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jueves, 26 de enero de 2023

Capítulo 19


Mike: ¿Cómo es posible que nos hayamos perdido dos veces? -gruñó-.

Lo único que les quedaba por hacer era volver a Cedar Cove y comenzar de nuevo. Aquello parecía fácil, salvo por el detalle de que ya no sabían cómo encontrar el pueblo.

Chris: Ese King nos dio mal las indicaciones -murmuró-.

Mike: ¿Tú crees? -preguntó con sarcasmo-. 

Estaba frustrado, impaciente y a punto de perder los estribos. Lo único que quería era encontrar a su hermana embarazada y llevársela de vuelta a casa. Aquello no debería ser misión imposible, y sin embargo…

George: No voy a volver nunca a King's -dijo disgustado-.

Chris: Yo tampoco -escupió-. Si es que alguna vez vuelvo a Cedar Cove, cosa que es poco probable.

Mike opinaba lo mismo, al menos con respecto a King. Después de chantajearle a cambio de las indicaciones, les había enviado por el camino equivocado. Ese viejo gruñón tenía una vena malvada, y si creía que confundirles era divertido, entonces también tenía un sentido del humor perverso. ¿Perverso? ¡Completamente retorcido!

George: Vamos a encontrar un teléfono que funcione -dijo, y no por primera vez-. 

Sus teléfonos móviles no tenían cobertura y no servían de nada en aquella zona.

Mike: Muy bien, George, encuentra uno y yo pagaré encantado la llamada.

George no respondió.

George: Lo que necesitamos es una señal.

Mike tuvo que reprimir otro comentario sarcástico. Era cierto que necesitaban una señal, y del cielo, directamente.

George: ¿Qué es eso? -gritó de repente señalando a la distancia-.

Mike: ¿Qué es qué? 

Chris: Allí -dijo inclinándose para mirar hacia el cielo-.

Mike vio un fogonazo de luz. Paró en el arcén de la carretera y salió de la furgoneta. De todos modos tenía que estirar las piernas, y el aire frío lo despejaría. Alguien estaba lanzando fuegos artificiales. El cielo se iluminaba con las luces espectaculares.

Chris: Vaya, ése sí que ha sido grande -parecía un niño el Día del Cuatro de Julio-.

Mike: Sí, bueno, pero no nos ayuda en nada -refunfuñó-.

George: Has dicho que yo debería encontrar un teléfono -le recordó-. El que esté lanzando esos fuegos debe de tener un teléfono fijo, ¿no?

Mike: Sí, supongo que sí -dijo asintiendo-. Volvió al pick-up y sus hermanos lo siguieron-. Guiadme -les dijo, y metió la marcha-.

George: Tuerce a la derecha -le ordenó-.

Mike: ¡No puedo!

George: ¿Por qué no?

Mike: ¡Porque estaría atravesando los pastos de alguien!

Chris: Entonces, tuerce en cuanto encuentres un cruce.

A la primera oportunidad, Mike dio un giro a la derecha y preguntó:

Mike: ¿Y ahora qué?

Chris: Frena un momento.

Mike: De acuerdo.

Mike paró de nuevo a un lado de la carretera.

Chris: ¡Allí! -había visto otro fuego artificial en el cielo-. ¡Esa estrella!

Mike: ¿Por dónde voy ahora? -preguntó con un suspiro-.

George: Sigue recto.

Mike cabeceó. La carretera que tenía delante no era recta. Serpenteaba constantemente.

Chris: Mike -dijo fulminándolo con la mirada-.

Mike: Estoy haciendo lo que puedo -suspiró-.

Chris: Nos estamos acercando. Espera, espera, espera -torció el cuello para mirar al cielo y añadió-: De acuerdo, continúa por esta carretera.

Afortunadamente, era llana y recta.

George: Aquí -dijo un minuto después-.

De nuevo, Mike apretó el freno.

George: ¡Mirad! -gritó-. ¡Es aquí! ¡Hemos llegado!

Mike no entendía de qué estaba hablando.

Mike: ¿Dónde estamos?

Chris: En el rancho de los Harding.

Entonces, Mike lo vio. Allí, escrito en un buzón, estaba el nombre de Cliff Harding. A su izquierda había una pradera y un enorme establo.

Mike: Creo que veo un dromedario. 

Había oído decir que la gente criaba llamas, pero no dromedarios.

George: ¿Estás seguro? -murmuró-. Tal vez sólo sea un caballo muy feo.

Mike: Te digo que es un camello.

Chris: ¿Un camello? ¿Y qué va a hacer un camello aquí?

George: No tiene importancia. Aquí es donde nos está esperando Vanessa.

Mike: Exacto.

Mike entró en el camino que llevaba hacia la casa y el establo. Los fuegos artificiales habían cesado, pero había una especie de fiesta, porque el patio estaba lleno de gente. Había muchos niños pequeños corriendo por allí, y el ambiente era festivo y alegre.

George: Hay un coche de emergencias aquí 

Chris: ¿Crees que alguien estará herido? 

Mike: No -respondió pensativamente. Aquello era lo que él había temido desde el principio. En cuanto había sabido lo del mareo de Vanessa, había sospechado que iba a dar a luz-. Creo que Vanessa ha tenido a su bebé.

Chris: Pero si no sale de cuentas hasta dentro de dos semanas.

George abrió la puerta del coche.

George: En vez de hablar de ello, vamos a averiguarlo.

Una mujer de mediana edad se acercó mientras Mike salía de la furgoneta.

Grace: Vosotros debéis de ser los hermanos de Vanessa. Yo soy Grace Harding. Feliz Navidad.

La mujer parecía muy amable, y Mike le agradeció aquel saludo.

Mike: Feliz Navidad. Siento mucho el retraso…

Chris: Nos hemos perdido.

Como siempre, Chris tenía que señalar lo evidente.

Mike: Un tipo llamado King nos dio mal las indicaciones.

Cliff: ¿Gasolinera y Supermercado King's? -preguntó un hombre, tendiéndoles la mano-. Soy Cliff Harding.

George: Exacto.

Cliff frunció los labios, pero no dijo nada.

Mike le estrechó la mano al marido de Grace.

Mike: Mike Hudgens. Mis hermanos, George y Chris.

Todos se estrecharon la mano y se saludaron.

Cliff: No sabíamos si ibais a encontrar la casa.

Chris: Si no hubiera sido por los fuegos artificiales, seguramente no lo habríamos conseguido.

Mike: ¿Y Vanessa? -preguntó mirando el coche de emergencia-.

Grace asintió.

Grace: Ha dado a luz.

Chris: Un niño -dijo con convicción-. ¿Verdad?

Grace: Una niña.

Mike: ¿Una niña? -preguntó con asombro-. ¿Vanessa ha tenido una niña?

Grace: Parece que estás decepcionado.

Mike: No, no… sólo sorprendido.

George se sintió obligado a dar una explicación.

George: Por alguna razón, todos estábamos seguros de que iba a tener un niño.

Grace: Pues no. Tenéis una sobrina.

Mike: Tenemos una sobrina -les dijo a sus hermanos-.

Chris le dio en la espalda una palmada de enhorabuena con la que estuvo a punto de derribarlo al suelo. De repente, Mike se dio cuenta de lo que significaba todo aquello. Era tío. No había pensado en sí mismo como tío hasta aquel mismo instante.

Grace: Los técnicos de emergencias van a llevar a Vanessa a la maternidad más cercana.

Mike: ¿Podemos ver a la niña? 

George: ¿Y hablar con Vanessa?

Grace les sonrió.

Grace: Claro que sí.

Un niño pequeño se acercó corriendo a ella.

Tyler: Abuela, abuela, ¿puedo tocar el tambor para el bebé y Vanessa?

Grace se agachó para estar al mismo nivel que su nieto.

Grace: Claro, Tyler, pero acuérdate de que tienes que tocar muy bajito para no molestar a la niña.

Tyler: ¡De acuerdo!

Dos bomberos bajaron a Vanessa hacia el coche de emergencias en una camilla.

En cuanto vio a sus hermanos, Vanessa, con la recién nacida en un brazo, estiró el otro.

Ness: Mike, Chris, George… Oh, Dios mío, ¡estáis aquí!

Ellos se acercaron rápidamente.

Chris: Has tenido una niña -dijo mirando fijamente a la criatura-.

George: Es igual que tú.

Mike: No, no. Se parece a la familia Hudgens. Se parece a todos nosotros.

Ness: Y a sí misma.

George: Perdónanos por haber llegado tan tarde -se disculpó-.

Chris: Sí, nos hemos perdido.

Si Chris se lo contaba a alguien más, Mike iba a darle un porrazo.

Mike: ¿Dónde te llevan? 

**: Al hospital de maternidad de Silverdale -dijo uno de los bomberos-.

Zac: No tendréis problemas para encontrarlo. Os dibujaré un mapa.

Chris: No, gracias -dijo con un escalofrío-.

Mike: Será mejor que sigamos al coche de emergencia.

George: Vanessa, te hemos traído regalos.

Ness: Gracias George. Sois un encanto.

George: Sentimos mucho las cosas que te dijimos -estaba más dispuesto a reconocer que se había confundido que Chris o Mike-.

Chris: Sí.

Mike musitó algo entre dientes, con la esperanza de que aquello pasara por una disculpa. Se sentía mal por cómo habían ido las cosas y por cómo habían presionado a Vanessa. Ellos no querían hacerlo. Sus intenciones habían sido de las mejores, aunque Mike se daba cuenta, en aquel momento, de que habían ido demasiado lejos. Sin embargo, él no iba a permitir que Dave Rhodes se saliera de rositas. Aquel hombre tenía responsabilidades, y Mike se iba a encargar de que cumpliera con ellas.

Ness: Mike, Chris, George, quiero presentaros a Zac Efron -señaló al bombero-. Oh, se me olvidaba que ya os conocéis.

Mike saludó a Zac. También Chris y George.

Zac: Me alegro de veros de nuevo. Y enhorabuena por vuestra flamante sobrina. Este es mi compañero, Brandon Hutton.

De nuevo, los hermanos asintieron.

Ness: No podría habérmelas arreglado sin ellos -dijo con fervor-.

Mike les dio las gracias a los dos.

Mike: Nuestra familia está en deuda con vosotros, por todo lo que habéis hecho.

Brandon: Sólo una parte del trabajo.

Zac: Ha sido un honor. Tengo que decir que ha sido la mejor Nochebuena de mi vida.

Ness: Y de la mía. 

Miró a Zac y los dos mantuvieron el contacto visual durante un momento muy largo.

Tyler: ¿Ahora, abuela? -se había acercado a Grace con el pequeño tambor colgado de los hombros-.

Grace: Ahora, Tyler.

El niño comenzó a tocar. Pa-rum-pum-pum, pa-rum-pum-pum.

Mike miró hacia el establo y vio al buey y al cordero, que estaban en sus compartimentos. Parecía que seguían el ritmo del tambor con la cabeza.

Vanessa tenía razón. Aquélla era la mejor Nochebuena de su vida. De todas sus vidas.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin la familia unida😄!!! Sigue pronto por favor!!

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