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viernes, 26 de diciembre de 2014

Prólogo


Zac se inclinó hacia delante y colocó las manos sobre la barandilla mientras contemplaba la silenciosa oscuridad. En una cálida noche de verano como aquella, lo normal era que las criaturas nocturnas cantaran a coro: grillos, coyotes, algún búho ocasional... Aquella noche, sin embargo, reinaba un silencio antinatural. Y Zac sabía la razón. Alguien acechaba ahí fuera.

Agarró con más fuerza la madera de la barandilla, que sintió sólida y fuerte bajo las palmas, y eso le proporcionó una sensación de propiedad, de permanencia. Más allá del porche en el que estaba y de la línea irregular del bosque que caía bajo la colina en la que había construido su casa, San Antonio se extendía como una colcha de retazos de rices ámbar y blancas cosidas con el sinuoso hilo de las calles y las carreteras. Muchas veces se quedaba en el porche cubierto observando aquella ciudad que amaba y de la que al mismo tiempo huía, una ciudad que había ayudado a construir, a veces incluso con sus propias manos. Aquella noche, sin embargo, su atención estaba en el bosque que tenía debajo, en las sombras misteriosas de los cedros circundados de arbustos y matorrales.

Ella estaba ahí. En alguna parte. No podía verla, pero estaba allí. La sentía. Tras tantos y tantos meses, seguía siendo sensible a la volátil presencia de su ex mujer.

Cuando los niños se iban a la cama, montaba alguna escena o entraba en crisis. Zac sabía que aquella noche no sería una excepción.

Despacio, para no despertar a su hija, cuya habitación daba al porche, se giró y bajó el primer escalón de la escalera que lo llevaría por el sendero que bordeaba la parte trasera de la casa. La suave brisa de verano provocaba que la camiseta se le pegara a la espalda, y lo mismo ocurría con los pantalones del pijama. No quería otra confrontación, pero aquella locura tenía que terminar.

Estaba completamente seguro de que ella estaba allí, observándolo, acechándolo, planeando su siguiente número, su próxima exigencia. Estaba decidida a arruinarle la vida, a castigarlo por no haber conseguido hacerla feliz, por no haber convertido sus locos sueños en realidad. Ella estaba allí, esperando su destrucción, deseándola. Su objetivo primordial era volver a sus hijos en su contra, asegurarse de que no pudiera volver a verlos, evitar la influencia de Zac en sus tristes vidas y, si no podía conseguirlo, entonces estropear cada visita, cada momento que pasaba con ellos. Porque más que el dinero, más que el poder y que tener a alguien a sus pies que le ayudara a conjurar sus miedos, lo que ella quería era borrar cualquier vestigio del amor que una vez compartieron.

Hasta que no sintió unas manos en la espalda, Zac no se dio cuenta de que, más que castigarlo, lo que quería era verlo muerto.




Oh my God! ¡Menudo inicio de novela más siniestro!

Seguro que os habéis quedado intrigadas y queréis saber más. Comentad mucho y el domingo primer capi.

¡Thank you por los coments y las visitas!

¡Un besi!


2 comentarios:

Maria jose dijo...

Hoooohh!!! Se me hizo muy interesante
Ya quiero saber mas de esta novela
Primer capítulo y ya quiero seguí leyendo
Sube pronto que esta novela se ve muy buena
Saludos

Unknown dijo...

Yey!! Me encantó!!!!!!!!!! *.* Me encanta cuando hay misterio en las novelas y no me entero hasta después!!!! :D :D :D :D
Pero ya me confundí, no sé cuántos hijos tiene Zac jijiji
Bueno, síguela pronto :D

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