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David estaba tumbado frente a la
chimenea del cuarto de estar, escribiendo una carta. Los juguetes habían dejado
de interesarle porque acababa de oír algo mucho más interesante: preparativos
de boda y una luna de miel para tres en Disneylandia.
El abuelo estaba dormido en su
sillón, Thurston tumbado cerca de la ventana, y su padre y Vanessa abrazados
en el sofá, hablando en voz baja.
Habían pasado la noche en el establo
porque Jade se puso de parto. Y por la mañana, durante el desayuno,
después de cantarle el Cumpleaños Feliz a su ángel de Navidad, su padre
le dio un regalo muy especial: el potrillo recién nacido.
David sonrió. Vanessa ya no podría marcharse
porque tenía un caballo en Stony Creek. Incluso le había puesto nombre: Diamante.
Entonces volvió a concentrarse en
su carta. Cuando pidió unas navidades perfectas, no esperaba que Santa Claus le
llevase una nueva mamá. Pero no podía imaginar mejor regalo que Vanessa.
David apretó el bolígrafo con
fuerza. Aquella carta tenía que ser tan perfecta como la anterior. Más todavía,
porque aquella vez estaba pidiendo algo realmente serio. Afortunadamente, tenía
un año entero para redactarla como era debido.
El problema era que no sabía
escribir…
David: ¿Cómo se escribe hermanito?
Zac: ¿Por qué quieres saberlo?
El niño se sentó en el suelo. Quizá
sería mejor decirle a su padre y a Vanessa lo que estaba pidiendo.
David: Estoy escribiendo una carta
a Santa Claus para que me traiga un hermanito.
Ness: ¿Un hermano? -repitió atónita-.
David: Sí. Quiero un hermano pequeño…
pero que no vomite y no llore.
Zac: No hemos hablado de eso
todavía -murmuró-. ¿Verdad, Vanessa?
Ness: ¿Qué tal una hermanita?
David los vio besarse por enésima
vez aquel día. Tendría que acostumbrarse, pensó, levantando los ojos al cielo.
David: ¿Una chica? Si no quedan chicos,
supongo que tendré que aguantarme… mientras no sea como Eleanor Winchell.
Zac: Yo creo que sería igual que Vanessa
-sonrió-. Pelo ondulado, de ojos marrones, con cara de ángel…
David: Entonces, me gusta.
Zac: Trae esa carta, enano. Hay que
archivarla.
David: ¿Por qué?
Zac: Como recordatorio. Tenemos que
ponernos a trabajar esta misma noche.
David tomó otro papel, pensativo.
Después de dejar arreglado el asunto del hermano, decidió arriesgarse un poco
más. Quizá podría pedir dos.
David: Sí, dos niños estaría bien -murmuró-.
Mellizos, un niño y una niña. ¡Esas sí que serían unas navidades perfectas!
3 comentarios:
ME ENCANTO!!
Ojala tuviera mas capitulos!
David lo es todo!!!
Sube pronto la proxima :)
q preciosa historia... cortita pero linda... espero la prox pronto...
Me encantooooooooo!!
Sube pronto :D
Amy
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