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miércoles, 24 de julio de 2013

Capítulo 11


Las densas ramas de los robles se cernían sobre la tortuosa carretera, ocultando la luz de la luna. Zac conducía en silencio, pensando en la mujer que estaba sentada a su lado. Utilizar en contra de Ness sus propias palabras había sido un truco muy sucio, pero no había dudado en hacerlo con tal de persuadirla para que aceptara su plan. Porque jamás habría consentido que se enfrentara sola a Kane.

Se permitió mirarla por un momento. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, como protegiendo su dulce y sensible corazón. No había pronunciado más de dos palabras desde que subió a su coche. Y él tampoco. Quizá no había nada que decir. Ni nada que hacer excepto esperar.

Aspiró su delicioso perfume a lavanda, pero no consiguió con ello aflojar la tensión que atenazaba sus músculos. Solo logró aumentarla. Si pudiera frenar el coche en aquel preciso momento y dar media vuelta… si pudiera alejar a Ness de Kane, de la trampa del FBI, del peligro… Si pudiera dejar todo aquello atrás…

Se perderían. Se perderían en algún lugar donde ni Kane ni el FBI pudieran encontrarlos. Comprarían una casa, fundarían una familia y serían felices… tal y como en el pasado habían planeado. Como siempre habían soñado.

Pero eso era imposible.

Incluso aunque hubieran podido escapar, Zac jamás habría podido dar la espalda a la gente que lo necesitaba: a las víctimas y a sus familiares. Jamás habría podido olvidar la muerte y la crueldad. Dos años atrás, había renunciado a aquellos sueños. Y, desde entonces, su vida no había cambiado. Eso era algo que tenía que aceptar.

Pero de alguna forma, al calor de la presencia de Ness, sentía verdaderas ansias de olvidarlo todo: Kane, Brittany, la trampa del FBI. Ansiaba estrecharla en sus brazos y no volver a separarse de ella nunca más.

El túnel formado por las ramas de los robles se abrió de pronto para descubrir un claro, bañado por la luna. Una elegante casa rural de estilo victoriano se levantaba en su centro, rodeada de césped, como una joya engarzada. Una torre redonda apuntaba hacia el cielo. En el porche principal, un banco de columpio se balanceaba al empuje de la brisa. La Posada de la Lila. Detuvo el coche.

Ness: Es preciosa.

Zac: Sí.

Era preciosa. Y romántica. Pero, esa noche, aquel romántico escenario estaba amenazado por una abrumadora sensación de peligro.

Ness: Me recuerda a aquel lugar de la Bahía Chesapeake… Donde pasamos nuestra luna de miel.

Zac lo recordaba. Demasiado bien. Había hecho la reserva antes de partir para Wisconsin. Antes de sumergirse en la investigación sobre el asesinato de cinco estudiantes universitarias. Antes de que Kane se infiltrara en su cerebro y le contaminara el alma.

Cuando regresó, canceló la reserva. Canceló la boda. Y su futuro.

Se obligó a volver a la realidad. Una amplia extensión de césped bien cuidado rodeaba la casa antes de dar paso a un bosque denso y oscuro. El lugar era perfecto.

A su lado, Ness siguió la dirección de su mirada, hacia el bosque. Y se estremeció.

Ness: ¿Crees que Kane nos estará acechando… ahí fuera?

Zac: Esta noche, no. No es tan estúpido. Sabe que tenemos decenas de policías y de agentes destacados por toda la zona. Esperará hasta que bajemos la guardia. Hasta que se convenza de que no lo estamos esperando.

Vanessa asintió, pero no despegó los ojos de aquella negrura.

Se mordía el labio inferior, como solía hacer siempre que estaba preocupada.

Zac ansió estrecharla entre sus brazos, aliviarla a besos de aquella tensión…

Pero ese era un anhelo que no podía satisfacer.


Temblando por dentro, Vanessa entró en una de las habitaciones de la casa rural. La cama de dosel tenía unas preciosas cortinas de tul blanco. Un delicioso aroma a lilas impregnaba el aire. Y al otro lado de la puerta abierta del cuarto de baño, podía distinguir las velas que rodeaban una enorme bañera.

Habría querido que el FBI la hubiera encerrado en una horrible mazmorra. Habría preferido eso a aquel romántico escenario que debería compartir con Zac… esperando a que Kane apareciera en cualquier momento para poner fin a sus ilusiones. A sus esperanzas.

Se obligó a caminar hasta la ventana. Descorriendo las cortinas con manos temblorosas, contempló las dos filas de luces que rodeaban el sendero de entrada. Una sombría figura se dirigía hacia la casa, llevando una pesada caja. Habría reconocido la silueta de Zac en cualquier parte. Esa noche, sin embargo, sus movimientos eran tensos, entorpecidos, no tan fluidos como de costumbre. Parecía encogido sobre sí mismo, como si estuviese protegiendo una herida. Sufría. Era obvio.

Sintió una opresión en el pecho. Los últimos días habían sido como un horror amontonado tras otro. El secuestro de Brittany. Las amenazas de Kane. Los asesinatos de Fiona Hamilton y del agente Palmer. Y ahora la preocupación de que Zac estuviera arriesgando su vida por ella.

Y sin embargo, a pesar de todo ello, aún podía aferrarse a una esperanza. La esperanza de que pudieran detener a Kane y rescatar a Brittany. Sabía que, tarde o temprano, aquella pesadilla terminaría. Y el sol volvería a salir, imponiéndose a las tinieblas.

Zac, sin embargo, ni siquiera tenía ese consuelo. Cuando aquel caso terminara, se concentraría en la captura de otro asesino múltiple. Y a ese asesino seguiría otro, y otro más. Se abismaría en la crueldad de otros asesinos, y en el horror de sus víctimas. Viviría para siempre sumergido en las tinieblas.

Y lo peor de todo era que tendría que recorrer solo aquel camino.

Se estremeció. No alcanzaba a imaginarse la vida que debía de haber llevado durante aquellos dos años, desde la primera vez que trabó contacto con la maldad de Derek Kane. Desde que la alejó de su lado. Día tras día enfrentándose a horrores innombrables. Noche tras noche enfrentado a la oscuridad. A las tinieblas.

Y a esa vida tendría que regresar cuando terminara con Kane. A no ser que ella pudiera convencerlo de que no tenía por qué estar solo. De que juntos estarían mejor. De que juntos serían más fuertes.

Dejó caer la cortina de la ventana. Sería inútil. Dos años atrás, Zac no se había permitido creer en eso. Y no había ningún motivo para esperar que ahora sí pudiera permitírselo. Pero no podía dejarlo solo en aquella oscuridad, en aquel mundo de tinieblas. No lo haría. Al menos, tenía que intentarlo.

Suspirando, salió del dormitorio y entró en el salón contiguo, que estaba comunicado por una escalera con el piso inferior. Zac acababa de dejar la caja sobre una mesa. Irguiéndose, se volvió para mirarla.

Zac: ¿Qué tal te encuentras?

Ness: Bien -mintió-. Las habitaciones son una maravilla.

Zac: Sí que lo son -el farol que colgaba del techo iluminaba sus rasgos duros. Seguía tenso, rígido-. Abajo hay algunos sándwiches, si tienes hambre.

Ness: Gracias, pero no tengo apetito.

Zac: ¿Y sed? También hay limonada.

Ness: No, gracias -miró la caja que había dejado sobre la mesa-. ¿Los informes de Kane?

Zac: Sí. Pensé que sería mejor repasarlos. Tal vez me haya pasado desapercibido algún dato relevante. Alguna pista que nos permita localizarlo.

Ness: Me gustaría ayudarte.

Zac: Son informes confidenciales del FBI, Ness.

Sabía perfectamente lo que eran. Y también sabía que la principal razón por la que no quería que lo ayudara a repasarlos tenía más bien que ver con las horribles imágenes que contenían. Con las fotografías de los crímenes de Kane. En cualquier caso, no tenía ganas de discutir.

Ness: ¿Cómo ha sido tu vida durante estos dos últimos años, Zac?

Zac: ¿Qué quieres decir? -le preguntó a su vez, frunciendo el ceño-.

Ness: ¿Qué es lo que sueles hacer? En un día normal, por ejemplo.

Zac: Trabajar mucho.

Eso era obvio. Estaba segura de que trabajaba todas las horas del día. Y que dormía poco.

Ness: ¿Eso es todo lo que haces?

Zac: Voy al gimnasio.

El gimnasio, por supuesto. El ejercicio físico siempre había sido su manera de combatir el estrés. Y a juzgar por sus abultados bíceps, durante los dos últimos años debía de haberse ejercitado bastante.

Ness: ¿Haces algo más… aparte de trabajar y de ir al gimnasio?

Zac: No tengo tiempo para nada mas -dándole la espalda, se puso a revisar los informes-.

Tal como había sospechado. Una vida inmersa en la oscuridad. En las tinieblas.

Ness: ¿Y por qué no te lo buscas?

Zac: ¿Buscarme tiempo para qué, Ness? -suspiró frustrado-. ¿Para hacer calceta?

Ness: Para algo más que no sea la muerte y el asesinato. Para disfrutar de la vida.

Zac: ¿Adónde quieres llegar?

Ness: Has dejado que Kane se apodere de tu vida.

Zac: Mira, ese canalla se ha escapado de la cárcel. Ha secuestrado a tu hermana. Ha asesinado ya a dos personas, y ahora va a por ti. ¡Por supuesto que se ha apoderado de mi vida!

Ness: No me refería a eso -alzó una mano-. Se ha apoderado de tu vida, pero no solo desde que se ha escapado esta última vez, sino desde antes. Desde hace dos años. Has dejado que se te meta debajo de la piel. Desde hace dos años, has consentido que te arrebate todo lo bueno que hay en tu vida. Te ha dejado a solas con la oscuridad, con el mal, con la muerte.

Zac: Todo eso forma parte de mi trabajo. ¿Qué quieres que haga? ¿Que renuncie? -sacudió la cabeza, incrédulo-. Si lo hiciera, moriría más gente.

Ness: No te estoy sugiriendo que renuncies. Jamás haría una cosa así.

Zac: ¿Entonces qué me estás sugiriendo?

Se mordió el labio. Ansiaba sugerirle que la amara, que se casara con ella, que retomaran la vida que habían planeado llevar juntos, una vida llena de alegría, de niños. La vida que había destrozado Kane. Pero sabía que eso sería una pérdida de tiempo.

Ness: Habla conmigo. Aquí, ahora. Quizá pueda ayudarte -conteniendo el aliento, lo miró a los ojos. De repente vio que su expresión se suavizaba-.

Zac: No puedes ayudarme.

Ness: Pero conozco a Kane. Y te conozco a ti. Y tal vez yo sea la única que pueda ayudarte.

Zac: No puedes.

Ness: Sigues teniendo miedo de contaminarme, ¿verdad? De mancharme. -Zac tensó la mandíbula, pero no dijo nada. No hacía falta-. No eres tú quien está manchado, Zac. Son los asesinos a los que das caza. Tu trabajo solo es una parte de tu persona. Tú eres mucho más.

Suspirando, negó con la cabeza.

Zac: No. Eso no es algo que puedas separar de mi persona. Este trabajo cambia a la gente, Ness. Te hace ver el mundo de una forma completamente distinta. Te cambia.

Ness: Sé lo que quieres decir, Zac, pero…

Zac: No, no lo sabes. Y yo no te lo estoy explicando nada bien -se pasó una mano por la cara, con gesto cansado. Cuando volvió a mirarla, lo hizo con una expresión de tristeza y arrepentimiento-. Apuesto a que tienes un permanente nudo en el estómago. Por eso no tienes apetito, a pesar de que solo has comido una vez en las últimas cuarenta y ocho horas. -Vanessa lo miró en silencio. Resultaba obvio que tenía razón, así que lo dejó continuar-. ¿Y dormir? Debes de haber dormido unas tres horas desde el momento en que llamé a tu puerta. -Otra afirmación que Ness no podía negar-. No puedes comer. No puedes dormir. Kane ha destrozado tu tranquilidad de espíritu, Ness. Y eso no tiene remedio. Nunca volverás a sentirte a salvo. Incluso aunque esta trampa funcione a las mil maravillas. Incluso aunque rescatemos a Brittany… y atrapemos a Kane. Nunca volverás a entrar en tu casa sin ver el cuerpo de Fiona Hamilton en el porche. Nunca volverás a mirar por una mirilla… sin ver los ojos de Kane observándote. -Aquellas palabras no pudieron afectarla más. Tenía razón. Esos sucesos la acompañarían durante el resto de su vida-. Y cuanto más tiempo te expongas a la maldad de Kane, peor será. Créeme. Te irá devorando por dentro, hasta que veas en cada hombre, hasta en el ser más inofensivo, un asesino -cerró los ojos, como acosado por imágenes que solamente él pudiera ver. Imágenes de muerte que estuvieran alojadas para siempre en su cerebro. Suspirando profundamente, volvió a abrirlos-. Luego, de repente, nada será como antes. Todo significará una amenaza, un peligro. Y cada día, desde que despiertes hasta que vuelvas a dormirte, si es que puedes… lo único que verás será el mal, la crueldad, la muerte. -Vanessa se estremeció. Y Zac la acercó hacia sí, frotándole tiernamente un brazo, como si quisiera hacerla entrar en calor-. Pues imagínate todo eso y multiplícalo por las decenas de casos de los que me ocupo cada año. Eso es lo que siento, lo que vivo. Tú hablas del mal y de la muerte, pero yo los conozco de cerca, íntimamente. Están dentro de mí. Forman parte de mi persona. -Vanessa se aferró a él, conmocionada, desesperada. Ahora lo entendía-. Mientras trabajaba en el caso de Kane, hace dos años, me di cuenta de que había traspasado la línea. Había cruzado la frontera. Era como si hubiese perdido la capacidad para ver las cosas con los ojos de una persona normal. No podía disfrutar de nada, ni siquiera de un día soleado, o de la brisa fresca, o del aroma de las lilas. Lo único que veía era oscuridad. Lo único que podía oler era sangre… -Su rostro reflejaba una inmensa tristeza. Una tristeza que, según pudo descubrir Vanessa, no podía aliviarse con una caricia, o con unas cuantas palabras amables. Una tristeza que no tenía cura-. Por eso mi vida es así, Ness. No tiene remedio. Y arrastrándote a ti a este infierno tampoco voy a resolver nada.

Vanessa sacudió la cabeza. Quizá Zac creyese en un destino fijado para siempre, pero ella no.

Ness: Cuando vi la fotografía de Brittany en la celda de la cárcel, me dijiste que no me dejara vencer por Kane. Pero eres tú quien se está dejando vencer por él, al renunciar a todo lo bueno y lo alegre que puede haber en tu vida. Al dejarte dominar por la oscuridad, le estás entregando en bandeja la victoria. -Zac giró la cabeza, apretando la mandíbula. Ness se aferraba a su brazo como si su vida dependiera de ello. Ahora era su turno. Su turno de hacerle comprender-. Pero no tiene por qué ser así. No tienes que hacerlo todo tú solo. Juntos somos fuertes. Juntos podremos soportar cualquier cosa.

De pronto se volvió hacia ella, fulminándola con la mirada.

Zac: Tú eres más fuerte sin mí, Ness. Ojala no me hubieras conocido.

Ness: ¿Sabes una cosa? Si realmente piensas eso… entonces ya le has dejado ganar a Kane, y a todos los que son como él.

Zac: Lo pienso, Ness -murmuró en voz baja-. Y tú deberías pensarlo también.

Vanessa cerró los ojos. El dolor de Zac era mucho más profundo y estaba mucho más fijado de lo que lo había sospechado en un principio. Quizá tuviera razón. Quizá realmente había cosas que no tenían remedio, que no podían arreglarse. Y quizá había gente que jamás podría ser salvada. Dios sabía que, muy probablemente, su madre había sido una de esas personas. Bebiendo y bebiendo hasta la muerte en un constante esfuerzo por olvidarse de todas las decepciones que había sufrido. ¿Podría Brittany ser también una de ellas?

¿Podría serlo Zac?

Se estremeció de pies a cabeza. Tal vez no pudiera salvar a Zac. Pero sí podía hacer algo al respecto.

Ness: Sé que no puedo ahuyentar la oscuridad, Zac. Pero sí que puedo darte un rayo de luz. -Le acarició la mandíbula. Bajo sus dedos, el contacto de su barba era áspero como la lija. Áspero y duro. Como el hombre en que se había convertido-. Déjame amarte, Zac. Solo por esta noche. Déjame tocarte, y acariciarte, y amarte. Lo necesitas. Y yo también.




Si os ha gustado este capi, el siguiente os chiflará XD. Es el más esperado, eh ;)

¡Gracias por los coments!

Lau, si me vuelves a preguntar cuando pongo el test, haré uno solo para ti con un millón de preguntas en el que te pediré que me digas todas y cada una de las frases de todos los personajes ^_^

¡Comentad!
¡Un besi!


6 comentarios:

Unknown dijo...

*.* Pobrecito mi Zac :(
Me siento mal por él.. será así realmente la vida de esas personas?. Yo veo una serie que se llama Criminal Minds y es sobre agentes del FBI, y uno de los asesinos que ellos persiguieron amenazó al líder del grupo y mató a su ex esposa por venganza...

Me encanta la nove..!!
Please please please publica muy pronto :)

Unknown dijo...

AY EN ESTE CAPI ME DIO MUCHA LASTIMA ZAC.. TEME POR NESS Y POR SU FUTURO JUNTOS.
SE QUE LA AMA! SE QUE SE AMAN!


Y A LO ULTIMO.. LAS PALABRAS DE NESS ME DIERON TERNURA!

SUBE PRONTO.

Lau B. dijo...

PUBLICAAAAAAAAAA!
este capitulo me encanto porque estuvo lleno de respuestas! las razones por las cuales los dos ultimos años estuvieron llenos de dolor y sufrimiento para ambos!
Yo AMO la soluciones!
Bye
Xx
PUBLICA PRONTISIMO PLEASE

Lau B. dijo...

Una cosa mas.... XD sabes que solo te digo lo de el test para molestarte! tomate tu tiempo! sin presiones... con el test! en cambio con publicar el capitulo siguiente tienes TODA la presion de tus lectoras... mas la mia que por lo general es el triple de todas ellas juntas XD...
Lo sé,lo sé soy una intensa =P

Lau B. dijo...

PUBLICA PRONTO PUBLICA PRONTO PUBLICA PRONTO!!
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Lau B. dijo...

Se me olvidaba contarte! en AXN (el canal) van a estrenar una serie policiaca con un tipo que secutra mujers las lleva a un bosque las deja libres para luego perseguirlas con un cuchillo y asesinarlas y cuando vi el comercial salia la chica corriendo y la silueta del tipo con el cuchillo tas ella en ese intaste grite KANEEEEEE!!!!!!!!!!!!! XD mi familia estaba conmigo... toda... X_x
I'm a weirdo...
Publica pronto
Bye
Xx

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