Capítulo 10

Cuando tuvo claro que el dolor de perder a Zac podría romperle el corazón, Vanessa se lanzó de cabeza al trabajo de tal forma que sus colaboradores se alarmaron.

Pero no podía hacer otra cosa. En casa se quedaba mirando la pared o los muebles de diseño, deseando estar otra vez en la habitación abuhardillada de Miley.

Una de las primeras cosas que hizo cuando volvió a su oficina fue enviar a una de sus empleadas al restaurante, con instrucciones para ayudar en lo que fuera necesario.

Ness: Tengo una obligación con esa familia -le explicó-. Les he dejado sin camarera y he de solucionarlo de alguna forma.

A la mañana siguiente, a las nueve, la puerta de su oficina se abrió con tal fuerza que casi saltó de sus goznes.

Era Zac con la empleada que le había enviado.

Zac: No necesito caridad -le espetó, golpeando la mesa con las dos manos-. No tienes ninguna obligación con nosotros, Vanessa. Mi familia no necesita tu ayuda.

Vanessa se dio cuenta de que lo había entendido mal. O quizá ella lo había explicado mal.

Ness: Zac, no es eso. Te quiero y quiero a tu familia. Esto era... lo único que podía hacer para reparar el daño...

Zac: Guárdatelo, princesa. Ya has hecho más que suficiente.

El portazo resonó en toda la oficina. Y, por primera vez en su vida, Vanessa se puso a llorar delante de una empleada.

Había cortado todo contacto con Drake y su madre. El recuerdo de su desprecio contrastaba vivamente con el calor que la familia de Zac le había ofrecido.

Y también le dolía saber que, lo que hasta aquel momento había sido un secreto, que su familia no la quería, ahora era de dominio público.

Vanessa decidió no salir. Los que antes había creído sus amigos le parecían frívolos, vacíos, estúpidos. No la conocían y, para ser justos, tampoco ella los conocía. Los que había creído sus amigos no eran más que conocidos que, por apellido, por conveniencia o por status social, se convirtieron en compañeros de cenas. Para su sorpresa, pocos de ellos habían notado su ausencia y los que la notaron no parecían muy interesados en saber la razón.

Únicamente se sentía a gusto en los restaurantes, con la gente que trabajaba allí.

De modo que se dedicó a trabajar.

Iba de restaurante en restaurante, sobre todo al Nice, para ver a Parker. Durante las primeras semanas hubo que resolver un montón de problemas, pero eso la ayudaba a distraerse. Siempre había sabido que Drake era un inútil, pero nunca imaginó que una sola persona pudiera meter la pata de tal forma en un par de meses.

Desgraciadamente, una vez solucionados los problemas, Vanessa tenía poco que hacer.

Intentaba ver la televisión por las noches, pero no le interesaba nada, ni las noticias, ni las películas... Al final, se iba a algún restaurante y se quedaba allí hasta la hora del cierre.

Y fue en el Nice un sábado por la noche cuando lo que había temido ocurrió. Su primer contacto con alguien que la conocía como Vanessa Montez.

El antiguo jefe de Zac y su mujer, aquellos que bromearon con ella la primera noche.

Antes de que pudiera esconderse en la cocina, el hombre se acercó.

*: Señorita Hudgens... Vanessa.

Ness: Hola -murmuró-. Encantada de volver a verte.

*: Parece que ahora llevas una vida muy diferente.

Ness: En realidad, no. La escala es diferente, el trabajo es parecido.

*: Me alegro de que digas eso -sonrió el hombre-. Zac está muy disgustado.

Ness: Sí, ya lo sé.

*: Pero supongo que tendrías razones para hacer lo que hiciste. No pareces una persona deshonesta.

Ness: Gracias -dijo intentando contener las lágrimas-.

*: Te echan de menos. Deberías pasarte por allí...

Ness: No, es mejor que no. Zac no quiere verme.

*: ¿No? Pues ha cenado con nosotros aquí.

Ness: ¿Aquí? -repitió mirando alrededor-.

*: Zac es un hombre y, como todos los hombres, no sabe lo que quiere. Además, no debes dejar que la vida te pase por encima, Vanessa. A veces uno tiene que hacer que las cosas ocurran -sonrió él-.

Un minuto después, intuyó a Zac antes de verlo. Cuando se volvió, nerviosa como nunca en su vida, comprobó que llevaba un traje de chaqueta. Y una corbata nueva... ¿quién se la habría comprado?

Zac: Buenas noches, Vanessa. Ha sido una cena estupenda. Felicita al chef de mi parte.

Ness: En realidad, le conoces. Es Parker -contestó con un nudo en la garganta-.

Zac: Felicidades -dijo antes de seguir a sus amigos fuera del restaurante-.

Vanessa pensó que iba a desmayarse allí mismo, pero no lo hizo. «Tienes que hacer que las cosas ocurran».

¿Pero cómo?


Más tarde, en su casa, con la luz de las estrellas de Chicago entrando por los enormes ventanales, Vanessa se sirvió una copa de vino y se sentó, pensativa, frente a la chimenea.

En las últimas semanas había llevado su orgullo como una armadura. Orgullo en su decisión de cortar toda relación con su madre, orgullo por su habilidad para recuperar el control de su vida. Y estaba justificado.

Pero había cosas que no tenían justificación.

Vanessa se dio cuenta de que seguía dejando que otras personas decidiesen por ella.

Pero eso iba a cambiar. Todo iba a cambiar radicalmente.

A la mañana siguiente llamó a su abogado. Tres horas después, Franklin O'Connell salía de su despacho dando un portazo.

Luego llamó a su secretaria.

Ness: Por favor, llama a Ashley Tisdale, de Myers, Sanders y Tisdale y pídele que se reúna conmigo lo antes posible. Quiero ofrecerle el puesto de directora jurídica de la cadena Hudgens.

Hacía años que no hablaba con Ash, una antigua compañera de universidad, pero estaba segura de que aceptaría el puesto.

Después, atacó los libros de cuentas de la empresa. Al final, la decisión que había tomado la sorprendió incluso a ella misma.

Dejando a un lado sus dudas, pidió a su secretaria que convocara una reunión del consejo de administración el lunes, antes del día de Acción de Gracias.

Vanessa se levantó para estrechar la mano de Ashley Tisdale el lunes por la mañana. Recordaba a una Ash de vaqueros y jerséis anchos, pero no le sorprendió su elegante corte de pelo ni el traje de chaqueta. Ash, una belleza californiana, era además una abogada muy eficaz.

Ness: ¿Todo listo?

Ash: Todo listo. Esto va a ser facilísimo.

Ness: Genial. Llegará en cualquier momento.

Cuando Drake entró en el despacho unos minutos después, protestando por la hora, Vanessa no se sorprendió. Y sabía que, en el bolsillo, llevaba un poder notarial de su madre.

Ness: La reunión será muy corta, no te preocupes. Voy a dirigir el grupo Hudgens.

Drake: ¿Ah, sí? Pues tu madre se llevará un disgusto. Si no recuerdo mal, entre ella y yo tenemos el cincuenta por ciento de las acciones. ¿Cómo piensas hacerte con el control de la empresa?

Ness: Haciéndote una oferta que no podrás rechazar.

Drake: ¿Y si me niego?

Ness: Por favor... no creo que a mi madre le importe embolsarse unos cuantos millones de dólares. Sobre todo, sabiendo que los dos seguiréis recibiendo el mismo porcentaje anual por los beneficios de la empresa.

Y eso fue todo.

Media hora y alguna negociación más tarde, el trato estaba firmado. Vanessa Hudgens era presidenta y accionista mayoritaria de la cadena.

Ash: ¿Tienes planes para el día de Acción de Gracias? Vas a ponerte morada con tantos restaurantes a tu disposición.

Ness: No, me quedaré en casa. Aunque seguramente tomaré una copa de champán para celebrarlo.

Ash: Qué suerte. Yo estaré peleándome con una horda de críos. Mis hermanas no paran de tener hijos -sonrió-.


Esa noche, en el Nice, entre un montón de camareros y cocineros, le contó a Parker lo que había pasado.

Parker: Magnifique, chérie. ¡Hemos acabado con él! -rió clavando un cuchillo en un melón-.

Ness: ¡Parker!

Parker: Nadie mete los dedos en mi cocina.

Ness: ¿Qué vas a hacer el día de Acción de Gracias? Podrías cenar en mi casa...

Parker: Vanessa, no creo que tenga tanta hambre como para cenar algo que tú hayas cocinado -suspiró-. Además, tengo que preparar la cena aquí... Mis clientes me necesitan.

Ness: Ah, es verdad. Bueno, entonces yo también vendré a cenar aquí.


Ness: Hola, abuela. Siento mucho no haber venido antes. -El ramo de flores que colocó sobre la tumba parecía diminuto en aquel enorme mausoleo-. Anoche cené con Parker en el Nice. Y le he regalado la mitad del restaurante. Se puso a llorar... te habrías sentido orgullosa de mí, abuela. Aunque he hecho otras cosas de las que no te sentirías tan orgullosa, claro -siguió controlando las lágrimas-. Le he hecho daño a una persona a la que quiero mucho... Pero voy a intentar solucionarlo. Sí, sí, ya lo sé, soy una Hudgens. La tenacidad es lo que nos caracteriza. A lo mejor es que somos demasiado testarudos y no sabemos cuándo abandonar, pero mientras haya una esperanza... Deséame suerte, abuela.


¿Dónde estaba su taxi?

Vanessa miró por la ventana, pero el coche no aparecía. No lamentaba haberle dado la noche libre a su chófer, pero debería haber contratado una limusina para todo el día.

En fin... esperaría en la calle. O pararía el primer taxi que pasara. Estaba demasiado nerviosa como para seguir en casa. Antes de salir, se miró al espejo por enésima vez para comprobar si estaba guapa...

Y entonces oyó unos golpes en la puerta. Unos golpazos, en realidad. Como si estuvieran intentando tirarla abajo.

Zac: ¡Vanessa! ¡Vanessa abre ahora mismo!

Tenía que ser él.

Ness: ¡Vete! ¡Lo estás estropeando todo!

Zac: ¿Qué? ¿Qué estoy estropeando? ¡Vanessa, abre la maldita puerta! He tenido que darle cien dólares al conserje y prometerle una cita con mi hermana para que me dejase subir.

Vanessa abrió la puerta y se enfrentó con él. Los tacones de sus botas se clavaban en la moqueta... quizá por eso le temblaban las piernas. Sí, seguro.

Qué guapo estaba. Con un abrigo negro, un jersey negro de cuello vuelto y vaqueros oscuros, estaba para comérselo. Parecía un pirata.

Ness: ¿Mi conserje va a salir con tu hermana? ¿Cuál?

Zac: No sé cuántos conserjes tienes.

Ness: ¿Qué hermana?

Zac: Miley. Está abajo, en el coche -suspiró-. Por cierto, qué interesantes los artículos sobre mi restaurante en el Tribune, el Sun Times y el Chicago Tribune.

Vanessa puso cara de inocente. ¿Para qué sirven los contactos si uno no puede echar mano de ellos?

Zac: Ahora no solo tengo el restaurante lleno hasta la bandera, sino que los clientes tienen que reservar para dentro de dos meses.

Ness: Qué bien.

Zac: Voy a comprar el local que está al lado.

Ness: Genial. Felicidades -sonrió-. Ése era tu plan, ¿No? Solo que...

Zac: ¿Un poco antes de lo previsto?

Ness: Sí.

Zac: Unos dos años antes de lo previsto. Y sé bien quién es la responsable.

Ness: Zac, yo no he hecho nada...

Zac: Yo sí. Ese restaurante era el sueño de mi vida y fui lo suficientemente listo como para contratarte a ti.

Ness: Sí, eso no estuvo mal.

Zac: Soy un tipo espabilado -sonrió-. Aunque a veces tardo algún tiempo en darme cuenta de las cosas -añadió, dando un paso hacia ella-. Te quiero, Vanessa. Y quiero estar contigo. Intentaré acostumbrarme a tu vida si tú quieres ser parte de la mía.

Vanessa se echó en sus brazos, llorando y riendo a la vez.

Ness: Me has estropeado todo el plan.

Zac: ¿Qué plan?

Ness: Era un plan estupendo -insistió apartándose. Se habría quedado en sus brazos toda la noche, pero no pensaba hacerlo-. Venga, tenemos que irnos.


Ness: ¡A ver todo el mundo, atención, por favor!

Alguien apagó la música abruptamente. Cientos de ojos se clavaron en ella, que estaba subida en un taburete en el restaurante de Zac.

Pero a Vanessa solo le importaban un par de ojos. Unos ojos llenos de amor.

Billy: ¡Hola, Ness! -gritó-.

Ness: Hola, Billy. Hola a todo el mundo -sonrió nerviosa-. Me llamo Vanessa Hudgens y quiero contaros una historia. Érase una vez una chica que tenía problemas, muchos problemas, pero en lugar de quedarse para resolverlos, salió huyendo. Afortunadamente, se encontró con un hombre que la acogió bajo su ala -el hombre la estaba mirando en aquel momento y Vanessa se sujetó a esa mirada como si fuera un salvavidas-. Un hombre maravilloso, con una familia estupenda. La chica enseguida se enamoró, no pudo evitarlo. Pero era un poco tonta y no muy valiente, así que metió la pata -los clientes la escuchaban sin saber si estaba contando una historia de Navidad, pero parecía darles igual-. Mintió sobre su identidad porque esperaba esconderse así de sus problemas. Pero el hombre era listo y le dijo que podría guardarse sus secretos hasta el último día del año. Ese día, ella tendría que contarle toda la verdad. -Zac se acercó para apretar su mano-. He cometido muchos errores desde el día que dijiste eso, Zac. Pero hoy es treinta y uno de diciembre y si me sigues queriendo, aquí estoy. Te quiero y no podría esconderlo aunque quisiera.

Vanessa intentó bajar del taburete, pero no veía nada porque tenía los ojos llenos de lágrimas. Zac la tomó por la cintura para dejarla en el suelo, pero no la soltó. La besaba por todas partes, sujetando su cara entre las manos. Y en sus ojos Vanessa veía reflejada su propia alma.

Zac: Te quiero, Vanessa Hudgens.

Los clientes aplaudieron, encantados. Richard abrió varias botellas de champán y Drew empezó a servir como si el mundo terminase aquella misma noche.

Ness: Venía a buscarte cuando apareciste en mi casa, tonto.

Zac: Yo sabía que te encontraría el día treinta y uno, pasara lo que pasara -sonrió-.

Ness: Entonces, nos estábamos buscando el uno al otro.

Zac: ¿Quieres seguir siendo mi camarera, Vanessa?

Ness: De eso nada. Ahora mismo lo que me apetece es ser... tu mujer. ¿Qué te parece?

Zac metió la mano en el bolsillo y sacó una cajita de terciopelo.

Zac: La compré el día que te fuiste.

Ness: Nunca volveré a marcharme, amor mío.

El reloj dio las doce campanadas justo en ese momento y el bar se convirtió en un caos de risas y gritos.

Vanessa abrazó a su prometido y le dijo al oído las palabras con las que terminan todas las historias de amor:

Ness: Y vivieron felices para siempre.

Zac soltó una carcajada.

Zac: ¡Desde luego que sí!

FIN

Aaaawwww...

¡Qué bonito final!

Parecía que estaba todo perdido, ¡pero no!

¡Viva los finales felices! ¡Qué nunca falten!

Me hubiera gustado ver vuestras caras al daros cuenta de que era el último capítulo XD. Pero podéis decirme vuestra reacción en los comentarios. Que seguro que me reiré mucho XD.

En la próxima nove seré buena y os diré cuantos capítulos tiene. Pero cuando publique el primer capi. Ahora tenéis que comentar mucho en este capi y luego en la sinopsis de la próxima nove.

Y muchas gracias por los comentarios del anterior capítulo. Sé que cuando veo poquitos es porque estáis ocupadas con los estudios y lo entiendo. Pero admitamos que es una mierda XD.

Por cierto, deciros que estoy muy disgustada con Zac, el de verdad, porque hay rumores de que está saliendo con una rubia con la que trabajó. No tengo nada en contra de ella y no me importa lo simpática que sea pero yo quiero que Zac esté con Ness :-(

Ah, y otra cosa. Últimamente las ex-chicas Dsiney están zumbadas todas. Ashley saliendo con el francés ese que no pegan ni con cola. Además él es muy feo XD. Vanessa que todavía sale con ese pringado. Y, para acabarlo de rematar, Selena que ha vuelto con el mocoso. Se han vuelto todas locas XD. Aunque mi opinión como fan seguro que les da igual, pero viene bien desahogarse XD. Os animo a que os desahoguéis también sobre cualquier cosa que os inquiete.

Bueno, suerte a todas las que estáis con exámenes. ¡Ánimo! ¡Ya falta poco para las vacas! Y gracias a las que, a pesar de los exámenes, os tomáis un ratito para leer y comentar.

Claudix, me encantaría poder recomendarte una novela donde alguien muera. Pero lamentablemente no conozco ninguna. Más que nada porque no me intereso en buscarlas XD. Pero si quieres ver muertes, te recomiendo "The Walking Dead" XD XD. Ahí sí que hay muertes XD. Bueno, ahora que lo pienso, hay una serie española, basada en un libro, que está muy bien. Es de misterio, hay una historia de amor y muere gente. Se llama: "Gran Hotel. El secreto de Ángela".

¡Lau! ¡Por fin! Te echaba de menos. Bueno, más bien a tus comentarios XD. Es que siempre me hacen reír mucho. ¡Qué fuerte que sea ahora cuando terminas de leer "La Trilogía del Collar"! Osea, me alegro de que te haya gustado pero, ¡tia, la puse hace dos años! XD. Si que eres lenta... XD. Es broma. En serio, gracias por leerla y por haberte gustado. Ojala hubieras sabido de este blog cuando ponía la trilogía. Me habría encantado leer tus comentarios. Seguro que me habría reído mucho. Y una última cosita: si empiezas a ponerme PPP, que bien podría ser "Programa de Protección de Princesas" XD, yo empezaré a ponerte también un montón de "p" pero de "pesada" XD.

¡Comentad!

¡Un besi!