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jueves, 18 de octubre de 2012

Capítulo 7


Un hombre de verdad se ocupa de sus finanzas. ¿No se te dan bien los números? No te preocupes. Tu hombre maravilloso está para eso. No solo lleva al día su economía sino que también se ocupa de la tuya. Le gusta hacerlo, y, admitámoslo, probablemente sea mejor que tú. Siéntate entonces y disfruta. Él lo tiene todo bajo control.

De Las 49 cualidades del hombre de verdad. Revista Hombres, Abril, 1949.



Zac: Esto es una monumental forma de perder el tiempo -dijo saliendo malhumorado de las oficinas de
Aventura Fantástica, más disgustado de lo habitual y, desafortunadamente, más atractivo tam­bién-.

Para esa entrevista se había puesto unos pantalo­nes de pinzas de color claro con una camisa, aspecto informal.


Zac había dicho que J.A. Talbot iba a ser el mejor de todos. Tenía que ser un hombre de verdad dedicándose a todas aquellas actividades de aventura: kayak, rafting, senderismo, pesca, camping. Esa era su idea de la verdadera hombría.


Vanessa no se había mostrado muy convencida. Por su experiencia, los hombres que disfrutaban al aire libre eran los que pensaban que una gran cita era ir a com­prar una canoa.


El caso es que el señor Talbot no resultó ser así. Se notaba que disfrutaba estando al aire libre, pero se había pasado toda la entrevista hablando de...


Zac: ¡Planes de pensiones! -exclamó-. ¿Te lo puedes creer? no hacía más que hablar del mercado de valores y los fondos de inversión.


Ness: Creo que eso se llama economía. Además, a mí me ha parecido muy interesante su plan de inversión.


Zac: Su plan de inversión puede que fuera interesan­te, pero no se detuvo ahí. No solo nos lo ha contado con detalle, sino que nos ha informado sobre los pla­nes en los que deberíamos invertir nosotros. No sabía si estábamos haciendo nosotros la entrevista o nos es­taba vendiendo un paquete de inversión.


A Vanessa tampoco la había impactado el señor Tal­bot. Había estado demasiado ocupada comprobando lo bien que olía Zac y lo encantada que estaba de verlo de nuevo. Solo había estado fuera un día, pero se ha­bía acostumbrado a ir con él a las entrevistas. Y eso la incomodaba, igual que la forma en que su cuerpo re­accionaba cuando él estaba cerca. Había decidido no dejarse llevar una vez más por el hombre equivocado y allí estaba haciéndolo de nuevo.


Ness: Tiene razón, Zac. La gente necesita tener un plan de inversión. Los hombres y las mujeres.


Zac: ¡No me mires con esa sonrisa engreída! Tampo­co es que tú seas un ejemplo planeando cosas.


Ness: No lo soy -confesó-. Bastante me cuesta saber lo que tengo que hacer cada mes. Pero no esta­mos hablando de mí. Hablamos del tipo de hombres que buscan las mujeres y ellos sí cuentan con un plan de inversión.


Zac: Hunter no puede hacer algo así. No hay plan de pensiones para los hombres que arriesgan sus vidas salvando al mundo.


Ness: Debería, al menos, pensar en ello. Los hombres de hoy en día deberían pensar en su fu­turo.


Y ella también debería pensar en su futuro y empe­zar a buscar ya a su hombre de verdad.



Zac levantó el teléfono y marcó un número.


Zac: Soy yo -dijo cuando John le contestó al otro lado de la línea-. Tengo que preguntarte algo.


John: Será mejor que sea algo importante. Me voy a Las Vegas en un par de horas.


Zac: Es importante, John.


John: ¿Qué es?


Zac: ¿Tengo un plan de pensiones?


John: ¿Y cómo demonios voy a saber yo si tienes un plan de pensiones? Yo sé que yo sí tengo uno pero no sé si tú lo tienes o no. Además, no es algo que yo de­biera saber. Soy tu agente, no tu asesor bursátil.


Zac: ¿Tú tienes un plan de pensiones?


John: Pues sí, ¿por qué?


Zac: Bueno, no tienes aspecto de tenerlo, eso es todo -comentó subiendo los pies a la mesa-. ¿Lo sabe Tina?


John: Imagino que sí... al menos yo diría que sí -se puso en guardia-. ¿Por qué? ¿Crees que de­bería saberlo?


Zac: Deberías comentarlo con ella, sí. El hombre ideal tiene que ocuparse del futuro de la pareja.


John: Eso te deja fuera del grupo de los hombres idea­les -dijo riéndose-.


Zac: No es verdad -declaró con superiori­dad-. Estoy pensando en matricularme en un semi­nario sobre finanzas.


John: No puede ser. Nunca te han preocupado esos temas.


Zac: Pues ahora sí.


John: No me lo creo -insistió- . No puedo creer que tú, que ni siquiera sabes qué porcentaje de derechos de autor tienes que exigir, ni el dinero que tienes en el banco, estés hablando de abrir un plan de pensiones.


Zac: No solo estoy hablando de ello. Voy a hacerlo. Vamos a entrevistar a un asesor financiero a finales de semana y voy a preguntarle -dijo mirando la pantalla de su ordenador-. Y le transmitiré mi interés a Hunter también.


John: ¡A Hunter! -exclamó realmente alar­mado-. ¿Qué quieres decir con eso? ¡No estarás pen­sando en mandar a tu héroe a estudiar!


Zac: Así es.



Vanessa había decidido no pensar más en la escena del beso que Zac le había leído en voz alta. Pero al ver que no era tan fácil, decidió llamar a Ashley para que se pasara por su casa y así poder contárselo.


Ness: Deberías haberle oído -le confesó-. Fue la es­cena de sexo más erótica que jamás he oído. Recitando en un susurro... a punto estuve de perder la cabeza y desnudarle allí mismo.


Ash: Puede que no hubiera sido mala idea. Habría sido un buen material para el artícu­lo.


Vanessa dejó de cortar la verdura. Claro que no habría estado mal. Probablemente habría sido genial. Así era Zac Efron. Aunque estuviera interesado, y no estaba muy segura de que así fuera, no podía acos­tarse con él. No era el modelo de hombre que busca­ba. Solo habría podido tener sexo con él y no le parecía buena idea.


Ness: No voy a acostarme con Zac para obtener buen material para el artículo. Creo que ya te lo he dicho.


Ash: Pensé que a lo mejor habrías cambiado de opi­nión. Y hablando de artículos, ¿qué has averiguado de Gerald?


Ness: Que vive en una casa muy bonita. Uno de los lugares mejor decorados que he visto nun­ca. Si lo hubiera visitado cuando estaba escribiendo
En tu casa o en la mía, habría recomendado su piso.

Ash: ¿Qué quieres decir? ¿No lo hiciste con él, ver­dad?


Ness: Santo Dios, no. Podría ser mi padre. Solo habla­mos de negocios -dijo cortando el tomate en trozos pequeños para la ensalada. Bastante malo era ya que Gerald no fuera más joven. Si pudiera encon­trar un hombre como él...-. Pero no es un asesino.


Ash: Podría serlo -objetó-. Parece que tiene una casa lujosa llena de muebles caros. Bien podría haberse deshecho del pobre Franklin para heredar el imperio Wutherspoon.


Ness: Lo dudo. La mayoría del mobiliario lo compró de segunda mano y lo restauró él mismo.


Ash: ¿Eso te dijo? -preguntó entrecerrando los ojos con gesto suspicaz-. ¿Y crees que podemos fiarnos de su palabra?


Ness: Por todos los santos, Ashley. ¡No voy a investigar de dónde ha sacado ese hombre sus muebles! Estoy segura de que no tiene nada que ver con la muerte de Franklin. Tiene demasiado buen gusto.


Ash: No hay ninguna regla que diga que alguien que tenga buen gusto no podría deshacerse de su tío.


Ness: No hay pruebas de que quisiera deshacerse de su tío.


Ash: Puede que no, pero... sigo pensando que hay algo raro en todo esto. Incluso si no hubiera sido Gerald, podría haber sido otra persona.


Ness: ¿Como quién? He hablado con casi todo el mundo y no he averiguado nada.


Ash: ¿Tal vez la señora Glasier? He oído que discu­tieron unos días antes de la cena.
 

Ness: Eso me dijo -repuso abriendo el frigorífi­co en busca de un pepino-. Pero de lo único que dis­cutieron fue sobre las chaquetas de la temporada de otoño. Ella quería añadir algunas más de color rosa y él no estaba de acuerdo -se quedó mirando la hortaliza de aspecto mustio-. Creo que no arreglaron el frigorífico. Sigue sin enfriar.


Ash: Creo que tienes razón con la señora Glasier. Ella pidió carne asada, aunque creía que había pedido cor­dero -dijo reflexionando-. ¿Y qué me dices de Martin Symons? Del departamento de marketing.


Vanessa pensó en el delgaducho Martin y asintió. Tal vez fuera él. Según Drew, no estaba muy contento porque a Franklin no le gustó el nuevo eslogan.


Ness: Te refieres a
Wutherspoon. Póntelo o te queda­rás helado -preguntó sintiendo un escalofrío-. Me lo contó, sí. Y estoy de acuerdo con Franklin. Aunque no creo que Martin se deshiciera de Franklin porque éste tuviera buen gusto.

Ash: Nunca se sabe cuáles son los motivos de una persona para hacer algo así. Y no sé lo que Martin pidió en la cena. Dice que no lo recuerda -echó un vistazo a los platos que Vanessa estaba preparando-. Hablando de comida, ¿eso es todo lo que vamos a ce­nar? ¿Fruta y verdura?


Ness: Me temo que sí. El horno se ha estropeado y lo único que sé preparar sin cocina es ensalada y fruta.


Ash: Pensé que después de todas esas entrevistas con chefs habrías aprendido algo.


Ness: Pues no -dijo poniendo los platos en la mesa-. No se supone que los entrevisto para que me den sus recetas.
Las mejores recetas sensuales es un artículo más general. Voy a entrevistar al profesor Carter en la universidad para hablar de los alimen­tos que tienen un efecto psicológico en el cuerpo.

Ash: Bien. Cuando lo sepas, puedes prepararle una cena a Zac y probar tú un poco.


Ness: ¿Qué se supone que quiere decir eso? -pregun­tó mirando a su amiga-.


Ash: Oye, tienes que admitir que es un poco extraño. Mírate, pasas un montón de tiempo a solas con el hombre que escribe algunas de las escenas de sexo más tórridas del panorama literario actual y no vas a aprovechar la oportunidad. Parece como si ahora solo te importara el trabajo.


Ness: Se supone que eso es lo que estamos haciendo, Ash, trabajar -dijo sonrojándose-.


Ashley hizo un gesto de incredulidad y Vanessa salió hacia el salón para buscar a Matthew.


Ashley se equi­vocaba. No necesitaba la comida para excitarse si él estaba cerca. Y desde luego, no hablaban de trabajo todo el tiempo. Zac le había hablado de su familia; de cómo su padre murió cuando él era muy joven y su madre había tenido que ponerse a trabajar para sacarle a él y a su hermana adelante. Por eso ahora era él quien se ocupaba de ella. Vanessa también le había hablado de su familia y de algunos de los artículos que ha­bía escrito, y de su deseo de trabajar en un campo más serio dentro del periodismo.



Cuando entrevistaron al detective privado, Vanessa le contó las sospechas de su amiga Ashley sobre la muerte de su jefe.


Ness: Ashley quedará totalmente defraudada. Esperaba que pudiera averiguar algo de Gerald.


Zac: ¿Y para qué quiere ideas Ashley?


Vanessa le contó toda la historia.


Ness: Me temo que si no se anda con cuidado, podría perder su trabajo -dijo finalmente-.


Zac: Si no tiene cuidado, podría perder algo más que su trabajo -murmuró-.


Ness: ¿Qué quieres decir?


Zac: ¿Que qué quiero decir, Vanessa? ¿Tú qué crees? Ashley está buscando a un asesino y si lo encuentra, no creo que esté muy contento de que lo descubran.


Vanessa no lo había pensado. La idea de que alguien de Wutherspoon fuera un asesino le había parecido tan remota, que no había querido pensar más allá de eso.


Ness: No hay razón para preocuparse. No ha habido ningún asesinato, así es que no puede haber asesinos tampoco.


Zac: Espero que tengas razón. Los asesinos no son gente agradable precisamente. Una vez conocí a uno y si te digo la verdad, no era agradable -dijo sintiendo un escalofrío-.


Ness: ¿Y cuándo has conocido tú a un asesino?


Zac: Hace un par de años. Estaba escribiendo
Tor­menta a medianoche y quise saber cómo sería un asesino a sangre fría, así es que mi agente, John, me presentó a uno -dijo haciendo una mueca-. No fue una experiencia muy divertida. Menos mal que nos conocimos a través de los barrotes de la cárcel.

Ness: Eso elimina a todos los que trabajan en Wut­herspoon -estaba empezando a asus­tarse-. He conocido a todos y ninguno tenía pinta de ser un asesino a sangre fría.


Zac: Harry tampoco lo parecía, Vanessa. Tenía el aspecto de un hombre corriente. Eso era lo que más me asustó -declaró mirándola con seriedad-.


Vanessa sintió que el vello de todo el cuerpo se le eri­zaba. Si Ashley o ella misma se cruzaran con el asesino, necesitarían tener de verdad a un héroe como Cary Grant cerca. Solo esperaba conocer a uno antes de que ocurriera.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Ha estado interesante el capi.
Pero cuando va a pasar algo entre zac y ness? Ya quiero saber como va a a ser.. En fin, me ha encantado el capi.

Y otra cosa:
Happy Birthday Zac Efron, Hoy cumple 25 años el hombre maaaaaaaas lindo del mundo:)

Anónimo dijo...

Me gusto el capi
espero que subas pronto

Anónimo dijo...

Has subido capi, hacia tiempo que no leia y me puse al dia. Me encanto a nove, parece ser super interesante.

Ha y has subido capi en la otra nove y pues estuvo de maravillas. Eres muy buena escribiendo, y espero que no dejes de subir en ninguna de las dos noves, son geniales

Anónimo dijo...

me gusto el capitulo. Muy lindo kdjakazsvnx
sube pronto. Oye.. eres muy buena con eso de las novelas.

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