Epílogo

Zac: ¿Quién habría pensado que Mike sería el último Efron que quedaría soltero? -comentó con incredulidad-. Y pensar que tuvo la poca vergüenza de frustrar tu plan para casar a todos tus molestos hermanos mayores con el propósito de hacerte con los mandos.

Miley: Es un diablo -asintió totalmente de acuerdo-.

Vanessa y Zac habían acudido junto a Brittany, Alex y su bebé a la preciosa casa de Miley y William a ver un partido de fútbol americano. Era una fría tarde de un domingo de noviembre y estaban todos sentados en el acogedor salón de la casa. Mike habría acudido también de no haber sido por una cena con unos socios.

Alex: Es un tipo enigmático -opinó-. Nunca sabremos si lo de seguir soltero fue algo elegido o simplemente ocurrió así.

Miley: Pues yo creo que ya va a siendo hora de que lo empujemos hacia el altar -sugirió-. Después de todo, yo intenté casaros a vosotros dos y vosotros me casasteis a mí. Me parece que se lo debemos a Mike. -Zac y Alex gruñeron al unísono-. ¿Qué?

Arribos hermanos intercambiaron una mirada antes de que Zac dijera:

Zac: Digamos que a veces nos gustaría que te olvidaras un poco de tu lealtad fraternal.

Miley: Ya -imperturbable-. Sigo pensando que debemos hacer algo.

Alex: No piensas darte por vencida, ¿verdad? -dedujo-.

Zac: ¿Y cómo piensas echarle el guante a Mike? Sabes que es muy suyo. Soy su hermano y ni siquiera sé si sale con alguien.

Miley echó un vistazo a Vanessa.

Miley: Vanessa podría averiguarlo, está acostumbrada a descubrir los secretos de la gente.

Zac también se volvió a mirarla y, como de costumbre, solo con verla se sintió bien y volvió a pensar cuánto la amaba.

Zac: Ahora que lo pienso, nunca llegaste a decirme quién te dio información sobre mí para tu columna.

Ness: Pues -sus ojos se dirigieron a Miley y Zac los siguió-.

Zac: No me digas.

Miley: No te hagas ilusiones -dijo llevándose la copa a los labios, pero al ver el modo en que la miraba su hermano, tuvo que claudicar-. Está bien. Puede que le dijera un par de cosas durante una fiesta, pero solo porque no quería que se dedicara a investigarme a mí en busca de una historia.

Zac: ¿Así que echaste a tu propio hermano a los perros? -preguntó fingiendo estar ofendido-.

Miley: No -respondió tajantemente-. Pero conseguí que Vanessa se acercara a ti -los miró a ambos satisfecha-. Y no veo que te quejes mucho.

Zac volvió a mirar a Vanessa. Había encontrado el amor en el lugar más insospechado, pero había salido bien. Con su ayuda, había dejado atrás el pasado en lugar de seguir tratando de olvidarlo con una interminable sucesión de mujeres y fiestas. Aunque Vanessa y él procedían de mundos diferentes, había sido como encontrar su otra mitad; su mejor mitad.

Zac: ¿Me he quejado, Vanessa? -le preguntó, pasándole el brazo por los hombros-.

Vanessa miró al hombre que le había abierto los ojos. Gracias a él, había aprendido que el dolor y la desconfianza no eran la consecuencia inevitable de amar a alguien que había crecido en un ambiente más privilegiado, porque había descubierto que ese ambiente era lo menos importante del carácter de Zac.

Lo miró a los ojos con una fidelidad y una confianza en su amor tan fuerte, que podía bromear con él:

Ness: Por ahora no, pero a ver qué haces cuando te enteres de que voy a decirles a Serena Lawson y a Judy Donaldson que corran la voz de que tu título del soltero más solicitado de Boston debería pasar a Mike. Por lo que yo sé, sí que está saliendo con alguien.

Miley se echó a reír.

Zac: Preciosa -dijo fingiendo que suplicaba-, prométeme que no estás siguiendo los pasos de Miley y has empezado a utilizar las páginas de sociedad para hacer de celestina.

Vanessa sonrió, mientras Alex y William bromeaban sobre que Zac se había unido al «club de los casados» y Brittany daba hurras.

Ness: Ya sabes lo que dicen -susurró con dulzura-, «puedes alejar a la chica de la columna de cotilleos, pero nunca podrás hacer desaparecer a la columnista de cotilleos que hay dentro de ella».

FIN

¡Qué bonito!

Espero que hayáis disfrutado de la novela.

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