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lunes, 18 de marzo de 2013

Capítulo 7


Ashley tenía razón.

El Aniversario de la Fundación de Bradford era pura fantasía. El Ayuntamiento había adornado el centro histórico de la ciudad con multitud de luces de colores y la gente iba vestida de época. Ness había engalanado su escaparate, al igual que el resto de los comerciantes, y todos ofrecían bebidas y aperitivos a los viandantes. Esa noche cerrarían muy tarde, cuando diera comienzo el concierto nocturno en los muelles.

Ness estaba sorprendida de la cantidad de gente que había acudido al evento y sintió un momento de pánico al darse cuenta de que su local se atiborraba. No había creído necesario contar con la ayuda de Penny, y empezaba a sentirse desbordada, sirviendo cafés y bollos sin descanso, cuando vio a Zac, que se habría paso entre la multitud.

Miley: Madre mía, mira qué cantidad de gente -dijo su hermana, que lo acompañaba-.

Zac: Me temo que Ness no se lo esperaba -repuso dándose cuenta de que la propietaria de la librería parecía tener los nervios de punta-. Hola, Ness.

Ella marcó unos números en la caja registradora y le dirigió una breve mirada mientras la máquina escupía la cuenta.

Ness: Hola... me gustaría que pudiéramos charlar, pero... -metió los libros en una bolsa y se los entregó al cliente-. Gracias, ya le llamaré por teléfono cuando encuentre esa novela.

Ness se fue inmediatamente a la barra y empezó a preparar cafés para toda la gente que hacía cola.

Zac se acercó a ella.

Zac: ¿Necesitas ayuda?

Ness: No. Sí, gracias...

Zac se metió detrás de la barra y se puso a repartir tazas y servilletas a medida que ella preparaba los cafés.

Zac: Ha venido mi hermana conmigo.

Ness: ¡Tu hermana! -se sorprendió-.

Miley: Hola, soy Miley -se presentó la aludida-.

Ness: Hola -dijo sin separarse de la cafetera-. Gracias por venir a verme.

Miley: Justo lo que necesitabas, ¿no? Otro cliente -bromeó-.

Ness: Es increíble, ¿verdad?

Miley: Podemos ayudarte un poco.

Ness: No, jamás me atrevería a...

Zac: Ya nos hemos ofrecido -intervino-. ¿Por qué no has avisado a Penny?

Ness: Nunca pensé que habría tanta gente...

Miley: Bien, yo puedo manejar esta cosa -dijo colocándose delante de una de las máquinas de café expreso-.

Ness: ¿De veras? Gracias a Dios... Pero... ¿estás segura? Es imposible que hubieras previsto pasar así la tarde.

Miley: No te preocupes. Si no estuviera aquí, estaría cuidando de mis hijos, que deben estar volviendo loco a su padre. Luego me hubiera ido a casa a ocuparme de la lavadora, las cenas, y finalmente de la lucha diaria para meter a los niños en la cama. ¿Y qué prefiero? ¿Eso o estar aquí haciendo cafés? Ni lo dudes -dijo con una espléndida sonrisa, atándose a la cintura un delantal-. Además, tengo experiencia. Trabajé en una cafetería italiana mientras estudiaba en la universidad.

Ness le dio las gracias efusivamente y regresó rápidamente al mostrador, donde se agolpaban los clientes que deseaban comprar libros, haciendo caso omiso de Zac.

Él la miró mientras ella escogía libros de las estanterías, sonreía y charlaba con el público.

Miley: Parece simpática, Zac -dijo mientras servía un café y se daba la vuelta para preparar otro-.

Zac: Solo cuando baja la guardia.

Miley: Cielo santo, la estás analizando... buena señal.

Zac echó una ojeada a su hermana, que se movía por detrás de la barra como un relámpago.

Zac: ¿Vas a opinar sobre ella nada más conocerla?

Miley: En parte. A mamá y a Diana les gusta. No se parece en nada a la bruja con la que estuviste a punto de casarte.

Zac le dio a su hermana un rápido abrazo, sonriendo. Miley podía parecer una mujer insignificante, pero se convertía en una fiera cuando se trataba de defender a su familia.

Zac: Lo sé, cariño.

Miley: ¿Pero...? -preguntó dándole un codazo en las costillas-. Siempre hay un «pero» cuando se trata de ti, Zac.

Zac: Creo que oculta algo, puedo percibirlo en el ambiente.

Miley: ¿Estará casada?

Zac: No, pero hay algo en ella que me resulta muy familiar.

Miley: Tómatelo con calma -recomendó-. Mira, ahí están mamá y Mike.

Zac gimió y se lanzó a invitarlos a un café para evitar que molestaran a Ness. Su madre tenía espías en todas partes y él estaba seguro de que sabía en cuántas ocasiones habían estado juntos. Pero no quería presionar a Ness con la presencia de su familia casi al completo.

Lily: Bueno, esto es interesante -dijo su madre, mirándolo como si fuera un adolescente que regresara a casa borracho después de un partido de fútbol, intentando disimular-.

Zac: Dame un respiro, madre.

Mike: ¿Por qué estás tan a la defensiva?

Zac: Más de la mitad de mi familia está en este local vigilando a la mujer con la que estoy saliendo y... ¿aún me lo preguntas?

Lily: Estamos de compras -dijo con una sonrisa pícara-.

Zac: Si os queréis quedar, lo mejor será que colaboréis un poco -dijo dándose cuenta de que Ness desarrollaba una actividad frenética-.

Decidió acercarse al mostrador para ayudarla y atendió a una mujer que buscaba una novela que le rompiera el corazón. Si le iba a romper el corazón, ¿para qué leerla?, se preguntó. Él ya sabía lo que era tener el corazón destrozado.

Ness alzó la vista y vio a la madre de Zac sirviendo bollería a los clientes. Mortificada, se excusó un momento y se dirigió hacia ella.

Ness: Señora Efron, realmente no puedo permitirlo.

Lily: Te dije que me llamaras Lily -repuso agarrando firmemente la bandeja que Ness había tratado de quitarle-. Y estoy perfectamente. Fui camarera en mi juventud, ¿no lo sabías?

Ness: ¿De veras? -no podía ni imaginárselo-.

Lily: Me echaron a los tres días -le confesó en un susurro-. Aparentemente mi destino en la vida era otro y mi jefe se dio cuenta. Pero creo que después de haber criado a cuatro hijos, soy capaz de servir bollos durante un rato.

Ness: Me horroriza que se sienta obligada a ayudar.

Lily: Cariño -repuso poniéndole una mano sobre el brazo-, necesitas ayuda, eso está claro. Además, para mí es divertido. No todos los días se presenta una oportunidad como ésta.

Ness: Si está segura... -repuso sobrecogida por la simpatía que estaba demostrando la familia de Zac-.

Lily: Venga, vete, haz las cosas que no podemos hacer los demás -dijo indicando la máquina registradora del mostrador de libros y la cola de gente que había detrás-.

Ness dudó un instante y finalmente se rindió, yéndose a atender a un nuevo cliente.

Tres horas más tarde, la afluencia de gente había empezado a remitir. Antes de irse, Lily Efron la había invitado a una barbacoa familiar al día siguiente, por la noche, después del partido de fútbol americano cuyos ingresos iban a destinarse a diversas causas de caridad. El marido de Miley había aparecido con unos niños exhaustos y toda la familia se había ido a casa. Solo quedaba Zac.

Zac: Bravo -la felicitó cuando finalmente cerraron la tienda-.

Ness se dejó caer en un cómodo sillón y se deshizo del calzado.

Ness: Estoy rendida.

Zac: Hoy has hecho un gran negocio, ¿eh?

Ness: No me lo esperaba. Estoy impresionada -dijo pensando en cómo devolver el favor a Lily y Miley. Zac se colocó en el borde del sillón para poder alcanzar el tobillo de Ness y darle un masaje-. Zac...

Zac: Calla y relájate.

Ella gimió con cansancio, cerrando los ojos, mientras Zac acababa con un pie y empezaba con el otro. Ella sintió un alivio inmenso. Pensó en la familia Efron. Sin duda formaban un grupo amable y persuasivo.

Ness: Tengo que ponerme a limpiar -dijo de pronto, echando un vistazo al desorden reinante-.

Zac: Déjalo para mañana por la mañana -repuso sin querer soltarle el pie-. La noche aún no ha acabado.

Ness: Para mí sí.

Zac: Tenemos que asistir al concierto.

Ness: Creo que me lo voy a perder.

Zac: Ya había reservado un sitio para nosotros -dijo con una sonrisa adorable, mientras deslizaba sus manos por las piernas de ella hasta llegar a los muslos, lo que provocó en Ness un súbito acceso de deseo que se situó en el centro mismo del placer-.

Ness: Zac, ¿pretendes provocarme?

Zac: Tienes unas piernas preciosas. -Siguió acariciándola y ella se preguntó por qué no se quejaba y cómo podía sentirse tan tranquila. En realidad, lo sabía: se estaba enamorando de ese hombre-. Ven aquí -dijo inclinándose para besarla-.

Deseaba saber todo lo que tuviera que ver con ella, intuía que ocultaba algo, además de un poderoso fuego interior.

Ella puso las manos sobre los muslos de él y supo que había dado un paso adelante. Él reaccionó al contacto con un fogonazo de deseo. Estaba a punto de levantarla en brazos para sentarla sobre su regazo cuando sonó el teléfono en la trastienda.

Ness: Tengo que contestar -dijo levantándose-.

Zac se dejó caer en el sillón, disfrutando de las sensaciones de los últimos momentos. Tenía una erección y estaba dispuesto a hacer el amor con ella. Pensó que jamás había deseado a una mujer de esa forma.

El sonido de la voz de Ness llegó hasta él y algo le hizo fruncir el ceño. Ella hablaba con alguien... en italiano. Aunque no podía entender ni una palabra, por su tono de voz dedujo que estaba enfadada, incluso furiosa ¿Quién se hubiera imaginado que esa mujer podría tener tanto genio? Nunca había perdido la compostura delante de él, pero podía verla a través de la puerta entreabierta de la oficina y allí estaba ella, casi gritando y gesticulando apresuradamente con la mano que le quedaba libre. Quienquiera que estuviera al otro lado del hilo telefónico estaba recibiendo una buena reprimenda.

Ness: No, papá -dijo en italiano-, no puedo olvidarme de todo y regresar tranquilamente a casa. Ahora tengo una nueva vida.

Esa misma conversación se había repetido numerosas veces en los últimos meses.

PV: Mio cuore, piénsalo despacio.

Ness: Hasta que Drew deje de andar con malas compañías y vaya al FBI a contar todo lo que sabe, no pienso ni plantearme la cuestión. Ya lo sabes. No quiero volver.

PV: No puedo creerme que seas feliz en esa pequeña ciudad.

Ness: Pues el caso es que, precisamente hoy, estoy encantada -dijo pensando en Zac-.

PV: ¿Piensas abandonar tu carrera de diseñadora para siempre?

Ness: No puedo predecir el futuro, papá. Pero sé que Drake Bell aún anda detrás de mí. Tú mismo me dijiste el mes pasado que seguía entrometiéndose en la vida familiar.

PV: Piensa que las cosas ya se han calmado por completo, hemos dejado de ser el centro de atención.

Ness: Pero volveremos a serlo si yo regreso y no estoy preparada para soportar de nuevo el fuego enemigo -dijo con los ojos ardiendo y mesándose los cabellos-.

Estaba enfadada con su padre porque siempre la llamaba para decirle lo mismo.

PV: Andrew está avergonzado. No ha querido explicarme nada, pero insiste en que siente mucho el daño que ha hecho a la familia y me pide que confíe en él.

Ness: Y tú confías. No te lo reprocho; si fuera mi hijo yo también le otorgaría el beneficio de la duda. Debo dejarte, papá, tengo un invitado.

PV: ¿Un hombre? Pórtate bien con él, hija, tienes que darme muchos nietos.

Ella sonrió.

Ness: ¿Qué quiere decir eso de que me porte bien, papá?

Él rió suavemente y Ness supo que su humor había mejorado.

PV: Me encanta el sarcasmo de mi niña.

Ness: Tengo que dejarte, papá. Te quiero.

PV: Yo también te quiero, cariño.

Ness: Y...

PV: ¿Sí?

Ness: Por favor, no me insistas en que vuelva a casa. Tengo una nueva vida. -Oyó cómo su padre soltaba un suspiro lastimero antes de asentir y colgar el teléfono. Ness soltó el auricular con nerviosismo. Echaba de menos a su padre y a sus hermanos. Volvió junto a Zac-. Lo siento.

Zac: No importa. No sabía que hablaras italiano tan bien.

Ness: ¿Lo entiendes? -preguntó presa del pánico-.

Zac: Ni una palabra.

Ness: Uno de los colegios a los que fui estaba en Italia -dijo aliviada-.

No era una mentira.

Zac: ¿Quieres ir al concierto? Está a punto de empezar.

Ness: Me parece que no tengo ganas. -Seguía pensando en Drake Bell y en la vida que había tenido que abandonar por su culpa, y no se dio cuenta de que Zac la llevaba hacia la escalera de su apartamento, después de haber apagado todas las luces de la tienda-. ¿Qué haces?

Zac: Reconozco el sabor de la derrota. Estás medio dormida.

Ness: Puedo hacer el resto del camino sola.

Zac: Lo sé. Solo pienso acompañarte hasta la puerta.

Ness meneó la cabeza sintiendo el cansancio del día en todas las células de su cuerpo. Necesitaba irse a dormir, después de tomar un baño de agua caliente.

Una vez en el rellano superior, Zac miró a su alrededor. Había una pequeña sala de estar al fondo del vestíbulo y una ventana cubierta de plantas para tapar las vistas exteriores. La decoración parecía de revista, las telas eran de buena calidad y había objetos de cristal y antigüedades sobre las mesas de roble. El ambiente era agradable y cómodo.

Zac: Me gusta. ¿Te atreverías a decorar mi casa?

Ness: No -repuso con una sonrisa-. Y ahora vete, por favor.

Zac: ¿No me vas a enseñar la casa?

Ness: Sala de estar, comedor, cocina, dormitorio y cuarto de invitados -dijo señalando diversas direcciones-.

Él chasqueó la lengua y se acercó.

Zac: ¿No te alegras de que mañana sea domingo?

Ness: Mucho, no te lo imaginas -estaba cansada del día y de la semana-.

Zac: ¿Vas a asistir a la regata de vela?

Ness: No lo había pensado.

Zac: Mike y yo competiremos.

Ness: ¿Por qué será que eso no me extraña nada?

Zac: Es una tradición. Los Efron hemos competido en todas las regatas desde su inicio. Nunca hemos salido victoriosos, pero hemos participado.

Ness: ¿Quieres que vaya a verte navegar? -preguntó a pesar de lo cansada que estaba-. ¿No tienes suficientes admiradoras?

Zac: No, ninguna que importe más que tú -repuso jugando con un mechón de pelo negro que se le había soltado-.

Ness: Durante unos días.

Zac: ¿De verdad piensas eso de mí?

Ness: Lo intento con todas mis fuerzas. Pero no es fácil resistirse a ti, Zac Efron.

Zac: Pues deja de hacerlo -dijo rozando levemente entre sus muslos con la rodilla antes de presionarla contra la pared-.

La boca de él cayó sobre la de Ness antes de que ésta tuviera tiempo de decir palabra, tanteando, acariciando, haciendo crecer la intensidad del beso. Ella se sintió derretir por dentro y estuvo a punto de desvanecerse, por lo que se agarró a la cintura de Zac, tirando de él hasta que ambos cuerpos se juntaron. La boca de él iba de un lugar para otro: labios, rostro, cuello. Y cuando siguió descendiendo, Ness no protestó.

Los botones de la blusa se fueron desabrochando solos y un segundo más tarde la boca de él navegaba por el borde de sus pechos. Ness gimió deseando deshacerse de la blusa y el sostén para sentir su caricia por todas partes.

Zac: Te deseo. Te deseo locamente.

Ness: Zac.

Él la miró.

Zac: Lo sé. Sé que no estás preparada aún. Pero, maldita sea, Ness, necesito tocarte.

La boca de él volvió a caer sobre la suya y ella respondió al beso mientras introducía una mano por debajo de su chaqueta de ante. Él bajó la mano hasta la cadera de ella, luego hasta el muslo, tirando de la falda hacia arriba, sin dejar de besarla.

A Ness se le quedó la mente en blanco mientras su cuerpo hervía de sensaciones. Cuando la mano de él llegó hasta el límite de una de sus medias, él se echó hacia atrás.

Zac: Estás llena de sorpresas.

Ella llevaba medias y liguero. Zac apostó a que era negro y lo recorrió con la mano, rozando ligeramente el centro de su feminidad. El deseo asaltó a Ness, debilitando su resistencia. Se le escapó en un susurro el nombre de él.

Zac: Puedo sentir tu calor -dijo con voz profunda-. ¿Sabes lo que me provoca?

Él la embistió para que entendiera. A Ness se le subió el corazón a la garganta mientras lo agarraba del pelo y le devolvía el empujón.

Zac metió un dedo en una de sus medias y recorrió la circunferencia del muslo desde detrás hasta el centro de su placer. Era la sensación más erótica que ella había conocido jamás.

Zac: Ábrete para mí, cariño.

Y, al instante, ella se abrió.




¡Wow!
Sin comentarios...

Eso sí, vosotras sí que tenéis que comentar XD.
Me preguntaron que cuánto faltaba para que Zac descubriera la verdad, pero no lo diré XD. ¡Surprise!
Lau, tienes razón, usar Internet en BlackBerry es un asco. Yo no tengo, pero tiene que ser un asco XD.
Y no te preocupes, en todas las noves Ashley va a tener el mismo papel. Pero no la encasilléis que no le gusta XD.

¡Gracias por los coments!
Bye!
Kisses!


10 comentarios:

LaLii AleXaNDra dijo...

Por fin me he adelantado en tu novela,
me encanta toda la familia Efron, se ayudan entre si.
jajaj que calenton es Zac,
espero que las cosas con el secreto no empeoren.
síguela
:)

Unknown dijo...

WOOOOOOOW.
Y LA DEJAS ASI? JJAJAJAAJA
GRAN CAPITULO , ME HA ENCANTADO
SUBE PRONTO :)

Anónimo dijo...

Cada vez que leo lo que Zac dice para mi es como Ness este hombre es perfecto!
Y Ness esta hecha para el, se lleva bien hasta con la suegra!! XD jajajaja

Anónimo dijo...

Y que pleaseeeee ya le diga la verdad no quiero que luego todo se arruine por una mentira que ni si quiera es culpa de la pobre NESS!!

Anónimo dijo...

Publica ya!!! Te juro que nunca me habia obsesionado tanto! Esta nove de verdad que me encanta.
No puedo creer que tenga que esperar :'(

Anónimo dijo...

Algo que note y que me llamo mucho la atencion es que desde que la beso enfrente de todo el mundo en el super mercado el dice que Ness es la mujer con la que el esta saliendo! Es decir que no la quiere dejar como una cualquiera! Lo habian pensado antes?
No es eso lo mas tiernoooo ^-^!!!
XD!!

Anónimo dijo...

Please publica prontisimo!
No quiero espera :'(
Bye
Lau B.
PS: fui yo de nuevo todo los anonimos anterios!
No me acostumbro a poner mi nombre X.x

Natasha dijo...

Yo odio a Ashley pero nunca en tus novelas... Y SI LA ENCASILLO XD

Natasha dijo...

AMO A TODOS LOS ZACS, SON PERFECTOS y Ness igual pero me encanta que cambie mas en cada nove, siento que zac no cambia porque no importa como sea en las noves, en mi mente el es taaaaaaaaaaaan perfecto ^^
Publica pronto!!

*Sigo en España* asi que publico cuando pueda!!! pero tu no tienes ninguna excusa jajaja xD

Anónimo dijo...

Pleaseeeee publica prontoooo!! Me tienes desesperada! Y please avisame por aqui cuando publiques en la otra nove!
Bye
Lau B.

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