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jueves, 6 de marzo de 2014

Capítulo 5


Habitualmente Vanessa dormía hasta las nueve, se despertaba lentamente. Se tomaba muy despacio un café muy negro tostado al estilo francés, y tardaba más de media hora hasta que se encontraba despierta del todo. Raramente se vestía antes de las once. A la mañana siguiente de la fiesta de Zac se despertó muerta de sueño. Sola en su amplia cama, había estado inquieta y dando vueltas durante toda la noche, escuchando el ruido del tráfico y de las voces que llegaban del piso de abajo. Finalmente, se había dormido alrededor de las tres, maldiciendo a Zachary Efron y a todos sus antepasados.

A las siete y media de la mañana sus ojos se abrieron de repente. Se agarró a los bordes de la cama con el corazón latiéndole muy fuerte. Durante un momento se quedó allí, aturdida, sin saber qué era lo que la había despertado.

El sonido se volvió a repetir, como un trueno retumbando en el brillante cielo de la mañana, sacudiendo su cama. Observó con horror cómo grietas finas como un cabello aparecían en los paneles de cristal.

Se sentó en la cama, despierta y furiosa. Se levantó, se puso un corto kimono de seda malva y salió enfurecida de su dormitorio.

Abrió la puerta de golpe, dejándola abierta de par en par, y corrió escaleras abajo, tan furiosa que echaba chispas. Golpeó con ambos puños la puerta del piso noveno.

Ness: ¡Efron! -chilló con voz ronca-. Abre esa maldita puerta, canalla. ¡Ábrela!

Ella siguió golpeando, haciendo tanto ruido que no oyó los pasos que se acercaban desde el otro lado de la puerta. La puerta se abrió, y necesitó hacer un gran esfuerzo para controlar su furia y no golpear a Zachary Efron.

Él esbozó una sonrisa irónica. Llevaba una toalla alrededor de la cintura y nada más.

Zac: Buenos días -dijo con voz tranquila-. ¿Quieres un poco de café?

Ella cerró la puerta de un golpe.

Ness: ¿Qué demonios te crees que estás haciendo?

Zac: Estaba duchándome. Y ahora voy a tomarme una taza de café. ¿Quieres tú?

Otro estruendoso trueno subrayó su educada pregunta y Vanessa apretó los puños.

Ness: Detenlos.

Zac: ¿Detener a quién?

Ness: No te hagas el tonto conmigo. Están demoliendo demasiado cerca de la Casa de Cristal. ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? ¿No puedes ver los daños que estás ocasionando? -dijo haciendo un gesto hacia los agrietados paneles de cristal-.

Zac: Yo no estoy ocasionando eso. El edificio no es seguro, debería haber sido declarado en ruina hace años. Pero que hayas conseguido con tus influencias que eso no ocurra no quiere decir que vaya a seguir siempre así. La mayor parte de este edificio es de cristal, y ese cristal es viejo y peligroso.

Ness: La fachada de cristal que da a la calle 66 ha sido renovada -se defendió-.

Zac: Eso no es bastante y tú lo sabes.

Ness: No tengo dinero suficiente para renovar todas las fachadas -se defendió-.

Zac: Ya lo sé. Estás agarrándote a esto por pura tozudez. Asúmelo, Vanessa, ya no hay lugar para esta antigualla. Abandona.

Ness: Vete al infierno, Efron.

Zac: Cuida tus palabras, señorita -dijo con un tono ligeramente amenazante-. No me gusta que me insulten.

El edificio volvió a sacudirse.

Ness: ¿No? Asquerosa y rastrera serpiente sin corazón. Puedes coger lo que te gusta y lo que no te gusta y metértelo donde te quepa. Hijo de...

Él la detuvo a media frase, cogiéndola por los brazos, atrayéndola hacia sí y besándola.

Ella estaba demasiado sorprendida como para hacer nada, sintiendo sus fuertes manos apretadas en sus antebrazos, la humedad de su pecho contra el de ella, el calor de la boca de él en la suya.

Él la soltó y ella se quedó allí, sin saber qué decir por primera vez en muchos años.

Ness: ¿Por qué has hecho eso? -preguntó finalmente, la rabia dejaba paso a la confusión-.

Él se apartó de ella y se sirvió una taza de café, sirviendo también una para ella.

Zac: Era la mejor manera de que te callaras -dijo dándole la taza-.

Ella la cogió casi sin darse cuenta de lo que hacía.

Ness: Intenta eso con mi abogado y te demandará.

Él sonrió. Era la primera vez que ella le veía sonreír. Le hacía parecer más humano.

Zac: Tengo mejores tácticas para los abogados.

Por primera vez, ella se fijó en el aspecto de él. Tenía la piel suave, con una leve mata de vello que le cubría el pecho y que desaparecía bajo la toalla que tenía enrollada en las caderas. Su cuerpo era delgado pero fuerte, vibraba de energía, y Vanessa pensó que entendía por qué las mujeres le encontraban tan atractivo. Las mujeres a las que les gustaba el sexo, claro.

Ella tomó un sorbo de café, mas para poder pensar un momento que por aceptar su hospitalidad. Un ligero murmullo de placer escapó de sus labios.

Ness: Tostado al estilo francés.

La sonrisa de él se hizo más amplia.

Zac: Tengo una máquina que es más un ordenador que una cafetera. Tuesta el grano, lo muele y hace el café, lo único que tengo que hacer es servirlo. Dentro de poco sacarán otra máquina que también lo sirva.

Ella debería dejar el café, sabía que bebería, pero había ciertas cosas por las que sentía debilidad. Tomó otro sorbo, intentando no mostrar su placer. Él le dirigió una mirada especulativa y Vanessa se dio cuenta de que llevaba solamente el sencillo kimono de seda que le llegaba hasta los muslos. Ni siquiera llevaba los altos tacones que la ayudaban a ponerse a la altura de tipos como Zachary Efron.

Las explosiones habían parado, por lo menos por el momento.

Ness: Si destruyes este edificio, a lo mejor te coge dentro -dijo con gran calma-.

Zac: No me importa arriesgarme. Tengo a mis propios arquitectos trabajando en ello. Ellos saben cuándo detenerse.

Ness: Justo antes de que el edificio tenga que ser evacuado.

Zac sonrió. Era una sonrisa atractiva, pero Vanessa podía ver al lobo que se ocultaba tras ella, preparado para abalanzarse a la garganta de la primera víctima inocente que se interpusiera en su camino.

Pero ella no era una víctima inocente, y estaba acostumbrada a tratar con lobos.

Ness: Mi abogado conseguirá una suspensión. Cuando descubran que estás poniendo en peligro vidas humanas...

Zac: Entonces descubrirán que el edificio no es seguro, lleva sin ser seguro muchos años, y lo declararán en ruina -dijo suavemente-.

Ella se bebió el café y dejó la taza.

Ness: Crees que me tienes vencida.

Zac: Sé que te tengo vencida.

Ella agitó la cabeza.

Ness: No va a ser fácil. Sabes que los burócratas tardan muchísimo en comprobar las cosas. Tardarán semanas en declarar en ruina el edificio, si es que lo hacen. Semanas de costoso retraso, señor Efron. Y puedo ser muy creativa en unas cuantas semanas.

Zac: Ríndete, Vanessa.

Ness: Antes me muero. Si lo declaran en ruina, se lo venderé a cualquiera menos a ti.

Zac: No hay nadie a quien se lo puedas vender que no vaya a aceptar mi oferta.

No había manera de refutar eso. Ella miró a su alrededor, dándose cuenta de que el apartamento tenía un aspecto casi monástico. No había ningún objeto personal, solo un sofá de cuero, un amplio escritorio de nogal atestado de papeles, y una pequeña cocina. A través de una puerta podía ver una amplia cama deshecha, y nada más.

Ness: ¿Siempre vives en sitios con tan pocos muebles? ¿O es que solo estás de paso por unos cuantos días?

Zac: Un poco de ambas cosas.

Ness: Más vale que te procures unas cuantas comodidades, señor Efron -dijo dirigiéndose hacia la puerta-. Vas a estar aquí más tiempo de lo que crees.

Él llegó hasta la puerta antes que ella y puso una mano en el pomo. Una vez más, ella lamentó no llevar los tacones.

Zac: No hace falta que me trates tan formalmente. Llámame Zac.

Ness: Ya te he llamado muchos nombres informales. Abre la puerta.

Zac: Llámame Zac -sugirió-. Efron es demasiado serio.

Ness: No vamos a ser amigos.

Zac: Algunos de mis enemigos también me llaman Zac -murmuró-. No abriré la puerta hasta que no lo digas.

Ness: Zac -replicó rápidamente-, abre la puerta.

Él abrió la puerta con un gesto exagerado, y Vanessa deseó poder hacer desaparecer esa expresión de autosuficiencia de la cara de él. Ella se volvió, y estaba a punto de decir algo cuando la puerta del ascensor se abrió. Frank Anderson salió de él, Ashley Tisdale estaba dentro. Ambos se quedaron mirando estupefactos a Zac y Vanessa.

Vanessa maldijo para sí misma.

Ness: Espera, Ashley -dijo pasando al lado de Zac y su socio sin mirar atrás. La puerta del ascensor se cerró, dejándola con su sorprendida ayudante-. No digas ni una palabra -dijo mientras el ascensor subía-.


Zac: No digas ni una palabra -advirtió mientras entraba en el apartamento con Frank y cerraba la puerta tras ellos-. El café está listo. Me voy a vestir.

Frank: Creo que es una buena idea. ¿Estás seguro que sabes lo que haces?

Zac: No del todo -dijo para sí mismo-.

Se quitó la húmeda toalla y empezó a vestirse. ¿Por qué demonios la había besado? Era la cosa más estúpida que había hecho en su vida.

Por supuesto, había funcionado. Ella se había quedado tan sorprendida por el beso, que no se había dado cuenta de que él estaba igual de asombrado por su acción y por su propia reacción. Si iba por ahí besando a todas sus competidoras femeninas, iba a meterse en serios problemas.

Quizá estuviera pasando de verdad la crisis de la mediana edad, pensó él, mientras se ponía una camisa de algodón. Si se dejaba dominar por alguien como Vanessa Hudgens, iba a pasarlo muy mal cuando se tuviera que enfrentar con los peces gordos, a los que les gustaría verle caer.

Ya había decidido que necesitaba casarse otra vez, que necesitaba hijos. Tenía que haber prestado más atención a Brittany, pensó mientras se ponía su chaqueta de Armani. A primera vista, la modelo parecía perfecta para sus propósitos. Guapa, silenciosa, lo suficientemente misteriosa como para resultar entretenida, sería una esposa ideal. Había sido un tonto al mandarla a casa en el Bentley sin haber intentado nada.

O quizá no lo había sido. Brittany sabía lo que quería, y sabía cómo conseguirlo. Él lo había sabido desde el momento en que la había mirado a sus azules ojos sin alma. Ella había esquivado sus intentos.

Zac: ¡Maldita sea! -dijo en voz alta, pasándose la mano por el cabello-.

No podía apartar a Vanessa de su mente. Frank apareció en la puerta, apoyándose en el marco.

Frank: Quieren saber si siguen dinamitando. Han seguido tus instrucciones, explosiones durante siete minutos y están esperando para ver si continúan -su expresión era de conocer la situación-. ¿Te diste cuenta de que al ordenar las explosiones la señorita Hudgens iba a ponerse furiosa?

Zac: Si usaras tus ojos te darías cuenta, Frank, de que no hemos pasado una noche de sexo desenfrenado. Nuestra casera oyó las explosiones y bajó para arrojarse por una de estas agrietadas ventanas.

Frank: Ah.

Zac: Piénsalo, hombre. ¿Es Vanessa Hudgens mi tipo? -preguntó irritado-.

Frank: No. Britt es tu tipo. Pero nunca te has detenido ante nada por conseguir lo que querías. Si creyeras que acostándote con Vanessa Hudgens ibas a conseguir más deprisa la Casa de Cristal, la habrías seducido.

Zac: No.

Frank: ¿No qué? No me digas que te estás volviendo caballeroso. Esa mujer es una amenaza, ambos lo sabemos. Ella se está interponiendo en el mayor negocio inmobiliario de tu vida. No puedo creer que los sentimientos y los buenos modales te detengan.

Zac: A ti te detendrían.

Frank: Sí, pero ya sabemos que yo soy un caballero sureño con modales anticuados. Tú eres el pirata. Tú haces el trabajo sucio, y yo limpio después.

Zac se detuvo mientras se anudaba la corbata de seda negra.

Zac: ¿Planeas limpiar a Vanessa Hudgens?

Frank: Cuando hayas acabado con ella, dudo que quede mucho después. Eso si estás en forma.

Zac: Claro que estoy en forma -dijo mirando su reflejo en el espejo. El hombre que vio parecía frío y cruel, sus azules ojos carecían de alma al igual que los de Britt. Harían una buena pareja, pensó con placer-. Solo estate preparado con el recogedor y la escoba.

Frank: Siempre lo estoy, Zac.

Zac frunció el ceño al oír el nombre. Nadie le llamaba Zac salvo sus más íntimos amigos. Ninguna mujer lo había hecho, aparte de su madre y sus hermanos. ¿Por qué había sugerido a Vanessa Hudgens que lo usara?

Zac: Bueno. No durará mucho.

Frank: Seguro que no -estuvo de acuerdo-.

Y solo su amigo más íntimo reconocería la duda que había en sus palabras.


Ness: No te metas conmigo -avisó a Ashley mientras entraban en su apartamento-.

Ashley: ¿No te habrás acostado con él? -preguntó ignorando las palabras de Vanessa-.

Ness: ¡Claro que no! ¿Cómo iba a acostarme con esa serpiente repugnante?

Ashley: ¿Has dejado abierta la puerta toda la noche? -dijo cerrando la puerta-.

Ness: Ya te lo he dicho. No he estado fuera toda la noche. No he dormido con él. El muy bruto ha hecho que se pusieran a dinamitar poco después de amanecer... -se detuvo observando las grietas de los paneles de cristal-. ¡Maldito sea!

Ashley: ¿Te prometió pararlo?

Ness: Claro que no. Llama a Phil Baxter mientras me visto ¿quieres? Si mi abogado no puede obtener una suspensión, no sé qué puedo hacer.

Ashley: Phil puede detenerlo. Al menos por un tiempo. Puede que esta vez tengamos dificultades, Vanessa. Zachary Efron es un pez gordo. ¿Cuánto tiempo crees que podremos resistir?

Ness: Siempre -dijo con fiereza mientras se quitaba la ropa y se dirigía a la ducha-. O hasta que él pierda el interés.

Ashley: Esas dos cosas podrían ser las mismas -murmuró-. ¿Quieres una taza de café?

Ness: No. A no ser que quieras volver a su apartamento y robarle un poco -se detuvo en la puerta del baño-. Lo único bueno que tiene ese hombre, es que hace un café estupendo.

Ashley: Habiéndole visto solo con una toalla, yo diría que tiene más cosas buenas -dijo lentamente-.

Ness: Vuelve tu mente a los negocios -dijo bruscamente-. Llama a Phil, antes de que Efron vuele el edificio.

Ashley: Sí, señora -contestó militarmente-.

Maldita Ashley, ¿por qué tenía que haber mencionado la toalla? Durante su confrontación con Efron apenas se había dado cuenta de lo escasamente vestidos que se encontraban. Ahora no podía pensar en otra cosa. Particularmente después de ver la mirada que Frank y Ashley les habían echado.

Ashley tenía razón, claro. Él tenía un buen cuerpo. Después de todo, ambas estaban en el negocio de los cuerpos y tendrían que haber estado ciegas para no reconocer uno bueno cuando lo vieran. Quizá, si el destino hiciera cambiar la situación a su favor, podría ofrecerle algún trabajo. Anuncios de ropa interior para catálogos estaría bien. Si esa venganza estuviera a su alcance.

Ella no iba a hacerle ponerse de rodillas. Lo máximo que podía esperar era resistir lo suficiente como para que él perdiera interés en el asunto. Ella no iba a rendirse; no iba a vender su herencia y verla desaparecer entre una nube de polvo. Iba a luchar hasta el final.

Cuando Vanessa subió al piso doce, Ashley ya había conseguido que las cosas empezaran a funcionar. El abogado ya estaba preparando la suspensión, la cafetera estaba llena, había encontrado trabajo para varias de las modelos adolescentes de la agencia, y Maxheimer había llamado con su habitual requerimiento de Scott.

Ness: Quizá, después de todo, no vaya a ser un día tan horrible -dijo probando el café-.

Ashley: Quizá. He dejado un mensaje en el contestador de Scott -su voz era cuidadosamente neutral-. Imagino que tarde o temprano lo oirá.

Vanessa olvidó sus preocupaciones y se centró en Ashley.

Ness: ¿Qué sucedió anoche en la fiesta? ¿Consiguió algún trabajo?

Ashley: No, se limitó a acompañarme a casa.

Ness: ¡Ashley!

Ashley: No es lo que piensas. Cenamos en un restaurante vegetariano cerca de su casa. Él me dejó amablemente que le invitara mientras me contaba su vida amorosa.

Ness: Oh, Ashley -dijo con simpatía-. Tendrían que castrar a ese hombre.

Ashley: ¡Pero que pérdida para las mujeres! -exclamó irónicamente-. Además, fue muy interesante. No tenía ni idea de que había estado liado con Amelia.

Ness: Scott no es exactamente promiscuo, sencillamente disfruta de las mujeres.

Ashley: Ya veo -suspiró-. Estuvimos hablando hasta medianoche, me dio un besito en la mejilla y me mandó a casa en un taxi. Todo muy casto y muy dulce.

Ness: ¿Lo podrás superar? -preguntó suavemente-.

Ash: Lo he estado intentando durante cuatro años -dijo mirando por la ventana-.

Sonó el teléfono y ambas lo miraron.

Ness: ¿Phil?

Ashley: Scott -dijo apoyando el receptor contra su hombro-. Le diré lo de Maxheimer. Así por lo menos se pondrá de buen humor.

Vanessa siguió tomando lentamente el café. Se dirigió a la ventana y miró hacia abajo. Podía ver a los trabajadores moviéndose por el solar. Las explosiones debían haber sido aplazadas de momento, si no, no estarían moviéndose tan tranquilamente. La dinamita hacía que la gente se moviera rápidamente, pensó, apoyando la frente contra el frío cristal.

Ness: Llama a Britt. Tenemos que pujar más en nuestra apuesta.

Ashley: Creía que ibas a ser prudente.

Ness: ¿Cómo voy a ser prudente con ese monstruo dinamitando los cimientos bajo nosotras? -contestó girándose. Una figura elegante surgió del ascensor-. Oh, no -murmuró-. Como si no fuera todo ya bastante mal.

Ashley siguió su mirada hacia el recibidor. La mujer que se dirigía hacia donde ellas estaban había sido en otro tiempo tan hermosa como Brittany, quizá más. Los años la habían tratado bien, y también los cirujanos plásticos. Su hermoso rostro no aparentaba los cincuenta y dos años que tenía, su espeso pelo negro brillaba. Su cuerpo estaba moldeado por años de gimnasia, sus andares reflejaban su dinero y su poder. Hacía que Vanessa se sintiera pequeña, vulgar. Como siempre.

**: Hola, preciosa -dijo la mujer con su voz encantadoramente musical-.

Ness: Hola, madre -dijo sin entusiasmo-. ¿Visitando los barrios bajos?




Uuuu... la madre de Ness... =S
Bueno, vayamos a lo importante... ¡Se han besado! Y de que manera... XD
Me ha encantado. Sobretodo la frase anterior al beso, Vanessa llamando a Zac de todo menos bonito XD
Le vamos a dar un premio solo por esa frase XD XD

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¡Comentad, please!

¡Un besi!


2 comentarios:

Unknown dijo...

Se besaron... wow, y a ambos le gusto pero no dicen nada.
Zac va por Britt? Yo lo mato, que no se case con Britt porque muero!!!
Y luego limpiar a Vane...? Me parece que Zac quiere todo a cualquier precio... Pero se va a enamorar de Vane.. obvio que falta muuuuuuuuuucho para eso, son 19capis... jajajajaaj intrigada estoyyy.


Sube pronto :)

Unknown dijo...

jsgedtagdakfdaskdf se besaroooooooooon!!! *.*
Y les gustó!!!!! jaja.. Y Zac está medio confundido!!!!! Woww, no lo esperaba!

Síguela pronto :D

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