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lunes, 25 de febrero de 2013

Capítulo 18


Zac corría por el pasillo del hospital y al dar la vuelta a la esquina se encontró a Scott y a Vanessa envueltos en un cálido abrazo. Se detuvo en seco, de manera que sus zapatos rechinaron en el suelo, pero ellos no parecieron darse cuenta.

Scott: Estoy aterrado, Vanessa -oyó que decía con voz tensa-.

Zac observó cómo se separaban y el rostro se le crispó por el dolor que le causó ver que Vanessa aún sostenía las manos de Scott entre las suyas.

Ness: No tienes por qué. Es más fuerte que nosotros dos juntos.

Scott: ¿Debería entrar ya? ¿Crees que me están esperando?

Zac esperaba oír a continuación la confesión de amor de Vanessa, pero en ese momento Vanessa soltó las manos de Scott y le revolvió el cabello cariñosamente.

Ness: Scott, ese bebé no esperará ni siquiera por ti. Ve con ellos, tigre.

Una enfermera salió y acompañó a Scott hacia la sala de partos, y entonces Zac se dio cuenta de que lo que Vanessa había dicho era cierto. No había nada más que afecto entre Scott y ella y sintió que se quitaba de encima un enorme peso. Cuando acusó a Vanessa de amar en secreto a Scott solo lo había hecho para buscar un defecto en ella, una razón para no sentir el amor tan intenso que sentía hacia ella, pero al verla olvidar su propia preocupación por Ashley para tranquilizar a Scott sabía que no tenía nada de qué preocuparse.

De pronto Vanessa se giró hacia él como si hubiera sentido su presencia. Zac estiró el brazo y ella se acercó a él y se refugió en la tibieza de su pecho. Aquello era realmente agradable. Nunca antes se había sentido seguro y protector al mismo tiempo, y lo mejor era que en vez de querer salir corriendo sentía que allí era donde deseaba estar.

Pero la placentera sensación terminó cuando Miley, Will y Brittany aparecieron. Zac observó indefenso cómo Brittany arrancaba a Vanessa de sus brazos mientras Miley y Will lo acosaban a preguntas y se sintió solo. Y sabía qué necesitaba para ahuyentar aquella sensación.

Un par de horas después, Miley, Will y Brittany se quedaron dormidos. Vanessa miró a Zac que también la estaba mirando. Tenía el pelo revuelto, el rostro cansado, muy parecido a aquella primera mañana. No le extrañaba que se hubiera quedado hechizada. Tenía un aire ingenuamente cautivador sobre todo en aquellos raros momentos en los que bajaba la guardia. Se humedeció los labios y se pasó la mano por el cabello.

Zac: ¿Vienes conmigo a por un café? -susurró con su voz grave-. Quiero hablarte de algo.

Ness: ¿No deberíamos quedarnos? Quiero estar aquí por si ocurre algo.

Zac: Solo tardaremos unos minutos. Podemos traerles una taza a los demás para cuando despierten y yo no puedo con todos solo.

Vanessa asintió y se levantó tratando de no molestar a los demás.

En silencio lo siguió hasta el ascensor. ¿Qué sería aquello tan importante que Zac tenía que decirle en ese preciso momento? No podía tratarse de la oferta de trabajo. Algo así sería tremendamente inapropiado. Tal vez lo que tenía que decirle era que se marchaba de nuevo. El pensamiento la hizo temblar y Zac se quitó la chaqueta y se la puso suavemente sobre los hombros pensando que temblaba de frío. Vanessa le dio las gracias con una sonrisa con cuidado de no dejar traslucir el profundo amor que aquel tierno gesto le había provocado.

Salieron del ascensor y se dirigieron a la cafetería donde pidieron dos cafés para llevar y se sentaron en una mesa junto a la ventana. Vanessa bebió su café y esperó nerviosa a que Zac hablara.

Zac: Quería disculparme.

Ness: ¿Por qué esta vez? -quería mantener la voz tranquila-.

Zac: Por sugerir que estabas enamorada de Scott.

Ness: Ah -eso no era lo que esperaba-. Bueno, disculpas aceptadas.

Zac: Ahora sé por qué elegiste a Scott. Buscabas el tipo de hombre que él representa, alguien de quien depender. Lo entiendo. -Se miraba las manos con las que estaba destrozando el mantel-. Pero no pude verlo antes porque, bueno, tenía... celos.

A Vanessa le dio un vuelco el corazón. ¿Zac había dicho celos?

Zac: No quería que recurrieras a él en busca de respuestas porque deseaba que recurrieras a mí.

Ness: ¿Para encontrar al hombre perfecto? -preguntó desalentada-.

Zac: ¡Dios, no! -exclamó pasándose impaciente la mano por el pelo-. Eso era lo último que quería que hicieras. Organizarte citas con todos esos hombres...

Ness: ¿Lo último que querías que hiciera? -preguntó confusa-.

«Por Dios, Zac, dime ya lo que deseo escuchar».

Zac la miró a los ojos, con expresión cansada, que reflejaba exactamente los sentimientos de ella. Vanessa no desvió la mirada. No podía.

Zac: Es lo último que quiero.

¿Estaba diciendo lo que deseaba desesperadamente que dijera? Tenía que asegurarse. Era en ese momento o nunca.

Ness: ¿Qué quieres entonces? -preguntó con un hilo de voz-.

Zac la miró a los ojos con una intensidad que hizo que le temblaran las rodillas.

Zac: A ti.

¡La quería a ella! Realmente la quería pero ¿era suficiente? Ella también le quería y si él no la quería con la misma fuerza nunca sería suficiente. Incapaz de hablar, Vanessa guardó silencio esperando que hablara él.

Zac: Cuando Scott me dijo que estabas buscando marido -continuó-, consideré que yo era el candidato perfecto. La idea siempre me había hecho salir corriendo hasta entonces pero contigo sentía que la calma me invadía como si lo hubiera estado esperando toda la vida. Aunque has conseguido volverme loco. No puedo dormir, apenas como y por mucho que lo intente no puedo dejar de desear tocarte. ¿Qué crees que deberíamos hacer al respecto?

«Dímelo tú» pensó Vanessa incapaz de decir una palabra. Sus cuerdas vocales estaban atenazadas por la emoción.

Zac: Bueno, yo he pasado algunas noches de insomnio y he podido dar con la solución -continuó poniendo una mano sobre la de ella y acariciándole la palma-. Cásate conmigo -le pidió-.

Ness: ¿Qué? -preguntó en un tono lo suficientemente alto como para que unas cuantas enfermeras volvieran la cabeza-.

Zac: Cásate conmigo, Vanessa.

Ness: Pero... ¿por qué?

Zac: ¿Por qué no? ¿No es lo que debería hacer un hombre perdidamente enamorado?

Ness: ¿Perdidamente...?

Zac: Enamorado. Porque lo estoy, Vanessa. No me has dado otra opción, apareciendo en mi vida continuamente, haciéndome imposible olvidar lo arrolladora y asombrosa que eres.

Ness: Eras tú quien aparecía continuamente...

Zac: Da lo mismo, cada vez que creía haber racionalizado mis crecientes sentimientos por ti, allí estabas, tan guapa y encantadora y absolutamente adorable. No me dejaste opción -le sonrió mostrando sus hoyuelos y un gesto suave en los ojos-. Y al final me di cuenta de que no quería perder la oportunidad de amarte. Quería tener la oportunidad de amarte más que a nada en el mundo.

Ness: Oh, Zac. No tenía ni idea.

Zac: Ya me di cuenta. Solo fue necesaria una fiesta terriblemente cara para demostrártelo. Pero entonces encontré esa oferta para ir a esquiar y animé a Miley y a Will para que se fueran una semana.

Ness: ¿Alejaste a tu hermana a propósito? -dijo comprendiéndolo todo-.

Zac: Lo cierto es que estaban planeando un viaje así de todas formas, simplemente no pensaban irse tan pronto.

Ness: ¿Lo hiciste para que tuviera que acordar todos los detalles de la fiesta contigo?

Zac: Me temo que sí. Ya te dije que compraba el afecto de las mujeres de mi vida con dinero. Pero tú te empeñaste en estropearlo al final cuando te negaste a ser mi pareja en la fiesta. Ése no era el gran final que yo había planeado.

Ness: Parece que es mi turno de pedir disculpas -dijo sonrojándose por primera vez aunque su autoestima estaba por los cielos-.

Zac: Me parece que sí. Al menos podías haber elegido a alguien como Matt Sadler con el que pavonearte ante mí. Sentir envidia de un hombre como Derek Gordon ha sido un golpe para mi ego.

Ness: Por favor, no me lo recuerdes. Tampoco ha sido una de mis mejores planes -dijo hundiendo la cara entre las manos-.

Zac: Al contrario que el de decidirte a buscar marido solo porque un idiota te trató mal en la calle.

Ness: ¿Cómo lo has sabido? ¡Scott! ¿Te lo dijo él? ¿O fue Ashley? Sabía que no podría estar callada. ¿Brittany? Esa chica no sabe tener la boca cerrada.

Zac: ¿Qué importa ahora? Caí bajo tu hechizo mucho antes de averiguar esa jugosa información -dijo sonriendo y Vanessa le dio un golpe cariñoso en el brazo. Entonces él le tomó la mano y se la llevó a los labios-. Lo cierto es que cuando te vi con aquellas ridículas botas de goma amarillas el día de las carreras me hiciste tuyo, Vanessa Hudgens.

Ness: ¿El día de las carreras? -preguntó mirando cómo Zac le seguía depositando suaves besos en la mano-.

Vanessa pensó entonces en todo el tiempo que había pasado. La había amado desde mucho antes de que ella le contara los detalles sobre su niñez. Se había mostrado protector con ella porque la amaba, no porque sintiera lástima de ella. Era maravilloso. Sin más, se levantó y se sentó en el regazo de él y empezó a darle besos en el cuello, la barbilla y todo el rostro hasta llegar a su boca expectante. Nunca lo dejaría escapar.

Zac: ¿Qué puedes decir en tu defensa, señorita Hudgens?

Ness: Te quiero con toda mi alma y mi corazón, Zac Efron -contestó incapaz de seguir guardando para sí sus intensos sentimientos-.

Zac: Bueno, eso ya lo sabía. -Vanessa lo miró sorprendida-. ¿No te han dicho nunca que tienes una cara de póquer muy mala? -Vanessa no podía hacer nada más que mirar sin salir de su asombro-. Lo que quiero decir, señorita Hudgens, es que no has contestado a mi pregunta.

Ness: Zac, te adoro, pero no podría vivir sabiendo que te sientes atrapado por mi culpa. Una vez me dijiste que no había que anclarse a un solo proyecto mucho...

Zac: Tú no eres un proyecto, Vanessa -la interrumpió-. Eres la mujer que quiero. Es cierto que he pasado gran parte de mi vida adulta convenciéndome de que quería ser libre, pero era una libertad falsa porque siempre llevaba conmigo mi enorme muro protector. Entonces llegaste tú con la escalera necesaria para ayudarme a saltarlo.

Ness: ¿Y has tardado tres semanas en subir unos cuantos escalones? -preguntó llena de alegría-.

Zac: Era un muro muy alto -señaló al tiempo que depositaba una riada de pequeños besos por el hombro de Vanessa-.

Ness: Pero saber que estaba buscando marido debió influirte de alguna manera...

Zac: Vanessa, ¿no puedes callarte ni un momento? Ésta es mi última oferta, la tomas o la dejas. -Vanessa calló-. Trabaja conmigo en Efron Holdings; vive conmigo, en tu casa o en la mía, me da igual; si decido ir a algún sitio, solo lo haré si tú estás a mi lado; pero cásate conmigo. Me temo que eso es imprescindible para que haya trato.

Ness: Pero, pensé que solo querrías contratarme si no estaba casada.

Zac: ¿Me quieres decir cómo se ha metido esa idea en tu preciosa cabecita? -preguntó lleno de asombro-.

Ness: En el Lunar, cuando me dijiste que tenía que jugar bien mis cartas, pensé que querías decir que no contratarías a una mujer que planeara ser madre.

Zac: ¿Así que tienes planeado ser madre? ¿Y quién soy yo para discutir? ¡Me has convencido! Creo que deberíamos encerrarnos varios días, incluso semanas, para concentramos única y exclusivamente en ese plan tuyo.

Vanessa creía estar en el cielo. Le costó mucho reunir la fuerza para hacerle a Zac una última pregunta.

Ness: ¿Y, por cierto, qué tienes pensado hacer con el Lunar?

Zac: Cásate conmigo y te lo daré como regalo de bodas -respondió tomándola por la cintura y acercándose para besarla en los labios-. Hablas demasiado, preciosa, pero todavía no has respondido a mi pregunta.

**: ¿Señor Efron? ¿Señorita Hudgens? -preguntó una enfermera desde el extremo más alejado de la cafetería-.

Ambos se levantaron aunque esta vez Vanessa no soltó la mano de su hombre.

**: El señor Tisdale les está buscando.

Ness: ¿Ha ocurrido algo?

**: No -sonrió la enfermera-. Es solo que él y su esposa desean que vayan a conocer a su hijita.

Vanessa miró a Zac y vio que los ojos de éste brillaban de la emoción.

Zac: Una hija -susurró-. Una hija que tendrá unos padres maravillosos.

Ness: Y unos cariñosos padrinos -dijo besando las mejillas húmedas de Zac.


Vanessa se inclinó sobre su amiga que despertaba de una pequeña siesta.

Ash: Vanessa, estás aquí.

Ness: Claro que sí, tonta.

Ash: ¿Y Zac?

Ness: Está aquí también.

Zac avanzó un paso y se colocó al lado de Vanessa a quien le puso un brazo alrededor de los hombros.

Zac: La hemos visto -dijo con emoción-, y es preciosa.

Ness: Pero no se parece a Scott -bromeó-.

Ash: Yo opino lo mismo -dijo con una débil sonrisa-, pero no se lo digas a él; piensa que es su viva imagen.

Vanessa asintió y Zac le guiñó un ojo cómplice. Ashley los miró con atención, a Vanessa que seguía llevando la chaqueta de Zac, y a éste que jugaba con el pelo de Vanessa inconscientemente, con una gran sonrisa iluminándole el rostro.

Ash: Vosotros dos ocultáis algo.

Ness: No eres la única que tiene buenas noticias esta noche.

Ash: ¿De verdad? ¿Quién tiene otra noticia? ¿Sobre qué?

Ness: Nosotros.

Ash: Bueno, ¿y a qué esperáis? No podéis dejar a una mujer exhausta con la intriga. Si tardáis mucho más me quedaré dormida.

Vanessa miró a Zac que la miraba con adoración. Asintió y una sonrisa radiante cubrió el rostro de Vanessa que dejó de mirar al hombre que amaba para mirar a su querida amiga.

Ness: Me voy a casar.


FIN




So beautiful! ¡A qué sí! XD
Mi parte favorita de esta novela es que empieza con la misma frase que acaba XD. Mola.
Bueno, ¿os gustó la nove? Que pregunta... ¡pues claro!
Pero la siguiente os gustará también. ¡Es super guays! Comentadme mucho y pondré pronto la sinopsis.

Lau, que pesada eres ¬_¬
Pero tienes razón, ¡es muy diver! XD
Me río mucho con tus comentarios. Espero que lo pasaras bien en tu viaje. Por lo visto, fuiste a la playa XD.

Gracias a todas las que me comentáis y a todas las que visitáis el blog de incógnito XD.
Bye!
Kisses!


3 comentarios:

LaLii AleXaNDra dijo...

Que hermoso capitulo, me ha encantado la nove.
es muy tierna,
espero y publiques pronto la otra.
:)

Unknown dijo...

Aaaaaaaaaaaaaay la ame!
Me encanto el final, aunque me hubiese gustado como ness organizaria su casamiento :)

ESTUVO GENIAAAL!

SUBE PRONTO :)

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