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viernes, 12 de diciembre de 2014

Capítulo 16


Ness: ¿Cómo está Allyson? -le preguntó a su hermana-.

Anne: Todavía no ha dicho nada. Se ha ido con Ashley a Arizona, aunque no estoy muy segura de lo que esperan encontrar.

Ness: Will Hemsworth ha llamado a Zac -la informó-, pero parece que no regresará hasta enero. Zac sospecha que su socio puede estar enamorado.

Anne: Lo que nos lleva de nuevo a la elusiva Betty, que, por lo que he averiguado yo, vive en Las Vegas. La he llamado cientos de veces, pero nunca está en casa.

Ness: Tendrás que ir a buscarla a Las Vegas -decidió-. Si se ha ido a alguna parte con Will Hemsworth, es posible que alguien lo sepa, un vecino quizá... no sé.

Anne: Y el motivo por el que tú no puedes ir a Las Vegas, ¿cuál es?

Ness: No puedo irme ahora de Albuquerque -admitió-. Anne, estoy… -¿Estaba qué? ¿Completamente loca?-. Prometí quedarme hasta enero. Ellos creen que soy una niñera y...

Anne: Supongo que ya sabes que su esposa murió en circunstancias misteriosas.

Ness: Eso no es cierto -replicó con vehemencia-.

Anne: Vaya, vaya -rió-. Cuánta seguridad. ¿Cómo se las ha arreglado para convencerte hasta ese punto?

Ness: Vete a Las Vegas, Anne. Por favor.


A las once y veinticinco Vanessa entraba en la habitación de Alex.

El niño estaba tan profundamente dormido que ni siquiera se movió cuando Vanessa lo arropó. Dex alzó la cabeza y movió ligeramente la cola. Vanessa lo acarició con cariño y se dirigió a la habitación de Jess.

En cuanto llegó a la puerta, se detuvo bruscamente y escuchó con atención: Jess estaba llorando. Una vez más.

Vanessa llamó a la puerta, pero en aquella ocasión no cesó el llanto. Volvió a llamar.

Jess: ¿Ness? -preguntó con una voz trémula que ni siquiera intentó disimular-.

Vanessa abrió la puerta y asomó la cabeza.

Ness: Soy yo, sí. ¿Estás bien?

Jess: He tenido una pesadilla terrible. Me he acostado antes de lo normal y creo que me he quedado dormida, pero luego he tenido ese sueño tan horroroso.

Vanessa entró en la habitación. La luz del pasillo era suficiente para iluminar a Jess, que parecía mucho más pequeña y vulnerable en medio de su enorme cama.

Ness: Así que tu subconsciente ha saboteado tu intento de disfrutar de una buena noche de sueño. A mí a veces también me pasa.

Le tomó la mano y, sorprendentemente, Jess se la estrechó casi desesperadamente.

Jess: La pesadilla era sobre ti. He soñado que había sacado un sobresaliente en matemáticas e iba a tu habitación a decírtelo, pero tú estabas... -Comenzó a llorar de nuevo y Vanessa la abrazó con fuerza-. Pero estabas muerta -sollozó-.

Ness: Chss -le acarició el pelo-. No estoy muerta, estoy bien y estoy aquí.

Jess alzó la cabeza.

Jess: Te encontraba tumbada en el cuarto de baño. Al principio creía que solo era una pesadilla, la misma de siempre, pero cuando volvía a mirar, me daba cuenta de que eras tú, y no mi madre, la que estaba allí. E intentaba conseguir que volvieras a respirar, pero no podía, y nadie venía a ayudarme.

La pesadilla de siempre...

Jess: Y entonces me daba cuenta de que tenía diez años otra vez y de que no había recibido todavía clases de primeros auxilios. Te sangraba la cabeza y yo no podía hacer nada, ¡nada! Era como si todo volviera a empezar otra vez.

Ness: Chss -la mecía delicadamente-. Ya ha pasado todo, solo ha sido una pesadilla -le dijo suavemente, mientras su mente corría a toda velocidad-.

Quizá no fuera el subconsciente de Jess el que le había enviado aquel mensaje con el que parecía anunciar la próxima marcha de Vanessa. Quizá fuera algo más que eso. ¿Habría visto Jessica algo terrible el día que había muerto su madre?

Quizá hubiera visto a Brittany, tumbada en el suelo del baño, con la cabeza sangrante y sin poder respirar. Dios santo.

Zac le había contado que había muerto de cáncer. Pero Vanessa había visto algo en sus ojos, un ligero temblor que le había hecho pensar que le estaba ocultado algunos detalles. Entonces había pensado que se debía a que la verdad era demasiado dura para enfrentarse a ella. Pero no imaginaba que la verdad incluyera una imagen tan terrible como aquella.

No, era absurdo. Había tenido la sensación de que había algo más sobre la muerte de Brittany de lo que Zac le había contado, pero no creía que llegara a esos extremos.

Aun así, las palabras de Jess la habían asustado. La niña había dicho que era como si todo hubiera comenzado otra vez. Pero no, era imposible. Zac Efron no podía haber matado a su esposa. El hombre al que amaba era incapaz de matar a nadie. ¿O no? Era tan intensamente apasionado, tan intenso... ¿Sería posible que una pasión como aquella hubiera sido la responsable de la muerte de su esposa?

No. Vanessa se negaba a creerlo. Zac no era el tipo de hombre incapaz de reconocer su culpa, hubiera sido accidental o intencionadamente.

Aun así, la pesadilla de Jess iba a provocar una seria conversación con Zac. Tendría que contarle el sueño de su hija, preguntarle qué podía significar. Él le diría la verdad y asunto terminado, no había ninguna necesidad de convertir todo aquello en una novela de misterio.

Jess todavía respiraba agitadamente, pero tenía los ojos cerrados. Los abrió ligeramente mientras Vanessa la arropaba.

Jess: Quédate un rato conmigo, Ness -musitó somnolienta-. No me dejes todavía, por favor.


Las doce menos diez. Ness llegaba tarde.

Zac comprobó el estado en el que se encontraban las velas que había puesto en el baño, revisó su reflejo en el espejo, reguló la temperatura del jacuzzi una vez más y volvió a mirar el reloj.

Las once y cincuenta y dos. Sabía que mirar el reloj no iba a servirle de nada, pero había estado haciéndolo durante todo el día, así que, ¿por qué detenerse?

Abrió la puerta del dormitorio y miró hacia las escaleras. El pasillo estaba en completo silencio. Entró nuevamente en la habitación. ¿Habría cambiado Ness de opinión?

Descartó inmediatamente aquella posibilidad. Aunque era posible que Ness hubiera recobrado la cordura y se hubiera dado cuenta de que la locura que Zac y ella compartían no iba a acercarla en absoluto a la familia y el matrimonio que ella deseaba.

Las doce menos cinco. Apagó las velas y decidió salir a buscarla. Ya había esperado demasiado.

Y la encontró. En el sofá que estaba en el rellano de las escaleras, en la puerta de su despacho. Se levantó al verlo.

Zac: ¿Cuánto tiempo llevas ahí sentada?

Advirtió entonces que parecía cansada. Estaba pálida y tenía unas profundas ojeras.

Ness hizo un gesto vago.

Ness: La verdad es que acabo de sentarme. Jess ha tenido una pesadilla, me ha pedido que me quedara con ella y...

Zac tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder decir:

Zac: Si quieres, no tenemos por qué... -Dios, la deseaba tanto que le costaba creer que fuera él el que lo estaba diciendo-. Si estás cansada, podemos...

Ness: ¿Te importaría abrazarme? -le pidió con un hilo de voz-.

Y debía saber que Zac jamás le negaría una solicitud como aquella, porque inmediatamente se arrojó a sus brazos. Zac la abrazaba delicadamente, intentando no pensar en el sexo. Si Ness necesitaba dormir aquella noche, tendría que aceptarlo. No quería que se sintiera presionada en ningún sentido.

Ness: Estaba aquí -susurró, apoyando la mejilla en su pecho-, intentando averiguar la manera de hacerte una pregunta difícil sin hacer que te sientas acusado.

Zac: ¿Acusado? ¿De qué?

Pero nada más preguntarlo lo supo. Aquello tenía que ver con Brittany. Casi había olvidado ya aquellos rumores. Había dado por sentado que Ness no les había dado ningún crédito. Pero al parecer se había equivocado.

Se quedó completamente paralizado. Y Ness se dio cuenta.

Ness: Por favor, ¿podemos subir a hablar a tu dormitorio?

Zac dejó inmediatamente de abrazarla. Y su silencio fue de pronto reemplazado por el enfado y la frustración.

Zac: ¿Estás segura de que quieres subir conmigo? Nunca se sabe, es posible que te mate a ti también.

Ness: No seas tonto -lo regañó-. No me he creído ni por un segundo que hayas matado a Brittany. Es evidente que la querías mucho -se le quebró ligeramente la voz, volvió a sentarse en el sofá y se llevó la mano a la frente, como si tuviera un terrible dolor de cabeza-. En realidad, hasta estoy celosa de ella, ¿puedes creerlo? Estoy celosa de una mujer muerta -alzó la mirada hacia él-. Es patético, ¿verdad?

Lo amaba. Ness lo amaba. No hacía falta que lo dijera. Zac lo sabía.

Y su enfado fue sustituido por un espeluznante terror y al mismo tiempo un júbilo inexplicable. Lo amaba.

Lo amaba. Sabía que la pregunta de Ness era retórica y que no habría podido contestarla aunque quisiera, pero sí podía besarla. Podía y lo hizo.

Sabía que no debía. Sabía que de esa forma le estaba haciendo concebir falsas esperanzas, pero aun así se sentó a su lado, la tomó en sus brazos y la besó con inmensa dulzura. La besó con ternura, deseando que supiera con su beso lo mucho que su sinceridad significaba para él. Lo honrado que se sentía de que le hubiera confiado su más profundo secreto.

Y supo que ella también se merecía conocer sus secretos. Y quizá entonces comprendería por qué no quería arriesgarse a entregarle su corazón.

Zac: Vamos a mi habitación. Allí podremos hablar.

Ness suspiró mientras él la besaba otra vez, moviendo la mano para acariciar su seno.

Ness: ¿Te importaría que esperáramos unos cuarenta minutos para hablar?

Oh, Dios. Cuarenta minutos antes, no había nada que Zac deseara más que volver a hacer el amor con ella. Lo antes posible. Pero en ese momento sabía que Ness lo amaba, y que, para ella, la expresión «hacer el amor» no era solo una forma de nombrar el sexo.

¿Pero qué se suponía que tenía que hacer él? ¿Se suponía que al saber que lo amaba ya no tenía que volver a tocarla para no hacerle daño?

Ness abrió los ojos y lo miró.

Ness: Quizá si te lo pido por favor...

Zac se rió de sí mismo. Sabía que no tenía fuerza suficiente para resistirse a aquella mujer. Probablemente, hacer el amor con ella sabiendo el valor que para ella tenía aquel acto no era lo mejor, pero no era capaz de separarse de ella. Sobre todo cuando Ness lo tocaba de esa forma.

Ness se levantó, lo tomó de la mano y tiró suavemente de él.

Ness: Por favor… -musitó-.

No tuvo que arrastrarlo. Y tampoco tuvo que pedírselo dos veces. Zac la siguió al dormitorio y cerró la puerta tras él antes de volver a besarla otra vez. Lentamente. Dulcemente.

Ness temblaba mientras le desabrochaba la camisa y le hacía desprenderse de ella. Suspiró cuando Zac profundizó su beso.

¿Cómo podía estar algo tan mal cuando parecía tan perfecto? Zac renunció a intentar analizarlo. Al igual que se negaba a sentirse mal por lo que estaba haciendo. Ya tendría tiempo de sufrir. En ese momento estaba disfrutando.

Y disfrutando mucho.

La noche anterior, había creído imposible hacer el amor con Ness sin perder el control. Cada vez que se tocaban, sentía desbordarse en su interior la pasión. Pero aquella noche supo que se había equivocado. Aquella noche harían el amor lentamente. Saborearía cada uno de sus estremecimientos. Cada uno de sus suspiros.

La levantó en brazos y la llevó a la cama.

Cuando ella intentó ayudarlo a quitarse los pantalones, le apartó delicadamente las manos. Él se ocuparía de ello. Solo se movió rápidamente para desprenderse de su ropa y a continuación se tumbó a su lado dispuesto a deleitarse en la perfecta suavidad de su piel. La tocaba por todas partes. Y sabía que haciendo el amor tan lentamente estaban disfrutando tanto él como ella. Ness era tan deliciosamente bella... Y le pertenecía.

La idea no lo asustó mientras sentía sus piernas alrededor de la cintura y sus senos rozando sus manos.

Recorrió con las manos el cuerpo entero de Ness y realizó el mismo camino con sus labios, saboreándola, respirando su dulzura. Se colocó el preservativo y entró en ella, lentamente. Ness abrió los ojos y sonrió.

Zac se sintió electrificado mientras le sostenía la mirada. Era como si acabara de completar un circuito. Ness le rodeó el cuello con los brazos, invitándolo a besarla, moviéndose al mismo tiempo de forma exquisitamente lenta. Zac imitó sus movimientos. Sentía que comenzaban a encenderse fuegos artificiales tras sus ojos, explotando, haciéndole salir fuera de sí, fuera de todos los territorios hasta entonces explorados.

Y supo entonces que se había equivocado. Que, en lo que a Vanessa se refería, jamás sería capaz de mantener el control.


Vanessa escuchaba el ritmo firme y estable del corazón de Zac.

Habría sido fácil dejarse vencer por el sueño. Ignorar al resto del mundo, obviar el pasado y hundirse en el intenso placer del presente.

Pero el presente incluía que acababa de hacer el amor con el marido de Brittany Efron.

La realidad la obligó a abrir los ojos y suspiró. Hasta que no hablaran, el fantasma de Brittany continuaría interponiéndose entre ellos.

Zac se tensó ligeramente y apartó el brazo, como si hubiera sentido la necesidad de Vanessa de liberarse. Y también suspiró, comprendiendo que aquel bello momento había llegado a su fin.

Zac: A Brittany le diagnosticaron la enfermedad cuando ya era demasiado tarde para comenzar un tratamiento -le explicó-. Todavía puedo recordar al médico diciendo la palabra «terminal». Lo oía, pero no podía creerlo. Brittany había adelgazado un poco durante los meses anteriores y parecía cansada, pero.... Le dieron dos meses de vida.

Vanessa cerró los ojos, imaginándose lo duro que debía de haber sido para Zac saber que la persona a la que amaba iba a desaparecer para siempre de su lado.

Zac: No era una mujer muy fuerte. Nunca lo había sido. El final fue terriblemente doloroso, y muy duro para ella.

Vanessa quería acariciar su rostro, pero Zac parecía tan distante, como si hubiera retrocedido varios años.

Ness: Debió de ser muy duro para ti y para los niños -musitó-.

Zac la abrazó con fuerza.

Zac: Me pidió que la ayudara a morir.

Vanessa se separó ligeramente de él para mirarlo a los ojos.

Ness: Dios mío, Zac...

Zac: Maldita sea. Eso todavía me hace sentirme mal, y culpable y... -la miró angustiado-. A veces no comprendo cómo fue capaz de pedirme una cosa así, y creo que habría sido imposible que no me lo pidiera. Era su marido, sabía que la amaba. Si de algo estaba segura, era de eso.

Ness: ¿Y tú...?

Zac: No, no pude. Fue la única vez que me pidió algo que realmente deseaba, y yo no fui capaz de dárselo. Así que terminó pidiéndole a Mia, nuestra niñera, que le dijera al farmacéutico que se le había caído por el lavabo la medicación contra el dolor y le pidiera una nueva dosis. Mia la consiguió y Brittany se tomó todas las pastillas de una sola vez. Terminó muriendo sola, en el cuarto de baño. Yo no pude hacer nada por ella, Ness. Sabía que se estaba muriendo y en lo único que fui capaz de pensar fue en que ya había vivido un mes más de lo que los médicos le habían pronosticado. Quizá el cáncer había dejado de crecer, y podría haber vivido otro mes. Dios, yo no habría dejado de luchar. -Había lágrimas en sus ojos, y pestañeó para apartarlas-. Pero fue su elección. Y yo me sentía tan culpable por no haber estado a su lado cuando me necesitaba, por no haber sido suficientemente fuerte...

Ness: Pero si la hubieras ayudado -susurró-, también te habrías sentido culpable. Zac, no hiciste nada malo. Brittany creyó que ya era hora de morir y tú crees que nunca es momento de hacerlo. Y si la hubieras ayudado, te habrías pasado el resto de tu vida preguntándote qué habría pasado si no lo hubieras hecho -Zac permanecía en silencio y Vanessa sabía que la estaba escuchando con atención-. Pero también tienes que ponerte en el lugar de Brittany. Estaba sufriendo unos dolores terribles. No era una mujer fuerte, tú lo has dicho, y decidió renunciar. Zac, tienes que perdonarla, tienes que perdonarla por haberte pedido lo imposible y tienes que perdonarte a ti mismo por haber sido más fuerte que ella.

Zac: Es más fácil decirlo que hacerlo.

Ness: ¿Por qué permites que continúen los rumores? Hay gente en la ciudad que cree sinceramente que Brittany murió asesinada y que tú eres el asesino.

Zac: Se suicidó, Ness. A mí no me importa lo que digan los demás, pero sus padres no quieren que se sepa. Por eso nunca he querido decir nada acerca de su muerte -suspiró y se frotó los ojos con las manos-. Fue una muerte terrible. Brittany debió caerse y se golpeó la cabeza. Estaba rodeada de sangre cuando la ambulancia llegó. Dios, intenté ayudarla, hacerla volver a la vida, pero había muerto...

Ness: Zac -musitó con voz muy grave-, Jess ha tenido una pesadilla esta noche, y por lo que me ha contado, creo que ella lo vio todo. Probablemente estuvo en el baño antes de que tú llegaras.

Zac: ¿Qué?

Vanessa le contó rápidamente todo lo que su hija le había explicado.

Zac: No tenía ni idea -musitó claramente impactado-.

Ness: Me ha descrito la situación exactamente. El suelo del cuarto de baño, la sangre. Creo que incluso te vio cuando estabas intentando hacer que reviviera.

Zac: Estaba... tan afectado... Pero aun así me cuesta creer que Jess estuviera allí -se interrumpió bruscamente-. Pero ella no creerá... ¿No cree que yo soy el responsable...?

Ness: No sé lo que cree. Pero sé que deberías hablar con ella mañana a primera hora. Tienes que contarle toda la verdad. Ya es suficientemente adulta para conocerla.

Zac: Lo es. Absolutamente -sonrió débilmente-. ¿Sabes? Me encanta cuando me hablas con ese tono de niñera estando desnuda -Vanessa rió para ocultar su confusión-. No sé cómo me las habría arreglado sin ti. ¿Cómo podré convencerte para que te quedes a mi lado?

Vanessa sacudió la cabeza. Por mucho que lo deseara, no podía quedarse a su lado. La Corte Real de Wynborough la estaba esperando.




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3 comentarios:

Maria jose dijo...

Amo cada capítulo de esta novela!!!
La verdad es que no quiero que va a pasar
Cuando zac se entere de que vanessa es una
Princesa
Se va a molestar o la perdonara?
Sube pronto
Es muy interesante y romántica esta novela
Síguela!!!!

Unknown dijo...

Cómo es posible que Brittany le haya pedido eso??!!! Afortunadamente, él se negó porque sino se hubiera sentido peor de lo que se siente ahora.. T.T
Qué pena que Jess haya visto esa escena :'(
Y el hecho de que ahora haya tenido esa pesadilla con Ness quiere decir que la quiere.. Aishh!! Que no les diga que es princesa!! TT.TT Que se quede!

Síguela pronto! :D

Unknown dijo...

No puedo creer como termino la esposa de Zac.. y no puedo creer que Jess vio su final! Esa niña es fuerte.

Presiento que en poco tiempo se va a descubrir la verdad... espero que no se odien.

Sube prontooo!!!

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