topbella

viernes, 14 de junio de 2013

Capítulo 9


Sele: ¿Qué vas a hacer qué?

Ness se apartó el teléfono del oído ante el grito de su hermana.

El plan que había ideado la noche anterior le había parecido genial entonces, pero a la luz del día no parecía tan bueno.

Aun así, no tenía opción.

Cerró la puerta de la oficina para que Anne, que estaba atendiendo a una clienta en la tienda, no la oyera.

Ness: Voy a poner a Zac en una situación comprometedora. Así, cuando Heather nos vea, tendrá que romper el compromiso -repitió-.

Sele: Me parece que necesitas unas vacaciones. Unas vacaciones muy largas.

Ness: ¡Por Dios, Selena! -exclamó apretando el teléfono-. No hace tantos años te encantaba aparecer en el momento más inoportuno cuando llevaba a algún chico a casa. Creí que te encantaría la idea de volver a hacerlo.

Sele: He crecido desde entonces.

Ness: Por favor, Selena. La boda es pasado mañana. Tenemos que evitar que se case con Heather.

Sele: No sé por qué. A mí me parece una mujer encantadora.

Ness: ¡Selena! Pero si te acabo de contar lo que me dijo ayer en casa de mamá. Es un diablo, te lo juro.

Sele: Bien, bien. Eres mi hermana, así que supongo que no tengo más remedio que creerte.

Ness: Gracias -contestó secamente-. ¿Te ha quedado claro lo que tienes que hacer?

Sele: Muy claro. Quieres que haga venir a Heather a la tienda esta noche a las diez y media aunque no sé cómo lo voy a hacer. ¿No podría ser más pronto?

Ness: La señora Kennedy viene a las seis y media y ya sabes que suele pasarse aquí siglos. No creo que se vaya antes de las nueve o nueve y media. Dile que es para echarle un último vistazo al menú.

Sele: ¿A las diez de la noche? ¡Tendría que ser idiota para creerse algo así!

Ness suspiró impaciente. Selena estaba más espesa de lo normal.

Ness: Me importa un bledo lo que le digas, pero consigue que venga, ¿de acuerdo?

Sele: De acuerdo.

Nes: Gracias -se despidió-.

De verdad, qué cortita podía llegar a ser Selena cuando se lo proponía.

Marcó el número de Zac y sintió una punzada en el estómago cuando contestó.

«¿Me tengo que creer que lo único que te interesa de Zac, que es rico, sexy y guapo es su amistad?», recordó.

Apartó las palabras de Heather de su cabeza y habló.

Ness: Hola, Zac. Soy Vanessa. Tengo que hablar contigo. ¿Te podrías pasar esta noche a las diez por la tienda?

Zac: ¿A las diez?

Ness: Sí, eh, es que tengo que hacer muchas cosas hoy y es el único rato que voy a tener libre -dijo sintiéndose como una tonta-.

¿Tendría su hermana razón? ¿Sería aquello una locura?

Zac: Muy bien.

Y más tonta se sintió aquella noche esperando a que llegara. Se paseó por la tienda nerviosa mientras comprobaba que todo estuviera bien.

El cd de Celine Dion, el perfume y el vestido con mucho escote y muy pegado.

Se miró en el espejo por temor a haberse pasado. El vestido era color melocotón y parecía una segunda piel. Observó su pelo ondulado, sus ojos marrones y sus ojeras debidas al cansancio

¿La encontraría Zac atractiva? ¿Y si no conseguía que la besara?

Tal vez, tendría que haberlo citado en un lugar más privado, como su casa, pero habría sido mucho más difícil hacer ir a Heather allí.

Eran casi las nueve y media cuando llamaron a la puerta. Extrañada fue a abrir y se encontró a Zac en vaqueros y camiseta. Estaba... impresionante. Ness tragó saliva al ver cómo la mirada de arriba abajo.

Zac: Estás guapísima -sonrió-.

Ness: Llegas pronto -contestó nerviosa-.

Zac: Solo un par de minutos.

Ness miró el reloj y se dio cuenta de que se le había parado.

Ness: Se le habrá acabado la pila -murmuró-. Tendré que cambiársela.

Zac: ¿Me vas a invitar a pasar?

Ness: Sí, claro, por supuesto -contestó haciéndose a un lado y teniendo la sensación de que ya había vivido aquel momento-.

Zac entró y Ness se preguntó de cuánto tiempo dispondría hasta que llegaran Heather y su hermana. ¿Por qué no habría puesto Anne un reloj en la tienda?

Tomó aire y se acercó a la mesa. Una vez allí, se quedó mirando una tela azul. No sabía qué hacer. ¿Cómo se seducía a un hombre prometido?

Zac: ¿De qué me querías hablar?

Ness dio un respingo al darse cuenta de que lo tenía justo detrás.

Ness: Eh... me preguntaba si... a Heather y a ti os iba bien.

Zac: Nos va bien, sí, ¿por qué?

Ness lo miró de reojo. Lo tenía tan cerca que, si se diera la vuelta, le rozaría el pecho con el hombro. Olía a vaqueros, a algodón y un poco a... ¿sudor? No, era imposible. Zac nunca olía a sudor. Zac era un hombre que se pasaba el día ante un ordenador. Debía de ser el calor, sí. Allí hacía un calor sofocante.

Ness: ¿No la has notado un poco rara últimamente?

Zac: ¿Rara?

Ness sintió su aliento en el cuello y se puso más nerviosa todavía.

Ness: Sí, rara. ¿No te parece raro que organice una carrera para ayudar a las ratas de árbol de Hollywood? ¿No podría haber elegido algo mejor?

Zac: Es una de las cosas que más me gustan de ella. Es tan buena y generosa que es capaz de ayudar a los animales más repugnantes, a los que nadie quiere. Por eso, no dudó en apoyar una causa que a muchos puede parecer horrible. Hay que ser muy valiente para hacer algo así.

Ness: Puede que tengas razón -murmuró maldiciendo la costumbre de su amigo de ver siempre lo bueno de la gente-. ¿Pero qué me dices de la boda? Dijo que no tenía muchos amigos, pero ha invitado a cientos de personas.

Zac: No me parece raro. Tiene muchos compromisos profesionales. Lo que no tiene es amigas, ¿sabes? Por eso se ha esforzado por caerte bien.

«Si tú supieras», pensó Ness.

Ness: Estoy preocupada por ti -confesó-. Me temo que Heather no sienta por ti lo mismo que tú por ella.

Zac: Claro que sí -sonrió-. Estoy seguro de ello.

Ness: Zac... -dijo dándose la vuelta-. Hay mujeres que mienten... que se casan con un hombre por su dinero.

Zac: ¿Ah, sí? ¿Tú harías eso?

Ness. ¡Claro que no! -contestó indignada-.

Zac: Bien.

Ness dejó de mirarlo.

Ness: Me temo que... Heather, sí.

Zac: No, te equivocas. Heather tiene muy claro lo que quiere.

Que confiara en su prometida tan ciegamente irritaba extremadamente a Ness. ¿Cómo podía estar tan ciego?

Ness: ¿De verdad crees que la conoces bien?

Zac: ¿Me estás diciendo que no es así?

Ness: Bueno... me ha dicho una serie de cosas que me han hecho pensar que podrías tener problemas.

Zac: ¿Qué problemas? -preguntó con el ceño fruncido-.

Ness intentó pensar en algo que lo ofendiera.

Ness: Sexuales.

Zac: ¿Sexuales?

Ness: Sí, me dijo que besabas muy mal. -Zac se dio la vuelta y no dijo nada. Ness supuso que estaba dolido-. Sé que es un tema un poco delicado -dijo al cabo de un rato-, pero me pareció que debías saberlo.

Zac se dio la vuelta y la miró de un modo que Ness no pudo descifrar.

Zac: Sí, tienes razón, debo saberlo. Te creo porque sé que jamás me mentirías en algo así.

Ness evitó su mirada y se movió incómoda.

Ness: No.

Zac: Solo se me ocurre una solución -apuntó-.

Ness: ¿Sí? -dijo esperanzada-.

¿Iba a aplazar la boda por lo menos?

Zac: Me voy a tener que buscar a alguien que me enseñe a besar. ¿Te importaría ser tú?

Ness: ¿Cómo? ¡Estarás de broma!

Zac: Sé que es difícil porque no me siento atraído en absoluto por ti, pero aunque me resulte desagradable debo hacerlo por Heather.

Ness frunció el ceño. ¿Cómo que besarla iba a resultarle desagradable? ¿Iba de mártir? Cuando le iba a decir que no lo besaría aunque fuera una mezcla de Brad Pitt, Ewan McGregor y Ben Affleck, se acordó de su plan.

Tenía que conseguir que la besara, ¿no? No podía permitir que su orgullo truncara el éxito.

Zac: ¿Ness? ¿Estás dispuesta a ayudarme?

Ness dudó. No esperaba que todo fuera tan fácil. Había creído que Zac iba a oponerse o algo. ¿No se sentía culpable por besar a otra mujer que no fuera su prometida? Claro que, como no sentía nada por ella, ¿por qué se iba a sentir culpable?

Lo miró. Estaba muy serio. Deslizó la mirada hasta sus labios. Tenía una boca muy bonita, carnosa y...

Zac: ¿Qué tal? -preguntó despegando sus labios de su boca ligeramente-.

Ness: Eh... bien -consiguió contestar-.

Zac: Venga, Nessi, tienes que ser sincera. ¿Crees que debería hacer algo más? -dijo besándola en la mejilla y en la oreja-. ¿Debería decirle algo? ¿Qué tal que huele de maravilla y que sabe mejor? ¿Qué te parece que me mareo cada vez que la abrazo y que el mundo me da vueltas cuando la beso?

Ness: Supongo que... eso está bien, sí -contestó sintiendo un reguero de lava por el cuerpo-.

Zac: Le podría decir que pienso en ella día y noche, que verla me hace sudar, que con solo oír su voz la deseo, que me la imagino en mi cama, que me muero por tocarla... -Al decir aquello, deslizó las manos de forma sensual hasta sus nalgas-. Que quiero que sienta cómo me pone -añadió-.

Desde luego, Ness lo estaba sintiendo y solo deseaba ser un poco más alta para sentirlo entre las piernas y no en la tripa.

Zac: Dime qué hago ahora -murmuró-. Dime qué te gustaría que hiciera... -Involuntariamente, Ness se apretó contra él y le hizo jadear-. Nessi... -Ness detectó cierta duda en su voz. Se iba a apartar de ella. Sintió miedo, así que arqueó la espalda y apretó sus pechos contra su torso-. Nessi... -repitió tomándola con fuerza de la cintura-. Al diablo -dijo besándola de nuevo. La sentó sobre la mesa y se colocó entre sus piernas. Acto seguido, se apretó contra ella haciéndola notar su erección exactamente donde Ness quería-. Dios, Nessi, se me había olvidado cómo me vuelves de loco -dijo mordiéndole el cuello-. Dime qué quieres que haga. ¿Debería tocarte? -añadió acariciándole un pecho con una mano y deslizando la otra entre sus piernas-. Quiero besarte los pezones, la tripa y los muslos. Te deseo. Te he deseado siempre...

Ness sintió sus dedos entre las piernas y tomó aire.

Ness: Zac... yo... eh…

Debía decir algo, pero no podía pensar. No quería hacerlo. Solo quería que Zac siguiera haciendo lo que estaba haciendo. Quería que el placer siguiera y siguiera...

Gritó, se estremeció, sintió oleadas de placer por el cuerpo y se apoyó en él sorprendida. No se lo podía creer. No se había dado cuenta de que... ¿Quién iba a pensar que Zac le podía dar tanto placer? Zac, su querido amigo...

Su amigo. ¡Dios mío!

Zac: Sshh, no pasa nada -la tranquilizó al sentir que se tensaba-. Todo va bien.

Ness: ¡De eso nada! ¡Suéltame!

Zac hizo todo lo contrario.

Zac: ¿Qué te pasa? ¿No te gusta?

¿Gustarle? ¡Le encantaba!

Zac: ¿Qué te pasa, Nessi?

Ness: Nada... ¿Qué hora es?

Zac: ¿Y eso a quién le importa?

Ness: ¡A mí! ¿Qué hora es?

Zac: Las once menos cuarto. ¿Por qué?

Las once menos cuarto. ¿Dónde diablos se había metido Selena?

Ness: Por nada -contestó temblando-.

¿Qué le había pasado? No era la primera vez que la besaban, pero en las demás ocasiones siempre había habido una parte de su cerebro que se había mantenido alerta para cortar en cuanto la situación se caldeara demasiado.

Sin embargo, con Zac no había sido así. Había perdido el control por completo. Si él hubiera querido acostarse con ella allí mismo, sobre la mesa, Ness lo habría hecho encantada.

¿Qué le había pasado?

Se bajó de la mesa y se alisó el vestido.

Ness: Creo que será mejor que te vayas.

Zac: Nessi... -dijo yendo hacia ella-. Todo va bien. No te enfades. Se me ha ido un poco de las manos, pero...

Ness: ¿Un poco? -dijo cruzándose de brazos-. Lo que ha pasado no ha estado bien.

Zac: ¿Ah, no?

Ness lo miró a los ojos y vio pasión. Desvió la mirada inmediatamente. ¿Qué había pasado? ¿Cómo había podido dejarse llevar así? ¿Qué habría pasado si no hubieran parado? ¿Pero Zac no estaba enamorado de Heather?

Zac: Heather...

Ness: No estás enamorado de Heather, ¿verdad? -le preguntó poniéndole la mano en el brazo-. Es imposible que la quieras. Si fuera así, no me habrías besado como lo has hecho. No te puedes casar con ella. Me alegro de que esto haya pasado. Mejor que te hayas dado cuenta ahora que una vez casado. No te preocupes, ya encontrarás a otra mujer.

Zac: ¿Ah, sí? ¿A quién?

Ness: No lo sé... a alguien que te quiera de verdad. Heather no te quiere y nunca te ha querido.

Zac la miró con... ¿incredulidad? ¿Decepción? ¿Rabia?

Zac: Olvídate de Heather. Vamos a hablar de ti y de lo que has sentido ahora mismo porque has sentido algo, ¿verdad, Ness?

Ness: Yo... eh...

Zac: Venga, admítelo. Por una vez en tu vida, admite la verdad.

Ness: No sé de qué me hablas -dijo dando un paso atrás-.

Zac: Claro que lo sabes -insistió yendo tras ella-. Admítelo, Ness. Admite que hay una atracción entre nosotros, que siempre la ha habido, pero que no has querido ir más allá por miedo. Te fuiste a Nueva York y a Europa por eso.

Ness: Estás loco -murmuró-. No había nada entre nosotros.

Zac: ¿Ah, no? ¿Y entonces por qué te fuiste sin despedirte?

Ness: Porque no estabas en casa, estabas en un viaje de negocios y fue una decisión repentina.

Zac: Ya, claro, por eso llevabas un mes dando respingos cada vez que te tocaba y sonrojándote cada vez que te miraba...

Ness: No sé de qué me hablas. Debieron de ser imaginaciones tuyas. Solo éramos amigos.

Zac dio un paso atrás y se metió las manos en los bolsillos.

Zac: Muy bien, si eso es lo que quieres, fueron imaginaciones mías. Igual que lo que ha pasado hoy han sido imaginaciones tuyas. Yo solo estaba intentando mejorar mi forma de besar por el bien de Heather. Lo que ha pasado entre nosotros ha significado tan poco para mí como para ti. Para ti no ha significado nada, ¿verdad?

Ness: Eh... no, claro que no.

No había significado nada, ¿verdad? Zac era su amigo, pero ya no lo parecía. Todo había cambiado. Él había cambiado. ¿Dónde demonios había aprendido a besar así? ¿Y a tocar así?

¿Y por qué la estaba mirando como si la quisiera matar, como si la odiara?

Ness sintió que se le hacía un nudo en la garganta.

Zac: Bien -sonrió con frialdad-. Entonces, me voy.

Ness lo vio ir hacia la puerta. Se sentía confusa y perdida. Solo sabía una cosa, que Zac se iba y que si no hacía nada por impedirlo lo iba a perder para siempre.

Ness: Zac -dijo yendo hacia él. Zac abrió la puerta y salió-. Zac -repitió-. Espera.

Zac se paró en seco y Ness creyó que era por ella, pero al salir descubrió que era porque Heather y Selena estaban allí.

La hermana de Ness la miró con los ojos muy abiertos y Heather puso cara de melodrama.

Heather: Oh, Zac, ¿cómo has podido hacerme esto?




¿Es esto lo qué creo que es? ¿Le ha salido por fin a Ness bien un plan? Yo diría que sí. Pero nunca se sabe...
Bueno, si no le ha salido bien este plan, al menos estará contenta por ir ganando el premio al más idiota. Porque haberle mentido a Zac sobre sus sentimientos es de idiotas ¬_¬
Si Zac le ha dicho ya con más que palabras que la quiere a ella, ¡qué más necesita para que rompa su compromiso con Heather!

¡Gracias por los coments!

Lucia, ¡has acertado! Ness ha seducido a Zac y parece que le ha salido bien. A ver si eres capaz de adivinar lo siguiente que pasará ;)

Lau, ya veo que tú también te has creído la historia de Heather XD. De cada vez te cae mejor esa tipa. Bueno, ya me dirás a quien le das tú el punto del más idiota en este cap.

¡Comentad!
¡Un besi!


2 comentarios:

LaLii AleXaNDra dijo...

Nessa es idiota, le debió aceptar los sentimientos, él esta enamorado es de Vanessa, menudos idiotas.
siguela lo mas pronto :)

Unknown dijo...

PERO NESS SI QUE ES TONTA NO? COMO A A NEGAR QUE AMA A SU AMIGO? ESTA LOCA!
Y ZAC... MUERO DE TERNURA, SI ESTA ENAMORADO DE NESS Y NO DE LA BARBIE DE PLASTICO.! POR FIN!!
Y ESPERO QUE HALLA SALIDO TODO BIEN, QUE TERMINE CON LA BARBIE DE PLASTICO.

PERO POSIBLEMENTE ZAC DIGA QUE NO HA PASADO NADA Y SIGUE CON LA BARBIE DE PLASTICO, PERO.... EN SU MENTE VA A ESTAR NESSA! OJALA QUE LA DEJE PLANTADA EN LA IGLESIA A LA TONTA DE LA PLASTICA. Y SE FUGUE CON NESSA JAJAJA.

ME ENCANTO EL CAPI, SUBE PRONTO.

Publicar un comentario

Perfil