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martes, 1 de octubre de 2013

Capítulo 8


De pronto los cánticos cesaron y el silencio hizo que Miley se estremeciera. Sentía la cabeza nublada por la sustancia que le había hecho inhalar la asesina, pero procuró concentrarse.

Lisa parecía nerviosa cuando dijo:

Lisa: Habéis cometido un grave error. No debisteis implicaros en algo que no era asunto vuestro.

Will protegió a Miley con su cuerpo.

Will: David Efron es mi hermano.

Lisa no le hizo caso y dijo:

Lisa: Odette y sus compinches me han quitado mi herencia, y tienen que ser castigados.

Miley gimió:

Miley: Tú eres Doris Alger.

Doris: Así que lo has descubierto.

Miley: Es mi trabajo.

La voz de Odette se alzó desde el claro.

Odette: ¡Escúchame, asesino! Los dioses y los santos están con nosotros...

Intentando disipar los últimos efectos de la droga, Miley respiró hondo varias veces. Aquella mujer estaba tan loca que era capaz de matarlos a los dos. Miley reunió fuerzas, se apoyó en la tierra pegajosa y se levantó trabajosamente.

Doris: Quédate ahí -gritó-.

Will: ¿O qué? -preguntó alejándose de Miley-. ¿Vas a disparar? ¿No pensabas hacerlo de todos modos?

Un clic resonó en la ciénaga. Doris Alger había quitado el seguro al arma. Al parecer, sabía usar un revólver.

Y Miley sabía lo que pensaba hacer Will. Quería apartar el peligro de ella. Iba a asegurarse de que, si alguien recibía un balazo, no fuera ella.

«¿Por qué no confías en mí?», le había preguntado él. La neblina de su cerebro se disipaba y, con ella, sus dudas. Sabía que Will era valiente e impulsivo y que quizá se hiciera matar por ella.

No podía permitir que eso sucediera.

La voz de Odette seguía atronando a su alrededor.

Odette: Tu maldad nos ha enfurecido, ha enfurecido a los dioses, y vamos a ponerle fin a tu reinado...

Doris, distraída, respiraba con dificultad.

De pronto, Miley comprendió que tenía que usar los métodos de Will para que se salvaran ambos.

Miley: Ríndete, Doris. No puedes salirte con la tuya. Estás siendo grabada. Sabíamos que el asesino estaría aquí, así que colocamos cámaras de vídeo antes de que empezara la ceremonia.

Doris: Sí, ya. ¡Está demasiado oscuro!

Miley: Son de infrarrojos -mintió-.

Mientras los cánticos comenzaban a alzarse de nuevo, Doris miró a su alrededor con nerviosismo, como si intentara descubrir las cámaras.

Miley se abalanzó hacia ella, pero Doris agachó la cabeza y la agarró del brazo. Miley intentó soltarse, pero, aturdida, no tenía fuerzas para oponerse a la asesina enloquecida. Doris apretó el cañón de la pistola contra el costado de Miley.

Will: No lo hagas, querida -dijo con su voz más seductora-. Matar a un ciudadano es una cosa. Matar a un poli es otra. Todo el departamento se te echará encima. No tendrás salvación.

Doris: No pensarás que voy a permitir que lo echéis todo a perder, ¿verdad?

Miley: Las cámaras...

Doris la cortó gritando:

Doris: ¡Mentirosa!

Will siguió moviéndose de modo que Doris tuvo que seguir retrocediendo. Miley buscaba una oportunidad para actuar, pero la presión de su costado no aflojaba.

Doris: La policía de Nueva Orleáns nunca lo descubrirá -dijo con voz áspera-.

Will: Nosotros lo hemos descubierto, querida.

Doris: Pero vosotros vais a morir y el detective Harris llevará el caso a su manera. Él les echará las culpas a los Efron, como ha hecho desde el principio. Y yo seré rica. Puedo apoderarme del dinero y desaparecer y nadie lo sabrá nunca. ¡Estate quieto!

Will la ignoró y siguió avanzando. Miley se dio cuenta de que habían descrito un círculo completo. El canto de Odette les llegó de nuevo.

Odette: Convoco a los dioses para que se pongan de nuestro lado...

Will: Tienes otro problema, querida. Los dioses vudús. Si Odette está enfadada contigo, ellos también.

Doris: ¿En... enfadados? No, eso no es verdad.

Pero Miley intuyó que estaba preocupada.

Miley: Si Odette lanza una maldición sobre ti, que el cielo te ayude.

Will miró fijamente a Doris.

Will: Pero puede que todavía no sea demasiado tarde...

Doris: ¡Callaos los dos!

Will se lanzó hacia un lado y Doris se giró hacia él. Sintiendo que la presión del revólver aflojaba un poco, Miley se apoyó firmemente en el suelo y se echó hacia atrás con todas sus fuerzas. Consciente de que Will se había abalanzado hacia ella mientras su codo hacía contacto con la tripa de Doris, se sintió horrorizada cuando la pistola disparó.

Él siguió avanzando.

Odette: Llévate su alma antes de que muera alguien más -gritó-.

Doris: ¡No, nadie va a llevarse mi alma! -chilló mientras Will la agarraba, y Miley cayó al suelo esponjoso-.

Recuperó el aliento y vio con horror que la asesina y el hombre al que amaba daban vueltas a su alrededor, abrazados, con la pistola entre ellos. Si la pistola disparaba de nuevo...

Odette les ordenó a los dioses:

Odette: ¡Detened el mal ahora!

La palabra «ahora» pareció retumbar en la noche. Doris dejó escapar un sonido estrangulado. Sus ojos se agrandaron y su semblante adquirió una expresión horrorizada. Su cuerpo se convulsionó. Ella intentó hablar, pero su voz se quebró. Entonces el horror se disipó y su cuerpo quedó completamente inmóvil, como si su alma hubiera huido de su cuerpo, dejándola convertida en un zombi.

Miley se llevó la mano a la cruz del cuello, se aferró a ella y rezó una rápida plegaria.

¿Era verdaderamente Odette tan poderosa como para convertir a alguien en un muerto andante? ¿O había bastado la propia creencia de Doris en el vudú para lograrlo?

Tras esposar a Doris al tronco de un árbol, William estrechó a Mile entre sus brazos.

Will: No sé qué habría hecho si te hubiera herido -la besó en la frente y en la nariz-. Pensé que iba a matarte -le besó una mejilla y luego la otra-. Gracias a Dios que estás bien.

Miley: Gracias a ti.

Will: Ya que tú mentiste -no pudo evitar ofenderla un poco-. Pensaba que tenías ciertos límites.

Miley: Sabía que, si no hacía algo, harías que te matara para protegerme. Estaba desesperada.

Will: Yo estaba desesperado cuando te acercó la pistola...

Miley: Sshh, escucha -dijo de pronto-. Los cánticos han cesado.

A su alrededor la noche había quedado en silencio. Los dos miraron hacia el lugar donde la hija de Janet Phillipp permanecía sentada completamente inmóvil, con los ojos fijos e inexpresivos.

Aunque no quería soltar a Miley, William dijo:

Will: Tenemos que informar de esto -sacó su radio, pero ella lo detuvo-.

Miley: Espera. Primero necesito decirte que... confió en ti, Will. Lo que ocurre es que me daba miedo que hicieras trampas con mi corazón.

Will: Yo jamás te haría eso, querida.

Miley: Ahora sé que estaba equivocada. Y necesito decirte otra cosa. Yo... hace mucho que siento algo por ti. Pero no me había dado cuenta de que era amor.

Will: ¿Tú me quieres? -sonriendo, la besó en los labios-. Yo también te quiero -otro beso-.

Mile se aferró a él como si lo fuera todo para ella, y algo dentro de él se abrió.

Pero antes de que pudiera decir nada, un carraspeo rompió el silencio. Los dos se giraron y vieron a Odette mirándolos con una serpiente enroscada en cada brazo.

Odette: Veo que mi trabajo aquí ha terminado. Los dioses han hablado.

William se preguntó si se refería a ellos o a la asesina.

Odette miró a la hija de Janet Phillipp. Se acercó a la prisionera y masculló algo. Doris se estremeció, pero sus ojos no perdieron aquella mirada vacía. Luego, Odette le dio la espalda.

Odette: Le diré a mi gente que se vaya a casa -dijo majestuosamente-. Nuestro trabajo ha concluido por esta noche. Ya sabéis dónde encontrarme.

William la miró alejarse y, apretando a Miley contra su costado, llamó a la comisaría.

Aunque la ambulancia llegó enseguida, no lograron sacar a Doris de su estado de trance.


Ver a David salir de la cárcel y entrar en la comisaría fue uno de los mejores momentos de la vida de William.

Casi todos, menos Tom Harris, se habían reunido allí para celebrar su puesta en libertad. David besó primero a Brittany Snow hasta que los demás se pusieron en pie y empezaron a aplaudir. Luego le estrechó la mano calurosamente a Vanessa Hudgens, después de lo cual abrazó a Zac e hizo lo mismo con William.

David: Will, tengo entendido que todo te lo debo a ti -dijo sonriéndole-.

William sintió una opresión en el pecho e intentó negarlo.

Will: Todo el mundo ha puesto su granito de arena para liberarte.

Zac: Pero eres tú quien ha resuelto el caso -insistió para su sorpresa-.

Vanessa estaba junto a Zac y asentía.

Ness: Tú y Miley Cyrus.

William vio que Mile le estaba sonriendo, a pesar de que se mantenía un poco apartada. No habían estado ni un momento a solas desde la noche anterior.

Al llegar a la comisaría, se había desatado un gran revuelo. El Departamento de Tráfico había confirmado que Lisa Collins era en realidad Doris Alger. La confesión que había hecho ésta en la ciénaga fue reforzada por las pruebas que encontraron en su apartamento: amuletos vudús, fotografías, un diario... Suficiente para exculpar a David. William y Miley se habían pasado toda la noche en pie para asegurarse de ello.

David: Cyrus va a necesitar un compañero nuevo -dijo mirando a Will-. Después de lo que ha hecho, Harris tendrá suerte si no acaba entre rejas.

Ojala pudieran demostrar que Harris había puesto el veneno en la taquilla de David. Luego, dándose cuenta de lo que insinuaba su hermano, William dijo:

Will: ¿Yo? Pero si yo no soy detective.

Miley: Lo serás, si yo puedo hacer algo al respecto, porque voy a recomendarte.

Zac: Y yo también. Y tengo una invitación para ti. La fiesta del treinta aniversario de nuestros padres. Llevamos meses planeándola.

Will: Yo... no sé.

David: Nuestros padres quieren que vayas.

Zac: Y nosotros también -añadió-. Es hora de que nos conozcamos todos en la familia.

William se tragó el nudo que sentía en la garganta y asintió.

Will: Entonces, será un honor.

Miley: Ellos necesitan que formes parte de la familia -dijo llevándoselo a un lado-. Y nosotros necesitamos más hombres como tú en la división de investigación.

Will: Pero ¿qué necesitas tú?

Miley: Te necesito a ti. Siempre te he necesitado. Eres un gran policía y un ser humano aún mejor. Tenemos estilos diferentes. Pero los dos perseguimos lo mismo.

Will: Eso espero -murmuró-. Aunque no lleguemos a ser compañeros en el trabajo, querida, podríamos ser compañeros en la vida.

Miley: ¿Eso es una proposición de matrimonio o es que intentas seducirme?

Él se encogió de hombros y sonrió:

Will: ¿Tú qué crees?

Derritiéndose en sus brazos, Mile murmuró:

Miley: Convénceme.


FIN




Bueno, pues ya está el misterio resuelto.
De aquí poco pondré la sinopsis de la próxima novela que sí será 100% Zanessa y muy chula además.

Espero que os haya gustado esta novela, o por lo menos medio gustado.

Gracias por las visitas en cada capi y gracias Lucia por comentar. Aunque en el anterior no has podido v.v
Seguramente estés atareada, ¡así que ánimo!

Y ánimo a todas las que estéis atareadas con los estudios, o el trabajo. ¡Relajaos de vez en cuando y sacad tiempo para el ocio!

¡Comentad!
¡Un besi!


1 comentarios:

Unknown dijo...

HOLAAAA! AQUI ESTOY!! VOLVI POR LA MITAD... MI PC SIGUE ROTA PERO BUENO.


WOWW QUE FINAL NO??
ME ENCANTO QUE APARECIERAN ZAC Y VANE!!

Y `POR FIN SE HA DESCUBIERTO TODO!

HA SIDO UN FINAL INCREIBLE!!



COMENTARE LAS VECES QUE PUEDA, PERO SIEMPRE VOY A COMENTAR AUNQUE SEA UN MES DESPUES JAJAJAJA. Y ESPERO RECUPERAR MI PC.


SUBE PRONTO :)

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