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lunes, 7 de agosto de 2017

Epílogo


Dos años después

Zac: Espera un momento -dijo tirando de Vanessa para que se detuviera en la acera-. Quiero ver esto.

Rufus, al que Vanessa llevaba atado de la correa, se detuvo obediente y se sentó sobre sus cuartos traseros. Vanessa se volvió para ver el escaparate de la librería Camelot. La librería local había dedicado todo un escaparate a su primer libro de recetas y recuerdos: Comida para pensar. La sabiduría de una familia de panaderos, escrito por Vanessa Hudgens y con fotografías de Miley Cyrus. Aquel precioso volumen tenía un aspecto tan cálido y apetitoso como las tartas de su abuela. Había sido publicado la semana anterior y Vanessa todavía estaba flotando de felicidad.

Ness: Es un libro -dijo sonriendo y sacudiendo la cabeza-. Todavía no me puedo creer que exista el libro.

El día de su publicación habían celebrado una fiesta en la panadería. Había sido tanta la gente que había llegado que habían tenido que organizar un dispositivo de tráfico especial. Vanessa no estaba segura de si la gente iba para disfrutar de la tarta de whisky o porque quería un libro autografiado, pero el caso era que habían llegado a cientos.

Zac: Vamos a comprar uno.

Ness: Tengo una caja llena de libros en casa.

Zac: Como si eso pudiera detenerme.

Le sostuvo la puerta y entraron juntos, con el perro. La librería estaba en silencio. El dependiente que estaba detrás del mostrador no reconoció a Vanessa, que llevaba el rostro prácticamente oculto por el gorro de lana y la bufanda con los que se protegía del frío de febrero. Además, estaba gorda como un kolache con el embarazo. Zac pagó el libro y le sonrió al dependiente.

Zac: Es de mi autora favorita.

Vanessa se sentía a punto de elevarse del suelo.

Ness: Creo que no voy a acostumbrarme nunca a esto.

Las calles estaban desiertas. La gente procuraba evitar el frío. Una vez fuera de la librería, Zac sacó el libro de la bolsa, lo abrió por la primera página y leyó la dedicatoria: «En memoria de mis abuelos, Helen y Leopold Hudgens».

Zac: Estén donde estén, estoy seguro de que ahora mismo están muy orgullosos de ti.

Vanessa asintió, pero sintió de pronto el escozor de las lágrimas, a lo mejor por culpa de lo revueltas que tenía las hormonas a causa del embarazo, o quizá fuera porque le resultaba imposible pensar en sus abuelos sin acordarse de su madre. Le habían hecho la autopsia a los restos de Anne. Las heridas se debían a una caída desde gran altura. En eso Matthew no había mentido. Su madre se había caído, pero él tenía tanto miedo de que le acusaran de su muerte que, después de averiguar que no llevaba los diamantes consigo, había escondido su cadáver. Estaba en prisión en aquel momento. Troy, su hijo, estaba estudiando en la universidad.

Pero ya no debía seguir pensando en el pasado, se dijo Vanessa. Que sus abuelos, Anne y Derek descansaran en paz.

Zac: ¿Sabes? -volvió a guardar el libro en la bolsa-. El libro es precioso -le acarició el vientre-, tú eres preciosa y te quiero.

Tenía una habilidad particular para detectar sus cambios de humor, algo que a Vanessa no le sorprendía. Siempre había sido así.

Observó su reflejo en el cristal del escaparate de la tienda: el reflejo de dos supervivientes que pronto formarían una familia. Y lo que sintió, en medio del invierno, fue un calor capaz de vencer el frío más intenso.


FIN




¡Qué cute! 😍

Qué novela más larga y qué bonita.
Espero que os haya gustado tanto como a mí.

¡Muy pronto la próxima!

¡Gracias por leer!


2 comentarios:

Maria jose dijo...

Que lindo!!!!!!
Final perfecto y hermoso
Ya quiero saber de que sera la siguiente
Me encanta ver
"Muy pronto la proxima"
Jamas me fastidiare de tus elecciones


Saludos!!!

Lu dijo...

Awww que bonito!
Me ha encantado esta novela, fue muy linda.

Sube pronto :)

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