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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Capítulo 3


Grace Harding observó a la joven embarazada que estaba sentada a su lado. Así que Dave Rhodes era el padre de su bebé. No era sorprendente, pero sí empeoraba la opinión que Grace ya tenía de él. Olivia le había contado muchas cosas, sobre sus engaños, sobre los préstamos, que eran como robos, porque nunca había pensado en devolverle el dinero a su padre, y sobre los rumores de las mujeres a las que había engañado. Grace no le encontraba explicación al hecho de que Ben Rhodes, uno de los hombres más decentes y honorables que había conocido, tuviera un hijo como Dave. Dave no sólo era el padre de aquel niño, cosa que Grace no dudaba ni por un instante, sino que además le había mentido a Vanessa.

Así pues, ella haría todo lo posible por echarle una mano a la muchacha. Sabía que Charlotte y Ben también lo harían.

Grace: Voy a buscar la lista de alojamientos -le dijo a Vanessa, y se puso en pie-.

En la biblioteca había un listado de pensiones y hoteles de la zona. El mejor alojamiento de todo el pueblo era Thyme y Tide Bed & Breakfast, regentado por Bob y Peggy Beldon. Sin embargo, la pareja había salido de viaje durante las vacaciones. Así pues, Vanessa no podría quedarse allí. Sin embargo, había algunos hoteles junto a la carretera principal.

Ness: Tengo que estar a poca distancia de casa de los Rhodes -dijo cuando Grace le entregó la lista-. No he traído coche.

Grace: No te preocupes. Si hay alguna habitación que esté lejos, yo iré a buscarte y te llevaré a casa de Charlotte mañana por la tarde.

Vanessa la miró con los ojos muy abiertos, de asombro.

Ness: ¿De veras haría eso?

Grace: Claro. No será ningún problema. Yo voy en esa dirección.

Ness: Gracias.

Grace se encogió de hombros ligeramente.

Grace: Estoy encantada de hacerlo. -El ofrecimiento era muy sencillo, y sin embargo, parecía que Vanessa estaba muy agradecida-. Discúlpame un momento, ahora tengo que hacer otra llamada.

Ness: Claro. 

Ella ya había sacado su teléfono móvil, sin duda para empezar a buscar habitación.

Grace volvió a su despacho, se sentó en el escritorio, descolgó el auricular del teléfono y marcó el número de Olivia. Su querida amiga estaba en casa aquel día, pero, desafortunadamente, no porque fuera Nochebuena. A la juez Olivia Griffin le habían diagnosticado un cáncer de mama y ya había sido operada. Iba a empezar las sesiones de quimioterapia y de radiación a principios de año. Tenía una baja por enfermedad y no estaba en el juzgado. El mes anterior había sido muy difícil, sobre todo cuando Olivia había sufrido una infección que había estado a punto de terminar con su vida. Grace se estremeció al pensar en lo cerca que había estado de perderla.

Olivia respondió al teléfono rápidamente.

Olivia: Has tardado muchísimo en volver a llamar. ¿Sigue la muchacha en la biblioteca?

Grace: Sí. Ha decidido quedarse en el pueblo esta noche para hablar con Ben y con Charlotte mañana por la tarde.

Olivia: Oh, no…

Grace: ¿Quieres que le diga que es mejor esperar? 

Como Olivia, detestaba la idea de que Ben y Charlotte recibieran aquella noticia nada más llegar a casa.

Olivia: No lo sé. Supongo que estarán cansados…

Grace: Lo cierto es que no creo que esto deba esperar. Es evidente que Vanessa va a dar a luz muy pronto.

Olivia: Percibo un titubeo en tu voz, Grace Harding. Hay algo más, y te estás preguntando si deberías decírmelo.

Olivia tomó aire.

Grace: Parece que Dave le dijo a Vanessa que iba a pasar las fiestas con Ben y Charlotte.

Olivia: ¡Lo sabía! Es mentira. Ben y Charlotte llevaban planeando este crucero durante meses, y Dave lo sabía muy bien. ¿Por qué ha hecho esto?

Grace no tenía la respuesta, aunque sí tenía una opinión clara sobre Dave y sus motivaciones.

Olivia: Seguramente, lo ha hecho para librarse de la chica. Me enfurece el modo en que Dave manipula a la gente y después desecha a todo el mundo como si fuera basura.

Grace: Parece que es exactamente lo que ha hecho en esta ocasión. 

Ella recordaba bien que Dave había intentado sacarle a Charlotte varios miles de dólares unos años antes. Aquel hombre no tenía conciencia.

Olivia: ¡Pobre muchacha! Sola en Navidad. Es horrible. Si pudiera, le retorcería el cuello a Dave con mis propias manos.

Grace: Me parece que tendríamos que hacer cola para conseguirlo -dijo irónicamente-.

Olivia: Pues sí. Bueno, ahora que me has explicado el asunto de esta Vanessa, cuéntame qué te ha pasado en el brazo.

Instintivamente, Grace se llevó la mano al brazo derecho.

Grace: Te vas a reír -le dijo, sonriendo, aunque cuando había sucedido no había sido muy gracioso-.

Olivia: Grace, por lo que he oído, te hiciste mucho daño.

Grace: ¿Quién te lo ha dicho?

Olivia: Justine. Se encontró con Cliff en la farmacia cuando él iba a recoger lo que te habían recetado.

Grace: Ah, sí.

Los pueblos pequeños eran así. Todo se sabía inmediatamente, no había nada privado. En ocasiones, eso podía ser beneficioso, pero también muy embarazoso. La hija de Olivia, Justine, lo sabía, así que el marido de Olivia, que casualmente era el editor del periódico local, también lo sabía. A Grace no le sorprendería que escribiera un artículo humorístico sobre su percance.

Olivia: ¿Qué pasó? 

Grace no vio ningún motivo para ocultarle la verdad a su amiga.

Grace: Me mordió el dromedario.

Olivia: ¿Cómo? ¿El dromedario? ¿Qué dromedario?

Grace sonrió. Olivia había reaccionado del mismo modo que el doctor Timmons. Según el médico, aquélla era la primera vez que trataba a alguien por la mordedura de un camélido.

Grace: Cliff y yo estábamos guardando a los animales del belén viviente -le explicó-. ¿No te acuerdas? La iglesia metodista nos los trajo.

Grace no sabía de dónde había salido aquel dromedario, pero por ella podía irse rápidamente a su casa. E iba a hacerlo. El día anterior había sido el último con apariciones de animales. Volverían a su sitio después de Navidad. Ella iba a echar de menos al burro, porque se había encariñado con él. Pero, ¿al dromedario? ¡Adiós, Bella Durmiente! Grace estuvo a punto de soltar un resoplido al recordar el nombre del animal.

Olivia: Claro. El belén viviente. No he podido verlo. Así conociste al dromedario.

Grace: Sí. Fui a darle de comer al dichoso bicho. Cliff me había advertido de que los dromedarios pueden tener muy mal humor, y yo creía que estaba teniendo cuidado.

Olivia: Pues parece que no tuviste el cuidado suficiente -dijo riéndose-.

Grace: Eh, no tiene gracia -dijo un poco molesta por el hecho de que su amiga no le demostrara comprensión-. Te diré que duele.

Olivia: ¿El muy bestia te atravesó la piel?

Grace: Es una hembra, y sí, me atravesó la piel. Bella Durmiente me atravesó dos capas de ropa.

Olivia: ¿Tuvieron que darte puntos? -preguntó con cierta preocupación-.

Grace: No, pero el doctor Timmons me recetó antibióticos y me vendó el brazo. Cualquiera diría que me lo han amputado. Esta mañana no encontraba ropa que pudiera ponerme sobre el vendaje.

Olivia: Pobrecita.

Grace: Así está mejor -respondió en un tono satisfecho-.

Olivia: Que Cliff le dé de comer a la dromedaria de ahora en adelante.

Grace: Eso tenlo por seguro.

Olivia: Bien.

Grace: Y eso no es todo.

Olivia: ¿Qué ha pasado? ¿También te ha mordido el burro?

Grace: No, pero me pisó una oveja.

Olivia: Pobre Grace.

Grace: Gracias.

Olivia: Una oveja no puede pesar tanto.

Grace: Esta sí. Tengo un moretón en todo el empeine del pie.

Olivia: Oh, pobrecita Grace.

Grace: No parece que lo sientas mucho.

Olivia: Oh, claro que sí, claro que sí.

Grace: Bueno, está bien. No hemos hablado mucho estos últimos días, así que cuéntame qué vais a hacer en Navidad.

Olivia: Nada del otro mundo. Esta noche van a venir a cenar Justine, Seth y Leif, y nos daremos los regalos. Después iremos a misa, a las ocho. ¿Y tú y Cliff?

Grace: Lo mismo. Vendrán Maryellen, Kelly y los nietos. También va a venir la hija de Cliff, Lisa, y su familia. Mañana iremos todos a comer a casa de Maryellen y Jon.

Olivia: Jack y yo vamos a cenar solos mañana. Le ha dicho a todo el mundo que va a cocinar él, pero entre tú y yo, creo que va a pedir la cena a D.D's -dijo con una carcajada, divertida por los recursos de su marido-. Justine nos invitó, pero hemos decidido quedarnos en casa. Iremos el año que viene -pareció una promesa-.

En la Navidad del año siguiente, todo habría vuelto a la normalidad. Olivia habría terminado con el tratamiento en primavera. El valor y la fuerza con que Olivia encaraba todo lo que iba a suceder impresionaban a Grace, y hacían que se sintiera humilde. Como todas las mujeres de su edad, habían sufrido, y habían superado tragedias y penas. Y ahora, Olivia tenía que vérselas con un cáncer.

Grace se puso en pie y se acercó a la ventana de su despacho, que ofrecía una vista de toda la biblioteca. Vanessa seguía sentada, pero tenía la espalda encorvada, y el teléfono colgando de una mano.

Grace: Tengo que dejarte.

Olivia: ¿Problemas?

Grace: Tengo que ir con Vanessa.

Olivia: Mantenme informada, ¿de acuerdo? 

Grace: En todo lo que pueda, sí.

Olivia: Bueno, gracias. Y oye, Grace, ¡no te acerques a la dromedaria! -añadió con una carcajada-. 

Después, colgó.

Cuando volvieran a quedar en el Pancake Palace, Grace iba a obligar a Olivia a que la invitara a su tarta de crema y coco.

Grace llamó a su marido rápidamente. Después salió de su despacho y se acercó a Vanessa.

Grace: ¿Cómo van las cosas?

Ness: Me temo que no muy bien. He intentado llamar a Dave. Tengo su número de teléfono móvil, y creía que iba a responder. Es Nochebuena, y tiene que saber que estoy esperando a tener noticias suyas.

Grace le tomó la mano a Vanessa.

Grace: ¿Y no ha respondido?

Ness: No. Es más, ha cambiado de número. La semana pasada… intenté ponerme en contacto con él en su oficina de California, y me dijeron que ha dejado el trabajo. Los dos trabajábamos para la misma empresa de seguros. Así nos conocimos.

Grace: Oh, vaya.

Ness: No me atrevo a decírselo a mis hermanos.

Grace: ¿Cuántos hermanos tienes?

Ness: Tres. Yo soy la menor. Esperaba que Dave estuviera aquí con sus padres, pero sabía que no había muchas posibilidades de que me hubiera dicho la verdad.

Grace asintió para animarla a que continuara.

Ness: Creo que ya le he contado que mis hermanos quieren obligar a Dave a que se case conmigo. O por lo menos, obligarle a pagar todas las mentiras que me ha dicho. Decidieron que iban a venir a Cedar Cove a enfrentarse a él, y si no lo encontraban, a hablar con su familia.

Grace se imaginó lo angustioso que habría sido para Ben y para Charlotte volver de vacaciones y encontrarse a los tres hermanos de Vanessa, enfadados, esperándolos. Y además, el día de Navidad.

Ness: Por eso es importante que yo hable con Ben y Charlotte.

Grace: Creo que sí.

Ness: Salvo que…

Grace: ¿Sí?

Ness: Salvo que parece que tengo que volver a Seattle hoy mismo.

Grace: ¿Por qué?

Ness: He llamado a todos los sitios de la lista, y no hay ninguna habitación libre.

Grace: ¿En ningún sitio? ¿Ni siquiera en Comfort Inn?

Vanessa negó con la cabeza.

Ness: Nada.

Grace: ¿Quieres decir que todo está reservado?

Ness: Sí. No hay sitio en la posada.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Owww no hay sitio
Como a la virgen Maria xD
Esta interesante!!
Ya quiero enterarne si los hermanos de Ness le dan su merecido Dave

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