajaja

♡♡♡
Sube prontooooooo!!!

Maria jose dijo...

Omg!!!!! No quiero que esta novela termine
No se cuantos capítulos me
Queden pero no quiero que acabe
En verdad es una de mis novelas preferidas
Zac es un amor es esta novela y vanessa no
Es la típica inocente muchacha
Es genial cada capitulo

Sube pronto!!!!!

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