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jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 33


23 de abril


El anuncio de la dimisión del alcalde y de su retirada de la carrera hacia un puesto en el Senado se publicó en toda la prensa local y regional.

Su decisión de abandonar la política y volver a la abogacía, al igual que la crisis familiar que la había propiciado, apareció en los periódicos más importantes del país y también en un montón de publicaciones sensacionalistas y en bastantes páginas de sociedad. Después de todo, el alcalde era, antes que nada, un Efron.

Los medios de comunicación de todas partes abordaron la historia de interés personal acerca de cómo el hijo del alcalde Efron había sido secuestrado por Andrew Matthews, el regidor de Leaf Brook.

Y el relato describía cómo Matthews había drogado a Nancy Efron, cómo se había llevado al joven Brian y cómo había intentado matar, sin éxito, a Vanessa Hudgens, la prometida de Zac Efron y profesora de Brian, cuando ésta intentaba hablar con los Efron para informarlos de sus sospechas sobre Andrew. El excepcional papel desempeñado por la policía de Leaf Brook, en coordinación con el FBI, también fue objeto de detallados capítulos, al igual que la brillante y rápida liberación de Brian y la impecable detención de Andrew Matthews justo cuando éste intentaba abandonar el país con el dinero del rescate.

En un plano mucho menos importante, los periodistas mencionaban que el constructor Philip Walker estaba relacionado con Andrew Matthews en delitos como blanqueo de dinero, robos de coches, extorsión.

Walker, informaban los medios, había llegado a un acuerdo con la fiscalía del distrito y estaba cumpliendo una sentencia menor.

Matthews, por el contrario, estaba acusado de delitos graves y no vería la luz del día durante una larga, muy larga temporada.


Como respuesta a la petición del público, que reclamaba ser informado de la experiencia emocional y personal vivida a raíz de los acontecimientos, Zac Efron adoptó el papel de portavoz de la familia. Ofreció una entrevista en exclusiva al Leaf Brook Herald, que, casualmente, era el principal rival del periódico de Cheryl Lager, el Leaf Brook News. En la entrevista, describió la angustia que su familia tuvo que soportar durante la desaparición de Brian, así como la inmensa gratitud que sintieron cuando éste les fue devuelto sano salvo y su raptor fue detenido. Zac elogió a la policía de Leaf Brook y al FBI por su incomparable dedicación y profesionalidad. También dedicó efusivos, aunque no imparciales, elogios a Vanessa Hudgens, y habló con orgullo del papel que ésta había desempeñado en el rescate de Brian y también de su gran dedicación como maestra a sus alumnos. Pasó luego a explicar su compromiso con los niños en general y mencionó su trabajo con la APSAC. Elogió a dicha organización, que lo había puesto en contacto con Patricia Avalon y, por consiguiente, con el FBI, y dejó muy claro que encomiaba la tarea de la APSAC y también las charlas que Ness y su madre daban en los hospitales de la zona.

El tema de los hospitales lo llevó de nuevo al atropello sufrido por Ness y Zac admitió con sinceridad lo muy angustiado que se había sentido durante las horas que ella permaneció inconsciente, así como su alivio cuando por fin volvió en sí. No escondió en absoluto sus sentimientos hacia Ness y, en un tono más personal, anunció con alegría su inminente boda, prevista para junio... con lo que Ness tenía tiempo para recuperarse del todo físicamente y para volver a sus clases y acabar el curso escolar. Los detalles de la ceremonia y la recepción ya serían facilitados a la prensa más adelante. Pero no el destino escogido para la luna de miel. Éste sería guardado en secreto, para asegurarles a los novios la intimidad que merecían.

Un párrafo entero de la entrevista estaba dedicado a desarrollar una irónica alabanza a Cheryl Lager, que había resultado ser, aunque sin saberlo, una excelente aliada.

Zac aclaraba luego esta afirmación, explicando que la exagerada invasión de la intimidad de los Efron por parte de la señorita Lager, acentuada en particular durante la progresiva crisis pasada, le había dado la idea de aprovechar el afán de la periodista para alimentar la información del secuestrador, en lugar de seguir su primer impulso de demandarla por difamación y acoso.

Con ese fin, Zac le facilitó a la señorita Lager la falsa pista acerca del persistente estado de coma de Ness, a sabiendas de que la periodista no dudaría un instante en publicar una historia en exclusiva, adornándola además a su acostumbrada manera. Y el truco funcionó a la perfección.

La palabra «utilizada», por supuesto, no salió jamás de sus labios. En cuanto a la decisión de su hermano de retirarse de la política, Zac abordó el tema diciendo que la amenaza que había pesado sobre la familia de Stephen había logrado que toda la vida de éste se tambaleara y que él reevaluara sus prioridades. Ser un Efron ya era lo bastante duro. Significaba vivir expuesto constantemente al ojo público. Ser un Efron y estar, además, en el mundo de la política significaba exponer a tu familia a un peligro mayor del que Stephen estaba dispuesto a asumir. Así que, aunque su compromiso con Leaf Brook y el estado de Nueva York era tan fuerte como siempre, Stephen había decidido llevarlo a cabo a través de canales menos arriesgados en el terreno personal.

Como resultado de la entrevista, aumentó la ya muy extendida simpatía y el orgullo que habían ido creciendo cada vez más desde que se supo del secuestro de Brian... simpatía y comprensión hacia el alcalde Efron por todo lo que había sufrido y orgullo por su determinación de proteger a su familia a toda costa. Sus seguidores políticos estaban desanimados, pero le ofrecían todo su apoyo. Después de todo, Stephen Efron se retiraba de la vida política, pero lo hacía con honor y con bastantes logros. El último: librar a la ciudad de una alimaña como Andrew Matthews y un sinvergüenza como Philip Walker. Stephen se había hecho responsable ante sus electores, como siempre. Y al darse cuenta de que no podría seguir haciéndolo sin salvedades o términos medios, tuvo la ética suficiente para abandonar el cargo antes que seguir ocupándolo y no cumplir al cien por cien con su tarea.

En poco tiempo, a los ojos de los habitantes de Leaf Brook, el alcalde Efron iba encaminado a convertirse en un héroe incluso mayor.

Por supuesto, hubo unos cuantos detalles que Zac no hizo aparecer en su entrevista.

Uno de ellos era el acuerdo no-oficial al que habían llegado con Marty Hart. Éste aceptó no desvelar lo que sabía acerca de la adicción al juego de Stephen, incluida la temporal apropiación indebida de fondos de la campaña, a cambio de la dimisión. La decisión del jefe de policía se basaba no solo en su lealtad y compasión, sino también en el sentido común y la razón. Stephen había hecho muchas cosas estupendas para Leaf Brook, entre las que se contaba su total apoyo a las necesidades del departamento de policía. Además, era un buen hombre, un hombre decente, y Marty lo respetaba... a pesar de sus flaquezas. En la opinión del jefe de policía, Stephen ya había pagado, y con creces, por sus imprudencias. Había recibido una paliza, lo habían chantajeado y había estado a punto de perder a su esposa e hijo. Lo habían puesto en el límite y él respondía ahora viendo a un terapeuta que lo ayudaría a mantenerse en el camino correcto y a recuperarse totalmente. Ya fuera por su propio futuro o por el de la ciudad, Stephen había dimitido como alcalde y renunciado a su carrera política.

Y era suficiente. Marty estaba más que contento de dejar que Stephen abandonara su puesto recibiendo las muestras de cariño de la gente y manteniendo intacta su reputación.

Luego, estaba Harrison Efron, cuya reacción fue cualquier cosa menos favorable. Se puso hecho una fiera y maldijo a Stephen por los siglos de los siglos cuando supo lo que éste tenía la intención de hacer con su futuro

Stephen le respondió en el mismo tono, armado con una convicción que Zac jamás había visto en él y con una confianza en sí mismo que indicaba claramente los progresos que ya había hecho. Stephen puso todas las cartas sobre la mesa: desde la manipulación gue había sufrido desde pequeño y que lo había anulado, hasta los sueños que su padre vivía enfermizamente a través de él, para acabar con una clara y rotunda declaración en la que afirmaba que, a partir de ahora, Stephen iba a vivir su propia vida, no la de su padre. En cuanto a si Harrison formaría o no parte de esa nueva vida, eso estaba aún por decidir.

Su padre estaba aturdido. De hecho, era la primera vez que Zac veía a aquel hombre quedarse sin habla. Lo interesante de la situación era que, a pesar del amargo desengaño y de la ira, Zac podía jurar que Stephen, también por primera vez, se había ganado el respeto de su padre.

Era fascinante cómo funcionaban las cosas. Stephen había recibido una inyección de muy necesitada autoestima y su padre una dosis de igualmente necesitada humildad.

El tema con Cliff fue casi igual de arriesgado y delicado. Obviamente, sus relaciones tanto con Stephen como con Nancy habían sufrido importantes brechas. Cliff era dolorosamente consciente de ello. Aún así, guiado por toda una década de amistad, condujo hasta la casa de los Efron al día siguiente del retorno de Brian, para expresar su alivio y, una vez más, su arrepentimiento.

Stephen podría haberlo echado de allí. Pero no lo hizo. Él comprendía, más que nadie, la flaqueza humana y el impacto que ésta podía tener en la vida de uno. También sabía el coraje que había tenido que reunir Cliff para presentarse en su casa y enfrentarse a ellos, por no mencionar la valentía de asumir sus fracasos, encarar sus errores de frente e intentar rectificarlos.

Stephen sería un maldito hipócrita si pretendía ignorar el paralelismo entre la situación de Cliff y la suya propia. Y, puesto que él se estaba recuperando, ¿acaso no le debía a Cliff la oportunidad de hacer lo mismo? Lo había hablado con Nancy y ella estuvo de acuerdo. Intentarían volver a poner en su sitio su amistad con Cliff.

Los tres empezaron, juntos, por disolver la campaña de Stephen para las elecciones al Senado y devolvieron cuidadosamente cada dólar que había sido donado. Fue un paso simbólico, pero también rotundo, porque rompían con una parte del pasado que los tres tenían ganas de perder de vista.

Después de eso, Stephen y Cliff tenían varias ideas que considerar en vistas al momento en que Stephen retomara su carrera como abogado. Quizás algún día habría incluso casos en los que colaborar. En cuanto al ámbito social, Nancy volvió de una de sus pruebas de vestido de dama de honor para la boda de Ness y Zac con una interesante noticia para Stephen: Ness había decidido emparejar a Ashley Tisdale y Cliff en el banquete. Siguiendo el viejo dicho de que los opuestos se atraen, estaba convencida de que ambos se gustarían. Y, después de conocer a Ashley aquel mismo día en el salón donde se celebraría el festejo, Nancy no podía hacer otra cosa que estar de acuerdo.

Las perspectivas eran muy prometedoras. Sobre todo después de que Nancy, entre bromas, tranquilizara a Stephen asegurándole que, a parte del hecho de ser ambas rubias naturales, ella y Ashley no guardaban el menor parecido entre ellas.

Con una boda a la vista y tantos nuevos comienzos en el ámbito laboral, la vida estaba repentinamente llena de esperanza.

Y la construcción (y reconstrucción) necesaria ya había empezado.


1 comentarios:

LaLii AleXaNDra dijo...

Awwwwwwwwwwwwwwww
ya todo esta en marcha y en orden...
solo queda la boda :D
la espero con ansias ...
siguela pronto...
;)
XoXoXo

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