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domingo, 3 de febrero de 2013

Capítulo 8


«Menos mal que es viernes» pensó Vanessa mientras el camarero le servía el cóctel que había pedido. Dio un largo sorbo antes de echar un vistazo a la habitación. Todos los invitados al acto benéfico que se celebraba en la galería de arte moderno Arty Pants estaban sonrientes, charlando entre ellos y mostrando un gran interés por las obras expuestas. Todo iba bien.

Hasta que un hombre al otro lado de la sala le sonrió. Un hombre vestido con un traje caro, el pelo rubio peinado hacia atrás, bien bronceado, boca perfecta. Y la sonrisa de Vanessa se desvaneció.

«Dios mío, otro más no. ¿Acaso saldrán todos del mismo sitio para acudir a fiestas e inauguraciones y reafirmar mi teoría?».

El hombre levantó el vaso a modo de saludo. Vanessa le respondió con un breve gesto de asentimiento y se fue. Afortunadamente Brittany acababa de llegar de la conferencia sobre Star Trek que había tenido lugar en Sydney.

Britt: Hola, preciosa. Está todo perfecto. Una comida maravillosa, buena música, un festín para los ojos. Por cierto, aquel tipo rubio no deja de mirarte.

Vanessa le dirigió una fugaz mirada al hombre. Seguía en el mismo sitio mirándola.

Ness: Lo siento, Brittany. No me interesa.

Britt: ¿Por qué? -preguntó alzando una ceja en señal de incredulidad-. ¿Acaso tienes a alguien mejor esperándote en casa?

Ness: Pues no. Lo cierto es que mientras estuviste fuera, Scott me organizó una par de citas y la idea de hablar de mi vida amorosa de nuevo me produce náuseas.

Britt: ¿Así es que has detenido la búsqueda de marido? -Vanessa se encogió de hombros-. Muy bien. Mientras tú te has dedicado a románticas noches con montones de hombres guapos, yo he pasado una semana rodeada de extraños personajes disfrazados con máscaras de plástico y orejas puntiagudas -continuó con una sonrisa-. En cualquier caso, te pido que me devuelvas la fe en la humanidad. Dime que ha sido maravilloso.

Ness: Tedioso más bien.

Britt: Así que tedioso, ¿eh? -dijo haciendo un movimiento con la mano para indicar que ella se refería al plano sexual-.

Ness: ¡Brittany! -exclamó comprendiendo-.

Britt: Venga, quiero todos los detalles cochinos. Quiero alucinar un poco.

Ness: No te prometo nada. El miércoles quedé con un tipo que me llevó a cenar a un sitio en el que tuvimos que sentarnos en el suelo, todo fue bien hasta que se quitó los zapatos. El olor de sus pies mezclado con el olor del curry es una mezcla que no olvidaré nunca.

Britt: Eso se soluciona comprándole calcetines de algodón. Y también podrías lavarle los pies todas las noches. Muy sexy. ¡El siguiente!

Ness: Vale. Anoche mi cita fue a recogerme al trabajo. Bonito coche, conversación agradable, un buen tipo hasta que se le ocurrió llevarme a conocer a su madre ¡antes de cenar!

Britt: Me parece que eres demasiado exigente. Las madres de los hombres pueden ser muy simpáticas. Apuesto a que ése en cuestión hasta lava y cocina.

Ness: ¿De verdad crees que soy demasiado exigente? Bueno, entonces escucha esto: un caballero se ofreció a ayudarme a engendrar un equipo de fútbol.

La risa efusiva de Brittany resonó por todo el recinto haciendo que varios de los asistentes se giraran para mirarla.

Britt: Ese debe ser un gran portero. Si no lo quieres, dale mi número de teléfono. -Vanessa sintió un incómodo pinchazo en el estómago ante la idea de darle a ese hombre en particular el teléfono de Brittany-. Supongo que eso significa que no me vas a contar nada de llamadas de hombres jadeantes. -Vanessa no tuvo ocasión de quejarse de tal comentario porque su amiga tenía la mirada fija en alguien o algo por detrás de su espalda-. Pues desde luego ahí tenemos un apetitoso bocado -continuó moviendo la cabeza con coquetería-.

Ness: ¿Quién? -preguntó girándose para ver quién llamaba tanto la atención de Brittany-.

Apenas si pudo disimular su sorpresa cuando vio a Zac Efron quitándose el abrigo en la entrada de la galena.

Britt: Lo conoces, lo veo -dijo mirando fijamente a Vanessa-.

Ness: Ligeramente -contestó alejándose de la puerta, con las mejillas ardientes, buscando desesperadamente un lugar en el que ocultarse-.

Britt: Vanessa, estás poniendo cara de póquer, sabes, y si crees que podrás evitar tener que presentarnos, estás completamente equivocada.

Brittany sujetó a Vanessa por el hombro y la hizo girar para mirar hacia la puerta. Juntas observaron cómo se colocaba la corbata en su sitio y le sonreía a la chica del guardarropa al tomarle el abrigo y darle la ficha para a continuación levantar la vista y observar la sala.

Le costó solo un momento encontrar a las dos mujeres junto a la barra del bar. La más joven, rubia con el pelo rizado y los delgados hombros cubiertos por una boa de plumas rosa prácticamente lo estaba devorando con los ojos, mientras que la morena de larga melena ondulada de color negro embutida en un ceñido vestido de tonos azules se miraba los pies aparentemente fascinada.

Zac inspiró profundamente, irguió los hombros y fue al encuentro de ambas.

La mirada de Zac, normalmente segura, se mostraba incierta, y no dejaba de sacudir las manos dentro de sus bolsillos, lo que hizo pensar a Vanessa que, por una vez, Zac Efron no estaba seguro de sí mismo. Entre la gente bohemia presente en la galena Vanessa se sentía en su ambiente mientras que Zac estaba visiblemente incómodo. Igual que ella el día que asistió a la velada de boxeo.

Vanessa sonrió para sí. Estaban empatados. Supuso que probablemente se vería demasiado elegante para la ocasión pero estaba realmente espectacular con aquel traje oscuro, camisa blanca y corbata azul lavanda. Zac hizo un gesto de saludo y Vanessa se lo devolvió aunque apenas lo miró. Sabía que Brittany estaría sonriendo expresivamente a su lado y en ese mismo instante notó que le clavaba el codo en las costillas.

Ness: Zac, ésta es mi asistente, Brittany Snow. Brittany, éste es Zac Efron, de Efron Holdings.

Britt: Encantada, Zac -dijo estrechándole la mano con las uñas pintadas de rosa-.

Zac: El placer es todo mío, Brittany -dijo exhibiendo sus espectaculares hoyuelos-.

Britt: Nunca pensé que el hombre tras Efron Holdings fuera tan joven, y tan atractivo. Sea como sea, eres un soplo de aire fresco entre tanto viejo.

Vanessa trató de no reírse ante los esfuerzos de Brittany por parecer sofisticada. Zac se inclinó hacia Brittany para hablarle en voz baja como si de un secreto se tratase.

Zac: En realidad, es la primera vez que vengo a uno de estos actos.

Britt: ¿De veras? -respondió entre murmullos-. ¿Y qué te ha traído aquí esta noche?

Zac: La adorable dirección de Séptimo Cielo ha tenido el detalle de invitarme.

Ness: Eso no es cierto -dijo alzando la vista y mirándolo fijamente mientras Brittany llamaba su atención con una discreta tos-. Quiero decir que no recuerdo haber visto… -Zac se metió la mano en el bolsillo de la chaqueta Jaet y sacó la invitación. Vanessa la tomó y vio que iba dirigida al presidente de la Fundación Ayuda a un acto una familia, el principal beneficiario de lo que recaudara esa noche. Lo miró de frente-. ¿Eres tú?

Zac: Soy yo.

Ness: Pero esa fundación es maravillosa.

Zac: ¿Y quieres decir que yo no?

Vanessa tragó con dificultad el nudo que se le había formado en la garganta ante la mirada divertida de Zac. Trató de buscar la inspiración de la copa que tenía en la mano pero solo halló burbujas. Así que decidió que lo mejor era dar una explicación a su comentario.

Ness: No, lo que quiero decir es que su labor es muy generosa, es uno de mis... de los favoritos de Séptimo Cielo. La dirección siempre nos envía notas de agradecimiento por los esfuerzos pero nunca habían enviado antes a ningún representante a los actos celebrado

Zac: Bueno, ahora estoy aquí, ¿no?  -dijo con el acento de Louisiana tintineando en su voz profunda haciéndola aún más cautivadora que de costumbre como una caricia sobre sus hombros desnudos-.

Britt: Parece que alguien olvidó hacer las averiguaciones oportunas. No es culpa mía, claro, he estado fuera de la ciudad -dijo sonriendo a Zac-. Déjame preguntarte algo. Efron Holdings nunca contrata a nadie para que les organicen sus eventos, ¿verdad? ¿A qué se debe?

Zac: Me gusta tener el control, así que nunca desatiendo lo que es mío. No creo que sea necesario que otra empresa realice un servicio que yo normalmente hago mejor.

Britt: Permítenos que Vanessa y yo discrepemos contigo al respecto. Y si no sueles asistir a fiestas de este tipo y tampoco has utilizado los servicios de la experta, ¿cómo es que conoces a mi amiga Vanessa?

Ness: Nos hemos visto un par de veces... -murmuró-.

Zac: Tenemos amigos comunes que nos prepararon una cita a ciegas.

Vanessa deseó no haberle dicho nada a su amiga de las citas a ciegas que había tenido en los últimos días.

Britt: Es una broma, ¿no? -dijo sorprendida, juntando las manos con deleite-. ¿Eres el tipo que vive con su madre o el que planea hacer a Vanessa madre de un equipo de fútbol? Y desde luego, si éste es el del olor de pies, yo se los lavaría mañana, tarde y noche -dijo esto último mirando a Vanessa-.

¿El que vivía con su madre? ¿Al que le olían los pies? ¿Acaso habría salido Vanessa con otros hombres después de la cita a ciegas con él? Scott no le había dicho nada pero tampoco él había preguntado ya que dio por hecho que después de la situación vivida, Vanessa renunciaría a seguir con él.

Pero estaba claro que había habido otros y, aunque eso significaba que Vanessa seguía decidida a encontrar marido y él no quería saber nada de eso, no le gustaba nada la idea de que saliera con otros hombres.

Britt: Vamos -repitió-, ¿cuál de ellos eres tú?

Vanessa miraba a Zac con los ojos entrecerrados. Desde el estallido bullicioso de Brittany, los músculos faciales de Zac no habían parado de tensarse y sus ojos brillantes se habían ensombrecido. Le dirigió una mirada enigmática.

Zac: Bueno -dijo sin abandonar la mirada fúnebre de su rostro-, espero que yo fuera el que dejara una huella más profunda en ella -contestó dirigiéndole una enigmática sonrisa a la joven-.

Vanessa lo miró con la boca abierta dispuesta a negar aquel absurdo comentario para que Brittany no continuara con sus preguntas.

Y de pronto se dio cuenta. Eso era exactamente lo que había estado haciendo. Se había mostrado bastante distraída con el resto de sus citas. No se podía quitar de la cabeza la despedida entre la niebla la noche de la cena en casa de Ashley y Scott; ni su aspecto el día de las carreras con su traje impecable y aquellas ridículas botas de agua; ni su encantadora voz.

No había estado buscando los fallos en los otros sino que había estado buscando los posibles puntos en los que aquellos hombres pudieran superar a Zac Efron. Era un hombre inteligente, con un sutil sentido del humor y un físico arrebatador. Estaba claro que superaba con creces los requisitos que ella buscaba pero era demasiado independiente, era simplemente demasiado. No se parecía a Scott en absoluto y Scott era lo que quería como marido.

Britt: ¿Cómo fue vuestra cita? -preguntó rompiendo el silencio-.

Ness: Terrible.

Zac: Prometedora -dijo alto y claro-.

Britt: ¿Prometedoramente terrible o terriblemente prometedora? -Pero antes de que ninguno de ellos pudiera responder, Brittany pareció fijarse en otra cosa y así lo hizo saber-. Ahí está S. John. Me acercaré a felicitarlo por sus fantásticas litografías y así os dejo solos -añadió al tiempo que se alejaba dejando tras de sí un halo de perfume juvenil entre plumas rosas-.

Vanessa quedó de nuevo a solas con Zac. Sabía que lo mejor sería marcharse, decirle buenas noches y cuanto menos tiempo estuviera con él, mejor.

Trató de buscar una salida, alguien que necesitara su atención profesional pero al único que vio fue al caballero rubio con mirada de ave rapaz. Volvió a mirar a Zac y el corazón le dijo que el rubio era su mejor y única opción. Pero era demasiado tarde. Perdida en la mirada azulada de Zac no podía moverse y notaba que una ola de calor iba subiéndole hacia el rostro, y no era por culpa de la bebida porque no había bebido nada de alcohol.

Zac miraba fascinado el tono rosado que iba invadiendo poco a poco los hombros de Vanessa y sintió la irrefrenable necesidad de acariciarlos para sentir su tibieza. El rostro de Vanessa era incapaz de ocultar el tumulto de sensaciones que la recorrían por dentro y aquello lo desconcertaba, lo desconcertaba el efecto que producía en ella pero no tanto el hecho de que disfrutara con ello.

Ness: ¿Por qué has venido?

Zac: Tenía un hueco en la agenda y la invitación decía que habría canapés gratis -aunque la verdadera razón era que durante los últimos días no había dejado de pensar en ella-.

Lo cierto era que había llegado a la conclusión que la fantasía no era ya suficiente y tenía que ver a la mujer de carne y hueso y resultó que, de cerca, ésta resultaba mucho más tentadora que su fantasía, a pesar de que estuviera buscando marido.

Zac: ¿Dónde puede uno conseguir algo de beber en este lugar? -dijo mirando alrededor hasta que localizó el pequeño bar y, tomándola del brazo, la invitó a seguirlo-. Otro para la señorita y para mí lo mismo.

Ness: No es champán.

Zac: Está bien. ¿Tú nunca bebes?

Ness: No mientras trabajo.

Zac había olvidado por un momento que Vanessa estaba trabajando. Se había sentido atraído hacia ella como si se tratara de un encuentro casual en un bar. Los dos juntos. Gran error.

Vanessa jugueteaba con uno de sus pendientes mientras se dirigía hacia el jefe de la barra y comprobaba con él que había suficiente bebida para todos los invitados. Zac aprovechó la ocasión para centrarse, recordar la razón por la que estaba allí. En vista de que el hecho de que estuviera buscando marido no la hacía menos atractiva a sus ojos, la miró tratando de sacarle todos los defectos posibles.

Llevaba el pelo recogido en un gran moño en la nuca que dejaba aquella mata de pelo descubierto. Aquello no era un defecto.

Con mirada crítica descendió deleitándose con las curvas que resaltaban de manera evidente bajo el vestido ceñido, largo hasta los pies que ocultaba sus esbeltas piernas. Las cubría muy a menudo. Sabía que no era justo decir que aquello fuera un defecto, pero alguno tenía que encontrar.

Y entonces, como si se sintiera observada, Vanessa dejó de tocarse el pendiente y bajó la mano hasta llegar al pie para masajearse inconscientemente la planta dolorida. Zac la observaba embelesado y se dio cuenta de que llevaba un anillo de oro en un dedo del pie. Aquello le llamó poderosamente la atención. Dejó escapar un profundo suspiro: aquella pequeña joya prometía grandes y placenteros secretos esperando a ser desvelados.

Vanessa tenía la sensación de que Zac no había dejado de escrutarla, por lo que no se había podido concentrar en su conversación con el camarero que le había tenido que repetir las cosas varias veces. Pero cuando alzó la vista vio que Zac miraba también al camarero que removía con una cuchara los cócteles que le habían pedido.

Zac: ¿Eso es miel?

Vanessa alzó una ceja en actitud deferente. Tomó entonces su bebida y dio un sorbo. Zac tomó la suya también, la olió, la miró y la agitó.

Ness: ¿Por qué no lo pruebas? -dijo divertida-.

Zac: ¿Y por qué no te sientas un segundo?

Ness: Me parece justo -dijo sentándose en un taburete junto a él. No pudo evitar dar un suspiro por el alivio que aquello era para sus cansados pies-. ¿Entonces qué te ha hecho volver?

Zac: Había llegado el momento.

Ella asintió aunque quería saber más, quería detalles, quería simplemente más.

Ness: Y ante la boda inminente de tu hermana, supongo que estará muy contenta.

Zac. Lo está -contestó bajando la guardia durante un segundo-.

Vanessa pudo comprobar el afecto que sentía por su hermana. Su cara estaba resplandeciente y estaba encantador.

Aquello era un fallo en su teoría. Se suponía que aquel tipo no debía tener lazos afectivos. Podía dedicar todo su tiempo y esfuerzo a su empresa, incluso ser un enamorado de su coche, pero se suponía que no debía haber ternura en su interior.

Aunque si lo pensaba bien, su teoría podía seguir estando vigente, solo tenía que hacer una ligera modificación: los familiares directos no se podían considerar «lazos afectivos», era lo normal.

Ness: ¿Y tus empleados se alegran de tenerte de vuelta? -continuó- Aunque eso signifique que tengan que trabajar de verdad, olvidarse de las largas sobremesas y de las masajistas de las que alardea siempre Scott.

Zac: ¿Bromeas? Ésa es la razón por la que he vuelto -contestó acariciándose el cuello-. Llevo un tiempo con un dolor de cervicales...

Ness: Seguro. ¿Entonces has vuelto para quedarte? -preguntó sin poder contenerse-.

Se sentía realmente cómoda con aquella conversación.

Los ojos de Zac perdieron el brillo mientras la observaba durante unos breves pero agónicos momentos. Vanessa había dejado hasta de respirar mientras aguardaba la respuesta.

Zac: De momento.

Ella asintió aunque la angustia que sintiera no se hubiera aliviado ni un ápice. Zac cambió de conversación al momento para aligerar la tensión. Hablaron de la galería y, sorprendentemente, Zac demostró saber bastante del artista. Incluso poseía una de sus magníficas litografías. Vanessa se pasó una vez más la mano bajo el puente de sus pies doloridos.

Zac: Un día largo, ¿eh?

Ness: Una semana larga.

Zac: Demasiadas salidas nocturnas, creo.

Ness: Estoy de acuerdo contigo -contestó sin mirarlo-.

Zac: Tal vez deberías parar un poco.

Ness: Tal vez.

A Vanessa se le había acelerado el pulso. El significado ¿Acaso estaría pidiéndole que no saliera con otros hombres?

Zac: ¿Qué me dices si...? -comenzó pero no acabó la frase-.

Ness: ¿Qué me dices si qué?

Zac: Una cena. Mañana por la noche. Solos tú y yo -dijo revolviéndose en el asiento y poniendo su mano sobre la de ella-. Nada de ataduras. Es solo una cena.

Vanessa sentía los dedos juguetones de Zac acariciando los suyos, haciendo que una ola de calor ardiente le recorriera el cuerpo entero. Entonces el hombre le sonrió.

«Valor, Vanessa. Una sonrisa no es más que dientes, labios y músculos. Nada más».

Zac: No te pediré que me laves los pies al final de la velada, a menos claro que sientas la necesidad de hacerlo...

Vanessa liberó su mano. Ella si quería atarse, a continuación se puso en pie tratando de alejarse del potente magnetismo del hombre.

Ness: Nunca es solo una cena, Zac, y no debería serlo.

Zac: Pero...

Ness: Pero ya sabes cuáles son mis planes a largo plazo. Quiero un marido y tú ni siquiera puedes decirme si te vas a quedar en el país una semana más, así que supongo que el matrimonio no estará en tu agenda.

Zac palideció ante la respuesta.

«Quiere a su hermana, apoya causas benéficas, tiene una sonrisa de infarto, y siempre será el anti-marido».

Zac: Creía que no era así. Entonces no hay posibilidad de cenar juntos, ¿no?

Ness: Además, no eres mi tipo -mintió-.

Zac parpadeó sorprendido y la observó con detenimiento.

Zac: Y a todos esos pobres tipos, ¿también les dijiste esto mismo?

Vanessa retrocedió al notar la amargura en el tono de Zac y supo que, decididamente, lo mejor era cortar toda posible relación antes de que fuera demasiado tarde.

Ness: Adiós, Zac.

Vanessa se alejó sintiendo la mirada ardiente sobre ella, y atravesó la sala para acercarse al dueño de la galería que la introdujo en su grupo de ruidosos amigos y allí se quedó hasta mucho después de que Zac se hubiera marchado.




¿Os gustó el capi? Estuvo guay, ¿no? XD
Ness, idiota ¬_¬ ¡Cena con él! ¡Qué importa que sea el anti-marido! ¡Conviértelo en el pro-marido! XD

Nata, Dios mío, ¿¡novelas en twitter!? ¡No fastidies! ¿¡Nos hemos vuelto todos locos, o qué!? XD
Por cierto, a ver si es verdad que publicas cada día ;)

Lau, ¡18 añazos! Enhorabuena, ¡ya puedes ir a la cárcel! XD
A parte de eso y del carné de conducir, los 18 no suponen mucho más XD. Y no te sientas vieja, yo tengo dos más que tú y creo que ninguna de las dos queremos ser como Benjamin Button XD.

¡Gracias por los coments! ¡A ver si veo más de lectoras desconocidas!
Bye!
Kisses!


4 comentarios:

Unknown dijo...

NOOOOOOOOOO!
MATARE A VANESSA, COMO VA A NEGAR LA CENA CON ZAC? ESTA LOCAAA!
ESPERO QUE SE DE CUENTA DE QUE ZAC ESTA EMPEZANDO A QUERER ALGO CON ELLA.
SUBE PRONTO.

Lau B. dijo...

Estoy pensando seriamente en pasarme al TEAM ZAC!
que le pasa? el estaba aflojandooooo y resulta que ahora la señorita se le da por hacerce de rogar cuando ella no puede parar de pensar en el!
agh! continuala prontoo please! necesito saber de que lado estoy!!
Bye
Lau B.

Lau B. dijo...

PS: se dieron cuenta que soy una bruja! bueno yo lo llamo intuicion pero le pueden decir como quiera!
Yo sabia que Ness iba a empezar a comparar a todas sus proximas citas con Zac! y por supuesto ninguna le llego ni a los tobillos a el!
ahora tengo una pequeña pregunta! cual es la insistencia de que sea como Scott?
no hay hombres iguales!
de cualquier modo ya Zac la tiene en la palma de la mano! :P
Xx

Lau B. dijo...

una cosa mas... lo de que cargue de nuevo la pagina y le de click a enfado para que me cuente las 10 veces que le volvi a dar no funciono, solo conto como una, igual para mi siguen contando como 10!

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