topbella

domingo, 8 de junio de 2014

Capítulo 13


Vanessa sentía la fría madera del suelo bajo los pies. Era evidente que a Zac no le gustaban las alfombras.

Él se incorporó en la cama y observó cómo se acercaba, sin hacer ningún intento de tocarla.

Vanessa dio otro paso.

Zac: ¿Dónde has encontrado el vestido? -inquirió-.

Ella ni siquiera se acordaba de que lo llevaba puesto.

Ness: En un cajón de tu cómoda, mientras buscaba mis cosas.

Zac: Estaban en la caja fuerte del taller. Aunque ese vestido también es tuyo, desde luego.

Ness: Sí -otro paso. Estaba demasiado cerca de Zac, y el corazón le martilleaba el pecho-. ¿Cómo es que lo tenías?

Zac: Lo saqué del cubo de la basura al que lo tiró tu madre. Como recuerdo de la jovencita más cautivadora que vi jamás.

Ness: ¿Esperas que me crea eso? Ni siquiera te fijabas en mí.

Zac: Sí que me fijaba. Y ahora estás incluso más guapa, aunque no pensé que eso fuera posible. Déjate de evasivas, Vanessa. Tú has decidido entrar en el cuarto. Ya es hora de que descubras lo que te has perdido. Lo que nos hemos perdido.

Vanessa dio otro paso y llegó hasta el borde de la cama. Miró los ojos de Zac, aquellos ojos que no delataban nada mientras la observaban. Finalmente, se subió a la cama y se sentó sobre sus rodillas, con la falda del vestido extendida sobre las piernas.

Notó un hormigueo en el estómago mientras Zac se quitaba la camiseta y la arrojaba al suelo, junto a la cama.

Zac: Quítate las braguitas. -Ella emitió un ruidito de protesta, pero él lo ignoró-. Sé por experiencia que cuesta un huevo romperlas, por atractiva que pueda resultar la idea. Quítatelas, Vanessa.

Vanessa deslizó las manos debajo de la falda, introdujo los dedos en las tiras de encaje y empezó a bajarse las braguitas. Le resultaba difícil quitárselas estando arrodillada, de modo que no tuvo más remedio que sentarse en la cama para hacerlo. Estaba a punto de arrojarlas al otro extremo de la cama cuando él la detuvo y se las quitó de la mano.

Ness: Son demasiado pequeñas para ti -dijo en tono bromista-.

Zac: No las quiero para eso -respondió él afablemente-. Ahora el sujetador.

Ness: Este vestido se transparenta.

Zac: Por eso lo digo. -Ella dejó de protestar. Se volvió y se bajó el vestido de punto lo suficiente para despojarse del sujetador-. Pierdes el tiempo tratando de ser pudorosa.

Pero Vanessa ya se había colocado de nuevo el vestido sobre los pechos desnudos y se volvió hacia él.

Ness: Supongo que también lo querrás como recuerdo -dijo tendiéndole el sujetador-.

Zac agarró la prenda y la dejó al lado de la cama. La cama, pensó ella con súbito horror. Estaba en la cama con Zac Efron, y tan solo llevaba puesto un fino vestido que se transparentaba.

Zac: Ahora ponte encima de mí.

Vanessa no pudo evitarlo. Miró la entrepierna de Zac, llena de pánico. La erección que se apretaba contra la cremallera era inconfundible, aunque él ni siquiera se había desabrochado el botón de los vaqueros.

Zac: No, para eso aún falta un poco -dijo leyéndole el pensamiento-. Dado que voy a ser tu terapeuta sexual, tendrás que ir a mi ritmo y hacer lo que yo te diga.

Ness: ¿Y si no quiero?

Zac: En ese caso, puedes irte. No te detendré. Pero, si te quedas, tendrás que ponerte encima de mí.

Vanessa se mordió el labio y se ahorcajó sobre las caderas de él cuidadosamente. Luego miró sus profundos ojos azules.

Él le deslizó la mano debajo de falda, hasta las caderas, y la sentó encima de su erección. Vanessa notó que el bulto era más grande y más duro de lo que había pensado.

Zac le pasó las manos por los muslos lentamente.

Zac: Lo haremos de esta manera -dijo en voz baja y suave-. Tú tendrás el control. Podrás ir tan deprisa o tan despacio como quieras. De ti dependerá. Diablos, incluso dejaré que me ates si así te sientes más segura. No le hago ascos a un poco de sado.

Ness: Eres repugnante.

Zac: ¿Sí? ¿Y por qué estás aquí?

Vanessa se mordió el labio.

Ness: No lo sé.

Zac: Yo sí lo sé. Me deseas. De lo contrario, ya te habrías ido corriendo con el rabo entre las piernas. Salvo que no es eso lo que quieres tener entre las piernas.

La súbita maniobra de Zac pilló a Vanessa desprevenida. De pronto, se vio tumbada boca arriba en la cama, con él encima. El tenue resplandor del televisor se reflejaba en su rostro, confiriéndole un aspecto casi brutal.

Y entonces la besó. Ella abrió la boca para saborear su lengua y su deseo. Se oyó un jadeo ahogado de placer, y Vanessa comprendió que había surgido de su garganta. No debía extrañarle. Besar a Zac había sido su principal fantasía desde que era una adolescente. Su única fantasía.

Él parecía dispuesto a tomarse todo el tiempo del mundo. Le mordisqueó el labio inferior y después le pasó los labios por los párpados antes de regresar a su boca. Vanessa casi temía tocarlo, pero lo rodeó con los brazos y deslizó las manos por la cálida piel y los músculos de su espalda.

Zac interrumpió el beso. Sus ojos azules casi parecían negros en la oscuridad.

Zac: Hoy me adelanté a ti. Es hora de que te compense -le alzó la falda y le metió la mano entre las piernas-. -Ella dejó escapar un gemido entrecortado, pero él lo ignoró-. Vamos, Vanessa. Seguro que te acuerdas de esto. Te gustó. No me digas que no -la acarició con sus largos dedos, haciendo que arqueara el cuerpo instintivamente y ansiara su contacto. Zac volvió a acariciarla, esta vez un poco más fuerte. Vanessa dejó escapar un leve gemido de necesidad-. ¿Ves? Ya te dije que te gustaría -dijo antes de inclinarse para besarle el vientre-. Y esto te gustará todavía más.

Y deslizó la boca entre sus piernas.

Ella empujó contra sus hombros, asustada, pero él no hizo caso. Sostuvo sus caderas con las manos mientras utilizaba los labios, la boca e incluso los dientes para estimularla. Vanessa empezó a temblar, pero no de miedo. Una oleada de calor se propagó desde su entrepierna hasta el resto de su cuerpo, en una espiral de placer que casi le hizo sentir vergüenza.

Se estaba acercando al límite y trató de contenerse, pero ya era demasiado tarde. Notó que comenzaba a convulsionarse mientras Zac le introducía los dedos hasta el fondo en el último momento. Oleadas y más oleadas de tórrido e intenso placer recorrían su cuerpo, y Vanessa no tuvo más remedio que rendirse, dejarse ir. Zac se colocó encima de ella y le cubrió la boca con los labios para ahogar su grito.

Vanessa abrió los ojos, mientras su corazón recuperaba poco a poco su ritmo normal, y vio que Zac permanecía inclinado sobre ella con una expresión engreída en el semblante. Vanessa le habría dado una bofetada de haber tenido fuerzas para ello.

Zac: Eso está mejor -murmuró-. Ahora vamos a quitarte ese vestido. -Ella no protestó mientras Zac le sacaba el vestido por la cabeza. Luego se tumbó en la cama, desnuda, y él la contempló con ojos serenos-. Maldición -exclamó con voz suave-.

Ness: ¿Qué pasa?

Zac: Maldición -repitió antes de darle un beso intenso y profundo. Ella notó el sabor de su propio cuerpo en sus labios. A continuación, él la estrechó entre sus brazos, de modo que sus senos desnudos se apretaron contra su cálida piel-. Es hora de hacer algo más atrevido -murmuró contra su boca-.

Tomó la mano de Vanessa y la colocó sobre la cremallera de sus vaqueros, sobre el duro miembro que había debajo.

Ella no retiró la mano. Sentir su forma debajo de la tela era una experiencia misteriosa e intensa, y el jadeo de placer de Zac la excitó todavía más.

Él se tumbó en la cama boca arriba.

Zac: Eso es, pequeña. Sigue.

Volvió a tomar su mano y la introdujo en los vaqueros para que lo tocase.

Esta vez, ella se resistió, pero Zac le sujetó la mano contra la suave piel de su miembro mientras se desabrochaba la cremallera y se quitaba los pantalones.

Luego buscó algo en la mesita de noche. Vanessa comprendió que era un condón. Se estaba acostumbrando al tacto de Zac, a su piel suave, a la dureza y la humedad de su miembro; no obstante, retiró la mano al oír que rasgaba el envoltorio del preservativo.

Zac: Se acabaron los juegos, pequeña. Esta vez vamos en serio.

Ness: ¿Y antes no? -murmuró aturdida-.

Zac: Quiero que te corras mientras estoy dentro de ti.

Ella meneó la cabeza.

Ness: No resultará...

Zac: Ya te has corrido una vez y estás muy mojada -la alzó, aparentemente sin ningún esfuerzo, y la colocó nuevo encima de sí. Salvo que esta vez los dos estaban desnudos y Zac la sostenía a pocos centímetros de su cuerpo. Vanessa podía sentirlo entre sus piernas, duro y erecto, aguardando a que ella diera el paso-. Ahora depende de ti, Vanessa -dijo con voz tensa-. Si me deseas, tendrás que tomarme.

Ella notaba la punta del miembro contra su sexo. Contuvo la respiración y empezó a bajar, introduciéndoselo poco a poco, centímetro a centímetro, hasta que lo tuvo todo dentro.

Temblaba y estaba empapada de sudor. No tenía sentido que aquella invasión de su cuerpo ejerciera en ella un efecto tan poderoso. Notaba el miembro en su interior, grande, duro y grueso, pero no sintió ningún dolor, de modo que meció levemente las caderas hacia delante, y después hacia atrás, y el placer que experimentó era increíble. Necesitaba más.

Ness: No puedo -dijo entrecortadamente-.

Zac le colocó las manos en las caderas.

Zac: Te ayudaré a empezar -susurró, y empezó a moverla hacia arriba y hacia abajo, a un ritmo lento y regular. Lejos de relajarse, Vanessa sintió que sus ansias aumentaban. Deseaba más, necesitaba más, e inconscientemente aceleró el ritmo-. ¿Tienes prisa?

Su tono era casi perezoso, pero Vanessa podía percibir la tensión de su cuerpo y sabía que estaba sintiendo lo mismo que ella, aquel temblor que la estremecía por dentro.

Ness: No puedo hacerlo yo sola -dijo con voz ahogada y suplicante-. Ayúdame.

Zac: Tus deseos son órdenes.

La tumbó en la cama y se colocó encima de ella.

Vanessa tan solo pudo entrelazar las piernas fuertemente alrededor de sus caderas mientras sentía cómo el placer se intensificaba.

Zac: Estoy dentro de ti -le susurró al oído-.

Introdujo la mano entre sus cuerpos sudorosos y la acarició al tiempo que seguía penetrándola.

Vanessa pudo sentirlo. Sintió cómo el miembro de Zac se hinchaba y daba sacudidas mientras le sobrevenía el orgasmo, y luego no pudo sentir nada salvo un oscuro e indescriptible placer que, en cierto modo, se asemejaba a la muerte.

Zac tardó bastante rato en retirarse de ella. Vanessa estaba demasiado aturdida como para hacer otra cosa que permanecer inmóvil mientras los últimos temblores surcaban su cuerpo.

Notó que él le acercaba los dedos a las mejillas y le limpiaba las lágrimas, pero no abrió los ojos.

Zac: Mi pobre pequeña -murmuró con voz estremecida-. Debí dejar a Mike en aquella fiesta e irme contigo. Era lo que quería hacer, ¿sabes? Llevarte a mi casa y penetrarte hasta dejarte sin sentido. Sabía que la Duquesa haría que me metieran en la cárcel, pero habría merecido la pena -deslizó la mano por el cuello de Vanessa hasta llegar a los senos, y ella emitió un jadeo. Zac se rió-. Todavía no hemos empezado con tus pechos -le pellizcó el pezón, provocándole un deseo casi doloroso-. Ni con tu culo. Ni con tu boca. Me pregunto cuánto tardaré en convencerte para que me lo hagas con la boca. -Ella dejó escapar un gemido-. Trece años, Vanessa -susurró-. Y apenas hemos empezado.


Salió de la habitación y cerró la puerta. Vanessa permaneció tumbada en la oscuridad. El cuerpo le pesaba como el plomo y no podía moverse. Ni dejar de temblar.

Mike podía olerlo. Percibía el olor a sexo que impregnaba todo el edificio. ¿Los fantasmas podían oler? ¿Podían ver a través de las paredes? Solo sabía que él sí podía. Y su oído era también muy fino. Había podido oír los suaves gemidos de Vanessa, el roce de piel contra piel, el entrechocar de cuerpos, los gruñidos entrecortados. Sabía cuándo se había corrido Zac. Lo había visto hacerlo muchas veces a lo largo de los años, de modo que lo conocía mejor que las mujeres a las que se tiraba. Conocía el ruido que hacía al correrse, un gruñido áspero con la garganta. Y sabía que el orgasmo que había tenido dentro de la vagina de su primita había sido el mejor de su vida.

Eso debió haberlo irritado. Nunca le gustó que Zac se echara amantes. A Zac no le gustaba hacerles daño, y el sexo sin dolor era aburrido. Daba igual. Ninguna de ellas le había importado. No había querido a ninguna. No había querido realmente a nadie excepto a su mejor amigo, Mike.

Hasta que lo envió a la muerte.

La venganza era una lata. Pero ver cómo Zac se tiraba a su dulce primita casi hacía que valiera la pena. Sobre todo, porque sabía que iba a matar a Vanessa por ello.

Y lo mejor era saber que Asesino padecería los tormentos de los condenados. Antes de morir también a manos del fantasma de Mike Hudgens.




Aparte de lo repugnante de la manera de actuar de Mike, otra cosa que no me gusta, ¡es lo poco romántico que es Zac! Echo de menos al Zac tierno y mono de las otras noves. Este no es nada delicado ¬_¬
Enserio chicas, esto es una novela pero en la vida real no salgáis nunca con un tipo como él.

¡Thank you por los coments!
Estoy muy contenta de tener más ^_^
¡Así que comentad, please!

¡Un besi!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Zac es un adicto al sexo... jajajajajaj no puedo creer! Es un sexopata... pero me parece que Vane lo deja asi.

Y Mike... cada dia me da mas asco, matar a Zac? Pero antes... Zac va a matar a Vane?? Me parece que Mike odia a Zac y a Vane... pero no entiendo porque..


Increible capi!!!

Sube pronto

Lau B. dijo...

Hmmmm!
Es cierto que es poco romantico pero la cuida mucho y lo romantico depende de cada persona... para mi son la pareja perfecta... en serio me parece que esto se esta poniendo cada vez mejor...
Mike... no hace falta decirlo pero TE ODIO!
En cuanto al misterio para mi esta claro que Mike los detesta a los dos... tal vez se sienta traicionado. La pregunta seria por qué? El nunca quiso a Vanessa de verdad como para decir que Zac se esta metiendo con la hermana/prima de su mejor amigo!..
En fin... ya veremos!
Bye
Xx!

Lau B. dijo...

PS: a ti te debe encantar como nosotros nos morimos por saber que carajos le pasa por la cabeza a Mike para hacer lo que hace!... claro como ya tu sabes!!!
No puedo sacar a Max de mi cabeza... en este momento, como no lo han mencionado estoy, estoy casi seguro de que Mike lo mato! y se me esta partiendo el corazon de a poquito... la insertidumbre no es algo que me agrade!!
Publica Pronto!
Bye
Xx

Unknown dijo...

Zac puede ser un poco bruto, pero se nota que está preocupado por Vanessa!!!!!!! Dice cosas medio asquerosas, pero la quiere!!! Se comporta como un animal, pero es bueno!!! Jajaja, bueno tiene muchos defectos, lo sabemos, pero igual lo amooo!! *.*
Y... bueno, se me viene a la mente algo de por qué Mike los quiere matar a los dos, algo por ahí me dio una pista, pero es algo tan espontáneo que ni sé si estaré en lo cierto! :D.. Ya veremos qué pasa..

Síguela prontooo porfiss!!
Cuídate!

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