topbella

viernes, 15 de mayo de 2015

Capítulo 11


Se despertó con el ruido del tráfico y los rayos de sol que se colaban por la ventana. Se incorporó, se sentó en un borde de la cama y se pasó una mano por la cara.

Miró alrededor y observó el dormitorio con curiosidad. Habían entrado a oscuras la noche anterior y en esos momentos, no le había interesado demasiado la decoración de la pieza.

Las paredes estaban pintadas de un rosa suave, a juego con la colcha y las sábanas de la cama. Un ramo de flores secas coronaba un armario de madera de pino y había varías acuarelas enmarcadas... Todo en el dormitorio era tan femenino como su dueña.

Ness: Buenos días -lo saludó mientras entraba con una taza de café-.

Zac: Buenos días.

Ness: Igual te apetece desayunar -propuso sonriente-.

Zac: ¡Guau! Está riquísimo -exclamó tras dar un sorbo a la taza de café-.

Ness: ¿Me estás diciendo que me habría bastado con prometerte un buen café para traerte a Filadelfia? -preguntó en broma-. ¿Para eso tantas discusiones?

Zac: Bueno, tampoco puede decirse que hayamos perdido todo el tiempo -murmuró con picardía-. Nunca pensé que te gustaran los tonos rosa, Hudgens.

Ness: Hay muchas cosas que no sabes de mí, Rayo -miró su torso desnudo y descendió hasta la parte en que las sábanas cubrían lo más viril de su anatomía-. Por cierto, te sienta muy bien.

Zac: De eso nada -protestó-. El rosa no me sienta bien.

Ness: ¿No? ¿Y qué color te va bien?
 
Zac: El verde -respondió al tiempo que la agarraba con un rápido movimiento y la tumbaba sobre la cama-.

Ness: ¡Ah, no! -se negó entre risas-. Anoche conseguiste distraerme, pero tentemos que hablar.

Zac: ¿De qué?

Ness: De Margaret, lo sabes de sobra.

Zac: ¿Margaret Muldoon? -frunció el ceño y fingió pensar-. Pelo gris, ojos marrones, inteligente, aguda... Resulta que tenemos un amigo en común: Jack.

Ness: ¿Jack? ¿Jack qué más?

Zac: Daniels -sonrió-. Aunque ella lo conoce antes que yo.

Ness: ¡Zachary Efron! -le dio un almohadazo-. ¡No me digas que estuviste bebiendo whisky con tu abuela!

Zac: Yo no te lo he dicho. Estaría rompiendo una promesa.

Ness: No puede mezclar las medicinas con el alcohol -dijo con firmeza-.

Zac: Por eso no se toma las medicinas. ¿Sabes que tiene un lunar detrás de la rodilla con forma de manzana? -añadió al tiempo que le acariciaba la pierna-.

Ness: No. Y no intentes cambiar de tema. El médico le recetó esas pastillas a Margaret para que se controlara la tensión.

Zac: Ella dice que a su presión no le pasa nada que un par de botellas de whisky y unas pocas noches salvajes con un hombre más joven no puedan curar. Hasta me preguntó si no tendría algún amigo de cincuenta o sesenta años.

Ness: No te creo -contestó asombrada-. Margaret te vio anoche por primera vez. ¿Cómo va a haberte dicho todo eso?

Zac: Margaret tiene setenta y ocho años y puede decir lo que le de la gana, morenita. También me dijo que cuando se alcanzaba su edad, no había tiempo que perder -introdujo una mano bajo la parte superior del pijama de Vanessa-. Y yo estoy totalmente de acuerdo.

Ness: ¿Vas a volver a verla? -le preguntó sin aliento-.

Zac: Hemos quedado para comer hoy. Quiere que tú también vengas -la informó-. Y yo también quiero. Si no fuera por ti, yo no estaría aquí -añadió cuando ella hizo gesto de negarse-.

Ness: ¿Y cómo te sientes ahora que estás aquí? -inquirió-.

Zac: Estoy contento... Pero no te he mentido nunca y no voy a hacerla ahora. Tú necesitas algo que yo no puedo darte. Ojalá pudiera, pero no es así -respondió con sinceridad-. Si quieres que me marche, lo entenderé. Yo no quiero, pero si lo prefieres, té obedeceré.

Contuvo la respiración mientras Vanessa guardaba silencio, temeroso de que le pidiera que se fuese. Por suerte cuando ella volvió a mirarlo a la cara, esbozo una sonrisa amable que lo alivió sobremanera.

Ness: ¿Cuánto tiempo tenemos antes de comer? -le preguntó mientras conducía las manos de Zac hacia sus pechos-.

«No lo suficiente» -pensó éste-. «No lo suficiente».


Zac: ¿Dónde está mi ropa? -preguntó una hora más tarde, después de que Vanessa saliera del baño, duchada y vestida-.

Ness: La bajé a la lavandería esta mañana mientras estabas durmiendo. Te la subo ahora, mientras te duchas tú -añadió-.

Zac: ¡Maldita sea, Vanessa! -se enfadó-. Alguien esta intentando matarte y tú te dedicas a pasearte como si nada sin avisarme.

Ness: Te agradezco que te preocupes -repuso-. Pero ya soy mayor, Zac. Puedo arreglármelas sola.

Zac: ¿Cómo que sola? Quedamos en que lo dejarías en manos de la policía en cuanto volvieras a Filadelfia.

Ness: No quedamos en nada. Te dije que informaría a la policía y lo haré; pero no pienso quedarme sentada mientras ellos investigan. Miraré la lista de personas a las que he delatado y seguiré las pistas que vaya encontrando.

Zac: ¿Estás loca? No puedes ponerte a perseguir a un lunático que ya te ha intentado matar en varias ocasiones. La próxima vez te pegará un tiro en la cabeza para asegurarse de que no haya más errores -contestó preocupado-.

Ness: Bueno, supongo que tendré que asegurarme de que eso no ocurra -repuso camino de la salida-. He dejado tu máquina de afeitar en el cuarto de baño, por si la necesitas mientras bajo a por tu ropa.

Zac: ¡Vanessa! ¡Vuelve aquí!

Zac la siguió, tapándose can la sábana, pero prefirió no salir a la calle desnudo, pues eso sí que atraería la atención de cualquier asesino.

De pronto, mientras daba vueltas como loco por el salón, notó que el pomo de la puerta giraba… ¿Vanessa?

Dos hombres de unos treinta años, morenos y de ojos marrones, entraron y…

**: ¿Eres Zachary Efron? -le preguntó el que llevaba una camiseta azul-.

Zac: Sí -por el color de los ojos comprendió que eran los hermanos de Vanessa- ¿Tú eres Andrew Hudgens?

Andrew: Sí. Este es Alex. ¿Dónde está ella?

Zac: Abajo, en la lavandería. Acaba de marcharse.

Andrew: ¿Cuánto tiempo tenemos?

Alex: Cinco minutos.

Andrew: Entonces te aconsejo que hables rápido -amenazó a Zachary-. Muy rápido.


Vanessa se entretuvo más de lo necesario, nada más que para incordiarlo. Él no tenia derecho a decirle adonde podía ir y qué podía o no hacer.

Subió las escaleras con la ropa limpia y seca, y se encontró con que no podía abrir la puerta, pues habían echado el pestillo.

Ness: ¡Abre la puerta, Efron!

Andrew: Hola, hermanita -la saludó tras abrir-.

Ness: Eh, no llegas en un buen momento -dijo mientras entraba-. ¿Por qué no te llamo luego y…? -se quedó de piedra al ver que también estaba Alex presente-.

Por su parte, Zac tampoco parecía entusiasmado con la presencia de sus dos hermanos. Por lo menos, todavía no había corrido la sangre.

Vanessa le tiró la ropa a Zac y este se metió en el baño para vestirse.

Ness: ¿Queréis café? -preguntó esforzándose por mantener la calma-.

Andrew: Tienes que explicarnos un par de cosas.

Ness: Tengo veintiséis años, querido hermano. No es asunto tuyo que salga con un hombre u otro.

Andrew: No me refiero a eso. Ya hablaremos de él más tarde.

Ness: No hablaremos…

Andrew: ¿Por qué diablos no nos has dicho que alguien esta intentando matarte?

Ness: ¿Qué? -preguntó estupefacta-.

Alex: Ya lo has oído -intervino-. Podrías habernos llamado desde Wolf River. Habríamos ido a buscarte.

Ness: No necesitaba que nadie cuidara de mí. ¿Cómo os habéis enterado? Se lo has dicho tú, ¿verdad? -acusó a Zac, que acababa de regresar del baño-.

Zac: Sí, son tus hermanos y pueden ayudarte.

Ness: ¿Cuándo los has avisado? ¿Anoche, cuando me fui de casa de Margaret? -preguntó enfadada-.

Zac: Los llamé desde Wolf River.

Ness: ¿Cómo dices? -exclamó-. ¿Y no me lo habías dicho?

Zac: Quedamos en que...

Ness: Basta -levantó una mano para interrumpirlo-. No me digáis en qué quedasteis o acabaré pegando a alguien.

Andrew: Vanessa -terció con suavidad y firmeza-. Ven con nosotros a casa. Hasta que agarremos a ese tipo.

Ness: No -respondió tras respirar profundo tres veces-. La única manera de solucionar esto es descubriendo quién me persigue y la respuesta tiene que estar en mis archivos. Os aseguro que en cuanto encuentre una pista llamaré a la policía; pero hasta entonces, no pienso ir a ninguna parte.

Alex: Ya te dije que no atendería a razones -comentó-. Hagámoslo a mí manera.

Vanessa no sabía a qué manera en concreto se refería su hermano, pero sí estaba segura de que prefería no descubrirla.

Ness: Sé que los dos estáis preocupados por mí y os lo agradezco -dijo con calma mientras se dirigía a la puerta y la abría-. Pero ahora tengo que hablar con Zac a solas, así que haced el favor de marcharos.

Alex miró a Andrew, el  cual suspiró y fue hacia la salida.

Andrew: Te llamaremos dentro de una hora -le anunció-. Para asegurarnos de que estás bien.

Zac: Estará comiendo con Margaret y conmigo -terció-.

Ness: Estaré en mi oficina. Llamadme allí -afirmó, en cambio, que a pesar de su enfado, se despidió de sus hermanos con dos besos en las mejillas-. No tenías derecho a contárselo -le dijo a Zac luego, una vez a solas-.

Zac: ¿Lo habrías hecho tú?

Ness: Mira Efron -repuso con las manos en la cadera-, esto es asunto mío. Que te hayas acostado conmigo no te obliga a velar por mi seguridad, para largarte luego de mi vida.

Zac: Esto no tiene nada que ver con que nos hayamos acostado. Y yo no me largo de la vida de nadie.

Ness: Llámalo como quieras, pero yo soy dueña de mi vida y tomo mis propias decisiones. Me iba muy bien antes de conocerte y me seguirá yendo bien cuando te marches dentro de veinticuatro horas -aseguró. Luego agarró su bolso y se dirigió a la puerta-. No nos pongamos las cosas difíciles y despidámonos ahora. Creo que será mejor sí te quedas en casa de Margaret esta noche. Dile que siento no poder comer con vosotros. Mañana la llamaré.

Zac: Maldita sea, Vanessa, no puedes...

Ness: Sí puedo, Zac. Por supuesto que puedo -lo cortó-.

Luego abrió la puerta, salió y la cerró de un portazo, asombrada porque sus piernas la mantuvieran en pie, a pesar de lo mucho que le temblaban.

«Maldito seas, Zachary Efron» pensó enfadada consigo misma por haber mentido, porque no era cierto que fuera a estar bien cuando él se marchara; no estaría bien en veinticuatro horas... ni volvería a estarlo jamás.




Oh, no v.v
Qué triste esto último. ¡Tienes que luchar por ella, Efron!

¡Thank you por los coments y las visitas!

¡Comentad, please!

¡Un besi!


2 comentarios:

Unknown dijo...

Que capitulo.
Que lío se le ha armado a Zac pero todo sea por cuidar a Ness.
Y Ness tiene un carácter muy fuerte, debería saber que Zac lo hace porque la quiere y la cuida.
Espero que no le pase nada de nada...


Sube pronto :)

Maria jose dijo...

O no ahora están peleando
Tan bien que ya se están llevando
Ya se entendían he incluso ya se están
Enamorando uno del otro
Espero que solucionen el problema y que
Vanessa se de cuenta que zac la quiere proteger
Por que la ama
La noveka es muy buena
Síguela pronto
Saludos

Publicar un comentario

Perfil