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lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo 32


11.30

Aeropuerto del condado de Westchester


Andrew se escondía entre las sombras, observando cómo el Explorer de Stephen Efron entraba en el parking. Excelente. A la hora en punto.

Él había llegado a las once y había localizado a un joven empleado del aeropuerto dispuesto a cumplir su encargo. Se aseguró de que el muchacho comprendía la importancia de entregarle la carta al alcalde Efron. Era una manera de asegurarse una conciencia tranquila. Después de todo, no quería que el niño muriera. Lo único que deseaba era coger sus cinco millones de pavos y salir del país.

Observó cómo Stephen bajaba del coche. Su aspecto era agotado y ojeroso, como si hubiera pasado un auténtico infierno. Bueno, aquel infierno estaba a punto de terminar... al menos por ahora. Dada la compulsión del pobre tipo por las apuestas, no pasaría mucho tiempo antes de que se metiera en otro embrollo. Dentro de muy poco, volvería a apropiarse indebidamente de fondos de la campaña, y de nuevo acudiría a su hermano para que lo rescatara.

Con el tiempo, Efron rompería en pedacitos su matrimonio y su carrera, y se autodestruiría.

No sería Philip Walker quien provocara esa situación. Ya no. Aquel asqueroso bastardo estaría pudriéndose en la cárcel. Después de meses enteros de disponer de Andrew como de un lacayo y de darle órdenes a todas horas, no merecía nada más. Era una propina que Andrew se había permitido y para la cual había dejado un rastro de pruebas, como migajas marcando el camino. Walker pagaría todos los platos rotos. No importaba que Andrew ya no estuviera allí para testimoniar. Solo con saber que había vencido a Walker (y saber que Walker se daría cuenta de ello, por supuesto), tenía suficiente.

Dejó de darle vueltas a sus pensamientos en cuanto Stephen se alejó de su coche y echó un breve vistazo a su alrededor antes de dirigirse a la entrada del aeropuerto.

Bien. Casi estaba ya en la meta.

Aun así, Andrew esperó cinco minutos enteros, para ir sobre seguro. Los segundos pasaban, uno tras otro. No había señal alguna de que Efron volviera a su coche. Y tampoco de policías u otros miembros de la familia Efron como refuerzo del alcalde.

Ahora sí había pasado un tiempo prudencial.

Andrew se acercó al Explorer. Veía la bolsa de deporte a través de la ventana del acompañante. Aparentando despreocupación y normalidad, abrió la puerta y se echó la bolsa de deporte sobre el hombro.

Descorrió un poco la cremallera para comprobar su contenido. El dinero estaba allí. Cerró rápidamente la puerta del coche y se alejó, en dirección opuesta a la que había tomado Stephen, hacia el avión privado de Construcciones Walker.

Subió a bordo, preparado para las preguntas que Jerry Baines, el piloto privado de Walker, sin duda iba a hacerle.

Jerry salió de la cabina con las cejas enarcadas, perplejo.

Jerry: ¿Señor Matthews? ¿Qué está haciendo aquí? ¿Dónde está el señor Walker?

Andrew: Ha habido un cambio de planes en el último minuto. El señor Walker ha tenido una reunión de emergencia con los accionistas. Quiere que yo ponga en marcha el asunto de suiza por él. Así que me ha informado de todo y a toda prisa. Ha dicho que me lleves hasta allí y que luego vuelvas directamente, sin perder tiempo Te llamará durante tu viaje de vuelta y te dará instrucciones sobre cuándo va a necesitarte para que lo acompañes a reunirse conmigo. No te preocupes. Te dará uno o dos días de descanso. -Rebuscó en su bolsillo y sacó unos billetes-. Por cierto, aquí están tus mil pavos, más una propina.

Jerry los cogió.

Jerry: De acuerdo, gracias. -Señaló la bolsa de deporte-. Creí que había dicho un maletín grande.

Andrew también había pensado en aquello.

Andrew: Lo tiene Walker -explicó-. Con los papeles que necesita para cerrar el trato. Los llevará él. Todo lo que he tenido tiempo de coger son una notas preliminares, un par de mudas y mi maquinilla de afeitar. Lo justo para poner el asunto en marcha. Después, Walker se hará cargo de todo. Yo volveré a casa en un avión comercial. -Echó un vistazo a la cabina y saludó con un gesto al copiloto de Jerry-.

El tipo le devolvió el saludo. Era un hombre joven y de aspecto agradable que charlaba por el móvil. Andrew no lo conocía, ni le importaba. Lo único que deseaba era salir de una vez por todas de allí.

Andrew: He consultado la previsión meteorológica -urgió a Jerry, mientras se disponía a entrar en el aparato y ocupar su asiento-. Hay cielos despejados y sin turbulencias. Deberíamos despegar de inmediato. -Empezó a entrar-.

***: Lo siento, señor Matthews -replicó el joven copiloto. Salió de la cabina y se colocó cerrándole el paso a Andrew-. El despegue ha sido retrasado indefinidamente.

A Andrew se le encogió el estómago, mientras una desagradable premonición se formaba en sus entrañas.

Andrew: ¿Qué significa eso?

***: Significa que no va a ir usted a ninguna parte. Excepto a la cárcel. -El copiloto levantó una pistola al tiempo que mostraba una placa identificativa del FBI ante el rostro de Andrew-. Agente especial Carver, Oficina Federal de Investigación... FBI -dijo, presentándose-. Estaba esperándole. -Alargó el brazo y abrió la cremallera de la bolsa de deporte lo imprescindible para ver qué contenía-. Queda arrestado por el secuestro de Brian Efron, intento de asesinato de Vanessa Hudgens y una larga lista de otros delitos que el jefe de policía Hart estará encantado de recordarle.

Durante un momento de helada inmovilidad, Andrew se quedó con la mirada fija, viendo cómo su futuro se desintegraba ante sus ojos.

Andrew: Pero si ni siquiera son las doce en punto aún -murmuró quedamente, sin energía-. ¿Cómo...?

Carver: Porque el alcalde ya tiene a su hijo consigo. Lo hemos encontrado hace tres horas. Y ahora, vámonos.

Desde el otro lado de la pista de despegue, Stephen observó cómo detenían y se llevaban a Andrew. Éste parecía aturdido, como si no pudiera creer aún que había sido vencido en el último momento. El muy desalmado y ambicioso hijo de puta.

Stephen siguió mirando hasta que la cabeza de Andrew desapareció en el interior del coche sin distintivos del FBl y se hubo puesto en marcha. Había en aquella imagen una clara rotundidad que evocaba una poderosa sensación de justicia, recompensa y, sobre todo, conclusión.

La pesadilla había terminado. El resto dependía de él.

Con paso, y sobre todo con el corazón, mucho más ligero, Stephen se metió de nuevo en su Explorer y se dirigió hacia el hospital... y junto a su familia.

Era el momento de empezar de cero.


3 comentarios:

Lau B. dijo...

YAY!!!!!! atraparon al malo!!
disfruta de tus años en prision Andrew!!! :P
Siguela pronto!!
I'm so happy!! lol
Bye
Xx LB

LaLii AleXaNDra dijo...

Awwwwwwwwwwwwwwwwwww
lo atraparon..
super
ya era hora..
que bello empezar desde cero...
siguela... ya presiento que es el fin verdad?
:(
siguela pronto

Carolina dijo...

Por fin atraparon a ese hijo de puta ¬¬
y en su propio juego!
me encanto el capi
y el capi anterior tambien cuando encuentran a brian :)tkm mi ali!

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