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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Capítulo 11


Habían transcurrido dos semanas desde que Zac estuviera metido en el contenedor de basura, buscando las cosas de Ness.

Los dos habían llegado a la conclusión de que su relación no tenía futuro. Lo hicieron de un modo muy civilizado y organizado. Ness cortó ingeniosamente toda relación con él y entregó sus hojas y archivos escrupulosamente en orden.

A pesar de sí misma, se estaba volviendo ordenada. Simplemente, ni se estaba dando cuenta.

En la oficina de Zac desaparecieron los dibujos, los recortes y las gárgolas de los pequeños despachos y la gente volvió a trabajar calzada.

Brittany fue ascendida a ayudante de dirección.

Nadie sonreía, y Zac el que menos.

Después de cada jornada de trabajo, volvía a casa, a su inmaculado apartamento, a su vacío y solitario apartamento. Intentó trabajar en el Manual Doméstico, pero se sentía como si fuera un fraude. Zac era una persona eficiente, pero aparentemente no muy realista.

Leyó por encima las encuestas de Ness y le horrorizó el esfuerzo que algunos de sus empleados tenían que hacer a diario. Sí, hacía falta un manual, pero cada día que pasaba Zac se daba cuenta de que él no era el más adecuado para escribirlo, y sobre todo él solo.

Necesitaba a Ness, pero no su caótica forma de vida.

Aunque sabía que le estaba imponiendo a su hermano su presencia, pero demasiado abatido para importarle, se invitó él solo a comer el domingo. En señal de reconciliación, compró una tarta de manzana en la pastelería favorita de Stephanie. Una vez en la tienda, decidió comprar otra de melocotón.

Estaba en la cocina desenvolviendo las tartas cuando vio a Alex.

Alex: ¡Zac!

Alex corrió hacia él con los brazos abiertos.

Zac: ¡Hola, Alex!

Zac lo levantó en brazos y lo abrazó con tanta fuerza que el pequeño empezó a retorcerse. Entonces lo soltó un poco, sorprendido por haberlo echado tanto de menos.

Alex: ¿Nez?

Zac: Ness no… Ness no está aquí -consiguió decir-.

Alex: ¿Po qué?

Steph: Acaba de aprenderlo y no para de preguntar por qué. Será mejor que te acostumbres a ello.

Después de la comida, David y Alex se fueron a su cuarto a echar la siesta. Stephanie volvió al salón y le sirvió una segunda taza de café a Zac. Luego se sentó y lo miró con dureza.

Steph: Muy bien, suéltalo. ¿Qué ha pasado entre tú y Ness?

Zac miró a Mike.

Zac: Pensé que se lo habías contado.

Mike: Lo hice, pero no me creyó.

Steph: No creo que pudieras ser tan estúpido. ¿Qué fue lo que ocurrió en realidad?

Zac se lo contó y añadió que le había hablado a Ness de matrimonio.
Stephanie se quedó con la boca abierta.

Steph: ¿La propusiste en matrimonio en un contenedor de basura después de tirarle todas sus cosas?

Zac: No la propuse formalmente, pero le dije que quería que entrara a formar parte de mi vida.

Steph: ¿Y qué te parece si entras tú a formar parte de su vida?

Zac: Pero su vida es… un caos. ¿Quién iba a querer vivir de esa manera?

Stephanie miró a Mike.

Steph: Lo siento mucho, pero sí que es un estúpido.

Zac: No puedo vivir como vive ella -insistía-.

Stephanie lo miró mientras se bebía el café.

Steph: Mike me ha dicho que todo ha vuelto a la normalidad en la oficina. En casa también, me imagino.

Zac: Sí.

Steph: ¿Lo tienes todo ordenado y colocado como a ti te gusta?

Zac: Sí.

Steph: ¿Y eres feliz?

No era feliz y todo por culpa de Ness. Lo que antes le proporcionaba serenidad, en esos momentos le resultaba indiferente. Sus cajones y estanterías le parecían insulsos más que ordenados y la oficina había perdido su alegría.

Steph: No sé por qué me parece que estás bastante triste, ¿verdad?

Zac: Pero estaría también mal rodeado por todo su desorden.

Steph: Bueno, Zac. Parece que vas a tener que elegir entre ser desgraciado con ella, o vivir sin ella.


El lunes por la mañana, durante la hora que Zac dedicaba a hacer llamadas, Brittany llamó por el interfono:

Britt: Tess por la uno.

Descolgó el teléfono.

Tess: Hola Zac. Estoy intentando contactar con Ness. Las Águilas de la Bahía quieren cambiarse el nombre a Sloe Gin Fizz y quería saber su opinión.

Zac: Ness ya no trabaja para Efron.

Tess: Eso ya lo sé. Está trabajando en una de las guarderías infantiles que utilizó para tu proyecto, pero no tengo el número y no tiene puesto el contestador automático de su casa.

Zac: Me ocuparé de que reciba tu mensaje.

Tras colgar se quedó mirando el teléfono. Ness estaba trabajando en una guardería infantil de las que había visitado para él.

«Tienes que decidir si prefieres ser desgraciado con ella, o vivir sin ella».

Lentamente, abrió la carpeta donde estaban los nombres de las guarderías que había visitado. Según Tess, Ness estaba en una de ellas.

Zac: Las penas compartidas son más fáciles de sobrellevar -dijo en voz alta y empezó a marcar el primer número. La encontró en la cuarta guardería a la que llamó-. Brittany, cancela mi horario para esta tarde -dijo al pasar junto a su mesa-. No sé a qué hora volveré.


Zac tuvo que esperar en el despacho del director, más nervioso de lo que jamás había estado en su vida.

¿Qué pasaría si Ness se negaba a verlo? No podría culparla. Durante las últimas dos semanas había visto lo que sería la vida sin Ness. Estaba enamorado de ella, no a pesar de su desorganización, sino a causa de ella.

Ness no sería Ness si no fuera como era.

Se abrió la puerta y entró.

Zac: Hola -dijo en tono suave-.

A Zac empezó a latirle el corazón lenta y pausadamente.

Ness: Hola.

Nada quedaba ya de la mujer vestida con ropa moderna y original. Llevaba un jersey, una falda y mocasines.

Zac: Pareces una colegiala.

Ness: Porque eso es lo que soy. Me he apuntado en unos cursos de verano para sacarme el diploma de educadora infantil -entonces sonrió-. Por fin me he dado cuenta de lo que quiero hacer con mi vida y tengo que agradecértelo a ti.

Zac: ¿Y qué es?

Ness: Trabajar con niños; me encanta lo que hago aquí. Cuando fui a verte ese día… -se detuvo pero no hacía falta que terminara la frase; Zac recordaba aquel día demasiado bien-. Me siento bien y sé que esto es lo mío -lo miró, esperando a que dijera algo-.

Zac: Yo también he estado intentando sentirme bien, pero no he podido. No me gusta mi vida sin ti. Te quiero tal y como eres.

Ella sonrió y se le iluminó la cara.

Ness: Siempre te he querido y siempre he estado dispuesta a ceder, pero tú, ni una sola vez has estado dispuesto a ceder por mí. Entonces, me dije a mí misma que tendrías que ser tú el que viniera a mí. Oh, Zac, y ahora soy mucho más organizada. Creo que te sentirás orgulloso de mí. Trabajando con los niños me siento centrada y satisfecha.

Zac: Estaba convencido de que algún día tendrías niños y sólo espero que sean míos. Te he echado de menos, Ness.

Ness: Yo también te echo de menos. Esto… he organizado mi apartamento -dijo casi susurrando-. Tiré muchas cosas.

Zac: Pero la cacerola seguro que no.

Ness: La cacerola nunca.

Zac: Puedo vivir con la cacerola.

Ness: Me gustaría donar mis muebles a un centro de acogida para mujeres.

Zac: Creo que tu colección de muñequitos de plástico quedaría muy bien en una guardería.

Ness: Estoy lista para aceptar los platos a juego.

Zac: Y yo estoy dispuesto a cambiar todas mis plantas a macetas de artesanía mejicana.

Ness: ¡Estoy lista para mudarme!

Zac: ¿Estás preparada para casarte conmigo?

Ness sonrió con esa sonrisa tan característica suya y luego acercó sus labios a los de él.

Ness: Estoy preparada.


En la reunión mensual de la Junta de Residentes de Bahía del Roble Blanco.

Presidenta: El siguiente punto del orden del día es una petición de Zac Efron para aceptar a su prometida como nueva residente -la señora Greenborough sonrió a Zac-. Permítame primero que lo felicite.

Zac: Gracias.

Presidenta: ¿Quiere contarnos algo de su prometida?

Zac: Vanessa se está preparando para ser profesora especializada en educación infantil. De momento, está trabajando en una guardería y a la larga le gustaría hacerlo con empresas para establecer guarderías infantiles de emergencia para los empleados en los mismos centros de trabajo. Fue ella la que montó la guardería infantil de emergencia que tenemos en mi propia compañía.

Presidenta: Es digno de elogio -la aprobación de la señora Greenborough fue secundada por los demás-.

Zac: Se crió en Houston y sus padres viven en Memorial Hollow.

Presidenta: Una zona preciosa. Bueno, ciertamente parece que será un miembro valioso para la Comunidad del Roble Blanco. ¿Está aquí ahora?

Zac: Viene directamente del trabajo y llegará un poco tarde.

Presidenta: Tenemos ganas de conocerla. Todos aquellos a favor de aceptar la petición del señor Efron para que su prometida pueda residir entre nosotros que levanten la mano y digan sí.

**: Sí -dijeron los demás miembros-.

Presidenta: La petición del señor Efron queda aprobada por unanimidad -la señora Greenborough sonrió-. Desearía que nuestro asunto siguiente fuera igual de agradable -dijo, colocando el dossier de Ness delante de ella-. El siguiente punto es el recurso presentado para desalojar a Ness Hudgens -la señora Greenborough miró a los presentes-. Ya que la señorita Hudgens no está presente, ¿haría el favor de hablar en nombre suyo, señor Efron?

Zac: Sigo creyendo que tenemos que aplicar las reglas a todos por igual o no aplicarlas en absoluto. En el caso de Ness, creo que se ha hecho una campaña para anular su contrato de arrendamiento.

Presidenta: ¿Algún otro miembro está de acuerdo con el señor Efron?

J.G. sacudió la cabeza, al igual que los otros dos miembros de la junta.

Presidenta: Creo que huelga seguir hablando del asunto -la señora Greenborough miró a Zac, pero no dijo nada-. Todos los que estén en favor de confirmar el desalojo que digan sí.

Cinco voces repitieron el sí.

Presidenta: ¿En contra?

Silencio.

Presidenta: ¿Señor Efron?

Zac: Yo he votado a favor.

Sorprendida, la señora Greenborough continuó.

Presidenta: Bueno, entonces el contrato de alquiler de Ness Hudgens ha terminado y dispondrá de treinta días para abandonar el local.

Con expresión de satisfacción, cerró el dossier de Ness.

Una mujer morena entró por la puerta y se sentó en la fila de atrás. Zac le hizo una señal con el pulgar en señal de que todo había ido bien.

Presidenta: Ha llegado demasiado tarde, señorita Hudgens. Su recurso ha sido denegado.

Ness: Oh, estupendo. Así no perderé la señal que entregué.

La señora Greenborough se puso colorada.

Presidenta: No ha causado más que problemas y estoy deseando que se marche.

Zac: No se va a marchar. -Se puso de pie y le hizo a Ness un gesto para que fuera junto a él- Sra. Greenborough, señores miembros de la junta, me gustaría presentarles a mi prometida, a quien hace un momento le han concedido la residencia en nuestra comunidad, la señorita Vanessa Hudgens.

Ness sonrió.

Ness: Pueden llamarme Ness.




Vanessa era un diamante en bruto 😄
Y entre los dos les han hecho un "zasca" a los vecinos 😆
¡Queda el epílogo!

¡Gracias por los coments!
¡Comentad, please!

¡Besis!


2 comentarios:

Lu dijo...

Me encantoooooo!!!
Genial este capítulo. Menos mal que arreglaron todo entre ellos.



Sube pronto

Maria jose dijo...

que buen capitulo
yo pienso que el epilogo tendra niños
ya quiero seguir leyendo
sube pronto


saludos!!!!

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