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jueves, 17 de septiembre de 2015

Capítulo 10


Geoffrey: Me temo que esa es mi razón para no haberos dicho anoche que estaba en el hospital para que me dieran puntos en un brazo -explicó mirando con preocupación a su nieta-.

Estaban en el salón de la vivienda y Zac se encontraba frente a una de las ventanas mientras Vanessa estaba sentada en uno de los sillones junto a la chimenea.

La explicación que el anciano les había dado a Zac le parecía digna de uno de los numerosos guiones de cine que le presentaban cada año. Amenazas de muerte de un asesino desconocido. Disparos en medio de la noche. El arresto del pistolero por parte de los miembros del equipo de seguridad que había estado protegiendo a Geoffrey en Londres. Un pistolero que tenía una vieja y personal rencilla contra Geoffrey, pero que no había sabido dónde encontrarlo hasta que el año anterior se había publicado aquella vergonzosa biografía de Anastasia.

Ness: ¿Te disparó en…? -comenzó a preguntar completamente pálida-.

Geoffrey: Es solo una herida superficial -aseguró mirándose el cabestrillo del brazo derecho-.

Ella se levantó abruptamente.

Ness: ¿Alguien te disparó y elegiste no decírmelo? -dijo, impactada ante el comportamiento de su abuelo-.

Geoffrey: Bueno… sí -respondió esbozando un gesto de dolor-. No quería alarmarte…

Ness: ¡No querías alarmarme…! -respiró profundamente y miró a su abuelo con la incredulidad reflejada en los ojos-. ¡No te creo! -espetó finalmente, exasperada-. Un hombre desconocido te ha estado acechando durante días y finalmente logra dispararte… ¡y tú decides no decírmelo porque no quieres alarmarme!

Geoffrey: Sí que te hablé de unas amenazas…

Ness: Pero no me dijiste que estaban dirigidas solo a ti, sino que me aseguraste que habían amenazado a varios miembros más de uno de los equipos de seguridad para los que trabajaste. Admítelo, abuelo. Me mentiste.

Zac: Vanessa… -terció-.

Ness: Ni se te ocurra intentar excusar el comportamiento de mi abuelo -advirtió-. No hay excusas. He estado preocupadísima por ti, abuelo -añadió, mirando a Geoffrey-.

Geoffrey: Decirte que me habían disparado solo habría conseguido preocuparte aún más.

Ness: ¡No estoy segura de que eso fuera posible! -exclamó negando con la cabeza-. Lo siento, pero si me quedo aquí durante más tiempo voy a terminar diciendo algo de lo que realmente voy a arrepentirme. Si me disculpáis… -dijo antes de marcharse del salón sin esperar a que ellos contestaran-.

Geoffrey: Bueno, las cosas no han marchado muy bien, ¿no es así? -murmuró una vez que estuvo a solas con Zac-.

Zac: No muy bien, no -concedió-.

Geoffrey: ¿Por qué no comprende que solo estaba intentando protegerla al no decirle la verdad hasta que todo hubiera pasado? -preguntó, obviamente frustrado-.

Zac se acercó a él.

Zac: Tal vez esté equivocado, pero creo que Vanessa considera que ya es suficientemente mayor como para necesitar ese tipo de protección ni de usted ni de nadie.

Geoffrey: ¿Y qué crees que podría haber hecho dadas las circunstancias? -quiso saber-.

Zac: Yo soy la última persona a la que debería preguntarle acerca de cómo actuar con Vanessa.

Geoffrey: ¿De verdad? -respondió con la especulación reflejada en la mirada-.

Zac: ¡Oh, sí! -dijo decididamente-.

Geoffrey: ¿Quiere eso decir que todavía estáis enfrentados?

Zac no sabía lo que podría sentir Vanessa por él en aquel momento.

La noche anterior le había permitido consolarla y aquella misma mañana casi habían hecho el amor… antes de tener la pelea más horrible que había vivido él cuando Geoffrey había aparecido inesperadamente.

No comprendía aquel comportamiento… ni sabía interpretar sus sentimientos hacia ella. Haberla tenido abrazada durante toda la noche había sido un placer y un tormento al mismo tiempo. Y haber estado con ella aquella mañana había representado un verdadero deleite.

Zac: Más o menos -contestó finalmente-.

Geoffrey: Aun así, dime una cosa, ¿crees que Vanessa me perdonará algún día?

Zac: Creo que sería buena idea si le da tiempo para… bueno, para tranquilizarse antes de intentar hablar con ella de nuevo -aconsejó-.

Geoffrey: ¿Y mientras tanto…? -insistió-.

Zac: No sé qué puede hacer mientras tanto -confesó-. Pero ahora que ya no hay miembros de seguridad en la propiedad, quiero ponerme mi ropa de cuero y salir a dar una vuelta en mi Harley.

Geoffrey: Te pediría que me llevaras contigo, pero creo que si lo hiciera tal vez Vanessa me repudiaría por completo -dijo riéndose entre dientes-.

Zac: ¡No hay ningún «tal vez» al respecto! -aseguró-.

Geoffrey asintió con la cabeza.

Geoffrey: Esperemos que me perdone muy pronto.

Aquel era un deseo que Zac compartía para sí mismo…


Vanessa apoyó la cabeza en la ventana de su dormitorio y vio como Zac se alejaba de la vivienda montado en su Harley. Se preguntó si se estaría marchando para siempre o si simplemente había salido a dar una vuelta.

Si había decidido marcharse, no podía culparlo. Ella también deseaba irse de allí, anhelaba la tranquilidad de su apartamento londinense, quería estar a solas durante un tiempo… aunque solo fuera para curarse las heridas. Pero sabía que no podía marcharse hasta que las cosas no mejoraran entre su abuelo y ella.

Aunque podía apreciar las razones que Geoffrey había tenido para mentirle, no comprendía cómo al final lo había hecho tan abiertamente. ¡Sobre todo cuando esas mentiras la habían llevado a pasar la noche con Zac! No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido entre ambos aquella misma mañana. Al haber tomado su maleta del armario y haberla colocado sobre la cama de su dormitorio, había recordado la alegría que había sentido al ser acariciada y besada por él, al acariciarlo y besarlo, y el inimaginable éxtasis que le había hecho alcanzar con su increíble destreza… Había sido su primer orgasmo, pero también sería el último si la llevaba a sentirse vulnerable no solo física, sino también psicológicamente.

Geoffrey: ¿Puedo entrar? -preguntó entonces desde el otro lado de la puerta-.

Ness: Eso depende de si vas a volver a mentirme o no.

Geoffrey: Ya te he explicado por qué te mentí, cariño -dijo entrando en la habitación-.

Ness: Me has dado una explicación completamente inaceptable. ¡Ya no soy una niña a la que tengas que proteger de la verdad, abuelo!

Geoffrey: Eso mismo me ha dicho Zac -reconoció-.

Vanessa se puso tensa con solo oír el nombre de Zac. Se preguntó en qué contexto habría hecho aquel comentario.

Ness: ¿Te lo ha dicho antes o después de marcharse en su Harley?

Geoffrey: Obviamente antes -respondió con una mueca de dolor reflejada en la cara al ver la maleta que había sobre la cama del dormitorio-. ¿Qué ocurre, Vanessa…?

Ness: He pensado en marcharme yo también, esta misma tarde.

Geoffrey: ¿Marcharte? Pero…

Ness: Tú mismo has dicho que el peligro ya ha pasado y que tu herida no es seria -interrumpió con firmeza-. Y como Zac se ha marchado, no tiene mucho sentido que yo no vaya a la excavación en Iraq, tal y como había planeado desde el principio.

Decidió que su abuelo no tenía por qué saber que había sacado la maleta antes de haber visto a Zac en la Harley.

Geoffrey: Zac no se ha marchado definitivamente, cariño -aclaró-. Simplemente ha salido a dar una vuelta en su motocicleta tras haber estado aquí encerrado durante varios días.

Ness: Oh -respondió palideciendo-.

Geoffrey: ¿Hay algo que quieras contarme? -le preguntó mirándola de manera perspicaz-.

Ness: No, nada -contestó abruptamente, evitando la azul mirada de Geoffrey. De ninguna manera iba a confesarle lo que había ocurrido entre Zac y ella aquella mañana-. Creo que voy a seguir el ejemplo de Zac y salir a dar una vuelta. Tal vez vaya a correr a la playa -añadió-. Más tarde podremos discutir si tiene sentido que continuemos con la investigación de los documentos de la abuela.

Geoffrey: ¿Qué quieres decir? -quiso saber impresionado-.

Ness: Has dicho que la biografía no autorizada que se publicó hace un año fue la razón por la que este hombre del pasado logró encontrarte. Si Zac sigue adelante con la película, quedarás mucho más expuesto.

Geoffrey: Ahora tiene mucho más sentido que Zac ruede esta película, cariño -insistió con firmeza-. ¿No te das cuenta? Es la única manera de disipar el mito y mostrar a Anastasia como la verdadera heroína que fue.

Desafortunadamente, Vanessa comprendía que aquello tenía lógica.

Negó con la cabeza.

Ness: Como ya he dicho, podemos hablar de todo esto más tarde… cuando Zac haya regresado de su vuelta en motocicleta y yo haya ido a correr.

Geoffrey: Es lo mejor -concedió girándose para marcharse. Pero repentinamente se dio la vuelta-. ¿Podéis Zac y tú continuar trabajando juntos…? -provocó sagazmente-.

Ella se dijo a sí misma que Zac no podía haberle dicho nada a su abuelo…

Ness: No veo ninguna razón que lo impida, ¿y tú?

Geoffrey: Ambos parecéis bastante nerviosos esta mañana.

Ness: ¿Te sorprende, teniendo en cuenta que llevamos aquí encerrados juntos dos días?

Y noches. No debía olvidarse de las noches. No podría.


Zac: Geoffrey ha ido a su dormitorio para descansar un poco.

Vanessa levantó la mirada. Estaba sentada en la biblioteca de Hudgens House con uno de los diarios de su abuela en la mano. Había intentado leer, pero la intensa angustia que sentía se lo había impedido.

Haberse tenido que sentar a comer con su abuelo y Zac hacía unas horas había sido una experiencia bastante desagradable. Tanto que finalmente se había excusado con ambos y se había marchado del comedor sin haber probado bocado. Había querido escapar a la biblioteca.

Durante aquella difícil comida no había intercambiado palabra alguna con Zac.

Ness: Probablemente descansar sea lo mejor que puede hacer -comentó, mirándolo-.

Él se preguntó si ella se arrepentía de lo que había pasado entre ambos aquella misma mañana. Le había dolido mucho la manera en la que había intentado echarlo de su dormitorio antes de que nadie descubriera que estaba allí.

Había llegado a conocer muy bien a Vanessa durante los días que habían pasado solos y sabía que ella consideraba su inhibida respuesta ante él como una debilidad, una que no tenía ninguna intención de repetir.

Mientras se acercaba a ella, se dio cuenta de que se echó para atrás en la silla en la que estaba sentada. Frustrado, se quedó mirándola.

Zac: ¿Quieres que me disculpe con Geoffrey y que le diga que tengo que marcharme inesperadamente?

Ness: ¿Por qué demonios querría yo que hicieras eso?

Zac: ¿Quizá porque obviamente no puedes soportar seguir estando en la misma habitación que yo?

Ness: No digas tonterías.

Aunque lo que había dicho Zac era completamente cierto. Le resultaba abrumador estar en el mismo espacio que él tras la intensa experiencia sexual que habían compartido aquella mañana.

Zac: No te comprendo, Vanessa -espetó-. Somos dos adultos que elegimos…

Ness: ¡Sé exactamente lo que hicimos! -bramó ella, levantándose tan abruptamente que su silla cayó para atrás-. ¡Maldita sea! -refunfuñó al agacharse a tomar la silla-. No quiero hablar de esto ahora…

Zac: ¿Querrás hablar de ello alguna vez?

Ness: ¡En realidad, no!

Zac: ¡Estás comportándote como si fueras una pobre mujer indignada e inocente a la que le he robado la virginidad!

Precisamente aquello era lo que sentía ella. Sentía como si él le hubiera robado el control, como si la hubiera desnudado no solo física, sino también mentalmente; había derribado todas sus defensas y le había hecho sentirse vulnerable y expuesta… aunque no le cabía la menor duda de que Zac no sabía lo que había hecho. Pero ella necesitaba tiempo y espacio para volver a levantar sus barreras emocionales.

Ness: ¿Es tu profesión de actor la que te hace ser tan melodramático, Zac? -preguntó, arrastrando las palabras-.

Zac: No es una cuestión de melodrama…

Ness: Claro que lo es -insistió-. Estás leyendo cosas en esta situación que simplemente no existen. Es cierto que nuestro comportamiento de esta mañana hace que sea un poco incómodo que continuemos trabajando juntos, pero… tal y como le aseguré a mi abuelo hace unas horas… estoy deseosa de cumplir con mi parte del trato para que terminemos cuanto antes. Entonces ambos podremos continuar con nuestras vidas –añadió, mirándolo de manera desafiante-.

Él reconoció la misma frialdad en la expresión de la cara de ella que había visto cuando la había conocido hacía seis semanas. Parecía que todo estaba perdido entre ellos.

Ness: ¿Continuamos…? -preguntó sentándose de nuevo en su silla-.

Exasperado, Zac la miró. Sintió como toda la frustración que lo había embargado aquella mañana volvía a apoderarse de él. Mientras había estado dando una vuelta en su Harley, había concluido que había sido normal que Vanessa hubiera estado consternada ante la inesperada llegada de su abuelo. Pero al mismo tiempo había estado seguro de que una vez que ella hubiera superado la sorpresa, habrían sido capaces de sentarse a hablar como dos adultos.

¡No había tenido en cuenta que Vanessa podía ser una adulta muy irritante! Se preguntó si había conocido alguna vez a una mujer más frustrante.

O a una sensualmente más satisfactoria… Durante los anteriores quince años había hecho el amor con docenas de mujeres, pero ninguna lo había excitado tanto como lo había hecho Vanessa durante la experiencia sexual matutina que habían compartido. Había estado a punto de perder el control con solo sentir los labios y los dedos de ella sobre su erección viril… Al notar que de nuevo su sexo se ponía erecto, se dijo a sí mismo que aquello era una locura. ¡Una completa locura!

Zac: Está bien, si es eso lo que quieres -espetó lacónicamente, sentándose en la silla que había frente a ella-.

Aquello no era lo que Vanessa quería, sino lo que sabía que tenía que ser. Por el bien de ambos.




Otra vez como el perro y el gato. Pero no creo que sigan así mucho tiempo XD

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¡Un besi!


2 comentarios:

Maria jose dijo...

Creo que es la primera novela que Vanessa
Es tan testaruda
Espero que cambie y se deja llevar por la pasión
Que existe entre ellos
Sube pronto la novela esta muy buena
Y ya quiero que ella cambie!!!

Sube pronto please!!!

Lau B. dijo...

Sabia que tener que haber algún asesino acechando por algún lado!
Estoy de acuerdo con Vanessa respecto a su abuelo... Ahora con respecto a Zac... No tanto, de hecho en lo absoluto!
Se esta comportando como una niña y si... Si, esta confundida y se siente engañada pero caray! Zac solo quería hablar y al final de todo el excusa su reacción absurda y ella le paga diciéndole que no puede esperar por alejarse de el! En serio Ness? En serio?
Ustedes saben que yo siempre he sido Team Zac pero con esta historia estoy apunto de proclamarme presidenta!
Publica pronto
Xx
Ps: Espero que Vanessa le caigan las fichas y se comporte!

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