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martes, 14 de julio de 2015

Capítulo 9


Era sábado, el día de la barbacoa anual en casa de los padres de Vanessa.

Normalmente Zac deseaba que llegara ese día. Normalmente, pero no aquel año.

El año anterior, la barbacoa había marcado el inicio de la relación entre Scott y Ashley. Vanessa había hecho su famosa sugerencia de que su hermano podía ser el donante de esperma para su mejor amiga. Ahora, un año después, el amigo de Zac estaba felizmente casado con Ash y era padre del pequeño Nick.

Zac dio un trago a la cerveza y miró hacia el césped. Allí, Vanessa estaba acunando a Nick en sus brazos. El bebé debió de hacer algo gracioso e inesperado, porque ella levantó la cabeza riéndose y sus miradas se encontraron.

Ella apartó la vista rápidamente pero no antes de que un deseo incontrolable golpeara a Zac por dentro. No era un deseo puramente físico hacia ella. Era algo más profundo, más poderoso. Una imagen de ella acunando al bebé de ambos se le pasó por la cabeza como un relámpago.

Entonces trató de recomponerse. Vanessa estaba volviéndolo loco y eso tenía que parar. Decidió que, hasta que no encontraran al que estuviera amenazándola, solucionar su relación con ella tendría que esperar.

Con suerte el plan no duraría mucho. Los invitados aún estaban llegando a casa de los Hudgens, así que Zac decidió tratar de pasárselo bien.

El baile de Cortland había dejado patente que él y Vanessa eran de mundos diferentes. Y, furioso como estaba con ella por habérselo echado en cara durante una pelea, se había dado cuenta de que aquel argumento tenía algo de válido.

**: Eh, Efron.

Zac se dio la vuelta justo para atrapar un balón de voleibol antes de que lo golpeara en el estómago.

Mike Hudgens apareció con una sonrisa en la cara.

Zac: ¿Sigues saludando a tus invitados con un golpe en el estómago?

Mike: No, solo a ti. Es uno de los rituales reservados para hermanos, miembros honoríficos y gente así.

Desde sus días de universidad, Zac se había dado cuenta de que tenía una camaradería especial con Mike, que tenía la reputación de ser el más juerguista de los hermanos.

Mike: Deja de hacer tu interpretación atormentada a lo Jack Dean y mueve el trasero -prosiguió-. Va a comenzar el partido de voleibol y vamos a derrotar al equipo de Scott y Andrew otra vez para poder decir que tengo una racha ganadora.

Zac le tiró el balón y de vuelta y preguntó:

Zac: ¿Te refieres a haberles ganado dos años consecutivos?

Mike: Bueno, por algo se empieza.

Zac: Bien, jugaré.

Mientras se dirigían a la parte trasera de la casa Zac pensaba que sería mejor jugar al voleibol antes que estar ahí de pie pensando en Vanessa.

Mike: Vanessa está en nuestro equipo. ¿Te parece bien?

Zac: ¿Por qué no iba a parecerme bien?

El hecho de que dudara constantemente entre hacerla entrar en razón y hacerla entrar en su cama no significaba que no pudiera jugar un partido si la situación lo requería.

Mike: No sé -dijo encogiéndose de hombros-. Quizá porque salpicáis a todos a vuestro alrededor con las chispas que echáis cuando estáis juntos. Alguien que no os conociera pensaría que estáis locos el uno por el otro.

Zac casi se detuvo en seco.

El comentario de Mike fue alarmante porque era real. Estaba loco por Vanessa. Locamente enamorado de ella. No era solo necesidad, no solo deseo, sino amor.

Era el nombre apropiado para lo que había estado sintiendo desde el principio. Y, aunque fuera lo último que hiciera, iba a conseguir que ella admitiese que sentía lo mismo por él. Entonces podrían hablar sobre sus diferencias.

Él no podía cambiar quién era ni de dónde venía, pero la amaba irrevocablemente. Y si eso no era suficiente para ella, podría tratar de encontrar otro hombre que se preocupara tanto por ella como él hacía.

Mike pasó la mano por delante de sus ojos.

Mike: Eh, Efron, ¿sigues en la tierra con el resto de los mortales?

Zac: Por si no lo has notado, tu hermana casi ni se percata de mi existencia últimamente.

Mike: Sabes cómo apretarle las clavijas. Eso es cierto.

Zac: A ella tampoco se le da mal.

Mike: ¿Por qué no tratas de quitárnosla de encima? Quiero decir que, ya sabes que mis padres piensan que eres genial. Y nos harías un favor si vosotros dos os liarais.

Zac miró a Mike intrigado. Podría haber jurado que había algo de seriedad en la broma de Mike.

Zac: Si valoras tu salud, será mejor que no dejes que Vanessa se entere de ese plan.

Por mucho que los Hudgens lo consideraran de la familia, Zac dudaba seriamente que lo vieran como el compañero ideal para su hija.

Mike: ¿Yo? -dijo fingiendo estar ofendido-. ¿Planeando casar a Vanessa?

Zac le dirigió una mirada escéptica mientras se acercaban a la red de voleibol que estaba situada en una esquina del jardín.

Mike: De acuerdo. Soy culpable -dijo encogiéndose de hombros-. Desde que Vanessa emparejó a Scott y a Ash el año pasado, creo que después ha puesto el ojo en Andrew y en mí. Y ya sabes lo que dicen. Una ofensa es la mejor defensa.

Zac: En otras palabras. La emparejas conmigo antes de que ella te empareje a ti.

Mike: Exacto -añadió-. No se puede culpar a alguien por intentarlo.

Zac: Sí -dijo mirando cómo Vanessa se unía al resto de jugadores-, pero creo que no soy lo suficientemente bueno para nuestra princesita.

Mike: Estás bromeando, ¿no? Los viejos te adoran. Nunca lo han dicho, pero creo que estarían encantados si tú y Vanessa acabarais juntos. Y he de decirte que sería un alivio para Andrew, Scott y para mí. ¿Has visto a algunos de los tíos que Vanessa ha traído a casa?

Por desgracia así había sido, y estaba de acuerdo con Mike.

Zac: Sin embargo puede que la princesa tenga sus objeciones.

Mike: Sí, sé que Vanessa puede sacarte bastante de quicio. Pero siempre he pensado que es un mecanismo de defensa. Ya sabes, un modo de mostrar que no la afectas cuando es evidente que sí.

Zac: Solo suponiendo que quisiera ayudarte en esta maquinación tuya, solo para ayudarte a escapar de un matrimonio, por supuesto...

Mike: Por supuesto.

Zac: ¿Quién dice que Andrew, Scott y tú no me daríais una paliza por romper el corazón de la princesa sin darme cuenta?

Mike: Bien, admito que ése es un riesgo. En estas circunstancias, sin embargo, creo que es más probable que la princesa te rompa el corazón a ti.

Zac lo miró confuso, pero la cara de Mike no revelaba nada. Parecía que el hermano pequeño de los Hudgens era más profundo y no tan juerguista como decían de él las columnas de la prensa rosa.

Mike: Venga -añadió dándole un golpecito en la espalda-. Tenemos un partido que jugar, y no puedo esperar a machacar a esos tíos.

Y efectivamente su equipo consiguió la victoria por segundo año consecutivo. Tras eso, Zac se sentó con una cerveza fría y unos perritos calientes. Era por la tarde y la fiesta comenzaba a decaer.

Estaba terminándose el segundo perrito cuando sonó su móvil. Vio que el nombre que aparecía en la pantalla era el de uno de sus ayudantes. Se excusó rápidamente y se acercó a un árbol para hablar. No tenía sentido darles esperanzas a los Hudgens si las noticias no eran lo que esperaba. Sin embargo había tenido una corazonada y la había seguido.

La llamada fue breve pero lo dejó satisfecho.

Cuando regresó a la mesa, se sentó junto a Vanessa y dijo con voz serena:

Zac: Han atrapado a Kendall.

Ella se quedó quieta y lo miró.

Ness: ¿Lo han arrestado?

Zac: Sí. Y creo que no podrá salir bajo fianza teniendo en cuenta las circunstancias.

Ness: ¿Por qué? -preguntó tras una pausa-.

Andrew Hudgens los miró desde el otro lado de la mesa y dijo:

Andrew: ¿Qué ocurre?

Mike: Sí. Estás pálida.

Zac miró al resto de la mesa y se dio cuenta de que habían llamado también la atención de los padres de Vanessa, de Scott y de Ash…

Mejor así. De ese modo tendría que contar la historia solo una vez.

Zac: Bryan Kendall ha sido arrestado en relación con las amenazas de Vanessa.

Ash suspiró mientras que Mike hizo una exclamación en voz alta con la que Zac estuvo de acuerdo en silencio. Entonces todos trataron de hablar al tiempo.

Jack: ¿Cómo lo ha atrapado la policía? -preguntó finalmente, haciéndose oír después de que el tumulto inicial se disipara-.

Zac: La policía expidió una orden judicial y han registrado el coche y la casa de Kendall. Encontraron una pistola que coincide con el calibre del arma que creen que usaron en el tiroteo del parking.

Ness: ¿Expidieron una orden judicial? ¿Basándose en qué pruebas? -No parecía aliviada desde que había oído las noticias-. ¿Consiguieron asociar el color del coche del asaltante con Kendall?

Mike: ¿Tiene Kendall licencia de armas para este estado?

Zac negó con la cabeza.

Zac: Las respuestas a vuestras preguntas son «no» y «no». Pero la policía concluyó que las balas habían salido de una pistola que hacía tiempo que no se fabricaba, así que ordené a mis hombres que hicieran una investigación más profunda.

Andrew: Bien hecho.

Zac: Hice que un par de mis investigadores visitaran las tiendas de armas de Boston -explicó-. El dueño de una de las tiendas recordó haber visto a alguien con los rasgos de Kendall y que había ido por allí preguntando sobre la posibilidad de vender algunas armas. Eran prácticamente piezas de coleccionista, y el tipo quería saber cuánto valían. Ninguna de las cosas que había averiguado sobre Kendall revelaban que fuese entusiasta de las armas, ni siquiera que le gustara cazar. Así que imaginé que, si Kendall tenía armas sin licencia y era el hombre que había ido a la tienda tratando de vender algunas antigüedades, entonces probablemente habría heredado las armas. Así que después de que uno de mis investigadores comprobara la autenticidad de los testamentos en New Hampshire, supe que teníamos a nuestro hombre.

Ash: ¿Cómo?.

Zac: El testamento del padre de Kendall estaba en los archivos. Revela que le dejó a su hijo su colección de pistolas, y esa colección incluía una del calibre 32. La que la policía piensa que usaron en el tiroteo.

Zac miró a Vanessa y no añadió el hecho de que, dado que Kendall se había guardado la pistola tras el tiroteo y no se había deshecho de ella, era probable que pensase en volverla a usar, pero con un efecto fatal.

La idea una vez más hizo que Zac sintiera escalofríos. Tras recopilar todas las pistas, les había entregado a la policía las pruebas y había ex-pedido una orden judicial. La necesidad de partirle la cara a Kendall él mismo había sido difícil de resistir.

Ness: ¿Y qué hay del tío que viste merodeando fuera de mi casa la primera noche? ¿Crees que era Kendall?

Zac: Probablemente. Y, como sospechamos, Kendall estaba tratando de despistarnos haciéndonos creer que las amenazas venían de una banda.

Ness: ¿Te refieres a la nota mal escrita?

Zac: Entre otras cosas.

Jack: Todos te debemos nuestra gratitud, Zac. Sabes que eres como parte de la familia, pero dinos si hay algún modo de que podamos recompensarte.

Zac sintió cómo Vanessa se ponía rígida a su lado.

Ness: ¿Quieres decir aparte de sus tarifas?

Scott: En realidad, me ofrecí a pagarle, pero se negó. Insistió en ofrecer sus servicios voluntariamente.

Vanessa se giró hacia él y Zac la miró a los ojos. Podía ver lo que estaba pensando. La había engañado a propósito. Y esa vez no tenía excusa.

Amy: Me alivia que esto haya acabado. Ha sido un periodo muy doloroso y angustiante para todos nosotros.

Andrew: Cierto, pero si Ness continúa trabajando en la oficina del fiscal, creo que debemos estar preparados por si se topa con otro loco que quiera tomarse la justicia por su mano.

Mike: Hablando, de lo cual, ¿cuánto tiempo piensas seguir trabajando allí, Ness?

Zac sintió cómo Vanessa se ponía tensa a su lado y cómo sus padres se miraban.

Amy: ¿Sabes, Vanessa? -dijo amablemente, como sabiendo que era un tema delicado-. Estás en un punto de tu carrera en el que mucha gente en tu situación comenzaría a pensar en su próximo trabajo.

Jack: Y, dadas las circunstancias, puede que quieras pensártelo bien.

Ness: ¿Qué circunstancias, papá? Este ha sido un caso aislado de un perturbado que intentaba intimidarme y acosarme. Ya le ha ocurrido a más gente.

Scott: Estábamos muy preocupados por ti -dijo tras aclararse la garganta-.

Ness: En cualquier caso, no es como si mi trabajo fuera el único peligroso en el mundo -prosiguió-. Mamá es jueza, pero no veo que nadie se preocupe por que uno de los implicados en sus casos pueda venir a por ella.

Scott: Eso es porque no ha ocurrido. Pero sí hubo alguien que te disparó hace dos semanas, por si no te acuerdas.

Ness: Quizá quiera ascender en la oficina del fiscal. ¿Es que nadie ha pensado en eso?

No era conocido por su diplomacia, pero Zac decidió que era el momento de intervenir.

Zac: Quizá no le estemos dando a Vanessa el crédito que debemos.

Vanessa se giró para mirarlo con expresión de no haber oído bien lo que acababa de decir.

Zac: Yo sé que no lo he hecho -concluyó-.

Ness: Gracias -dijo sorprendida-.

Zac: He estado con Vanessa noche y día durante las últimas semanas -añadió viendo que todos los miembros de la familia lo miraban intrigados, y con la esperanza de que no se tomaran la parte del «noche y día» muy literalmente-. He visto lo resistente que puede ser cuando las circunstancias lo exigen.

Mike: Y no solo cuando lo exigen las circunstancias.

Por el rabillo del ojo, Zac vio a Vanessa apretar los labios.

Zac: La verdad es -continuó- que se negó a ser intimidada por las amenazas y desde luego tiene las agallas para trabajar como fiscal de la acusación. Así que, si Vanessa ha puesto sus miras en ascender en la oficina del fiscal, sugiero que le demos más crédito.

Quizá era porque finalmente se había reconocido a sí mismo que estaba enamorado de ella, pero de pronto veía a los Hudgens con los ojos de Vanessa. Su familia sabía que había estado realizando un trabajo duro en la oficina del fiscal, pero parecía que ninguno de ellos podía dejar de lado sus instintos de sobreprotección en lo que se refería a ella.

Y él había sido el más culpable de todos. La había metido en el mismo saco que a todas las niñas mimadas que había conocido a lo largo de su vida, tanto en sus negocios de seguridad como en su vida de soltero. Se dio cuenta de que había sido una manera fácil de mantener la distancia emocional y luchar contra su perversa atracción hacia ella.

Los hermanos y la cuñada de Vanessa se quedaron pensativos. Andrew fue el primero en hablar.

Andrew: Zac tiene razón. Todos hemos estado pensando en Ness como alguien a quien queremos y protegernos. Quizá eso nos ha impedido ver lo brillante y fuerte que realmente es.

Jack: Solo queríamos asegurarnos de que no te hicieran daño, cariño. Nuestra intención no era agobiarte, pero puede que las cosas se hayan vuelto un poco confusas por el camino.

Amy: Sí -convino-. Perdona si a veces nos hemos puesto un poco pesados, Ness. Es solo porque te queremos.

Scott: Supongo que si nos estamos disculpando, yo debería hacer lo mismo.

Amy: Si quieres seguir con tu trabajo, entonces te apoyaremos, por supuesto -dijo mirando a su marido en busca de su aprobación-. Naturalmente la decisión es tuya. Solo queríamos asegurarnos de que era una decisión bien meditada.

Ness: Gracias, mamá -dijo con una sonrisa-. Y tratad de no preocuparos mucho. Gracias a Zac he aprendido que quizá debería haber puesto más atención a mi seguridad personal.

Zac se sintió satisfecho al oírlo. Al menos así, habiendo aprendido eso, podría emplearlo cuando él se hubiese ido de su casa, y de su vida, de nuevo.

Mientras los últimos invitados se marchaban, Vanessa estaba en la cocina de sus padres guardando algo de comida que los del catering habían dejado. Levantó la cabeza y vio que su cuñada se aproximaba.

Ash: Hola -dijo mientras retiraba su bolso y la bolsa de los pañales de encima de la encimera-. Scott y yo íbamos a marcharnos. Pareces triste.

Ness: Gracias.

Abrió el frigorífico y colocó dentro algunos envases de plástico.

Ash inclinó la cabeza como si estuviese pensando algo.

Ash: Lo cual es sorprendente si lo piensas. Quiero decir que Kendall ha sido detenido. Deberías estar feliz.

Debería, pero no lo estaba. Casi sentía pena por Kendall. Suponía que la malversación le permitía mantener un alto nivel de vida. Habiendo nacido en una familia adinerada, ella podía haberle dicho sin embargo que la fama y el dinero a veces pueden ser como una jaula dorada.

Pero lo que realmente la preocupaba era Zac. Había contribuido a capturar a Kendall. La había defendido a ella ante su familia. Y ahora iba a salir de su vida.

Debería haberse sentido entusiasmada con la idea. ¿No era eso lo que le había dicho a Zac que quería?

Sin embargo Ash tenía razón. Se sentía triste.

Ash: Y, como pareces triste, deja que te devuelva un favor -continuó-.

Ness: ¿Qué?

Ash: El año pasado me hiciste ver que no debía rendirme con Scott, que él me amaba y que yo solo tenía que esforzarme un poco más -dijo con una sonrisa-. Así que voy a intentar devolverte el favor.

Ness: Gracias por hacer el esfuerzo, pero me temo que éste es un asunto completamente diferente.

Ash: No lo es -dijo riéndose-. Piensas que lo es porque estás demasiado involucrada en ello. Estás exactamente donde yo estaba el año pasado.

Vanessa miró a su amiga durante unos segundos. El año anterior Ash finalmente había admitido que estaba enamorada de Scott.

Ash tenía razón. No es que ella corriera el peligro de enamorarse de Zac. Estaba ya completamente enamorada de él.

Sin embargo Zac había anunciado que se iría de la casa ese fin de semana y ella simplemente había asentido con la cabeza. Si la amase, ¿acaso se marcharía?

Había descubierto que Zac había insistido en hacer su trabajo gratis. Y se había mantenido a su lado a pesar de sus intentos por librarse de él y a pesar de no tener obligación de hacerlo. Ella quería creer que aquello significaba algo, ¿pero acaso estaba dándole demasiada importancia?

Scott: Aquí estás -dijo mientras entraba en la cocina mirando a su mujer-. Te he estado buscando. ¿Estás lista para irnos?

Ash: Sí. Siento haberte tenido esperando. Vanessa y yo estábamos teniendo una conversación profunda.

Scott: ¿Ah, sí? ¿Sobre qué?

Ash: Zac.

Scott: Ah.

Ness: ¿Qué quieres decir con «ah»? ¿Y por qué Zac insistió en hacer su trabajo de forma voluntaria?

Scott: Ésa sería la pregunta del millón, ¿no? Dios sabe por qué. Quizá sea masoquista. ¿Por qué no se lo preguntas?

Ness: Si quisiera hacer eso, no te habría preguntado a ti, ¿no?

Scott: Gallina -dijo sonriendo-.

Ness: No sé de lo que estás hablando -dijo apartándose el pelo de la cara-.

Scott: ¿No lo sabes? -contestó mientras se dirigía hacia la puerta-. Estaré fuera tratando de quitarle el bebé a mamá para poder ponerlo en su sillita.

Poco después Scott y Ash abandonaron la casa, pero no antes de que Ash se acercara al oído de Vanessa para susurrarle:

Ash: Todo saldrá bien. Ya lo verás.

En el camino de vuelta a Boston con Zac, las palabras de Scott resonaban en su cabeza. «¿Por qué no se lo preguntas?».




Menos mal que han atrapado al infeliz que amenazaba a Ness. Eso significa dos cosas: que Ness ya está a salvo =D y que Zac ha terminado su trabajo y tendrá que irse =(

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2 comentarios:

Maria jose dijo...

Nooooo!!!! Por que tenía que acabar el capítulo de esa forma
Dios esta novela es muy pero muy buena
Muero por saber que pasara en el siguiente capítulo
Síguela pronto por favor
Ya quiero seguir leyendo

Saludos

Unknown dijo...

POR DIOS!
Ame este capitulo mucho.
Me encanta que los dos ya sepan lo que sienten el uno por el otro, solo tienen que hablar y decir todo lo que sienten.
Es tan lindo que la familia de Ness quiera que Zac sea esposo de Ness.

Fue tierno este capitulo, lo ame.
Sube pronto :))

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