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jueves, 3 de septiembre de 2015

Capítulo 5


Zac: Si me hubieras dicho que ibas a salir a montar a caballo a primera hora de la mañana, habría ido contigo… en vez de mirarte por la ventana mientras desayunaba…

Vanessa miró con frialdad a Zac al entrar este en la biblioteca a la mañana siguiente.

Ness: Invitarte a montar conmigo lo habría estropeado todo -respondió, pensando que ya había sido suficientemente duro haber tenido que acceder a que uno de los miembros del equipo de seguridad contratado por su abuelo la acompañara y restringiera la zona por la que podía montar-.

¡Tras lo que había ocurrido la noche anterior con Zac, este era la última persona que había querido ver tras haberse levantado! Sus dos experiencias sentimentales anteriores no la habían preparado para el increíble apasionamiento que había sentido al estar en los brazos de Zac. ¡No había sido capaz de mantener el control! Ninguno de los dos amantes que había tenido la había satisfecho y le había impactado mucho darse cuenta de que casi había enloquecido de placer al simplemente tener a Zac abrazado por la cintura con las piernas mientras él presionaba sus braguitas con su endurecido miembro.

Había estado tan excitada que le daba miedo pensar lo que habría ocurrido si Zac no hubiera puesto fin a aquella locura. Tal vez él le habría quitado la ropa y le habría hecho el amor en el suelo del comedor. O quizá le habría apartado las braguitas a un lado y la habría tomado apoyándola sobre la vitrina de cristal…

Zac: ¿Me equivoco si pienso que prefieres salir a montar a caballo antes que desayunar conmigo…? -quiso saber entonces-.

Ness: ¿Es eso lo que he insinuado…?

Él la miró con la frustración reflejada en la cara. Saber que debajo de aquella apariencia de frialdad se escondía una mujer tan apasionada como el color fuego que desprendían en ese momento sus ojos no lo estaba ayudando a tranquilizarse.

Ness: Además, me he levantado a las seis, como de costumbre, y he desayunado poco después -continuó-.

Zac cerró la puerta tras de sí antes de acercarse a sentarse en el borde de la mesa a la que a su vez estaba sentada ella.

Zac: Si alguna vez quiero que desayunemos juntos, tendré que recordar que madrugas mucho.

Vanessa no pudo evitar darse cuenta del buen aspecto que tenía él aquella mañana… después de haber viajado desde los Estados Unidos el día anterior. Parecía realmente descansado y fresco; se había puesto una camiseta negra que le marcaba su musculoso pecho y unos gastados pantalones vaqueros que le quedaban a la perfección. Estaba realmente atractivo.

Ness: Si fuera tú, dado el poco tiempo que vas a estar aquí, no me molestaría -aconsejó secamente-.

Zac: Oh, no es molestia, Vanessa -aseguró esbozando una relajada sonrisa-.

Ness: ¿No deberíamos empezar ya a trabajar?

Él no necesitaba que le recordara que solo tenía seis días para recopilar toda la información necesaria para su película… al igual que tampoco necesitaba que le dijeran que Vanessa pretendía mantener las distancias con él durante esos mismos seis días… Durante la noche anterior había habido algunos momentos incómodos, como cuando le había dicho a Little que su anfitriona no se encontraba bien y que había subido a su dormitorio sin terminar de cenar. La mirada que le había dirigido el empleado le había dejado claro que no creía la explicación que le había dado.

Una vez que él mismo había subido a su dormitorio, a pesar de que estaba agotado, había dado vueltas por el salón de su suite durante horas mientras pensaba en la ardiente respuesta que Vanessa había dado a sus besos. Su miembro había continuado erecto y ansioso al recordar la manera en la que ella lo había tenido abrazado por la cintura.

Tras casi no haber dormido nada, solo había tenido que volver a verla aquella mañana para recordar el apasionamiento de los momentos que habían vivido… aunque Vanessa había vuelto a ser de nuevo la doctora Hudgens. Llevaba el pelo arreglado en una tirante coleta e iba vestida con una seria blusa verde combinada con unos elegantes pantalones negros.

Pero aquel aire de fría profesionalidad solo estaba consiguiendo que deseara besarla hasta sentir de nuevo entre sus brazos a la ardiente mujer que sabía que había en ella.

Zac: Está bien -dijo, levantándose de la mesa para sentarse en la silla que había frente a Vanessa-.

A continuación se concentró en los documentos que Geoffrey había dejado para él… sin querer ello decir que no estuviera pendiente de la hermosa mujer que tenía enfrente, cuyo perfume estaba embriagándolo, un perfume floral mezclado con su cálida feminidad.

Zac: ¿Has tenido noticias de tu abuelo esta mañana? -preguntó tras varios minutos de un tenso silencio… minutos durante los que no había sido capaz de absorber nada de lo que había leído-.

Ella negó con la cabeza.

Ness: Desde el fallecimiento de mi abuela, mi abuelo hace lo que quiere.

Zac: ¿Y antes de eso…? -provocó echándose para atrás en la silla-.

Ness: ¿Qué es exactamente lo que quieres saber, Zac?

Zac: Todas las investigaciones que he realizado hasta el momento indican que su matrimonio fue largo y feliz.

Ness: ¿Hasta el momento?

Zac: ¿Sabes una cosa? Vamos a llevarnos mucho mejor si dejas de pensar que hay una crítica en cada afirmación que realizo -dijo suspirando-.

Ness: Lo siento -se disculpó, aunque en realidad no pretendía llevarse bien con Zac-.

Zac: ¿Entonces…?

Ness: El matrimonio de mis abuelos efectivamente fue largo y feliz -confirmó-. Aunque cada uno era muy independiente, emocionalmente estaban muy unidos. Siempre.

Zac: Eso está bien -comentó tomando notas en el bloc que había llevado consigo-.

Ness: Cuando estuviste aquí la última vez mencionaste a tus padres, ¿están felizmente casados?

Zac: Oh, sí -contestó esbozando una afectuosa sonrisa-. Mi hermano también. Son una gran y feliz familia que, de hecho, todavía vive en Cambridgeshire. Yo soy el único de la familia que me he marchado a vivir fuera y que he evitado casarme.

Ness: Me parece que tu estilo de vida no conduce a poder tener… una relación permanente -reflexionó en voz alta-.

Zac: No es diferente a la tuya. Una arqueóloga que viaja a cualquier excavación del mundo a la primera oportunidad que tiene…

Ness: Es una de las ventajas de estar soltera, sí.

Zac: ¿Y qué otras ventajas crees que tiene?

Ness: Supongo que las mismas que tú crees, pero, sobre todo, la libertad de hacer lo que quiera cuando quiera.

Zac: ¿Y los inconvenientes…?

Ella frunció el ceño.

Ness: No sabía que había ninguno…

Zac: ¿No? -provocó-.

Ness: No.

Zac: ¿Y qué te parece el no tener a nadie que te espere en casa al finalizar la jornada laboral? ¿El no tener a nadie con quien hablar y con quien estar? ¿El no tener a nadie con quien compartir una comida, con quien irse a la cama? Supongo que todo puede resumirse en una palabra; soledad.

Vanessa se planteó si alguna vez se encontraba sola. Probablemente sí. Aunque no lo tenía muy claro. Pero lo cierto era que después de regresar a su apartamento tras dar clases en la universidad, siempre estaba muy sola. Cenaba y se acostaba sola.

Se reprendió a sí misma al decirse que precisamente de aquella manera prefería las cosas. No solo eso, sino que había organizado su vida para que fuera exactamente como era. Aparte de su abuelo, no quería ni necesitaba a nadie de manera permanente. No quería sufrir al perderlos… ya fuera por fallecimiento o por cualquier otra causa.

Ness: ¡Me resulta difícil de creer que alguna vez te encuentres solo, Zac! -bromeó-.

Zac: ¿Nunca has oído eso de «encontrarse solo en medio de una multitud de personas»?

Ness: ¿Y ese dicho te describe a ti?

Zac: A veces, sí.

Ness: No lo comprendo…

Zac: Ser actor no solo implica acudir a glamurosas fiestas y a ceremonias de entregas de premios.

Ness: ¡No olvidemos que a ambas siempre vas acompañado de hermosas actrices!

Zac: No, no nos olvidemos de ello -concedió-.

Ness: ¡Y vas a todos esos lugares maravillosos donde se ruedan las películas… con todos los gastos pagados!

Zac: Oh, sí, recuerdo lo bien que lo pasé al estar durante días en unas aguas llenas de cocodrilos y serpientes en el rodaje de Contrato con la muerte.

Ness: Había supuesto que para esas partes de la película utilizabas un doble…

Zac: No uso dobles ni utilizo extensiones en el cabello -respondió impresionado al darse cuenta de que Vanessa había visto por lo menos una de sus películas-.

¡Nunca se lo habría imaginado!

Ness: ¿Y cuando montaste aquel elefante en Horizonte oscuro? -quiso saber-.

Zac: ¡Fue pan comido!

Ness: ¿Y cuando capitaneaste el barco en A las profundidades?

Obviamente Vanessa no había visto solo una de sus películas… ¡sino varias!

Zac: Cuando estaba en la universidad, solía pasar los veranos en Great Yarmouth y ayudaba a mi tío con su barco pesquero.

Ness: ¿Fuiste a la universidad? -preguntó impresionada-.

Zac: ¿Te sorprende saber que no soy solo una cara bonita?

Ness: ¿Qué carrera estudiaste?

Zac: ¿Estás segura de que realmente quieres que conteste a eso?

Ness: ¿Estudiaste Arqueología? -supuso tras sentir una extraña sensación en el pecho-.

Zac: Historia y Arqueología.

Ness: ¿Tienes una licenciatura en Historia y Arqueología?

Zac: Con las mejores notas.

Ness: ¿Con qué propósito…?

Zac: Antes de que me picara el gusanillo de la interpretación, me planteé muy en serio ser profesor.

Ness: ¿Por qué no me lo habías dicho antes? -preguntó avergonzada-.

Lo había tratado como si hubiera sido una estrella más de la gran pantalla con la cabeza hueca. Había hecho el ridículo.

Zac: No me lo preguntaste. Además, te estabas divirtiendo demasiado mirándome por encima del hombro como si fuera un frívolo actor de Hollywood y no quería estropearte el momento.

Ness: ¿Seguimos trabajando? -dijo entonces, consciente de la peligrosa combinación que resultaba de las cualidades más evidentes de Zac; su belleza e inteligencia…-


Zac: Supongo que ya es hora de comer…

Vanessa se había concentrado tanto al leer uno de los diarios de su abuela que incluso se había olvidado de que Zac estaba sentado frente a ella a la mesa… y del tiempo que había pasado.

Sorprendentemente había reinado un ambiente muy cordial durante la mañana; la tensión que se había apoderado del ambiente a primera hora había ido desapareciendo poco a poco.

Ness: Normalmente no tomo nada para comer.

Zac: ¿Quieres decir que yo tampoco debería comer? -bromeó-.

Ness: En absoluto. Yo seguiré trabajando y si quieres ir… ¿Qué estás haciendo? -añadió, frunciendo el ceño al cerrarle Zac el diario que estaba leyendo-.

A continuación, él se levantó y le tendió una mano.

Zac: Vamos, Vanessa -la animó-. Hace unas horas le pedí a Little que nos preparara una cesta con comida.

Ness: ¿Esperas que vaya de picnic contigo? -preguntó frunciendo el ceño-.

Zac: ¿Por qué no?

La tomó por una mano y la levantó sin esfuerzo alguno.

Vanessa se sintió completamente aturdida al estar, de pronto, tan cerca de él. El calor que desprendía su cuerpo, así como el excitante aroma de su perfume, la embriagaron por completo.

Ness: ¿No somos un poco mayores para ir de picnic, Zac?

Zac: En absoluto -Sin soltarla de la mano, comenzó a andar hacia el enorme pasillo de la vivienda-. Ah, Little, justo a tiempo -añadió, sonriendo al mayordomo, que llevaba en las manos una cesta de picnic y una manta-. Si el señor Hudgens telefonea, dile que regresaremos en un par de horas.

Entonces tomó la manta y se la dio a Vanessa antes de agarrar la cesta de picnic… mientras seguía sujetando la mano de ella firmemente.

Vanessa sintió como un intenso acaloramiento le recorría el cuerpo ante aquel contacto físico. La mano de Zac desprendía una gran calidez y firmeza. Tenía que reconocer que él se había ganado su respeto ya que el verdadero Zac no tenía nada que ver con el estúpido actor hollywoodiense que había creído que era. En realidad, era una persona profunda e inteligente.

Si a ello le sumaba su espectacular apariencia física y la manera en la que la había besado la noche anterior, corría un gran peligro de luchar una batalla perdida contra aquella indeseada atracción. ¡Por eso no era muy buena idea ir de picnic con él!

Zac: ¿Prefieres ir a la playa o al bosque? -le preguntó entonces-.

Ness: A ningún sitio -espetó apartando bruscamente la mano de la de él-. Realmente no tengo tiempo para esto, Zac.

Zac: Pues debes hacer tiempo. Dime, ¿dónde prefieres ir? -insistió-.

Ness: Creo que los miembros de seguridad tendrán algo que decir sobre a dónde podemos ir de picnic -supuso esbozando una mueca al recordar que su paseo a caballo había sido acortado-.

Zac: Dirijámonos a la playa y veamos si alguien nos detiene -sugirió tomándola de nuevo de la mano y llevándola consigo…-.




Quien la sigue, la consigue. Así que no creo que Zac cese en su intento de conquistar a Vanessa XD

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4 comentarios:

Unknown dijo...

Por dios que capítulo!
Me encanti mucho, en este día se han llevado bastante bien.
Creo que Ness se sorprendio con que Zac ha ido a la universidad y que es muy inteligente, creo que ahí Zac ya gano bastante.
Y la idea del picnic me encanto, Zac va a conquistarla mientras Ness se resiste a todo.


Sube pronto

Maria jose dijo...

Vanessa debería ser un poco
Menos mala con zac
Siempre esta de malas con el
Debería disfrutar de su compañía
Espero que las cosas entre los 2 mejore
Y espero que ella sea más amigable con el
Sube pronto!!!!

Lau B. dijo...

Me gusta, me gusta.
Siento que ella está luchando por no rendirse pero Zac es un intenso! Así que quien sabe cuanto falte para que ella se rinda ante sus encantos XD
Publica Pronto
Xx

Lau B. dijo...

Ps: no se por que pero siento estos capítulos cortos ...
Cuantos son en total?

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