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jueves, 20 de febrero de 2020

Capítulo 10


Ness pasó el fin de semana pensando en lo que le había dicho a Zac. Sería un padre fantástico, pero dudaba que la hiciera caso. Era muy obstinado.

La había advertido que no se enamorara de él, pero no podía evitar que lo hiciera. Y ella no podía evitar que él diera a Katie en adopción.

Pero si él no la criaba, había otra opción que acababa de pasársele por la cabeza y no podía quitarse de encima.

Si Zac no quería quedarse con Katie, lo haría ella.

Era tan sencillo que no podía creer que no lo hubiera pensado hasta entonces.

Ella adoptaría a la niña. La educaría y la querría.

Zac podría seguir siendo parte de su vida, parte de la vida de Ness.

Él era muy obstinado. Probablemente se opusiera a la idea diciéndole que sería una madre soltera, pero si se lo ponía difícil, llamaría a la señora Anderson y seguro que se pondría de su lado.

De algún modo le haría ver a Zac que ella tenía que ser la madre de Katie, y tal vez, algún día, él se diera cuenta de que tenía que ser su padre y estar con Ness.

Una vez tomada la decisión, Ness empezó a maquinar cómo planteárselo.

Sabía que Zac se opondría, ya que tenía unos requisitos muy específicos para los padres de Katie a los que ella no llegaba. Pero también sabía que poca gente podría quererla como la quería ella.

Eso tenía que contar de algún modo.

Ella llegó a su casa el domingo por la tarde con unos sándwiches para cenar.

Tenía el estómago contraído por la tensión. Su sándwich estaba intacto mientras Katie jugaba y botaba alegremente sobre su rodilla, despreocupada por lo que el futuro podía depararle.

Ness: Zac.

Él no respondió. Estaba mirando por la ventana otra vez. Parecía muy distraído.

Ness: ¿Zac?

Zac: Lo siento. Estaba pensando.

Ness: ¿Todo va bien? Has estado un poco raro.

Zac: No es nada.                         

Ness no lo creyó. Podía tener la habilidad de los abogados para ocultar sus sentimientos, pero a Zac no le valdría con eso.

Ness: Estás así porque los Anderson no se quedaron con Katie.

Zac: Esperaba que lo hicieran. Hubieran sido la solución perfecta.

Ness: Lo sé. Estuve pensando en ello anoche y se me ocurrió una idea. Sé que no te entusiasmará al principio, así que quiero que me escuches hasta el final antes de decir nada.

Zac: ¿Qué? -dijo de repente atento a sus palabras-.

Ness: He encontrado el plan perfecto para Katie -dijo, después de tomar aliento-.

Zac: Creía que pensabas que el plan perfecto era que se quedara conmigo.

Ness: Pero no te la quedarás, así que he encontrado la solución. Déjame educarla.

Ella esperó su explosión, pero Zac esperó a que acabara, como había dicho.

Ness: Sé que has estado buscando familias tradicionales, con un padre y una madre, pero quiero que consideres que sea yo quien la adopte. Sé que será duro, pero ya sé lo que es eso. Tal vez no tenga mucho dinero, pero tengo mucho amor. La quiero, Zac. No sé de qué otra forma decirlo... es una necesidad, ella es parte de mí, y si se la das a otra persona, lo lamentaré porque nunca podrás encontrar a nadie que la quiera más que yo. Tal vez puedan darle estabilidad económica, pero no podrán darle tanto amor.

Zac: ¿Qué harás con ella mientras trabajas?

Ness: Buscaré quien la cuide. Sé que no es la solución perfecta, pero funcionará. He hablado con Brigitta esta mañana y está dispuesta a cuidarla. Ya sabes cuánto le gustan los niños. Y mis hermanos la querrán muchísimo. Serán unos tíos fantásticos. Tal vez no tenga la figura tradicional del padre, pero los chicos ayudarán en eso.

Zac: Ness, ¿y tus sueños? -dijo suavemente-. Tienes un coche con asientos calefactantes, pero, ¿y la universidad? ¿Y lo de vivir tu vida? Te lo has ganado después de tantos sacrificios.

Ness: Eso pensaba yo también, pero ahora me he dado cuenta de que Katie es mi sueño. Quiero ser su madre, Zac. Y la universidad... acabaré yendo. Seguirá estando allí y nunca es demasiado tardé para aprender. Puedo acabar la carrera cuando esté lista para ello.

Zac: Si sigues posponiendo tus sueños, puede que nunca estés lista para cumplirlos, que nunca haya un momento adecuado. Primero dejaste todo por tus hermanos y ahora por Katie.

Ness: Pues no hay más que hablar. Ya te lo dije una vez. No se abandona nada cuando se quiere a alguien. Quiero a mis hermanos y quiero a Katie. Ir a la universidad no va a hacer de mí una persona más feliz, pero tener a Katie, sí.

Le hubiera gustado añadir: «lo único que me haría más feliz que tener a Katie en mi vida, sería tenerte a ti», pero Zac ya había dejado claro lo que pensaba de tener una relación. Se habría negado del mismo modo que se negaba a tener a Katie.

Tal vez si insistiera, Ness podría conseguir que Zac se abriera por fin. En caso contrario, se le rompería el corazón. Estaba dispuesta a intentarlo.

Ness: Por favor. Tener a Katie es uno de mis mayores sueños.

Zac: ¿Cómo? ¿Tienes más?

Quería decirle que sí, que estaba él.

Ness: Bueno, está la universidad, pero sé que lo haré.

Zac: ¿Tienes más sueños?

Ness: Los sueños son cosas privadas, Zac. Tengo uno más, pero es un sueño estúpido y lo he dejado a un lado por imposible. Pero ser la madre de Katie, eso sí es posible.

Él sacudió la cabeza y Ness pensó que se le partiría el corazón.

Zac: Ojalá pudiera decirte que sí, Ness -dijo con suavidad-, pero no puedo. Ya he encontrado una familia para ella. Lo he prometido.

Ness: Oh -dijo, sintiendo que se le llenaban los ojos de lágrimas-.

Zac: No llores -le pidió con voz emocionada-. No llores.

Ness: Lo siento -dijo enjugándose los ojos-. Sé que crees que estás haciendo lo correcto, que quieres que Katie tenga una familia estable y tradicional.

Y sabía por qué lo quería: era lo que él no había tenido. Lo habían abandonado cuando sólo era un niño y quería estar seguro de que no le pasaría eso a Katie.

El comprenderlo no evitó que se le partiera el corazón, pero, por Zac, dejaría los lamentos para más tarde.

Ness: Háblame de su familia perfecta -dijo en voz baja-.

Zac: No son perfectos, pero sus imperfecciones los hacen perfectos para ella. He aprendido mucho estos días. La única definición real de familia es la de un grupo de gente que está junta porque se quieren. Yo he tenido eso con los Anderson. Yo no nací en mi familia verdadera, pero los encontré más tarde. Del mismo modo, he encontrado a la familia de Katie. Su nuevo padre tiene una leve carga emocional, pero está aprendiendo a controlarla. Y su madre... bueno, ella está cercana a la perfección. Ella siempre ha sabido lo que tiene que ser una familia y siempre ha estado dispuesta a darlo todo por ellos. Hará lo mismo por Katie. Ya le ha entregado su corazón, y el resto será... una propina. Katie tendrá un padre y una madre, y pronto, hermanos. Una casa llena de amor, eso es lo que le he encontrado.

Ness se dio cuenta de que quería eso para Katie. La quería lo suficiente como para dejarla marchar ante tal sueño hecho realidad.

Ness: Sí. Tienes razón, suena perfecto. ¿Cuándo se la llevarán?

Zac: No se marchará de aquí.

Ness: No entiendo nada. Acabas de decir que...

Zac: He dicho que le he encontrado la familia perfecta y, en efecto, lo he hecho -hundió la mano en un bolsillo, sacó de él una cajita y la abrió-. Te compraré un diamante o lo que tú quieras, pero éste es el anillo que quería darte cuando me declarara a ti. Katie y yo lo elegimos ayer después de dejarte en casa.

Ness: ¿Zac? -dijo con voz débil-.

Zac: Es como el de la señora A. A pesar de su apellido, sigue siendo irlandesa de pies a cabeza. Me contó la historia del nudo celta: la leyenda dice que representa la interconexión de dos vidas. En nuestro caso no son sólo dos, sino tres. Te quiero. Te querría y te estaría pidiendo matrimonio, incluso si no hubiéramos encontrado a Katie.

Ella le echó una mirada y él empezó a reírse.

Zac: Tienes razón. Tal vez hubiera necesitado más tiempo para darme cuenta, pero la encontramos y ahora lo sé. Te quiero. Somos una familia y, tú y yo, tenemos que estar juntos.

Ness: ¿Estás seguro? Habías dicho que...

Zac: He dicho muchas cosas, pero nunca antes le había dicho esto a una mujer: te quiero. Tampoco creí que lo dijera nunca, como no creía que me fuera a convertir en padre, pero acabo de descubrir que eso es lo que soy. Soy el padre de Katie. Ella es mía, es una parte de mí. Es como en el anillo: estamos unidos unos a otros, enredados, y no quiero deshacer ese enredo.

Ness: Yo tampoco -dijo lanzándole los brazos alrededor del cuello, con Katie riendo entre los dos, para besarlo-. Sí, tú eres el resto de mi sueño. Y no creía que esta parte del sueño se fuera a convertir en realidad.

Zac: ¿En serio?

Ness: Sí. Me casaré contigo. Quiero convertirme en tu esposa y quiero convertirme en la madre de Katie.

Zac: ¿Y la universidad?

Ness: No dejaré el proyecto. Tal vez empezaré con una sola asignatura por semestre.

Zac: Tardarás mucho en acabar de ese modo.

Ness: Quiero estar en casa con los niños. Al menos mientras sean pequeños. Cuando crezcan y haya acabado con mi trabajo, buscaré un empleo.

Zac: ¿Niños? -preguntó con voz temblorosa-.

Ness: Niños, sí. Por lo menos dos o tres más. Creo que tendrás que poner un aro de baloncesto como el de la casa de los Anderson. Y tendrás que conocer a mis hermanos. Al principio se harán los duros, como si tuvieran que protegerme, pero les caerás bien. Son parte de la familia, y...

Zac: Ness ya está bien -dijo con dulzura, mientras le recorría una mejilla con el dedo-. Creo que ahora lo más apropiado sería que me besaras.

Ness: Me encantaría, Zachary.

Y, con Katie entre ellos, se besaron para sellar la promesa que se habían hecho el uno al otro.

En aquel momento, los tres eran lo que habían sido desde el principio: una familia.


2 comentarios:

Maria jose dijo...

Que lindo
Ya son una familia
Siguela pronto
Saludos!!!

Caromi dijo...

Awwwww
Demoró en darse cuenta pero Zac se le declaró!!
Y yo no le tenía mucha fe xD
Continuala pronto porfis

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